Durante las semanas más recientes se ha discutido con bastante ahínco la motivación de López Obrador para impulsar consultas populares sobre temas torales de su próxima administración.

La derecha y sus plumas afirman que sólo busca lavarse las manos y legitimar las decisiones que previamente ha tomado; como si el nivel de votación con el que ganó no le diera la suficiente legitimidad para impulsarlo por su propia voluntad.

Por su parte, desde la izquierda se afirma que al ser un demócrata convencido, AMLO busca crear y fortalecer mecanismos de democracia participativa.

Pese a encontrar más sentido en la segunda opción, me parece que peca de simplista y no sirve para explicar el fenómeno en toda su magnitud.

A lo largo de los años y especialmente en los más recientes, López Obrador ha demostrado ser un gran estratega con profundos conocimientos históricos. Partiendo de ello, es que entiende el grado de complejidad que le significará enfrentarse en algún momento a la oligarquía local y sus amos externos, quienes cuentan con el control del aparato mediático local. Por tanto, la única forma de hacerles frente con éxito es mantener movilizada y crítica a la base social, pues será ésta la que en última instancia impida o avale un movimiento en su contra.

Y por más que se crea, este camino no es una ocurrencia ni invento de López Obrador. En nuestra historia ya tenemos un precedente de éxito realizado justo por uno de los referentes del actual presidente electo: Lázaro Cárdenas. La mente estratégica del General entendió a la perfección el momento que vivía el mundo, y mientras enviaba emisarios por toda Europa para informarse sobre la situación de preguerra, movilizó a amplios sectores sociales a través de emplazamientos a huelga, muchos de los cuales él mismo dirigió.

De esta forma, cuando decidió que era el momento adecuado para iniciar el proceso de expropiación petrolera, el país estaba en pie de guerra representando una amenaza de empantanamiento militar para cualquier potencia que decidiera invadirnos en la víspera de la segunda guerra mundial.

Como ven, la realidad suele ser más compleja de lo que se piensa.

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