Crimen sin castigo: (E)lecciones del Covid-19 en EE. UU.

Terapias de shock: de la Rusia Post soviética a las TIC en el comercio-e

18/03/2020
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La caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) supuso una transición distinta para sus habitantes; quienes durante años estuvieron preparados y educados para pasar de capitalismo al socialismo en el mundo, ahora se veían obligados a desprenderse de ese pensamiento y, en el plano de lo concreto, dejar el socialismo real e iniciar con el capitalismo, también real.

 

Debido a que las nuevas autoridades capitalistas rusas de cohorte atlantista[1] previeron que una transición larga pondría al descubierto las contradicciones propias del sistema a imponer; decidieron entonces la implementación de terapias de shock[2]. Es decir, que la adhesión al capitalismo fuera de un impacto total en Rusia en poco tiempo –efectiva-, sin permitir una reacción organizada para impedirla y en caso de que emergiera, fuese de fácil localización para contenerla y erradicarla. Así, la animadversión que los soviéticos tuvieron al capitalismo la vieron mermada de la noche a la mañana, al tiempo que comenzaron a surgir los nuevos ricos, productos de esa terapia liderada y orquestada por Víctor Chernomirdín y Yegor Gaydar para impulsar a Boris Yeltsin. El capitalismo ya no era el enemigo, ahora su asimilación se convirtió en el objetivo general. El resultado de estas acciones se aprendió como un manual, mismo que se repite a nivel planetario en 2020, bajo otras especificidades.

 

En fechas recientes sucedió que en Wuhan China se focalizó la expansión de un virus nombrado COVID-19 (Coronavirus), su impacto y consecuencias son de carácter mundial, con una concentración más fuerte en los países occidentales; si bien, es muy temprano para aventurarse a conocer las causas que originaron esta pandemia,[3] declarada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se observa un cambio radical en las formas de consumo a las que se expone a la población sobre todo –tal como muestra el mapa de la expansión del virus– la occidental.

 

¿Por qué hacer énfasis en este abigarramiento geográfico del virus? Resulta ser que la concentración del consumo mundial se da en estos países; de manera significativa, los ordenadores utilizan ordenadores electrónicos para medir el impacto de la transición masiva del mercado aún tradicional al electrónico. Se colocaron ya accesos abiertos –temporales obvio– a recursos electrónicos alojados en la nube-e, los cuales comienzan ya a funcionar como un gancho, estrategia de mercadotecnia, para generar clientes cautivos, no se trata ya de enseñarle el capitalismo a los otrora soviéticos, la idea es enseñar a la población mundial las nuevas formas del mercado, los nuevos productos y sus representantes.

 

Es de enfatizar que la estrategia es doble, en un clima de efervescencia mundial a favor de acciones para revertir los efectos del colapso ambiental y la urgente necesidad de elaborar políticas igualitarias sin distinción de género, la digitalización se utilizará para domeñar todas aquellas resistencias que propugnan alternativas como la decolonización o el comercio justo, lo mismo que sucedió con el concepto de democracia después de la revolución mundial de 1968.

 

La cuarentena mundial está orientada a repetir la receta utilizada en la nueva Rusia democrática, el miedo hace que los consumidores digitales se acerquen más a los dispositivos electrónicos de control, sin importar entregar sus datos y la privacidad que emana de éstos. Es un hecho que se preparan los argumentos de una pedagogía que enseña ya, desde estos momentos, que se está transitando a algo nuevo, para ello se observan los encabezados de los tanques de pensamiento estadounidenses hablando del fin de la globalización. ¿Qué sigue?

 

Una pregunta similar se hizo Immanuel Wallerstein[4] a finales del siglo pasado. Mientras se observa que el adelanto de la salida de la Unión Europea por parte de Reino Unido se concreta con los cierres de frontera anunciados por Alemania, así como el arribo de ayuda humanitaria a Italia por parte de Venezuela, Cuba y China, cosa inesperada por Occidente. Pero que sigue una agenda propia de control, impulsada por el miedo –ya visto en todas partes–, así lo deja ver la encuesta que hace Gallup[5] sobre la aprobación del gasto estadounidense en defensa, la cual comienza a tener cada vez más fuerza al interior del país de Martin Luther King.

 

El temor generalizado le conviene a Donald Trump, quien aprovecha el río revuelto provocado por la expansión del Covid-19 –de la misma manera que lo hizo G. Bush hijo con el terrorismo– para incrementar el miedo y reforzar sus respuestas negativas contra lo considerado extranjero, es suficiente observar el nivel de ventas por concepto de armas y los alcances que la empresa Johnson & Johnson alcanzó en la primera quincena de marzo de 2020.[6]

 

Se entreabre una rendija para pensar que los siguientes años continuarán siendo desalentadores, se observará una venta sin control de todo en absoluto, y aumentarán las mediciones basadas en el concepto de «felicidad» explicado por Slavoj Zizek, [7] que alienta la expansión de la dictadura de los datos como elemento que permite a los ordenadores tener certezas en sus acciones, habrá que observar la manera en que las plataformas virtuales colaborativas de Microsoft y Google, se erigen en la cima de las opciones para seguir trabajando: es decir, organizando la división social-digital del trabajo, sin importar el shock que esto implique y la censura (filtro del conocimiento) de Facebook.

 

«La mayor felicidad es conocer la fuente de la infelicidad».

 

Cualquier intento de transición tecnológica lleva implícita una reconfiguración del orden energético, la confrontación entre Arabia Saudita y Rusia por los precios del petróleo, encubre la verdadera condrontación entre rusos y estadounidenses por controlar el mercado mundial de energía.

 

- Abdiel Hernández Mendoza, UNAM ENES Juriquilla

 

 

 

[1] Tomando en cuenta las diferentes versiones del capitalismo e imperialismo; en este caso los atlantistas anteponen el valor económico al histórico y su objetivo es siempre comercial-marítimo, mientras que su contrario es terrestre-expansionista con un destino sanguíneo.

[2] Afectación con potencial mortal.

[3] China ya acusa al gobierno de EE. UU. por el inicio de una guerra biológica, al momento que en Irán se ordenó la creación de un centro de investigación científica, que tiene como objetivo confirmar la hipótesis de un ataque biológico.

[4] Immanuel Wallerstein, Después del liberalismo (5 edición en español), Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2003, 268 pp.

[5] Jeffrey M. Jones, “Record High Say U.S. Defense Spending Is "About Right"” en Gallup, Estados Unidos, 16 de Marzo del 2020. Disponible en: https://news.gallup.com/poll/288761/record-high-say-defense-spending-rig...

[6] Roger Lowenstein, “This company wrote the textbook for managing a public health emergency. First rule: transparency” en The Washington Post, Estados Unidos, 16 de marzo del 2020. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/business/2020/03/16/public-health-emergen...

[7] Slavoj Zizek, “Happiness? No, thanks!” en The philosophical salon, Estados Unidos, 2 de Abril del 2018. Disponible en: https://thephilosophicalsalon.com/happiness-no-thanks/

https://www.alainet.org/es/articulo/205321
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