Perú: Congresistas plantean Asamblea Constituyente

03/10/2019
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Liderazgo de las congresistas Tania Pariona, Indira Huilca, Veronika Mendoza para construir un Nuevo Perú desde las mujeres de izquierda.
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La mañana siguiente al autogolpe de Fujimori en 1992, los diarios aparecieron censurados o no circularon. La noche del autogolpe, políticos de oposición, como Henry Pease, y dirigentes sociales, como Pedro Huilca, declaraban por teléfono a radios que en ese momento estaban siendo cercados por fuerzas militares. Nada de eso ocurrió el pasado martes 1 de octubre.

 

Acaba de salir el anuncio del Jurado Nacional de Elecciones convocando, siguiendo el mandato del Presidente Vizcarra, a elecciones para enero próximo para nombrar nuevos congresistas que culminarán sus funcione en julio de 2021, igual que el de Vizcarra. Hasta fines de enero funcionará la Comisión Permanente del Congreso de 27 miembros. Los legisladores cesados no pueden postularse a la relección, lo que ratifica que el tiempo del Congreso fujiaprista concluyó y que vamos a una transición.

 

La salida de fondo de la que los poderosos no quieren hablar es la que propone el bloque de izquierda Nuevo Perú, liderado por Verónika Mendoza: la Asamblea Constituyente.

 

¿Quién le teme a una Constituyente? “Los que saben que sus privilegios están en juego. Quienes queremos el fin de esos privilegios, lo que buscamos es que se discuta cómo recuperar la democracia que la corrupción empresarial y política han capturado”.

 

La congresista Indira Huilca (Nuevo Perú) analiza que “al renunciar PPK se abrió un nuevo capítulo de reordenamiento de fuerzas políticas en el país. La gran movilización contra el ilegal indulto para A. Fujimori y el entusiasmo ciudadano por la reforma política y el avance de la justicia anticorrupción hacían pensar en la posibilidad de una transición protagonizada por la calle, activa y vigilante. En el año y medio transcurrido, el gran frente conservador - fujimorismo, aprismo y gran empresariado– jugó todas sus cartas para frenar esta posibilidad. Echando mano de todos los grises de la ley o torciéndola a su favor, han logrado aplazar, desnaturalizar o boicotear toda iniciativa de cambio, sea en el plano político o en el judicial.

 

Con gran desprecio a las mayorías, “durmieron” los proyectos de reforma política, blindaron a jueces y fiscales corruptos y, en la semana última, han archivado el adelanto de elecciones, mientras alistan el zarpazo final para capturar el Tribunal Constitucional (TC). Si bien su prioridad es la liberación de Keiko Fujimori, la disputa por el TC va más allá, en tanto esta instancia es la máxima garante de los derechos ciudadanos, de la imparcialidad en las causas anticorrupción y de la correcta aplicación de la ley en casos, por ejemplo, de millonarias controversias tributarias, áreas en las que el frente conservador tiene cifrados sus intereses.

 

En este ciclo, el protagonismo pasó de la calle al Congreso, un espacio controlado por fuerzas cuyo “motor y motivo” principal no es otro que la impunidad. Tanto para los medios, como para el gobierno de Vizcarra, la voz de la ciudadanía se redujo a las encuestas de popularidad, a cifras a lanzarse unos a otros para robarse el oxígeno de un sistema que no da para más. El desgaste es evidente y la ciudadanía, más que vigilante y activa, aparece hoy comprensiblemente hastiada y desconfiada.

 

El malestar no es gratuito. Las salidas ante la crisis de sistema político –cuatro presidentes procesados, un Tribunal Constitucional en disputa y una eventual sucesión gubernamental que más suena a amenaza– se reducen según sus actores a un lío de procedimientos (proyectos de ley, comisiones archivadoras, cuestión de confianza). Todo ello de espaldas a la gente, a cuya movilización se teme y se combate, incluso desde el gobierno que intenta contener a la mafia (mientras pasa leyes contra los trabajadores del campo y las ciudades).

 

Ninguna de estas salidas reconoce lo fundamental: la democracia postransición, que nació negociada con los herederos de la dictadura, ha caducado. El gobierno de PPK, summum de la República Empresarial, fue su canto de cisne. La salida de fondo de la que los poderosos no quieren hablar es la que proponemos en Nuevo Perú: Asamblea Constituyente. La Constitución del 93 inauguró un sistema en el que los privados siempre ganan y el pueblo y el Estado siempre pierden. Si ese pacto se mantiene, es apenas por arreglos de corto plazo. ¿Quién le teme a una Constituyente? Los que saben que sus privilegios están en juego. Quienes queremos el fin de esos privilegios, lo que buscamos es que se discuta cómo recuperar la democracia que la corrupción empresarial y política han capturado”, concluye Indira Huilca.

 

 

Liderazgo de Tania Pariona

 

La congresista de Perú, Tania Pariona Tarqui, parlamentaria quechua originaria del distrito de Cayara, región Ayacucho, pertenece al Bloque Parlamentario Nuevo Perú (1).

 

Es activista del movimiento indígena, especialmente comprometida con los derechos de los niños/as, adolescentes, jóvenes y mujeres; cofundadora de procesos organizativos de niños y jóvenes indígenas en el nivel local, regional, nacional e internacional; integra el Enlace Continental de Mujeres Indígenas.

 

Asimismo ha participado ejerciendo la vocería en espacios de nivel local, nacional e internacional como representante del Caucus Global de la Juventud Indígena en el Comité Coordinador Global Indígena para la conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas 2014.

 

En 2016 fue elegida en el departamento de Ayacucho para el Congreso de la República del Perú por el término desde 2016 hasta 2021 por el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad. Asumiendo su cargo de congresista, juró el 22 de julio de 2016, afirmando: "Por Cayara, Ayacucho y nuestros pueblos quechuas, aymaras y amazónicos. Por su dignidad y su buen vivir. Porque no tengamos terrorismo de ningún tipo, ni subversivo ni de Estado". Habitualmente viste con un traje tradicional de Ayacucho para mostrar su identidad quechua. En su labor parlamentaria se ha dedicado a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y originarios frente a las empresas mineras, reivindicando el derecho a la consulta previa, el derecho humano al agua y reparaciones para las víctimas del conflicto armado, asimismo contra la impunidad de los autores de crímenes en esos tiempos, incluso las esterilizaciones forzosas bajo el gobierno de Alberto Fujimori (2).

 

Desde septiembre de 2017 forma parte de la bancada Nuevo Perú. El 15 de agosto de 2018, en su joven edad de 34 años, fue elegida presidenta de la Comisión Ordinaria Mujer y Familia del Congreso. Entre sus objetivos de trabajo en la comisión señaló la lucha contra la violencia hacia la mujer y el feminicidio además de la efectiva igualdad entre hombres y mujeres.

 

La congresista de Nuevo Perú, Tania Pariona, en noviembre de 2018 utilizó su cuenta de Twitter para denunciar que viene siendo víctima de racismo en las redes sociales, hecho que hizo público para generar conciencia en los ciudadanos. “Desde que ingresé en política y aún mucho antes, como muchas peruanas y peruanos de origen indígena, he sido víctima de racismo y discriminación”, indicó en Twitter. La legisladora representante de Ayacucho recalcó que este tipo de expresiones no la afectan. “Hace mucho tiempo que he decidido hacerles frente y poner su ignorancia en evidencia”, enfatizó.

 

En ese sentido, la parlamentaria de Nuevo Perú lamentó que en un país tan diverso como el nuestro aún suceda este tipo de hechos que son movilizados por los prejuicios. La publicación de Twitter estuvo acompañada de una serie de capturas de insultos racistas de los que ha sido víctima la legisladora. Para Tania Pariona, las nuevas generaciones son las únicas que pueden aprender a valorar y sentir orgullo por sus orígenes. “Que estas muestras de ignorancia, más bien, alimenten el amor por nuestro color de piel, nuestras raíces, sueños y esperanzas”, agregó Pariona.

