Curiosidades de los mundiales: capítulo Francia 1998

13/06/2018
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Contexto

 

El mundial de Francia 98 se celebró en medio de una crisis de identidad que tenía sus arrastres. Las (mal) llamadas minorías exigían no solo formar parte de la historia francesa sino contarlas y ser tratados como ciudadanos. Esta crisis exacerbó la discriminación, el racismo, la violencia y la xenofobia entre la población. La cual se manifestó previo a la copa del mundo y paradójicamente superada -por momento- durante y posterior al mundial.

 

Tengamos en cuenta que la nación francesa fue fundada sobre la noción de ciudadanos independientes de un territorio. La base que sostuvo cohesionados a esto ciudadanos por poco más de cien años fue el relato único que brindaba la historia como instrumento de formación del espíritu cívico. Esto hizo que la historia francesa fuese un contrato abstracto que creaba la figura del ciudadano. Es decir, sujetos de derechos: civiles y políticos.

 

Esa misma historia como aparato ideologizante conciliaba el antiguo régimen -monárquico- con el nuevo orden establecido por la Revolución Francesa y establecía a las raíces más lejanas entre los galos. Sin embargo, este único relato no reconocía las diferencias de clases, religiosas, étnicas, de género, entre otras. Pero a partir de la década del sesenta estas diferencias encarnadas en grupos sociales empezaron a florecer y a exigir su reconocimiento dentro de la historia francesa que los invisibilizaban. Desde entonces no hubo más una Francia -unitaria y republicana-, sino muchas francias que disputan su lugar.

 

La Francia dominante compuesta por blancos europeos, pero sobre todo capitalistas, se oponía y sigue oponiéndose al reconocimiento no solo de "los otros", sino a lo que ellos llaman gentuza. Esta Francia encuentra apoyo en la derecha más reaccionaria como es el partido Frente Nacional y en figuras como Jean Marie Le Pen.

 

Racismo y xenofobia

 

La derecha francesa -por supuesto- empresarial, reaccionaria y conservadora consideraba a los jugadores de la selección de fútbol de Francia como malos patriotas y pésimos ciudadanos porque no cantaban La Marseillaise -himno nacional francés-. En el retiro jugador declararon que no sentían cantar las notas del himno. Entre ellos Chirstian Karembeu, ya que a sus antepasados habían sido exhibidos en zoológicos por los franceses.

 

Además, estos mismos se opusieron a que la selección estuviese integrados por "los otros" -negros y árabes-, hijos de inmigrantes. Anterior a la Copa del Mundo culpaban a “la gentuza” de los malos resultados deportivos obtenidos en la Eurocopa. El blanco de las críticas fue nada más y nada menos que el joven Zinedine Zidane. En ese sentido, culpaban al seleccionador Aimé Jacquet por no haber convocado a franceses blancos como Eric Cantona y David Ginola -jugadores de gran trayectoria pero en el declive de sus carreras- en reemplazo de negros y árabes.

 

En la ceremonia de apertura de la Copa del mundo figuraron los grandes grupos étnicos que componen al planeta -amerindios, africanos, europeos y asiáticos-, sin embargo para el jugador francés Lilliam Thuram se limitaron a representar a los negros africanos como músculo, fuerza y más nada que eso.

 

Capitalismo

 

Adidas venció a Nike. La marca de las tres barras ganó su quinto campeonato con la selección de Francia. Su jugador estrella Zinedine Zidane se coronó como el mejor jugador del mundial y ahora mejor jugador del mundo. En cambio la estrella de Nike, Ronaldo Nazario Da Lima, perdió su trono. Sin embargo, Nike le pagó a su estrella mil dólares por hora, incluyendo las horas que dormía y 400 millones de dólares a la selección brasileña. McDonald´s y Coca-Cola daban consejos nutricionales a los atletas y amantes del fútbol. La publicidad se transformó en el arte de mentir y de jugar con las emociones.

 

Fútbol

 

La selección de fútbol de Francia fue un equipo de “inmigrantes”. La estrella francesa Zinedine Zidane, apodado como el árabe, descendía de trabajadores argelinos. El otro héroe nacional Liliam Thuram había nacido en la Isla Guadalupe. De la misma isla llegaron los padres del goleador Therry Henry. Los mediocampistas Patrick Vieira y Christian Karembeu provenían de Senegal y de la Isla Nueva Caledonia, en el mismo orden. Los delanteros David Trezeguet y Youri Djorkaeff descendientes de argentinos y armenios, respectivamente. Mientras que el defensor Marcel Desailly provenía de Gana.

 

“Una encuesta, publicada en esos días por Le Figaro Magazine, reveló que la mitad de los franceses querían la expulsión de los inmigrantes, pero el doble discurso racista permite ovacionar a los héroes y maldecir a los demás. El trofeo mundial fue celebrado por una multitud solo comparable a la que desbordó las calles, hace más de medio siglo, cuando llegó a su fin la ocupación alemana” (Galeano, 2003:69) durante la segunda guerra mundial.

 

Zizú

 

Pasó de ser el villano en la Eurocopa a ser el ídolo máximo de toda Francia. Relegó del trono al gran Platini. Por las calles de Paris gritaban “ZIZU PRÉSIDENT”. Años después con un gran abstencionismo la ultraderecha con Jean Marie Le Pen (xenofóbico y racista) parecía ganar la presidencia. Sin embargo, en la segunda vuelta Zizú, preocupado, llamó a los franceses a votar. Fue reelecto Jacques Chirac con el 82% de los votos.

 

Conclusión

 

El fútbol de momento puede evolucionar más que la sociedad. Ocurrió en Francia a la medida que Les Blue superaban a sus rivales. Negros, árabes y blancos celebraron juntos bajo una sola bandera sin renunciar a sus singularidades. Sin embargo, el deporte no puede resolver los problemas sociales y políticos de una sociedad. En Francia no ocurrió, los problemas quedaron y se agudizaron más tarde. Tampoco, se puede delegar en ellos. Mitos como el deporte aleja a los jóvenes del consumo de drogas (ilegales) y de la violencia ha calado en las sociedades latinoamericanas sin ningún tipo de estudio serio. Desviando presupuestos y recursos de nuestros estados sin resultados. Eso no significa que el deporte no sea importante, al contrario tiene un lugar y rol a desempeñar, muy distinto al de resolver problemas sociales. Para ello está la política, las ciencias, la cultura y la educación.

 

Mario Enrique De león

Estudiante de Sociología, Universidad de Panamá.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193462
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