Se nos ha ido el mejor de los compañeros, Immanuel Wallerstein

06/09/2019
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El Subcomandante Marcos con Immanuel Wallerstein
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"La perspectiva de sistemas-mundo, sí los llamados movimientos antisistema llegan a saber de ella les puede parecer, excelente en su diagnóstico, desalentadora en su pronóstico y muy pobre en la proposición de terapias" (*)

 

José María Tortosa Blasco

 

En Chiapas, México, con el subcomandante Marcos. Jamás, que sepamos, se hizo una foto con ningún líder político ni revolucionario en el poder. De ellos dijo: “Los dirigentes revolucionarios que existieron en la realidad siempre han tratado de seguir un curso medio, a menudo en forma de zigzag, entre ‘venderse’ en un extremo y el ‘aventurerismo’ en el otro. Por supuesto lo que para uno es ‘aventurerismo’ para otro es ‘atentico compromiso revolucionario’. Lo que para uno es ‘venderse’ para otro es ‘dar un paso atrás y dos adelante’ (**)

 

El 1 de septiembre de 2019, cuando casi estaba a punto de cumplir los 89 años ha muerto el querido compañero Immanuel Wallerstein, el creador de “la perspectiva de análisis de sistemas-mundo”; él mismo se encargaba de describirla en una entrevista que concedió en 1999 a Carlos Antonio Aguirre Rojas cuando expresaba que “considero a esta perspectiva, más bien como un movimiento intelectual…justamente, un movimiento que impulsa una transformación del modo de hacer las cosas que hasta ahora ha sido imperante1, por eso precisamente Wallerstein era un revolucionario al plantear un abordaje de la historia y de las concepciones relativas a la política de una manera distinta a como se venían acometiendo desde siempre, “una protesta contra la forma en que quedó estructurada la investigación social desde su concepción a mediados del siglo XIX, a partir de una serie de suposiciones a priori normalmente incuestionadas”2 , según sus propias palabras. En la misma entrevista, al ser preguntado por el profesor mexicano, de si “¿la perspectiva del ‘World-Systems Analysis’, no la calificaría usted mismo como una perspectiva marxista?”, además de decir que “es una perspectiva influida por el pensamiento de Marx, pero influida también por otras perspectivas”, no dejó de recalcar al entrevistador que, “Si tú o cualquier otra persona, llaman a mi perspectiva personal, análisis marxista, no tengo absolutamente nada que objetar a esa afirmación...”3.

 

Su tesis fundamental la dio a conocer en su libro El Moderno Sistema Mundial (1974), esa de que en el mundo había un solo sistema histórico: una economía-mundo4 y que ésta era una economía-mundo capitalista, al no poder existir el capitalismo sin la estructura de la economía-mundo. Aquella tesis lo llevó a afirmar que no había y por ello no existía, una economía socialista mundial, dada la existencia por aquel entonces de una serie de países que se hacían llamar socialistas (la llamada “comunidad socialista”). Donde otros veían un “nuevo” sistema histórico el profesor estadounidense no veía más que “movimientos socialistas que controlan ciertos aparatos de Estado en el seno de la economía-mundo [capitalista]”5

 

En la ya citada entrevista a Aguirre Rojas, la más importante, extensa y enjundiosa que concedió, Wallerstein recordaba que fue aquella “tesis nuestra [la] que más reacciones en contra provocó por parte de la izquierda mundial, y que fue la idea que sostuvimos desde los años setentas… que la Unión Soviética había sido parte de la economía-mundo capitalista, de manera integral y absoluta, durante toda su existencia6

 

Ahí estaba su verdadero atrevimiento, su audacia intelectual, al desafiar la teoría vigente sobre la sociedad y su evolución hasta ese momento, pero aún más que eso no dejarse “nublar” por ciertos hechos que, si bien por un lado, marcaban un cierto declive y ajuste del capitalismo en determinadas regiones y, por otra parte constituían sonadas victorias de los pueblos en su justa rebeldía contra los opresores, como la victoria en 1959 de la Revolución Cubana, el proceso de descolonización de África, la derrota norteamericana en Viet Nam, etc., etc., aquella estelada de hechos en ningún caso significaban lo que el “marxismo del movimiento obrero” y los partidos comunistas propalaban por todo el mundo en aquel entonces: que el socialismo se había convertido en el factor decisivo del desarrollo social.