 

Entrevista exclusiva a Tania Pariona

 

Tania Pariona, a sus 35 años, acaba de presidir la Comisión parlamentaria de la Mujer y de la Familia del Congreso de la República, expresa un impresionante liderazgo político de izquierda, como emerge en esta exclusiva entrevista.

 

¿Cómo ve el cierre del Congreso? 

 

Se ha cumplido con todos los requisitos constitucionales para la disolución del Congreso, algo que nosotros saludamos. Primero porque fue una demanda expresada por muchísimo tiempo por parte de la ciudadanía ante una representación política totalmente desacreditada, con vínculos nefastos con personajes involucrados en corrupción. Perú ha vivido un contexto bastante tenso a partir de las revelaciones de Odebrecht y Lava Jato y todo esto ha generado que en el Parlamento algunas fuerzas políticas usen justamente su investidura para blindar, proteger y hacer cambios en la legislación nacional y flexibilizar algunas sanciones o procedimientos para determinadas investigaciones. Nosotros como bancada Nuevo Perú, vinculada con la ciudadanía, creemos que esto es un hecho histórico y el poder ciudadano ha demostrado que de verdad su voz tiene sentido y valor.

 

La juramentación de Mercedes Aráoz, creemos que no tiene ningún valor jurídico, ni social, ni político porque una vez dada la disolución a través del mensaje del Presidente Vizcarra ya no hay Congreso.. Nosotros dijimos que cuando se hizo la presentación de la cuestión de confianza se dijo claramente de parte del primer ministro que si es que se procedía a la elección de los magistrados al Tribunal Constitucional (TC), se sobreentendía que ya se estaba denegando está confianza y, sin embargo, en el Parlamento los partidos del fujimorismo, el Apra y otras bancadas procedieron como si nada ocurriera y lo que generaron fue una autodisolución por la denegatoria de esta cuestión de confianza.

 

Hoy se están dando interpretaciones para todos los gustos. De un lado los que consideran que es un golpe de Estado. Yo creo que dista ampliamente del contexto de 1992 en el que sí tuvimos un golpe de Estado, un cierre del Congreso con las Fuerzas Armadas interviniendo, tanquetas, inseguridad, secuestros a periodistas. Hoy, el contexto es totalmente distinto. Ayer, yo participé de las movilizaciones ciudadanas y la verdad es que la gente tenía emoción y quería celebrar porque hemos dado un ejemplo de lucha contra la corrupción. Es el inicio de una renovación política y de toma de confianza para la ciudadanía. El gobierno de Vizcarra tiene el respaldo de las FF.AA. y policías y lo que corresponde es la instalación de una Comisión Permanente como mandata la Constitución para que el Parlamento siga tomando decisiones en lo que refiere a la institución parlamentaria.

 

El fujimorismo ve a Mercedes Araóz como la Presidenta. ¿Cómo tú la ves? 

 

Después de la disolución del Congreso, tal juramentación no tiene validez porque juramentaron a la señora Aráoz después de que el Congreso estuvo disuelto. Fueron reacciones de desesperación que el fujimorismo por supuesto ha enarbolado. Ayer, se había cerrado el pleno con acta firmada y todo y llamaron a una reanudación del pleno desesperados totalmente para sesionar de manera ordinaria cuando eso es totalmente irregular. Además, procedieron a tomar decisiones totalmente irregulares como la suspensión por incapacidad moral del Presidente Vizcarra cuando en realidad esta se declara por motivos de salud o si está corriendo riesgo su vida. Por lo que utilizaron un artículo totalmente incorrecto y saltaron todos los procedimientos regulares y legales. Aquí no hay dos presidentes, hay solo uno y una comisión permanente que debe instalarse a la brevedad para seguir funcionando como Congreso. En adelante viene un proceso de transición a las nuevas elecciones determinadas bajo decreto supremo el 26 de enero 2020. Aquí no hay golpe de Estado. Todo el país está tranquilo y en curso y a lo que llamamos es a una calma para proceder con la consolidación del proceso de disolución.