Terrorismo de Estado y la defensa por la salud y educación

14/06/2019
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  • Opinión
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Ante la fuerza que ha tomado la protesta de la Plataforma de la Salud y la Educación en Honduras, se han acelerado la ejecución de planes terroristas del Estado Policial Militar, esto es lo que ha reflejado en:

 

-Gastos urgentes en la compra de armas, dispositivos y fuerzas para controlar la insurgencia popular; la organización de nuevas fuerzas militares y policiales, fuerzas de control de centros penitenciarios, fuerzas anti maras y pandillas, fuerza anti extorción.

 

-Incremento de cárceles clandestinas, intensificación del encarcelamiento e incremento de penas destinadas sobre todo a la juventud.

 

-Se ha acrecentado la tasa de violación sexual de mujeres y femicidios.

 

-Alta tasa de masacres y de asesinatos impunes de jóvenes y dirigentes populares.

 

-Aumento del terrorismo mediático y estigmatización y prácticas perversas de difamar a los dirigentes.

 

Ante esta situación se ha planteado la guerra entre nosotros, el diálogo del estado policial militar y el diálogo y unidad entre nosotros.

 

Lo que debemos tener en claro, que lo que existe no es una guerra entre nosotros , es una guerra total contra nuestros pueblos, donde la geopolítica y la ocupación militar utiliza al estado policial militar de Honduras para golpear al pueblo sin aparecer directamente en el escenario. Sin embargo, el pueblo se ha lanzado en las calles y ahora este gobierno necesita la acción de marines y  fuerzas militares internacionales  para que entrenen como sicarios, francotiradores y  torturadores en los cuerpos represivos del Estado.

 

Estas acciones van acompañadas de una estrategia mediática que promueve la estigmatización y división de las fuerzas opositaras en el país y que manipula la realidad haciendo creer que es una guerra entre nosotros.

 

Ante este caos y confusión ideológica se ha considerado que la solución es el diálogo con el gobierno; sin embargo hay que considerar que no se puede conversar en un clima donde continúa las masacres, el encarcelamiento y la existencia del incremento de las fuerzas represivas del Estado y el Pentágono, en otras palabras, es un diálogo con terrorismo de Estado.

 

En consecuencia con lo anterior, es urgente un diálogo entre nosotros, en el seno del pueblo y por consiguiente es fundamental la unidad por la vida y la dignidad histórica de nuestro pueblo y de los pueblos de América Latina.

 

Hay algunas preguntas que debemos hacernos: ¿Cuál es lo fundamental en este momento? La lucha electoral, quien va ser presidente o presidenta, o diputado/da, cuando los que supervisan las elecciones son las fuerzas armadas y cuando el Tribunal de Elecciones continúa en la misma dinámica y cuando se sigue aprobando leyes perversas que atentan contra los derechos sociales fundamentales: Salud, educación, alimentación, vivienda, transporte y comunicación.

 

En base a todo lo anterior planteamos lo siguiente:

 

En este momento, todos los sector son importantes, la Plataforma de Educación y Salud ha desarrollado una labor extraordinaria, quizás la más trascendente después del golpe militar.

 

Las fuerzas de oposición político-partidaria, son fundamentales.

 

La empresa privada que no está alineada al proyecto neoliberal ha sido golpeada duramente y también puede ser una fuerza unitaria, el partido afín al gobierno está fragmentado y sus sectores más honestos están en la necesidad de un cambio en la política del país, los sectores religioso y la religiosidad del pueblo han ratificado y han tomado una posición antagónica al estado policial militar. En consecuencia debe constituirse un bloque histórico contra hegemónico donde prevalezca la hegemonía del pueblo y no las posiciones individualistas, sectarias, dogmáticas que tanto han afectado el proceso de constituir una fuerza única, un frente amplio para poder vencer en forma unida a esta política neoliberal que representa el actual gobierno y los interés del pentágono.

 

Debemos defender a nuestros dirigentes auténticos de la Plataforma de la Educación y la Salud así como también a los dirigentes populares de los pueblos indígenas, campesinos, garífunas y pobladores y pobladoras y de las fuerzas de oposición al gobierno. Es esencial sobre todo defender a la juventud de hombres y mujeres sean estudiantes o no que han sido los más sacrificados en esta lucha. Compartimos una lucha ética donde no prevalezcan las ideas y prácticas patriarcales, los prejuicios racistas, la violencia de género, la homofobia y el sexismo, la opresión y explotación de clase y que respetemos las creencias culturales y religiosas de nuestro pueblo.

 

La lucha es dura y hacemos un llamado a las Fuerzas Armadas, policiales, e intelectuales que cambien su conducta servil a los intereses neocoloniales e imperiales.

 

Inspirados en el profundo amor al pueblo hondureño, sugerimos respetuosamente a los dirigentes de las organizaciones populares, de los partidos políticos de la oposición y a los integrantes de la Plataforma de Educación y Salud que no discutan los aspectos estratégicos y esenciales de la lucha heroica de nuestro pueblo en los foros radiales, televisivos y redes y que lo hagan en el marco del seno del pueblo para que estas estrategias no sean aprovechadas por el sistema de dominación y de poder político que mantiene oprimido y violenta la soberanía de Honduras.

 

Nuestro amor y solidaridad con el pueblo de Honduras y celebremos en lucha la unidad por la vida y la liberación de los pueblos de América Latina.

 

Tegucigalpa 13 de junio 2019

 

https://www.alainet.org/es/articulo/200444
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