“Tareas” de nuestro tiempo

03/05/2018
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Presentación de la Revista Tareas, 19 de abril de 2018, librería universitaria, Universidad de Panamá.
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Buenas tardes a todos y todas, para mi es un gran honor y, permítaseme los adjetivos, presentar la importe Revista Tareas, fundada por Ricaurte Soler en 1960. Tareas es una revista que va con y contra su tiempo, con su tiempo, porque se va transformando con el, expresa su espíritu crítico. Es una revista militante, y además, está en el proceso de indización, sin que una cosa riña con la otra, en aras de cumplir con toda la formalidad de los estándares internacionales, para no solo tener el respeto de la intelectualidad mundial, sino, también, estar en los catálogos de mayor prestigio académico; contra su tiempo, va contrasentido a la ideología neoliberal. En ese sentido, es muy enriquecedor volver a la presentación de su primer número:

 

La aparición de la presente Revista expresa una realidad y una aspiración: la realidad de un grupo de intelectuales ─ término que empleamos sin eufemismos ─ que interpreta los problemas nacionales a través de coincidentes supuestos y categorías, y la aspiración a cancelar esos mismos problemas a traes de un pensamiento que a la vez derive e incida sobre lo concreto (Tareas, año 1, Panamá, Octubre de 1960, Nº1).

 

Antes de entrar en lo sustantivo, quiero advertir las limitaciones de siempre, el tiempo y que fue a última hora que me honraron con la invitación para presentar este número de Tareas (Panamá, Enero-abril de 2018, Nº158). Advierto, no me voy a referir a todo el contenido, por ejemplo: al debate Aparicio – Beluche, ya que, contamos (aquí en la presentación) con uno de sus participantes el cual puede dar cuenta de ello, en esa misma línea, tampoco me voy a referir al artículo sobre Alfredo Castillero Calvo, por la misma razón anterior, Aparicio, uno de sus discípulos más cercanos, lo podría hacer con mayor propiedad; pero, no quiero dejar pasar la oportunidad para decir que, Castillero Calvo procura mantenerse alejado del presente, no para prescindirlo, sino, guardando la distancia pertinente comprenderlo objetivamente, desde su pasado, desde la raíz, siempre anuente de cómo lo hemos interpretado, para impulsarnos prospectivamente. Castillero Calvo usa como excusa (en buen sentido) algún tema reciente para llevarnos a la profundidad del mismo.

 

Mi intervención tiene como título: “Tareas” de nuestro tiempo. La presentación de una revista es para levantar expectativas, no hablaré in extenso de cada artículo, sino, insinuar su importancia, su relevancia, en fin, para que se animen a comprarla, la liquidez financiera de la revista es fundamental (no la liquidez de Z. Bauman muy de moda), mantener viva una revista impresa en la actualidad, es más difícil que los doce trabajos que le pusieron a Hércules. Este número, está dividido en seis secciones de actualidad para el debate de nuestro tiempo. Mundialmente estamos como diría István Mészaros en medio “la crisis estructural del capital”, y además, coyunturalmente vivenciando el resultado de aquella mediante la acumulación de riqueza en el 1% de la humanidad, mientras que, la desigualdad aumenta y el índice de biodiversidad disminuye. Entonces, nuestro tiempo, necesita ser pensado para actuar (factiblemente) y transformarlo. El papel de la conciencia jugará será central.

 

En la sección Ambiente, hay tres textos, uno de Guillermo Castro, Panamá, un territorio en tres tiempos que, con la agudeza de siempre, nos va mostrando lo rico que somos y lo difícil de comprenderlo en su rica dimensión. Antes de la colonización de Abya Yala (AC) y después (DC), el territorio panameño se organizó de forma distinta: AC de forma vertical, DC las vías de comunicaciones son cada vez más horizontales, en particular con la carretera Panamericana que se corta con el tapón de Darién como tal. De tal forma que, el tránsito se concentra por la cuenca del rio Chagres con el Canal de Panamá. Dicho de otra forma: “Panamá es un don del Chagres” diría Omar Jaén Suarez. La conexión entre ambos océanos es un tema de mayúscula relevancia para nuestro tiempo y el que viene, la gran conexión que supuso el descubrimiento del mar del Sur nos invitó a pensar cómo se organizó nuestro territorio, ahora nos debemos preguntar por la prospectiva del mismo, en donde es necesario, la interacción de todos ámbitos del saber en su conjunto para dar cuenta sobre la función de esa conexión en la organización del moderno sistema mundial de hoy. Castillero Calvo lo ha explicado con meridiana claridad, como recoge Guillermo Castro:

 

Esa organización territorial pasó a sustentar aquella modalidad de tránsito interoceánico que el historiador Alfredo Castillero designó ya en 1973 con el término “transitismo”, que entraña el control monopólico de la actividad por una potencia extranjera; la subordinación del resto del territorio y sus recursos a la protección y el sostenimiento de ese monopolio, y la preeminencia política y cultural del área así privilegiada (Tareas, Panamá, Enero-Abril de 2018, Nº158).