 

Quince años después de plantear su valiente afirmación, la práctica que es el mejor indicador para medir el acierto de la teoría le dio la razón, de que no existían dos sistemas sino uno solo, el sistema-mundo moderno, que es una economía-mundo capitalista como se ha dicho, el así considerado otro sistema social (el socialismo) su hoja de parra se derrumbó, incluso allí donde presuntamente se había originado (la URSS y los Estados socialistas de Europa del Este).

 

Múltiples fueron sus aportes teóricos, audaces y valientes, rompedores y provocadores, que deshacían mitos7 y, de los que por cuestión de espacio, enunciaremos solo alguno de ellos.

 

Lo primero llamativo es el hecho de considerar el capitalismo no como la mera existencia de personas o compañías produciendo para la venta en el mercado con la intención de obtener una ganancia, eso ha existido por miles de años a lo ancho y largo del planeta, ni la existencia de personas asalariadas ya que el trabajo remunerado ha sido conocido por miles de años, sino sólo cuando el sistema da prioridad a la incesante acumulación de capital.

 

Su rotundo criterio de que el mercado absolutamente libre funciona como una ideología, un mito y una influencia restrictiva, pero nunca como una realidad cotidiana, para llegar a afirmar que si bien es cierto que el capitalismo no puede funcionar sin mercados, y que los capitalistas dicen con regularidad que están a favor del libre mercado, en la práctica los capitalistas necesitan, de hecho, mercados no completamente libres, sino mercados parcialmente libres. En otras palabras “el verdadero lucro, el tipo de ganancias que permite la acumulación interminable de capital en serio, sólo es posible con monopolios relativos, por el tiempo que duren”8

 

Su concepción de que el desarrollo social no es necesariamente progresivo, como si de peldaños de una escalera se tratara, de ahí su no creencia de que todo sistema histórico sucesivo hasta la fecha haya sido más “progresista” que el anterior, considerando por ende que la economía capitalista mundial no representaba un progreso respecto de sus predecesoras.

 

La idea de que no existe el desarrollo nacional, sino que lo que se desarrolla es la economía-mundo capitalista en su conjunto.

 

La afirmación de que las dos doctrinas ideológicas principales que han surgido a lo largo de la historia de la economía capitalista mundial, el universalismo, por un lado, y el racismo-sexismo por el otro, no son contrarias, sino que forman una pareja simbiótica y cuya “dosificación” correcta ha hecho posible el funcionamiento del sistema el cual adopta la forma de un continuo zigzag ideológico.

 

El planteamiento de que lo que han hecho los movimientos antisistémicos, si uno tiene en cuenta el conjunto de sus actividades durante poco más de ciento cincuenta años, en esencia ha consistido en cumplir el sueño liberal mientras, y al mismo tiempo, que se reivindicaban como sus críticos más acérrimos.

 

Su consideración de que las presiones “económicas” son de carácter “internacional” (un término para él poco apropiado, pero el único que comúnmente se usa) mientras las presiones “políticas” predominantes son “nacionales”.

 

La refutación del mito de que existen en el mundo moderno tres ideologías: conservadurismo, liberalismo y socialismo, opuestas, contrarias e irreconciliables entre sí cuando en realidad ha existido una sola ideología, la del centro liberal, ya que con el tiempo, los programas tanto conservadores como socialistas, actuando por separado pero en formas complementarias, han sido los responsables de la aplicación del programa liberal, pero incluso mucho más que los propios Liberales con L mayúscula.

 

La idea de que la fuerza de trabajo mundial esta etnizada, al argumentar que en el sistema-mundo capitalista siempre hay ciudadanos “negros”, y que cuando no hay o su número resulta insuficiente para el proceso de valoración del capital entonces el sistema crea “negros blancos”.

