La batalla por Guayaquil

01/02/2018
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Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil (socialcristiano)
Foto: Telesur
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El origen temprano de la oligarquía guayaquileña en Ecuador, se forjó en el siglo XVII y XVIII desde la confluencia de criollos descendientes de linajes hereditarios españoles e integrados a la economía colonial, disputándose soterradamente el territorio y las riquezas de la tierra de la cuenca del río Guayas donde se implanta la ciudad de Guayaquil, a la par que impulsaban los principios emergentes de la independencia.  Este origen de clase se constituiría a través de decenas de años, en una impronta política-cultural de grupos y sectores de la burguesía patrimonialista guayaquileña, que configuró una hegemonía ideológica policlasista de lo urbano-regional, que ocultó en las últimas décadas el carácter de clase del discurso y la acción política de la derecha en todo el país sudamericano.

 

Efectivamente, la resolución de las contradicciones entre los españoles y criollos ricos a finales del periodo del coloniaje español, se dio en torno a la propiedad de la tierra, el mercado, la producción cacaotera, la explotación maderera y la comercialización de productos agrícolas de la cuenca media y baja del río Guayas en el mercado nacional y externo.  Estas contradicciones tuvieron como escenario superestructural al estado monárquico español colonialista en la América india, que instituyó el virreinato de Nueva Granada el 29 de mayo de 1717 [1] conformado por los territorios de la actual Venezuela, Panamá, Colombia.  A este virreinato se incorporaría posteriormente la Real Audiencia de Quito.

 

Tan evidente fue esta integración, que existe el testimonio del primer Virrey de Nueva Granada, el Dr. Jorge de Villalonga, Conde de Cueva, que en 1719 determinó que los grande propietarios de haciendas cacaoteras de la cuenca del río Guayas, contribuyeran en moneda de aquel entonces, con ½ real por cada carga de 80 libras de las cosechas de cacao, para la construcción del fuerte en el cerro Santa Ana ante la permanente investida de los piratas ingleses. [2].

 

Para el periodo de transición entre colonia e independencia, el golfo de Guayaquil, se había convertido en el referente portuario-comercial y la región agrícola-maderera de la cuenca del río Guayas, que hicieron de la región un referente geoestratégico económico y militar, que se resolvió a favor de la Gran Colombia con la integración del Departamento de Guayaquil, resuelto en julio de 1822 durante el histórico abrazo de Bolívar y San Martín en Guayaquil.  Esta gran región que incluía las actuales provincias de Guayas, Santa Elena, Manabí, Bolívar, El Oro y parte de Esmeralda, estuvo en disputa entre Bolívar y San Martín,  “... tuvo un problema común a los dos libertadores: un grupo de próceres guayaquileños desde el 11 de noviembre de 1820 — un mes después de la independencia del Departamento del yugo español, el 9 de Octubre — se declararon “nación soberana”, reconocidos y aupados por la alianza política, diplomática y financiera de Inglaterra, Francia y Estados Unidos”[3], intentando dar la espalda al reciente liberado Perú de San Martin y a la formada Gran Colombia de Bolívar.

 

Con la independencia se consolidó la producción y exportación de cacao en el periodo de 1820 a 1825.  Como referencia tenemos que el General Flores – primer registró un rancho con  750 cabezas de ganado, los herederos de Martín de Icaza en Babahoyo tenían 3.000 cabezas de ganado y 325 mil matas de cacao, y en el mismo orden seguirían la familia Santisteban y de Josefa Pareja. [4]

 

No es de extrañar tampoco, que algunas familias de la nueva aristocracia criolla independentista del Departamento de Guayaquil, configuraron un bloque de poder político-económico que ha sido heredado generacionalmente y con clara tendencia cultural autonómica regional en confrontación política con el Estado-Nación de Ecuador:  “...Fue así que los ancestros de clase de la burguesía temprana guayaquileña, aquella que había promovido la revolución del 9 de Octubre de 1820, se convirtió en la protagonista principal de la configuración política-territorial de la cuenca del río Guayas:  Martín de Ycaza era suegro de José Joaquín Olmedo, Manuel Antonio de Luzurraga era yerno de Rocafuerte, con cuya familia entronca el Mariscal La Mar, Francisco Marcos era cuñado de José Leocadio Llona; etc.[5] ...”. Vale precisar que en ese insurgir independentista tendrían un rol destacado, generales venezolanos del batallón Numancia, como el General León Febres Cordero, ancestro de su homónimo León Febres Cordero (+), ex presidente del Ecuador, mentor político del actual alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi.

 

Hay clases o fracciones de clase que en diferentes periodos de la historia de un pueblo o país - habiendo sido portadoras de políticas progresistas y de cambio - en el ejercicio del poder del Estado no popular, se van convirtiendo en aliados de aquellos que combatieron en el pasado y en portadoras de posiciones reaccionarias, por el peso inexorable de sus vinculaciones con el poder del mercado y la producción.  Tendríamos que preguntarnos entonces: ¿No fue en este periodo de transición entre colonia y república donde se configuró la semilla del carácter colusorio, monopólico y oligopólico, de las tendencias históricas del poder del mercado, concentrado en la oligarquía guayaquileña del siglo XX y XXI?

