EEUU y China en guerra por el dominio mundial: la tecnología 5G y Huawei en el epicentro

27/05/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

En días pasados el Departamento de Comercio de EEUU incluyó en su lista negra (Entity list) a la empresa china de telecomunicaciones Huawei. Esto provocó el cese de las relaciones comerciales entre las empresas de capital privado norteamericano y la empresa asiática. Quienes incumplan la medida serán seriamente sancionadas. Entre ellas estaban Alfhabet Inc. (proveedora del sistema operativo Android) e Intel, Qualcomm, Xilinx y Broadcom (todas éstas fabricantes de procesadores, módems y chips utilizados por Huawei). El gobierno de EEUU alegó que Huawei representa un peligro para su seguridad nacional. Según Washington esta empresa le brinda (espionaje) información al Estado Chino de EEUU y de otros países. Además, afirmaron que el Estado chino es accionista de Huawei. Pero como costumbre afirmaron sin brindar pruebas. Sin embargo, en días posteriores aplazaron el bloqueo económico a tres meses. Las razones del nuevo plazo no han quedado muy claras. Se especula que este giro obedecería a la dependencia de EEUU en un 80% de las exportaciones chinas de tierras y minerales raros (un grupo de 17 elementos), ubicados en Ganzhou, con el cual producen dispositivos móviles, productos electrónicos incluso armamento. Una segunda razón serían las afectaciones significativas a los ingresos de las empresas de capital norteamericano que dejarían de comercializar con Huawei.

 

En ese sentido, imposibilitar a Huawei de realizar transacciones en el mercado norteamericano implica en sí una contradicción para con sus intereses económicos, ya que provocaría una contracción económica en su propio mercado. Llamemos al bloqueo a Huawei una expresión más, pero no menor, de la guerra entre EEUU y China por dominar el mundo. Esta guerra ha recrudecido -además por el extraordinario crecimiento económico de China y la expansión de su capital en el mercado mundial- por el avance de sus empresas tecnológicas en el desarrollo de la tecnología 5G. Ren Zhengfei, fundador y director ejecutivo de Huawei, declaró que su empresa lleva dos o tres años adelantados en el desarrollo de la tecnología 5G con respecto a sus competidores (norteamericanos). También, afirmó que su compañía es autosuficiente en el proceso de desarrollo y producción de sus tecnologías, pero no es razón suficiente para dejar de comprar bienes y servicios a sus proveedores norteamericanos.

 

Esta guerra en ascenso ha tenido puntos de inflexión. Uno de ellos ha sido el arresto a Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, en Vancouver Canadá, por órdenes del gobierno de EEUU. La causa indicada es por una presunta violación de Huawei a las sanciones unilaterales de EEUU contra Irán. Por el momento EEUU se encuentra solicitando la extradicción de la directora. Un segundo punto fue la alza de aranceles a las importaciones china al mercado norteamericano por 200 mil millones de dólares. China respondió con un incremento de 60 mil millones de dólares a las importaciones norteamericanas (a partir del 1 de junio del año en curso). Esto ha dejado como saldo temprano la pérdida de 52 mil 710 millones de dólares de la empresa Apple en la Bolsa de Valores, lo que significa una caída de 05.81%, según datos entregados por Reuters. De igual manera, la procesadora de computo y productos tecnológicos Advanced Micro Devices (AMD) perdió mil 859 millones de dólares, mientras que la empresa desarrolladora de procesamiento gráfico Nvidia perdió 6 mil 281 millones de dólares. Las tres empresas norteamericanas registran una pérdida acumulada de 60 mil 852 millones de dólares.

 

Estos hechos señalan que la guerra entre estas dos potencias tiene un punto central y es el control por la tecnología 5G. A distinción de la carrera por el espacio entre EEUU y la URSS que representaba un logro simbólico de superioridad tecnológica, esta nueva -por el control de la tecnología 5G- trasciende lo tecnológico e implica la dominación absoluta de la vida social del mundo.

 

Estamos frente a lo que Michel Foucault señalaría como un panóptico de escala mundial. Es decir, un dispositivo de vigilancia y control de dimensiones planetarias. En ese sentido, la tecnología 5G es el arma más poderosa que jamás se haya construido y China con Huawei están en la vanguardia de la carrera. Esto se logra entender si nos percatamos que la mayor parte de nuestras actividades (y pasividades) están mediadas y reguladas por una red digital que prontamente navegará por medio de una infraestructura 5G. Quién controlé los códigos de seguridad de esta infraestructura tendrá un poder sin precedentes. Una vez establecido el complejo infraestructural 5G -que no es más que una multiplicidad de antenas por metros cuadrados- en cada una de las ciudades y pueblos del mundo estarán conectados a éste desde celulares y computadoras hasta cafeteras, televisiones pasando por medios de transporte, equipos médicos y todo lo que nos imaginemos. Es la consolidación de la disotopía del gran hermano de la sociedad orwelliana (novela 1984) en la nueva fase del “capitalismo de vigilancia”. Término empleado por la profesora de Harvard Shoshana Zuboff. En ese sentido, explica el filósofo Zizek que el enemigo en común de todas nuestras sociedades “es la combinación de espacios comunes privatizados y controlados por el Estado (en este caso EEUU y China), grandes empresas (Huawei, Facebook, Alphabet Inc, Microsoft, Apple, Amazon) y agencias de seguridad (NSA/CIA)”. Lo que nos establece a quién creemos en una sociedad libre y democrática en una lucha por lo que Marx llamó los “bienes comunes”, es decir la lucha por el espacio social compartido que constituye la base de nuestras interacciones que hoy en gran parte está mediada por una red digital y secuestrada por un grupo minúsculo de poder.

 

25/5/2019

 

- Mario Enrique De León, becario de IDEN-SENACYT. Maestría en Ciencias Sociales.

 

Investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA).

https://www.alainet.org/es/articulo/200044
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS