La ALCE: hacia el progreso científico latinoamericano

01/12/2020
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Tomado de: https://twitter.com/m_ebrard/status/1328464380309061635
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El pasado lunes 16 de noviembre, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, lanzó un tuit sobre “el avance de la ALCE”, no se refería exactamente a uno de los habitantes del frío hemisferio norte, no, sino a la ¡Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE)! Sí, la agencia con la cual América Latina apuesta a la industria espacial y claro, a la conquista del espacio.

 

La noticia no es nueva, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la cual México tiene la presidencia pro tempore y que, por razones de la conocida pandemia, mantendrá el próximo año 2021, contempló en su agenda el fomento de cooperación tecnológica y científica en el ámbito aeroespacial como tema de desarrollo regional desde hace tiempo (Plan de trabajo Celac 2020).

 

Desde esa posición, el secretario Ebrard aseguró que si “América Latina y el Caribe no participa en la carrera espacial, muy probablemente vamos a tener cada vez más desventajas en materia científica y tecnológica que se traduce en debilidad e incapacidad para resolver los problemas que tenemos en materia de bienestar social” (Comunicado SRE, 16 noviembre de 2020).

 

Un tema similar fue discutido en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 1948 con énfasis en los problemas para impulsar el proceso industrial, entre ellos: la urgente diversificación de la producción, la necesidad de inversión extranjera y la importación de tecnología y artículos de consumo, para lo que se demandaban dólares. Para ese impulso se requería un programa propio que generara el conocimiento de la región y evaluara sus posibilidades frente a tiempos adversos al deteriorarse el intercambio comercial, principalmente orientado hacia Estados Unidos (Prebisch, Cincuenta años del pensamiento de la CEPAL, 1998).

 

Y se hizo, pero el desarrollo industrial no alcanzó a todos, mucho menos para responder a las crisis petroleras de 1970, al problema de la deuda de 1980 que terminó generando una mayor dependencia al exterior y mucho menos la subordinación tecnológica y la gran población excluida que acentuó la situación periférica que caracteriza a los países menos avanzados. Aún con los prometidos ajustes neoliberales, la brecha de rezago no mejoró: Latinoamérica es una de las regiones más desiguales del mundo.

 

ALCE recuerda, una vez más, que la investigación científica y tecnológica forma parte de las estrategias de desarrollo regional. El desafío está en cómo hacer que la innovación sea prioridad, ya que Latinoamérica sigue siendo dependiente del progreso técnico generado en otras regiones. Para replantearlo y reactivar un dinamismo empresarial, desde luego se requerirá la creatividad de todos los sectores sociales. Una creatividad anclada en el apoyo de las políticas públicas. No sólo para generar recursos y lanzar satélites espaciales, sino para las estrategias de reinserción en una economía que exige nuevas relaciones de cooperación internacional que puedan impulsarlas en conjunto con la sociedad.

 

La firma de la ALCE es resultado de la invitación de México y Argentina, concretada el 9 de octubre en el marco de la Semana Mundial del Espacio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Al acuerdo se han sumado ocho países: Bolivia, Ecuador, Argentina, Paraguay, El Salvador y como observadores Colombia y Perú, el proyecto va avanzando. La idea es que la inversión se desarrolle a través de las agencias espaciales estatales.

 

La CELAC, desde donde surge la iniciativa, existe desde 2011, se promociona como el mecanismo de concertación y diálogo más unificado, integrada por 33 países de la región, sin Estados Unidos ni Canadá, ahora tampoco Brasil. Cuenta con un acercamiento directo con la Unión Europea, China, India, Corea del Sur, Rusia y Turquía. Y esto podría cambiarlo todo, o no, si la experiencia del progreso tecnológico y científico del pasado se replica en la industria espacial.

 

Quizá será mejor esperar. Estos son tiempos adversos, la vacuna también va avanzando del lado de la ciencia en la misma dinámica México-Argentina y promete ser distribuida en toda la región. Si no funciona, siempre tenemos un plan b: ALCE que comenzara su operación en 2021, después de todo ¿qué podría salir mal?

 

Referencias:

 

Prebisch, Raúl (1998 [1949]). “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas” en Cincuenta años del pensamiento de la CEPAL: textos seleccionados, Santiago, Chile: Fondo de Cultura Económica/CEPAL) Vol. 1, pp. 63-129

 

Plan de trabajo CELAC, recuperado de: https://ppt-celac.org/plan-de-trabajo (consultado el 18 de noviembre de 2020)

 

Avanza mecanismo regional para constituir la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, comunicado Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE), 16 de noviembre de 2020, recuperado: https://www.gob.mx/sre/prensa/avanza-mecanismo-regional-para-constituir-la-agencia-latinoamericana-y-caribena-del-espacio (consultado el 16 de noviembre de 2020)

 

Consultas:

 

Fajnzylber, Fernando. “Industrialización en América Latina: de la ‘caja negra’ al ‘casillero vacío’: comparación de patrones contemporáneos de industrialización”. (1990) en Cuadernos de la CEPAL. (Santiago, Chile: Fondo de Cultura Económica/CEPAL) No. 60, Pp: 11-31

 

Pinto, Aníbal (1998 [1970]) “Naturaleza e Implicaciones de la "Heterogeneidad Estructural’ de la América Latina” en Cincuenta años del pensamiento de la CEPAL: textos seleccionados. (Santiago, Chile: Fondo de Cultura Económica/CEPAL) Vol. II, pp. 547-567

 

Rodríguez, Octavio. El estructuralismo latinoamericano. Siglo XXI/CEPAL, México, 2006

 

Adriana Paniagua Sánchez

Estudiante del Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/210007
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