 

El Departamento de Guayaquil de la época de la Colonia, se convertiría durante el período republicano - entre 1870 y 1925 - en un gran productor de cacao.  En la gran región de la cuenca del río Guayas, en 1923 existieron 95 millones de matas (plantas) de cacao, en donde 73% en la provincia de Los Ríos, 15% en Guayas y 12 % en otras provincias.  La concentración de las propiedades agrícolas en esta región fue impúdica.  La familia Aspiazu 59 propiedades agrícolas; la familia Seminario 40 propiedades; la familia Duran Ballén 6 % de propiedades; la familia Caamaño 50 mil hectáreas y 3 millones de matas de cacao.  Pero ahí no queda la cosa, porque el capital internacional originario de Inglaterra y EE.UU. incursionó triunfante en Ecuador en las primeras décadas del siglo XX y fortaleció la acumulación originaria del capital para convertir a la región y su ciudad Guayaquil, en la “capital económica” de Ecuador.  Así tenemos que se creó la Caamaño State Ltd., Standart Fruit en Ingenio Tenguel, la Standart Oil Company en Ancón, el Ingenio San Carlos de Lynch que por embargo pasó al Banco Comercial y Agrícola de las familias cacaoteras y exportadoras; y el emblemático Ingenio Valdez del coronel alfarista Rafael Valdez y actualmente del clan Noboa [6] uno de los más poderosos grupo económico de Ecuador[7].

 

Toda Formación Social es esencialmente resultado de las contradicciones de clases, como bien analizaba Carlos Marx; tan cierto es que en la primera mitad del siglo XX, el Guayaquil urbano industrial y la región rural agrícola de la cuenca del rio Guayas en pleno desarrollo, serían el centro del conflicto de las clases emergentes burguesas y proletarias, nacidas como clase en sí, al fragor del despertar, victoria y traición de la revolución de Eloy Alfaro; y como origen causal regional del proceso fundacional de los partidos originarios de izquierda y el nacimiento precursor de las artes y la cultura moderna en Ecuador.

 

Pero en el Guayaquil de finales del siglo XX y de inicio del XXI, la impronta del marketing político de la derecha se tomó por asalto la historia y la lucha de clases en la subregión, para encubrir e invisibilizar el carácter de clase de la dominación del bloque burgués patrimonial-hereditario, domesticando la conciencia política urbana,  pintando de colores celeste y blanco de la  bandera soberana de Guayaquil, cada metro cuadrado urbano de hormigón armado en el territorio, adornando con indicadores la conciencia y valorando el sentimiento electoral con la inversión millonaria del presupuesto municipal con empresas publicas/privadas. El continuum histórico con miras al Bicentenario de la independencia de Guayaquil, es de un bloque en el poder patrimonial-hereditario que se ha construido con el paradigma de la disciplina social socialcristiana y de identidad autonómica regional del “Guayaquil por Guayaquil”, a cuenta de estabilidad y gobernabilidad urbana agradable a las nuevas generaciones pequeña burguesa emprendedora y tecnócrata; y atractiva al clientelismo político popular y policlasista.

 

En este contexto histórico, el presente año 2018 ya vive los preparativos de la batalla electoral por Guayaquil, con miras a las elecciones en el 2019 de alcaldes y más dignidades de los gobiernos autónomos descentralizados de todo el Ecuador. Uno de los preámbulos son las nuevas alianzas y correlación de fuerzas del periodo de gobernabilidad nacional post Rafael Correa; otro referente es la Consulta Popular nacional de este 4 de febrero sobre la derogación de la “Ley de Plusvalía”, denominación abreviada de la Ley Orgánica para Evitar la Especulación sobre el Valor de la Tierra y Fijación de Tributos.

 

Sería un suicidio político-electoral enfrentar el marketing político de la derecha con más marketing político a cuenta que viene desde la izquierda. Para la batalla por Guayaquil y la subregión lo fundamental y primero, es tener una estrategia electoral que consolide la acción de un gran bloque unitario de las fuerzas populares, democráticas y revolucionarias, para desenmascarar y vencer al bloque burgués patrimonial de la cuenca baja del rio Guayas en el poder, que tiene autoridades burócratas socialcristianas y de la nueva derecha financiera-globalizadora del ex candidato presidencial Guillermo Lasso, con sus intelectuales orgánicos y tecnócratas insertos en diversas instancias del Estado burgués y otros poderes fácticos nacionales, en patrimoniales alianzas con el capital transnacional y los vómitos prietos de Trump.

 

Ecuador, febrero 2018

 

fgarzon@gye.satnet.net

 


 

[1] LOS VIRREINATOS LA COLONIA. Camilo Manzur, Andrés Pereira y Hernando Cavelier - Desde 1535

[2]  Abel Romeo Castillo. “Los gobernadores de Guayaquil del siglo XVII”.  Página 4. Archivo Histórico del Guayas. 1978.

[3]   Fernando Garzón Orellana. “Me atraen profundamente tus ojos negros”.  El Telégrafo, sección historia de Revista dominical Cartón-Piedra, Pág. 4. septiembre 10 de 2015. 

[4]   Mariano Fazio Fernández. “El Guayaquil Colombiano 1822 – 1830”.  Banco Central del Ecuador, Archivo del Guayas. Página 181. Ecuador. 1988 

[5]    Mariano Fazio Fernández. “El Guayaquil Colombiano 1822 – 1830”. Banco Central del Ecuador. Archivo del Guayas. Página 297. Ecuador. 1988 

[6]    Rafael Guerrero Burgos. “Retorno a la Tierra. 1860 – 1960”. Ministerio de Agricultura, Acuacultura y Pesca. Trama Edición. Febrero 2014. Ecuador.

[7] 500 Mayores Empresas del Ecuador - | Vistazo -www.vistazo.com/sección/proyectos-especiales/500empresas - 09/21/2017. 500 empresas 2017 ·

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190786
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