Agudizan terrorismo diplomático contra Venezuela

12/04/2019
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A la llegada del presidente Hugo Chávez al poder (1998) y con ello la apertura del Proceso Constitucional Bolivariano, se inicia una nueva geopolítica ante la visión y prácticas hegemónicas del mundo unipolar focalizado en Estados Unidos de Estados Unidos (ojo no Estados Unidos de “América”).

 

En los dos primeros años del proceso bolivariano, la brújula de la diplomacia internacional apuntó hacia nuevos ejes de integración, de allí el intento del golpe de Estado del mes de abril del año 2002, encabezado por la ultraderecha de Estados Unidos, las compañías petroleras de ese país y la ultraderecha blanca y racista de Venezuela. Ese golpe fracasó ante el pueblo irreverente, que en alianza cívico militar derrotaron en menos de 72 dos horas al presidente impostor Pedro Carmona Estanga, el Juan “Leopoldo López” Guaidó de esa época.

 

La derrota del proyecto neoliberal del Alca (Área de Libre Comercio de las Américas), promovido primeramente por el gobierno de Bill Clinton y posteriormente por George W. Bush, puso alerta a la burguesía internacional, ya que américa Latina comenzó a dar cambios contra el neoliberalismo imperial y surgen gobiernos progresistas en Brasil, Ecuador, Paraguay, Honduras, Nicaragua, Argentina, Uruguay, los cuales constituyeron una nueva arquitectura de la integración sin la participación de Estados Unidos ni Canadá: Alba, Unasur, Petrocaribe, ASA (Cumbre África-América del Sur, recuperación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) constituyeron esa nueva referencia geosoberanas.

 

El proceso bolivariano cambió las reglas del juego de la política internacional, sin disparar un fusil, ante lo cual el imperialismo estadounidense y europeo comenzó con un plan sistemático de desestabilización, ya que las invasiones militares hacia nuestra América “diplomáticamente" no eran viables.

 

Nuevos escenarios…nuevas tácticas desde el imperio

 

La primera década del siglo XXI abrió en nuestro continente una nueva esperanza ante las fracasadas décadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado, donde prácticamente los Estados soberanos habían desaparecidos y Estados Unidos ejercía una hegemonía bestial, y la exclusión, la discriminación y la pobreza tuvieron sus más altos índices hacia los más pobres entre los pobres: los afrodescendientes y los indígenas.

 

A partir del año 2009, el imperialismo comienza a aplicar tácticas nuevas a través de un laboratorio que funcionaba desde la Casa Blanca, el Pentágono y la Central de Inteligencia desde su sede en el Estado ultraracista de Virginia. Comienzan con tácticas diplomáticas jurídicas hacia lo interno de los países como fue el caso del desmontaje del presidente Lugo en Paraguay, posteriormente Zelaya en Honduras, siguieron con Argentina, Brasil, Ecuador. Pero hasta ahora con Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela no han podido y las amenazas de invasiones militares al parecer la escondieron bajo la mesa y pasaron a una ofensiva de violación sistemática de las normativas esenciales en el campo diplomático establecido en la Convención de Viena, así como en el corpus jurídico de la ONU.

 

En el caso de la Convención de Viena violan el principio de NO intervención en los asuntos internos de otros países, pero lo más vergonzante es que promueven que otros países (El cartel de Lima) ataquen nuestras sedes diplomáticas ejerciendo un diploterror violando el artículo 22 de dicha Convención, como sucedió en Perú, Costa Rica, Colombia, Ecuador y en el mismo Estados Unidos, violando la inmunidad diplomática, desprotegiendo a los diplomáticos venezolanos ante la jauría racista venezolana en el exterior con complicidad interna y grupos entrenados por la CIA. Imponen impostores presidenciales, embajadores, representantes en organismos multilaterales desprestigiados como la Organización de Estados Americanos. Todo eso se llama terrorismo diplomático, ante el fracaso y la frustración de la invasión militar, sedientos de sangres y asesinatos.

 

La idea final, en el campo diplomático, es que la ONU dé el visto para crear hacia Venezuela la figura de Estado Fallido, es decir la intervención militar es necesaria cuando un Estado no protege a su población, y para ello el eje del mal Estados Unidos y la “vieja” Europa (Inglaterra, Francia, España), ejercen presiones económicas, financieras, sanitarias, desordenes internos, etc., como ya lo hicieron en África, Asia, Medio Oriente, pero con Venezuela se encontraron con un muro soberano y de dignidad. Contra el terrorismo diplomático, soberanía de los pueblos.

 

CHU CHE RIAS

 

——-El descontrol de los precios comienza de nuevo a aterrorizar a la comunidad barloventeña…de nuevo nos preguntamos ¿dónde está el gobernador, donde está el Consejo Legislativo Regional y los alcaldes?

 

——-Un fantasma recorre el sistema educativo y es la deserción escolar y la migración de docentes….el Ministro Aristóbulo debe ponerle atención a este hecho así como al deterioro escolar de las plantas físicas en las comunidades afrovenezolanas. Esta segunda etapa para el ministro no es fácil…pero es terco…tampoco se deja ayudar.

 

———El movimiento Juan Ramón Lugo hace un llamado al presidente de la República que a un año de haberse declarado el Decenio, no se ha implementado nada, ya que las instituciones que delegó para esto: Conadecafro y Incodir, no han hecho nada. Se exige los cambios necesarios en esos organismos que frenan el avance de la inclusión afrovenezolana en el proceso bolivariano y sus presidentes ya tienen más de cien años en esos cargos. Ellos debería por dignidad renunciar.

https://www.alainet.org/es/articulo/199290
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