Honduras: Elecciones primarias “relajo”

Las elecciones primarias para escoger candidatos a la presidencia de la República, diputados y alcaldes se realizarán sin tener todavía claridad sobre las reglas del juego democrático.

08/03/2021
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Foto: Laprensa.hn
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El proceso identifícate es una farsa además de una estafa contra el pueblo hondureño y deben hacer las elecciones sólo con la identidad actual”

“Salvador Nasralla, presidente partido Salvador de Honduras”

 

Si no se arregla lo del censo y lugar de votación, LIBRE perdería 200 mil votos ya que no cuenta con recursos para movilizar la gente al nuevo centro”

Manuel Zelaya Rosales, expresidente de Honduras

 

Honduras está a menos de dos semanas para elegir a los candidatos a la presidencia de la República, diputados y alcaldes que competirán en las elecciones generales de noviembre próximo, representando a los tres partidos que concentran la mayoría de la militancia política, caso del Partido Nacional, Libertad y Refundación (LIBRE) y el Partido Liberal. A los elegidos, se sumarán los aspirantes de otros 10 u 11 partidos inscritos, pero sin corrientes internas, por lo que, en su mayor parte, el dueño del partido o “líder” será a la vez el candidato a la presidencia de la República.

 

No obstante, el esfuerzo realizado por los partidos políticos en contienda, en cuanto a conformar y presentar las planillas de las corrientes internas en tiempo y forma, existen muchas dudas acerca de la confiabilidad del proceso, especialmente con la transparencia y legitimidad, en una coyuntura de más Covid-19, vacunación a la cola de los países de la región y ausencia de un plan efectivo de reconstrucción nacional de consenso. Pero, también, por los duros cuestionamientos de fiscales de Nueva York y congresistas demócratas al presidente Juan Orlando Hernández (JOH), denunciado por estar ligado al narcotráfico y recibir “apoyo financiero” para sus campañas políticas.

 

El pueblo hondureño se juega su futuro en las elecciones de 2021, ya que después de casi 12 años de gobiernos del Partido Nacional, la llamada “cura” del golpe de Estado a Manuel Zelaya Rosales, es evidente un retroceso. Tanto Pepe Lobo (2010-2013), como JOH (2014-2021), le apostaron a la vigencia y profundización de un modelo neoliberal aumentado en corrupción y narcotráfico, que ha generado más miseria, dependencia y menos democracia.  Es un modelo avalado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), incluso aplaudido, en tanto los logros de la estabilización económica como menor déficit fiscal e inflación, se miran como los principales objetivos de desarrollo de un país, no importando el sacrificio de la gente a la espera de un nuevo amanecer de oportunidades para todos.

 

Estos logros, en la práctica y para la gente, se quedan cortos si se comparan con el aumento del desempleo, pobreza, inseguridad alimentaria, desigualdad económica y social. Pero, también, con los costos de la estabilización económico, como el aumento de la deuda externa, privatización, extractivismo, violaciones de derechos humanos y desnaturalización de la democracia, al volver benigna, tal es el caso de Pinochet en Chile, una política económica con un régimen de gobierno autoritario, represivo y concentrador de poder. En la letanía quedó el argumento de Hayek que las ideas liberales o neoliberales son parte de gobiernos de democracia representativa y participativa, con clara separación de poderes, amplias libertades sociales, económicas, políticas e institucionalidad pública en ascenso.

 

Las elecciones se realizarán sin tener todavía claridad sobre las reglas del juego democrático. Las tesis de los dirigentes de oposición, en especial ligados al partido liberal y corrientes internas de LIBRE, es que hay que celebrar dichas elecciones, caso contrario JOH puede alargar su periodo de gobierno y quedarse en el poder, por los menos dos años   más; incluso justificando la convocatoria a una Constituyente que “refunde” la patria grande de Morazán.

 

Una de las principales reglas, es que vote todo aquel ciudadano y ciudadana que está habilitado para ejercer el sufragio. En la actualidad se habla que un poco más de 150,000 personas no podrán ejercerlo, ya que no saben donde les toca votar, en tanto su centro de votación fue cambiado. A ello se suman cerca de 200,000 nuevos votantes que todavía no tienen ni la tarjeta de identidad nueva ni la tarjeta vieja, ya que cumplen la edad requerida en fechas próximas de las elecciones internas.

 

En realidad, cerca de 1.6 millones de personas se ha denunciado por la representante consejera de LIBRE en el Consejo Nacional Electoral (CNE), abogada Riccy Moncada, enfrentan problemas para ejercer el sufragio, por lo que puede alimentarse un fraude electoral, sino se autoriza una modalidad alterna de votación por dicho organismo, como ejemplo votar con la identidad vieja (perforada al momento de ejercer el sufragio), o instalar cuadernillos especiales y/o una urna aparte para este tipo de votantes, ya que los políticos no creen en el registro de huellas digitales como control de votantes.

 

Otro problema es el uso de credenciales con nombre y apellido para los representantes de las corrientes internas en las mesas electorales. El CNE autorizó que las credenciales se entreguen llenas, con nombre y apellido, pero hoy han cambiado de posición y recomiendan que se deje a criterio de las autoridades de dichos partidos el llenado previo de las credenciales, pero no todos enviaron o enviarán las mismas. Se sospecha de un tráfico interno de credenciales (llenas o vacías), por aquellos movimientos con más recursos económicos y cuyos líderes ejercen el control directo del partido.

 

En LIBRE se exige que se otorgue la credencial llena a cada corriente interna, pero el problema es que los movimientos con menores posibilidades de triunfo no están de acuerdo, y se asocien para enfrentar a la candidata Xiomara Castro, eventual ganadora de los comicios. En tal sentido, entregarían 4 credenciales con una relación de 3 a 1, o sea tres de la oposición frente a uno del mal llamado “oficialismo” de LIBRE.

 

El conteo de los votos se dejó a criterio de las autoridades de los partidos políticos. En el caso de LIBRE, se habla de tres conteos: municipal, departamental y nacional, a efecto de evitar que resultados por la adulteración de actas por el nivel central se acepte, como en elecciones pasadas, como una verdad eterna, y no se pueda corregir. En el Partido Liberal, hay dos posiciones encontradas, pero cada movimiento realizará su propio conteo a nivel local. Los nacionalistas son más disciplinados, y confían en que el conteo a nivel central sea suficiente, y no se generen protestas de los aspirantes a cada cargo.

 

Para las elecciones generales se espera que exista un solo censo, aunque el nuevo inquilino de casa de gobierno sea electo con menos de 40% de los votos, al no aprobarse la segunda vuelta electoral, ni garantizarse la efectivad del voto de los hondureños en el exterior. La falta de una nueva Ley Electoral completa está profundizando una democracia trunca, aunque la esperanza es que toda la oposición se junte en un solo candidato o candidata a la presidencia de la República y pueda ganar las próximas elecciones frente al Partido Nacional que, según pronósticos iniciales de JOH, estaría en el poder unos 50 años.

 

Tegucigalpa, DC, 5 de marzo de 2021

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/211260
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