Plumíferos de Vox

Bolivia: incitación al racismo desde la caverna española

26/10/2020
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Alejandro Entrambasaguas de OK Diario denunciado por racismo
Foto: https://laultimahora.es
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Durante el tiempo transcurrido en Bolivia desde el golpe de Estado hasta las últimas elecciones -casi un año-, los medios de comunicación fueron una gran maquinaria de distribución de bulos con la finalidad de socavar la moral de los votantes del Movimiento Al Socialismo (MAS). Antes y durante la campaña electoral, casi toda la prensa boliviana hizo un esfuerzo abrumador de propaganda política en desprestigio del anterior gobierno de izquierda y de sus dirigentes. En esta campaña fue fundamental el control de los periódicos impresos y digitales, aunque también desempeñó un papel significativo la televisión pública, conquistada por los sublevados, y la lucha política por el relato de los acontecimientos se dirimió intensamente en las redes sociales.

 

Este esfuerzo manipulador estuvo coordinado con las actuaciones judiciales del gobierno de facto contra Evo Morales y otros miembros de su partido. Hasta una semana antes de las elecciones, la Fiscalía siguió abriendo procesos contra el ex presidente, el candidato a presidente Luis Arce y el Secretario General de la Central Obrera Boliviana (COB), acusándolos con cargos de terrorismo y genocidio por los bloqueos de carreteras del mes de agosto, que forzaron la firma de un pacto con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para convocar elecciones con garantías.

 

La fuente tóxica: Entrambasaguas

 

Un pseudoperiodista español fue la principal fuente de información de muchos periódicos bolivianos para vincular al ex presidente en supuestos delitos, algunos de naturaleza sexual, en sucesivos intentos por desdibujar su figura y enturbiar el clima político preelectoral. Alejandro Entrambasaguas, un joven sin escrúpulos que transmite videos infestos a través de redes sociales, fue quien suministró las “primicias” a la prensa boliviana. Por ejemplo, dos meses antes de las elecciones, “reveló” que Evo Morales había ordenado asesinar al director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), el coronel Iván Rojas.

 

La forma de calumnia que más ha cultivado este individuo fue denigrar al ex presidente de Bolivia con acusaciones de “pedófilo”, un insulto muy apreciado por la derecha golpista, que llegó a convertirlo en apodo. A finales de septiembre, Entrambasaguas publicó un artículo en OK Diario en el que aseguraba que Evo Morales había tenido un hijo con una menor de 15 años, citando como fuente un “informe secreto” de la policía boliviana. En otra de sus emisiones destinó infinidad de comentarios a lo que llamó "repercusión de la relación pedófila de Evo Morales en la prensa internacional". Sobre este asunto también produjo al menos una hora de material audiovisual deleznable, en línea con sus colegas bolivianos, a quienes mostró supuestas conversaciones obtenidas del teléfono móvil que la policía requisó a una amiga de Evo Morales -de 19 años- al regresar a Bolivia. El informante reconoce que el teléfono solo registra conversaciones de 2020, cuando la joven es mayor de edad, pero especula con que “las investigaciones se están haciendo por una relación previa”. Esta gran farsa mediática se organizó a mediados de agosto, durante el bloqueo de todo el país, en plena lucha del pueblo boliviano por recuperar la democracia.

 

Entrambasaguas lanzó esta intoxicación en Facebook y recibió una respuesta contundente en la misma red social: “Solo quieres fama y seguidores en Sudamérica, porque en España eres un cero a la izquierda, solo eres el perrito faldero de VOX”, le contestó una usuaria. Ciertamente, en España se lo vincula estrechamente con este partido de ultraderecha y fue acusado de “fabricar bulos contra Podemos y difamar a la formación morada, recurriendo a métodos mafiosos si es necesario. De hecho, un juzgado lo investiga por un presunto delito de acoso a los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero”, según reveló La Última Hora.

