Perú: los avances nacional-populares en América Latina

Las perspectivas de triunfo de Pedro Castillo abren un horizonte de posibilidades para retomar el proyecto de integración regional nacionalista y antiimperialista de la UNASUR y CELAC.

01/06/2021
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A pocos días de la segunda vuelta electoral en el Perú, los poderes económicos, mediáticos y geopolíticos de la oligarquía y el imperialismo están implementando una poderosa y mentirosa campaña destinada a impedir el triunfo del profesor Pedro Castillo de Perú Libre. Éste representa a los sectores populares de todas las regiones y particularmente de los históricamente excluidos de la sierra, la selva, la costa norte y sur y las villas limeñas, los que han irrumpido con una fuerza inesperada y sorpresiva para quebrar el monopolio conservador de la política y las elecciones dominante en las últimas cuatro décadas.

 

A pesar de sus antecedentes de corrupción, dictadura familiar y manipulación política institucional, la casta señorial y gamonal, junto a la burguesía local y las grandes transnacionales mineras, petroleras y financieras, -incluido el apátrida Mario Vargas Llosa- apoyan a Keiko Fujimori de Fuerza Popular ante el temor de la emergencia de un gobierno que enfrente las lacras de la partidocracia y levante, como lo ha hecho Castillo en sus presentaciones públicas, un programa de transformaciones sociales y económicas socialistas, anticoloniales y antiimperialistas en concurrencia con los proyectos de integración latinoamericana y caribeña de la Patria Grande.

 

Las encuestas, tan dudosas y manipuladas, permiten advertir que Castillo conseguirá más del 48% de votos frente al 41% de Fujimori, con un margen de 10% de indecisos. Pero, más allá de estas cifras, se advierte que ha despertado, desde los márgenes, una fuerza política arrolladora de trabajadores, indios, marginales y pobres de la sociedad peruana.

 

La emergencia de las movilizaciones populares desarrolladas en el Perú en los últimos tres años en contra de la partidocracia y la corrupción, con la expulsión de tres presidentes, los procesos penales contra seis y el suicidio de uno de ellos, coincide también con las grandes manifestaciones en Colombia, Chile, Bolivia (contra el Golpe de Estado), Ecuador y Argentina, el triunfo electoral de López Obrador en México, el recuperado liderazgo de Lula en Brasil y la resistencia al imperialismo de los pueblos y gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, abriendo un horizonte de posibilidades para retomar el proyecto de integración regional nacionalista y antiimperialista de la UNASUR y CELAC.

 

En el proyecto de Perú Libre las ideas revolucionarias, socialistas e indoamericanas del Amauta José Carlos Mariátegui se articulan con las reivindicaciones culturales y políticas de los pueblos indígenas, haciendo recordar las reformas llevadas adelante por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado en la década de los sesenta y setenta del pasado siglo. Aquel impulsó la Reforma Agraria, la cooperativización del agro, la entrega de los medios de comunicación a los trabajadores de la prensa, la nacionalización de los hidrocarburos de manos de la International Petroleum Company (IPC), las relaciones con Cuba, la compra de armas a la Unión Soviética y la política tercermundista.

 

De manera coincidente, ese periodo histórico de la región estuvo marcado por los gobiernos nacionalistas militares de Velasco Alvarado desde 1968, de Alfredo Ovando y Juan José Torres en Bolivia que nacionalizaron la Gulf Oil Company y Mina Matilde en 1969 y 1970, y del socialista Salvador Allende que ganó las elecciones en 1970 e impulsó reformas sociales y políticas, abriendo los contactos entre todos ellos para impulsar la integración política y económica subregional ante el estupor de Washington. Centro de poder que comenzó a desatar los tentáculos del Plan Condor de intervención directa y asesinatos en Bolivia, con el golpe de Hugo Banzer, en Chile con el golpe de Augusto Pinochet y el debilitamiento del gobierno de Velasco Alvarado.

 

En la actualidad, en un contexto geopolítico internacional muy dinámico, la oscilación de los ciclos históricos en América Latina y el Caribe presenta un desafío nuevo a los procesos revolucionarios nacional-populares que han recuperado iniciativa frente al neoliberalismo en los años que corren del siglo XXI.

 

Eduardo Paz Rada es un sociólogo boliviano y docentes de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/212465
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