Notas para una reflexión identitaria sobre América latina y el Caribe

El discurso que hizo el presidente argentino Alberto Fernández el pasado 9 de junio de 2021, con motivo de la visita en Argentina de su homólogo español Pedro Sánchez, muestra una vez más unas heridas abiertas en torno al complejo tema de la identidad en América Latina y el Caribe.

16/06/2021
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El discurso que hizo el presidente argentino Alberto Fernández el pasado 9 de junio de 2021, con motivo de la visita en Argentina de su homólogo español Pedro Sánchez, muestra una vez más unas heridas abiertas en torno al complejo tema de la identidad en América Latina y el Caribe. En este discurso, el mandatario argentino afirmó: “Soy un europeísta. Soy alguien que cree en Europa. Porque de Europa, escribió alguna vez Octavio Paz, que los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían de allí, de Europa. Y así construimos nuestra sociedad.”  

Evidentemente, estas palabras generaron indignación; por lo que el jefe de Estado tuvo que disculparse en estos términos: “A nadie quise ofender, de todas formas, quien se haya sentido ofendido o invisibilizado, desde ya mis disculpas.” Sobre este discurso vergonzoso, se podría decir que se trata de un error, en concreto, con respecto a la “mala” comprensión del pensamiento del autor mexicano Octavio Paz. Es como si uno dijera que el presidente argentino entendió mal al pensador mexicano. En fin, un error hermenéutico. 

Incluso se podría interpretar este discurso como una equivocación de tipo etnológico, antropológico e histórico. Lo cual sería comprensible porque Alberto Fernández no es un académico, tampoco estaba dando una conferencia. En resumen, una equivocación académica.

Se podría argumentar sobre la buena fe del presidente argentino ya que entendió que “ofendió” e “invisibilizó” a algunas personas con sus palabras. En suma, una salida discursiva en falso.

Evidentemente no se trata ni de condenar al “europeísta” Alberto Fernández ni de justificarlo, sino aprehender el problema de fondo, a saber: cómo entendemos nuestras identidades, cómo nos comprendemos a nosotros mismos como América Latina y Caribe, como región. Definitivamente, para esta comprensión y auto-comprensión, cuenta mucho el punto de partida.

Si partimos de Europa, llegaremos a la identidad que logró conectar varios continentes (África, Europa y Asia) en nuestro continente vía “el descubrimiento”, la colonización, la Trata negrera y la importación de mano de obra asiática para sustituir a los esclavos negros ya liberados, pero lo hizo canibalizando a las otras identidades, las culturas, conocimientos y tradiciones de estas.

Si partimos de África, llegaremos tanto a la resistencia de cimarrones y esclavizados rebeldes a la colonización europea como a la pulsión política y artística por revalorizar la identidad negra, recuperar la herencia africana y recrear la cultura afrodescendiente en las Américas.

Si partimos de los mal llamados “indígenas”, llegaremos a una sabiduría milenaria que ha desarrollado el arte de no dejarse ni matar ni destruir como “territorialidades ancestrales”, aferrándose a sus culturas, incluso haciendo propios algunos elementos ajenos y extranjeros.

Si partimos de los judíos, árabes, chinos, indios y otras nacionalidades que arribaron a América Latina y el Caribe en los siglos XIX y XX, llegaremos a unas identidades que aprendieron a adaptarse (en condiciones menos ásperas que las de los negros e indios) y que lograron hacerse un lugar relevante en la economía, la cultura, la política y el arte en nuestra región.

El discurso del presidente argentino muestra tan sólo la punta del iceberg del grave problema de la identidad que no hemos resuelto como región. Más aún, indica que, para comprender la complejidad de nuestras identidades como región, lo mejor no es partir de la identidad que se impuso a sangre y fuego como el único modelo (hegemónico, excluyente, caníbal, en fin, colonial) en contra de todas las demás identidades, en particular, las negras e indígenas.  

https://www.alainet.org/es/articulo/212683
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