 

Es notable la influencia desmedida que adquirió este impostor durante los últimos meses en Bolivia. Una noticia como esa, de política interior española, se reprodujo con amplio despliegue en la prensa boliviana, por ejemplo en el diario digital Opinión, como si el protagonista fuera una estrella del periodismo internacional.i De igual manera, cuando el joven fantasioso divulgó el bulo de que Evo Morales pretendía asesinar al director de la FELCC, El Diario, un periódico con solera y de difusión nacional, publicó en titular: “Morales ordenó asesinar al director de la FELCC”.ii La mayor parte de la prensa boliviana siguió esta misma pauta. Los patrones de los medios de comunicación querían desgastar al movimiento popular para que llegase exhausto a las urnas, y Entrambasaguas les iba proporcionando, día a día, la materia prima elaborada.

 

El golpismo en Bolivia y su reflejo en España

 

Hay que recordar que el vocero en política exterior de Vox en el Parlamento Europeo, el eurodiputado Hermann Tertsch, viajó a principios de año a La Paz acompañado por Santiago Abascal para respaldar a los golpistas y establecer acuerdos de colaboración con ellos. Una de las grandes obsesiones de esa delegación fue que el gobierno de facto adelantase la investigación de la supuesta financiación irregular de la campaña electoral del MAS, para poner el foco en las actividades realizadas en Bolivia por la consultora Neurona. Esta causa, una más en la montaña de investigaciones judiciales abiertas sin fundamento contra Evo Morales y miembros de su partido, era vital para los delegados de Vox, había que construir este caso cuanto antes. En España el Partido Socialista y Podemos habían alcanzado un acuerdo de gobierno. Vox buscaba sabotearlo como fuera, aun recurriendo a triquiñuelas de los golpistas bolivianos. La Fiscalía de Bolivia citaría a declarar a Pablo Iglesias y a otras personalidades de renombre en España, escogidas según el criterio disparatado de Vox. El 3 de enero, la televisión pública boliviana informaba:

 

“El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, junto a los legisladores españoles Víctor González y Hermann Tertsch, anunció que solicitará a la Fiscalía General convocar a Pablo Iglesias, líder del partido español Unidos Podemos, al expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero y al abogado Baltazar Garzón con la finalidad de investigar la malversación de dinero de los bolivianos por la, presunta, financiación del Movimiento Al Socialismo (MAS) a políticos extranjeros.”

 

Rodríguez Zapatero aún no ha salido de su asombro por figurar entre los citados. En cuanto a Baltazar Garzón, su delito no puede ser otro que haber ejercido como abogado defensor de Evo Morales frente a la persecución del régimen golpista. Semejante dislate no causa extrañeza en boca de Murillo, el hombre fuerte del gobierno de Áñez, ya que todas sus intervenciones públicas tuvieron un toque de surrealismo. La lista de posibles imputados se completaba con Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. Otros medios de comunicación presentaron el caso de forma mucho más escandalosa, como por ejemplo el obviamente derechista El Diestro, que titula: “Bombazo de Hermann Tertsch revelando los motivos por los que Sánchez habría ordenado intervenir en Bolivia”, construyendo una gran noticia a partir de un tuit.iii

 

En esos mismos días se intentó vincular también esta cuestión con un oscuro incidente diplomático: el gobierno transitorio de Jeanine Áñez acusó a la embajada de España de haber acometido un intento de liberar ex funcionarios del MAS asilados en la embajada de México. Los medios de comunicación bolivianos dramatizaron el caso y denunciaron la intervención de “encapuchados” (los GEO de la policía española), acusando a España de vulnerar la soberanía nacional. El ministro Murillo ordenó sitiar la sede diplomática mexicana y denunció que la legación española había pretendido rescatar al ex ministro de Presidencia del MAS, Juan Ramón Quintana, para que no pudiera declarar por “malversación” en un caso que supuestamente afectaba a Podemos.

