Los halcones del Pentágono apuntan a Caracas

Maduro en la mira de John Bolton

14/12/2018
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"Yo no le debo nada a la embajada gringa ni al imperio norteamericano. Soy un presidente libre e independiente, elegido por el pueblo"

 

En la Sala de Prensa “Simón Bolívar” en el Palacio de Miraflores, la entrada de todos los altos mandos militares y altos representantes del gobierno anuncia la importancia de la reunión. Las palabras del presidente Nicolás Maduro, precisas y detalladas, hacen temblar las muñecas. Dice que John Bolton, asesor de seguridad nacional de Donald Trump, dirige un plan para sembrar de violencia a Venezuela, matar a Maduro y provocar una intervención militar para formar un gobierno de transición. El plan, explica el presidente, prevé la activación de algunos puntos en los que ya hay grupos armados, listos para actuar con diferentes estrategias. Por este objetivo se ha dispuesto un financiamiento por el orden de los 120 millones de dólares.

 

El mandatario ofrece imágenes satelitales que son el resultado de un amplio trabajo de inteligencia y contactos bien ubicados dentro de los mismos países gobernados por el complejo militar-industrial, las cuales muestran los campos de entrenamiento.

 

En el norte de Santander (Colombia), se está entrenando a un grupo de 730 mercenarios, llamado G8. Tienen uniformes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y de la policía venezolana, para crear situaciones falsas de conflicto armado en la frontera y provocar una intervención externa. Otro grupo de mercenarios está activo en la Base Aérea de Tolemaida, en el Megar, al frente del Amazonas, una de las siete bases de Estados Unidos en Colombia.

 

El centro de operaciones ocultas, sin embargo, se encuentra en el Comando de la Fuerza Aérea de Eglin, con sede en Florida (el estado de EEUU desde el cual se organizaron los drones con explosivos para matar a Maduro el 4 de agosto). Sus objetivos son las bases militares venezolanas de Puerto Cabello, Barcelona y Libertador de Palo Negro.

 

Al mismo tiempo, se busca al "oficial traidor, el coronel García Palomo, que se encuentra en Colombia, quien es el encargado de contactar a oficiales venezolanos ofreciéndoles dinero a cambio de su traición, pero éstos informan regularmente a su comando, porque no se puede quebrar lo inquebrantable: la unidad de nuestra FANB", dijo el presidente invitando a los militares a estar alertas.

 

Por lo tanto, el principal peligro proviene de la Colombia de Iván Duque, que si quisiera detener a los golpistas tendría todos los elementos, pero que en América Latina juega para los Estados Unidos un papel similar al de Israel en el Medio Oriente. Duque calificó las palabras de Maduro de "inapropiadas" y denunció los ejercicios conjuntos entre el ejército ruso y el venezolano, al tiempo que elogió el papel del "buque humanitario" de los Estados Unidos. Ya por el magnicidio en grado de frustración del 4 de agosto, Maduro había acusado al presidente Manuel Santos, al final de su mandato, de haber facilitado los planes homicidas organizados en Miami.

 

“La opción militar” contra Venezuela lleva mucho tiempo en la mesa de la administración estadounidense, ya la ha declarado el mismo Trump, y lo han repetido sus representantes con diferentes acentos y en varias ocasiones. Y, como lo revelaron las mismas franjas extremistas venezolanas con base en Miami, el ataque del 4 de agosto se habría estado discutiendo durante meses, incluso con sectores de la Casa Blanca, según publicó The New York Times.

 

 

El reciiente "ruido de sables" ya llegó a los medios de comunicación, especialmente por boca de lo que será el verdadero hombre fuerte, apoyado por los Estados Unidos, en el gobierno brasileño de Jair Bolsonaro, el vicepresidente Antonio Hamilton Mourao, un general que asumirá el cargo el 1 de enero del próximo año. Mourao ha anunciado lo que, en los planes de la derecha, sería el escenario para Venezuela en el 2019: un golpe de estado, la intervención externa y el envío de tropas de la ONU como sucedió en Haití, donde, con una invasión apoyada por ONGs, se impuso una segunda esclavitud en la patria rebelde de Toussaint L'Ouverture.

 

Pero la Venezuela bolivariana es muy consciente de las lecciones de la historia: las de la lucha anticolonial y las de las revoluciones. Maduro ha dicho con firmeza, que “¿acaso piensan que aquí no hay una Fuerza armada, un pueblo y un gobierno revolucionario dispuestos a dar la vida para defender la soberanía nacional? ¿Y qué piensa esa oposición que no parece apoyar el golpe? ¿Creen que no los afectaría una situación similar a la que llevó a la destrucción de Libia?”

 

El presidente aprovechó la ocasión para nuevamente extender su mano al diálogo, tanto a la oposición como a la administración norteamericana, invitándolos a considerar los fracasos de las políticas de injerencia y agresión.

 

Un diálogo basado en la dignidad, dijo el presidente, rechazando enérgicamente la pretensión de Estados Unidos de "legitimar o deslegitimar a los gobiernos" como si la embajada de Estados Unidos gobernara Venezuela. "Yo - dijo - no le debo nada a la embajada gringa ni al imperio norteamericano, soy un presidente libre e independiente, elegido por el pueblo". En este sentido, Maduro ha resumido las fases de su militancia política, forjada en la lucha popular y sindical, donde en varias ocasiones fue el más votado, y asumió destacadas responsabilidades de gobierno.

 

Reiteró el carácter profundamente democrático del socialismo bolivariano, devolviéndole al remitente el título de "dictador", primero dirigido a Chávez y luego a él. "Los dictadores, dijo, se cocinan en las embajadas gringas y están formados por las élites. Yo, en cambio, me formé en la lucha. Todo lo que soy se lo debo a la lucha popular y no le debo nada a los gringos".

 

El objetivo del complejo militar-industrial liderado por Estados Unidos es asediar a Venezuela. La estrategia del "caos controlado" socava al organismo social desde adentro, con la guerra económica y psicológica, y desde afuera, con el desprestigio internacional, el aislamiento y las falsas alarmas que preparan el terreno para la agresión militar. Solo este año, denunció el presidente, en los medios de comunicación estadounidenses, replicados puntualmente en todo el mundo, se publicaron 4.142 noticias negativas sobre Venezuela.

 

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, está abriendo el camino a los planes de la derecha intervencionista. Después de haber definido al estado venezolano como un estado fallido y "narcoterrorista" (uno de los principales pretextos utilizados por los Estados Unidos para atacar a los países ricos en recursos en el sur del mundo o para establecer bases militares), ahora le ha pedido a la OEA que verifique si Venezuela viola los tratados nucleares: un intento de poner en circulación la misma gran mentira sobre las "armas de destrucción masiva" utilizadas para atacar Irak y luego Siria.

 

Pero esta vez, dijo el presidente, los pueblos harán un bloqueo para defender a la Venezuela bolivariana y a sus ideales de paz con justicia social, y acompañarán el nombramiento de Nicolás Maduro el 10 de enero.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/197149
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