Vivienda social como activo financiero en México

11/12/2020
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Foto: http://www.teorema.com.mx/
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La vivienda es un bien esencial para la reproducción de la vida. Si bien hay distintas interpretaciones sobre cómo deben ser los mecanismos de acceso a ella, el tipo de tenencia y propiedad, las formas de financiamiento, calidad, tamaño, equipamientos y localización esta respecto al conjunto urbano, existe la idea en general que esta constituye un bien esencial para todos y todas.

 

Para los países de América Latina, históricamente la ocupación irregular de suelo en las periferias de las ciudades y la autoconstrucción han sido una de las principales formas en que los sectores populares han logrado acceder este bien esencial, pero desde la década de 1990 en la región, se experimentó un viraje en esta tendencia hacia la promoción pública y privada del acceso a la vivienda a través del mercado formal.

 

Aunque es en el texto, elaborado por Stephen Mayo y Ángel Slomo (a encargo del Banco Mundial), Hosing: enabling markets to grow. Housing political paper, donde se establecen las directrices generales para dar “solución” al problema de la vivienda a través de los mecanismos del mercado formal, en cada país se retomaron solo algunas de estas; para el caso de México, una de las recomendaciones adoptadas, fue la creación (o reforma) de un sistema de financiamiento que apoyara a los demandantes en la adquisición de viviendas a través de préstamos hipotecarios.

 

Estas recomendaciones fueron en parte una de las razones de las reformas en 1992 al Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), institución que pasó de ser una promotora de vivienda para los sectores asalariados del país, a una hipotecaria social que facilitara créditos hipotecarios a aquellos derechohabientes que cumplieran con los requisitos mínimos para otorgarles un préstamo.

 

Así, antes de 2004, el Infonavit se financiaba solo por las aportaciones de los patrones, los recursos acumulados por los trabajadores en sus subcuentas de vivienda y las contribuciones del gobierno federal, pero después de este año, la hipotecaria social comienza a desarrollar una nueva forma de financiamiento, que, a decir de la misma, “impulsará un mayor otorgamiento de créditos y contribuirá a solucionar el grave problema de falta de vivienda en el país”.

 

Este mecanismo es la venta en la Bolsa Mexicana de Valores de parte de su cartera de créditos hipotecarios, este proceso toma el nombre de titulización, ya que corresponde al empaquetamiento y compraventa de los bonos o títulos de deuda hipotecaria que acumulan instituciones públicas y privadas, es decir, no venden los inmuebles que paga el deudor de los créditos, lo que circula en los mercados de capitales son los certificados de deuda.

 

Fue en 2004, y a través de Nacional Financiera (NAFINSA), que el Infonavit emitió en la Bolsa Mexicana de Valores los primeros bonos de las deudas hipotecarias que mantenía en su cartera, instrumentos financieros que reciben el nombre de Certificados de Vivienda (Cedevis), los cuales entre 2004 y 2014 han permitido recaudar a la hipotecaria social alrededor de $90,580 millones de pesos, donde poco más de medio millón de hipotecas son las que respaldan con los pagos mensuales de los trabajadores, el pago de los intereses de los certificados bursátiles.

 

Si bien estos números, hacen pensar que esta técnica financiera puede ser un eficaz método de financiamiento externo para la hipotecaria social, que haga posible a un mayor número de derechohabientes el acceso a la vivienda constituye una forma de articulación de las economías domésticas de las familias deudoras a los circuitos nacionales y globales del capital financiero.

 

Comprometiendo no solo su trabajo pasado (ahorros), si no también su trabajo futuro, para el pago de un bien inmueble en desarrollos urbanos localizados en la mayoría de los casos en las periferias exteriores de las ciudades y con bajas calidades de habitabilidad, donde la lejanía a los centros de trabajo y ocio, así como por las condiciones de inseguridad y malas condiciones de los espacios habitacionales, se fomenta progresivamente en el país el abandono de las viviendas de interés social.

 

Referencias:

 

BBVA-Bancomer, 2019, “Situación Inmobliaria en México”, disponible en: https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/situacion-inmobiliaria-mexico-primer-semestre-2019/#:~:text=Primer%20semestre%202019,-Tipos%20de%20Archivos&text=Como%20el%20resto%20de%20la,cuarto%20trimestres%20ca%C3%ADdas%20del%20PIB

 

Infonavit, “Reporte de emisión de CEDEVIS y CDEVITOT”, (Varios años), disponible en: https://portalmx.infonavit.org.mx/Cedevis/cedevis.html

 

Rolnik Raquel, 2017, “La guerra de los lugares. La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas”, LOM, Santiago de Chile, Chile.

 

Gustavo Gerardo Gutiérrez Ramírez, estudiante de doctorado en urbanismo, UNAM; contacto: grgustavog@gmail.com.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/210150
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