 

A su regreso a España, Hermann Tertsch parecía haberse mimetizado por completo con los golpistas bolivianos. En efecto, el 2 de enero, un día antes de las declaraciones de Murillo, Tertsch confundió el escenario y llamó a la intervención del Ejército español contra la formación de un gobierno constitucional en España. Más precisamente, sugirió en un tuit “la aplicación del Artículo 8 [de la Constitución] para que las Fuerzas Armadas interrumpan un obvio proceso golpista de voladura de España como nación”. Esa mimetización se advierte, además, en haber copiado el uso del término “golpista” para aplicarlo a las víctimas del golpe y no a sus promotores o perpetradores. En otro tuit se refirió a supuestos nexos económicos entre partidos progresistas de Bolivia y España, concluyendo de una forma amenazadora: “van cayendo los hombres clave del entramado económico y de lavado del régimen narcocomunista de Morales. Y en Madrid hay más de uno que tiembla”.iv

 

Podemos presentó una querella ante el Supremo contra los dichos del eurodiputado porque “incitaban a la rebelión armada” contra el incipiente gobierno de coalición, así como al “odio por razón de ideología”. El Tribunal Supremo resolvió el 8 de ocubre que no admitía la querella, al entender que se trataba “más bien de una opinión o un deseo sobre cuál debería ser la actuación de las Fuerzas Armadas en una determinada situación de hecho”. Si bien preserva el derecho a la libertad de expresión, esta sentencia sienta un triste precedente al dejar impune la apología del golpismo.

 

La actuación coordinada de la ultraderecha ibérica con la derecha boliviana prosiguió hasta la celebración de elecciones en Bolivia, y continúa tras el fracaso de la moción de censura presentada por Vox contra el gobierno español. Incluso después del nuevo triunfo electoral del MAS, Entrambasaguas seguía instando a la Fiscalía del gobierno golpista a que citase a declarar al vicepresidente español Pablo Iglesias y otras cuatro figuras políticas españolas, a las que asocia sin pruebas con supuestas maniobras de “la consultora chavista Neurona, vinculada a Podemos”. El activista comunicacional de Vox argumenta en OK diario: “Ahora, tras la arrasadora victoria de Luis Arce, tanto esta petición de la fiscalía como la investigación judicial del caso Neurona serán definitivamente archivadas, a no ser que el actual Gobierno, al que aún le queda un mes en el poder, agilice los trámites y ejecute una comisión rogatoria.” En eso consiste ahora la tarea del plumífero, en alentar al gobierno golpista boliviano, que ya está en desbandada, a colaborar con sus hermanos mayores de la ultraderecha española.

 

Racismo explícito: un delito de odio

 

Durante los bloqueos de carreteras del mes de agosto, Entrambasaguas calificó a Evo Morales como “un auténtico cobarde”, alguien que “no da la cara”, incluso después de haber conseguido comunicarse por teléfono con él (¿de forma fraudulenta?) y de que Morales le cortase la llamada por inmiscuirse en su vida privada. A semejanza de Tertsch, el aprendiz de agitador ultra enviado por Vox a Bolivia entremezcla referencias espurias a “la contabilidad paralela y turbia de Podemos” con difamaciones contra Evo Morales basadas en 'revelaciones' del ministro de Justicia golpista. Más allá de su responsabilidad personal, convendría saber quién financia en España sus actividades de intrusión en la política interna de otros países para impedir esta injerencia exterior. El plumífero de Vox reveló en una de sus emisiones, en agosto pasado, que OK Diario lo había enviado a Bolivia para realizar una investigación durante más de dos años. Muchos medios de comunicación españoles tienen un solo corresponsal para toda América Latina, incluidas algunas cadenas públicas de televisión como TV3 (que cubre toda la información del subcontinente haciendo malabares desde Buenos Aires). Parece sospechoso que un medio panfletario y de escasa relevancia, como es el caso del digital OK Diario, cuente con presupuesto propio como para mantener un enviado permanente en La Paz.