 

El segundo texto, de John Bellamy Foster, La crisis del Antropoceno, y con el afán de sacarle el mejor provecho, lo vemos bajo un prisma crítico dentro de lo crítico. A saber, desde la(s) perspectiva(s) de(s)coloniales en las cuales vengo trabajando, nos hacemos las siguientes preguntas, a partir de lo que es el Antropoceno, entendido como: “la idea de que los seres humanos se han convertido en la fuerza geológica emergente primaria que afecta al futuro del sistema tierra (p, 18), ¿Es el ser humano, el que destruye, o es la modernidad capitalista? ¿No es acaso, la modernidad capitalista que configura la subjetividad? ¿El ser humano, en su esencia es destructor de su propio oikos-casa), (obviamente no tengo las respuestas) […]¿las comunidades aurorales de Abya Yala destruían el planeta-la naturaleza como sí en el siglo XV los ibéricos que colonizaron el Abya Yala?. Estas preguntas nos pueden ayudar a reflexionar con orden el Antropoceno.

 

El siguiente artículo es de mi amigo Cristian Abad Restrepo que, también al igual que yo, se ubica, eso creo, desde la(s) perspectiva(s) descoloniale(s). El nuevo pensamiento interpelador (de las nuevas generaciones) que se abre camino ante el viejo pensamiento, siempre tropieza con las mismas piedras de siempre, con la dificultad de un lenguaje claro, a veces queremos ponerle nuevos nombre a viejos problemas, lo cual no resuelve nada; en ese sentido, es imperativo un lenguaje preciso. La jerga decolonial, a veces no atisba en terreno fértil y nos quedamos en las alturas conversando entre nosotros/as mismos/as, la apertura al diálogo analógico es fundamental. Desde esta perspectiva, sin duda a equivocarme, se buscan unas muy otras formas de pensar y criticar, con un Arturo Escobar que diría: “desde abajo, por la izquierda y con la tierra. Remarca Abad Restrepo, la importancia de lo local, como locus, para la defensa de los mundos (añado posibles).

 

La segunda sección, está compuesta por dos artículos, uno de mi autoría en el que no diré más nada que es un análisis de la coyuntura política de Panamá. El otro artículo, de otro amigo, Jorge Roquebert, trata otro tema crucial para nuestro tiempo, ahora que está muy en boga el tema de los ODS como elixir; el tema tratado por Roquebert es el de la educación intercultural, un tema que debe cruzar todos los ODS, pero al analizar la aplicación de estos, vemos que no está claro del todo, muchas veces se reduce la cuestión intercultural a lo lingüístico, lo cual es necesario, pero no suficiente. La interculturalidad debe pasar por el diálogo analógico entre cosmovisiones culturales distintas que se enriquezcan entre sí, es desde esta perspectiva que, si queremos discutir en serio, este artículo de Roquebert será fundamental para la factibilidad de los ODS.

 

Quiero saltar a la cuarta sección, con dos intervenciones sobre Marx, vale recordar que, el año pasado se conmemoran los 150 años del tomo I de El capital y, este año, se conmemoran los doscientos años de su natalicio. En términos generales, esperamos que esta preocupación por el gigante de Tréveris no sea solo conmemorativa, sino de fondo. El tema de la mujer siempre está reverberante, es que, no hubo tema que Marx no tratara, el de la mujer no fue la excepción como bien señaló Barrantes en su texto: 150 año de El capital de Marx, las mujeres siguen explotadas, un poco para polemizar en buen sentido, yo hubiese escrito las mujeres seguimos explotadas, usando mayor proximidad en donde me hago cargo de mi realidad. En esta misma sección, por su parte, Deyra Caballero, señaló varios aspectos referentes a que, dentro de las discusiones de El capital, e incluso, de las organizaciones revolucionarias siempre se incorporó, claro, con las limitaciones y prejuicios de su tiempo, a las mujeres. Es decir, las mujeres no fueron excluidas de la crítica de la economía política.

 

Hilando el tema de la mujer y la crítica de la economía política, Marx no dejó, reiteramos, tema sin tratar, no quiere decir que los tratara todos a fondo y con la misma pasión. En esa línea, recientemente Silvia Federici, nos ha llamado la atención sobre un aspecto relevante: el trabajo no asalariado, muchas veces cubierto por las mujeres, caracterizado por Marx, como “natural” y “arcaico”; en el siglo XXI ya no podríamos hablar en estos términos. Dentro de la crítica de la economía política están contenidas las condiciones de posibilidad de la liberación del ser humano de las cadenas que lo atan, de vivir como servidumbre en la modernidad capitalista como elementos indisociables. En la modernidad y el capitalismo, la liberación del ser humano es un oxímoron, dado que, todo está sujeto al valor de cambio. Tenemos que explotar el arsenal crítico de Marx.

 

Por último, nuevamente enfatizar en las “Tareas” de nuestro tiempo, como señalaba Mariátegui para Amuta, lo decimos para Tareas, su obligación con las nuevas generaciones es durar, como todos saben, Mariátegui siempre buscó sus propias raíces en la tradición inkaicas, y tuvo “definición ideológica” como también la tiene Tareas. El último aporte de la sección Tareas sobre la marcha, es de Pedro Rivera Ramos, sobre Amelia Denis de Icaza, poetiza panameña que, como señala el autor, es un “icono de resistencia” y, como no recordar: “Ya no guardas las huellas de mis pasos” ─ de Al Cerro Ancón ─; en un contexto neocolonial, parece que la burguesía rentista y el imperialismo las barrió y escondió debajo. En tiempos difíciles necesitamos más amelias, soleres y mariateguis que nos muestren el camino.

 

Muchas gracias

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192622
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