Fracaso y derrumbe del ícono del neoliberalismo en América Latina

22/01/2020
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Si el objetivo es llenar de nueva energía al futuro estallido social, Piñera lo está logrando a todo dar, y tal vez ni siquiera se percata de ello pues su ego lo enceguece al grado de embotarle el cerebro.

 

Está desquiciado mentalmente, aseguran algunos en las redes sociales –y si a los hechos hay que remitirse muchos estamos cerca de creerles–, aunque cabe también la posibilidad de que esté intentando obtener la mayor violencia posible del lumpen que acostumbra sacar maquila de las movilizaciones sociales, y de ese modo convertir al país en un estado policial.

 

Buscándole el cuesco a la breva, se esmera en provocar al ’respetable’. ¿Lo hace a propósito, o de verdad tiene serios problemas en la ‘azotea’ y no se percata de cuán dañinas son para el país algunas de sus decisiones? Le encanta arrastrar el poncho ante la gente de izquierda confiando en que la policía uniformada siempre le sacará las castañas del fuego. Es una actitud enfermiza que supera los bordes de lo soportable en política y de lo aceptable en salud mental. Los hechos lo confirman.

 

Porfiado a nivel siquiátrico, trajo de regreso a las esferas gubernamentales a su primo Andrés Chadwick, haciendo caso omiso de la resolución del legislativo que lo sancionó con ausencia de un quinquenio de toda actividad pública. Burlándose de la gente y de la misma legislación, el mandatario encomendó a Chadwick liderar un grupo que reúna las propuestas de cambios o reformas a la Constitución que surjan de las cuatro colectividades de Chile Vamos. Ello, sin embargo, demuestra que su gobierno está en proceso de desplome, lo cual vino ser ratificado por los números dados a conocer por la empresa CEP, en especial aquellos que muestran al Presidente con una aprobación exangüe de sólo 6%, y un rechazo que supera con creces el 80%.

 

Es el mayor fracaso de un mandatario chileno en pleno ejercicio de su cargo.

 

Así parece entenderlo el pueblo. Según datos entregados por CEP sólo el 14% de las personas se identifica con algún partido político, siendo la mayoría de estos los que se ven identificados con coaliciones de izquierda.

 

En específico, el 15% del total dijo sentirse identificado con la izquierda y centro izquierda, mientras que un 7% lo hizo con la derecha o centro derecha. Más atrás, con un 6% de adhesión quedaron las personas que dijeron ser de centro.

 

Lucía Dammert, doctora en Ciencias Políticas: “Lo hemos visto en Chile, la redefinición de la autoridad pasa por entender que la autoridad no se define por la amenaza o el uso de la violencia”. Esta derecha chilena (que incluye a centroderechistas y socialdemócratas de la ex Concertación y Nueva Mayoría), hoy ve con ojos de espanto cómo ha fracasado su política violentista de la aplicación de la fuerza y el palo, del toque de queda y la persecución a menores de edad. Los fríos hechos de la dura realidad le señalan cuán poco útil y efectivas han sido sus leyes y reglamentaciones draconianas.

 

▪               Detención por sospecha

▪               Prohibido usar capuchas, máscaras y similares

▪               Carabineros revisará mochilas a su amaño

▪               Carabineros allanará –a la ‘brutanteque’- liceos, colegios y salas de clases

▪               Sanción penal para quien lance molotov

▪               Sanción penal para quien insulte verbalmente a un policía

▪               Sanción penal para quien realice el “si baila pasa”

▪               Sanción penal para quien participe en una barricada

 

A este gobierno se le acaba el tiempo; su programa se derrumbó hace meses y ya ni siquiera los partidarios de ese sector de la política chilena está dispuesta a defenderlo y apoyarlo. Sin embargo, mareado en la confusión de su fracaso, insiste en criminalizar el derecho a protesta de la ciudadanía enviando al Legislativo nuevos proyectos de ley para ahogarla en la bestialidad de una fuerza policial tan desacreditada que, en algún tiempo más, deberá ser cambiada hasta sus raíces, incluyendo su nombre, el que está referido a un arma de fuego. Pistoleros, Fusileros, Carabineros, y así…

 

Definitivamente, en lo político, este gobierno ha fallecido… o se encuentra en plena agonía. Como sea, lo delicado del asunto es que si el Presidente se niega a renunciar, los próximos dos años serán un verdadero infierno para él… y para el país. ¿Será consciente de ello y el ego le impide abrir los ojos? Aunque cabe también la posibilidad de estar gobernados por un fanático bolichero… o por un enfermo.

 

©2020 Politika | diarioelect.politika@gmail.com

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/204350?language=en
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