 

La matriz ideológica que inspira los infundios vertidos contra Evo Morales y otros dirigentes del MAS es de un exacerbado eurocentrismo que lleva implícito el desprecio por los pueblos originarios del continente americano y supone por tanto una apología del colonialismo. Él mismo no duda en resaltarlo cuando comenta, con mucho resentimiento y un lenguaje claramente racista, el resultado de las recientes elecciones. En una filmación que difundió por You Tube al conocerse la victoria electoral del MAS, Entrambasaguas le explica a su interlocutor en Bolivia: “El votante medio del Movimiento al Socialismo es un votante con un nivel intelectual nulo, prácticamente inexistente. Ya no te digo cultural, que no tienen prácticamente nivel. El votante medio del partido de Evo Morales no tiene nada que ver con el votante de Podemos. La mayoría de la gente que ha votado a Evo Morales es gente que vive en el campo, gente que no sabe lo que es un teléfono móvil, ni internet, y mentalmente no tiene absolutamente idea de prácticamente nada. Son analfabetos literales. Hay mucha gente que no sabe hablar el español. Hablan aymara, quechua o idiomas nativos indígenas y no tienen ni idea de lo que es la civilización.”

 

Esta cita no tiene desperdicio. Expresa cabalmente la patología social de quien la enuncia. Nadie puede llamar periodista a un individuo que se manifiesta con tanto desprecio por la población a la que describe. De hecho, este vocero de la extrema derecha voxista muestra una enorme incultura en al expresar sus prejuicios. Cuando se refiere a la gente que vive en el campo como ignorantes y “analfabetos literales”, o al afirmar que por hablar lenguas indígenas y no el español “no tienen ni idea de lo que es la civilización”, todo lo que evidencia es su abismal ignorancia. O su mala fe. En un caso u otro, siempre siembra la semilla del odio. (Por si fuera posible desasnarlo, recordemos que la UNESCO declaró a Bolivia país libre de analfabetismo hace seis años, con una tasa inferior al 4 % de la población -2,7 % en 2017, una tasa muy cercana a la española- gracias a las campañas promovidas por el gobierno de Evo Morales con la ayuda de Cuba, que permitieron la alfabetización de más de un millón de habitantes.

 

Esas manifestaciones xenófobas ya concitaron una respuesta airada de un ex diplomático boliviano en España, Jorge Ramiro Tapia, quien reclamó a la actual Misión Diplomática de su país que “se tomen las acciones pertinentes para defender este tipo de atropellos a nuestra dignidad y solicitar la retractación y disculpa pública al señor Alejandro Entrambasaguas”. Esta es una primera reacción individual, a la que seguirán otras mucho más enérgicas, ya que sus declaraciones pueden tipificarse en España como un delito de odio, al fomentar públicamente la discriminación de un grupo étnico por motivos racistas, lo cual sin duda tendría consecuencias más graves que una simple disculpa pública.

 

Así lo ha entendido el abogado Manolo Rojas, que presentó en La Paz una denuncia ya admitida a trámite por el Ministerio Público de Bolivia, en la que acusa a Entrambasaguas por delitos de tres tipos penales: discriminación, racismo e incitación al odio y al racismo. Este abogado boliviano es consciente de que el acusado ya no volverá a pisar Bolivia, pero afirma que la justicia de su país tiene los medios técnicos y la potestad para citarlo en audiencias a través de internet y exigirle declaraciones virtuales. Y concluye: “No entraría en la cárcel, pero sentaríamos un precedente importante en la historia boliviana, para que el día de mañana no venga ningún extranjero a tildarnos de incivilizados, ignorantes o analfabetos”.v

 

@eduardogior

 

 

ivEl periodista Hermann Terstsch, hijo de un militante del partido nazi alemán, fue comunista en su juventud, luego viró a la derecha y más tarde se convirtió en neofascista al incorporarse a Vox. Durante muchos años fue corresponsal y opinólogo de El País, reciclado después en Telemadrid, Onda Cero, ABC y otros medios de la caverna mediática. En dos ocasiones tuvo que indemnizar al padre de Pablo Iglesias, una vez por haber llamado criminal al abuelo del líder de Podemos (fusilado después de la guerra civil) y la otra por haber publicado en ABC que su padre, Francisco Javier Iglesias, había intervenido en la muerte de un policía en 1973. A pesar de sus antecedentes, Tertsch fue designado covicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Europea-Latinoamericana (EuroLat) en una votación que resultó muy controvertida, pues contó con la oposición de los representantes de Podemos, el voto favorable del PP y la sorprendente abstención de los socialistas.

https://www.alainet.org/es/articulo/209481?language=en
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