 

Y finalmente para la lucha política nos dejó la lección de que el sistema capitalista había ingresado en un periodo de “caos y bifurcación”, que lo llevará en un lapso de 20-40 años a desaparecer y dar paso a otro sistema, del que no se tiene certeza de cómo será, lo cual abre la posibilidad de elegir, pero dicha elección depende de la lucha que nosotros mismos llevemos a cabo para inclinar la balanza en un sentido u otro.

 

En su último comentario, erigido casi como su testamento político, 46 días antes de morir, dejó éste mensaje que jamás invita al pesimismo a los anticapitalistas “Lo que puedan hacer quienes vivan en el futuro es luchar consigo mismos para que este cambio sí sea uno real. Sigo pensando, por tanto, que hay una probabilidad de 50-50 de que ocurra un cambio transformador, pero sólo 50-50”9

 

Como se ha arengado miles y millones de veces entre los que han luchado por transformar el capitalismo en un sistema mejor, digamos con el compañero Immanuel Wallerstein y en su memoria que “la lucha continua la victoria será nuestra”. ¡Hasta siempre compañero!

 

rodohc21@gmail.com

 

Notas

 

*La reflexión corresponde al también querido y admirado profesor español, José María Tortosa Blasco, en un intercambio de mensajes por correo electrónico el 21 de septiembre de 2016, acerca de la obra y el pensamiento de Immanuel Wallerstein. Se hace con su autorización.

 

**Wallertein, Immanuel. La revolución como estrategia y las tácticas d e transformación. En Después del Liberalismo. Editorial Siglo XXI. Sexta reimpresión. 2011. Página 211

 

1. Aguirre Rojas, Carlos Antonio. Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema mundo capitalista (Estudio y entrevista a Immanuel Wallerstein Editorial Era , 2004.

 

2. Wallerstein, Immanuel. El análisis de los sistemas-mundo. Capítulo VIII del libro “Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo”. Ediciones Akal. Madrid. España.2004. pág. 134. (las negritas resaltadas son nuestras)

 

3. Aguirre Rojas, Carlos Antonio. Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema mundo capitalista (Estudio y entrevista a Immanuel Wallerstein Editorial Era , 2004.

 

4. “una economía-mundo, es un sistema largo-mundo, no mundial: un mundo, pero no el mundo. Un mundo largo que tiene en su seno varias entidades políticas, múltiples culturas, etc. aunque desde el siglo XIX (y por primera vez en la historia de la humanidad) esa economía-mundo que se comenzó a construir en Europa occidental entre los siglos XV y XVI terminó por expandirse a todo el globo, como un sistema único y en cual vivimos todavía. Immanuel Wallerstein. El capitalismo ¿Qué es? Un problema de conceptualización. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1999.

Disponible en http://computo.ceiich.unam.mx/webceiich/docs/libro/El_Capitalismo,_que_es.pdf

 

5. Wallerstein, Immanuel. El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI. Editorial siglo XXI. 2ª Edición. Madrid 2010. Pág. 494.

 

6. Aguirre Rojas, Carlos Antonio. Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema mundo capitalista (Estudio y entrevista a Immanuel WallersteinEditorial Era, 2004 (subrayados tomados del original).

 

7. Recomendamos modestamente nuestro artículo de divulgación popular Mitos del sistema-mundo capitalista/“moderno”. Contribución de la perspectiva de sistemas-mundo de Immanuel Wallerstein a su esclarecimiento y dilucidación. Rebelión, 24 de septiembre de 2016, dedicado a su cumpleaños 86. Disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217120

 

8. Wallerstein, Immanuel. ¿ESTADOS? ¿SOBERANÍA? Los dilemas de los capitalistas en una época de transición.

 

9. Wallerstein, Immanuel. Este es el fin, este es el comienzo. La Jornada 5 agosto 2019. https://www.jornada.com.mx/2019/08/05/politica/018a1pol

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201981
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