La desaparición del ARA San Juan a 68 años del hundimiento del ARA Fournier

30/11/2017
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Con la desaparición del submarino ARA San Juan el pasado 15 de noviembre la Armada argentina sufrió la segunda gran pérdida de su historia 68 años después del hundimiento del rastreador ARA Fournier ocurrido el 22 de septiembre de 1949 cuando se encontraba atravesando el Estrecho de Magallanes lo que ocasionó la muerte de sus 77 tripulantes como ahora la de los 44 que navegaban bajo la superficie del Océano Atlántico.

 

El impacto que se registró en el conjunto de la sociedad por entonces hizo que la denominación “Rastreador Fournier” se generalizase en diferentes lugares del país como Bahía Blanca, Garín, Villa Adelina, Vicente López, Munro, Santa Fe y otros más, como un homenaje póstumo a través de la toponimia y hasta en la misma Bahía Blanca como denominación de una empresa de transporte que posee cuatro líneas de colectivos.

 

La nave, de 59 metros de eslora, fue construida como un dragaminas en el astillero “Sánchez y Cía.” en el Partido de Tigre donde fue botada el 5 de agosto de 1939 siendo incorporada a la Armada, por entonces Marina de Guerra, el 3 de octubre de 1940, y destinada a la Escuadrilla de Rastreo y Minado que tenía su asiento en la Base Naval de Puerto Belgrano y designándose como su comandante al teniente de navío Ernesto del Mármol.

 

La denominación del barco, que ya la Armada había utilizado en otro en el pasado, constituyó un homenaje al marino entonces piamontés, hoy italiano, Cesare Fournier, uno de los más temidos corsarios argentinos quién tuviera una muy destacada actuación en la guerra contra el Brasil entre 1826 y 1827, país al que capturó y hundió más de 30 embarcaciones operando desde diversos lugares, como Maldonado, en el Uruguay, y hasta en Baltimore, en los Estados Unidos de América donde designó como “Dorrego” a una de las naves tomadas a los brasileros en homenaje al patriota argentino que había estado exiliado en esa ciudad atlántica.

 

El rastreador “Fournier” en su breve trayectoria de casi nueve años cumplió importantes tareas como que en 1942 y 1943 participó en las tradicionales campañas antárticas instrumentadas anualmente desde 1904 operando desde Ushuaia; fue el instrumento que permitió el rescate del remolcador “Olco” y del velero chileno “Cóndor”, en ambos casos en medio de fuertes temporales, y en  junio de 1947 arribó a la Base Antártica Decepción.

 

Ya en 1949 su comandante era el capitán de corbeta Carlos Negri quién tenía como misiones las tareas de salvatajes, colaborar con la Base Naval de Ushuaia y recorrer los canales de Tierra del Fuego, pero no tan usual fue la labor que cumpliera hasta el 17 de septiembre de ese año cuando colaboró con el decano de la entonces Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, el físico-químico Raúl Wernicke quién con su hijo Julio Wernicke investigaron la existencia de peces exóticos en las aguas australes.

 

Quiénes desarrollaron la cronología de los hechos sucedidos desde entonces hasta el accidente que produjera su hundimiento días más tarde relataron que el “Fournier” partió desde Ushuaia el 21 de septiembre a las 7.40 para atravesar el Estrecho de Magallanes y volver a Ushuaia, y a las 16.30 desde la nave se comunicó a la base por telégrafo su ubicación pero para la noche la situación climática se había vuelto muy complicada y así ya el 22 no hubo más contactos por lo que el 23 varias embarcaciones salieron a rastrearla.

 

Recién el 4 de octubre pudo verificarse el hundimiento en las cercanía de la isla Dawson supuestamente por embestir una formación pétrea pero los restos de la nave nunca fueron recuperados en tanto que de los tripulantes sólo se rescataron unos pocos cuerpos que aparecieron flotando como recuerda la periodista Matilde Palavecino, cuyo padre, suboficial de la Armada, era gran compinche de una de las víctimas.

 

La mayoría de los cuerpos fueron encontrados por un poblador chileno de la zona y otros dos por una embarcación lo que dio lugar a una gran pesadumbre nacional que generó homenajes como la plantación de 79 árboles que dan lugar a la palabra “Fournier” a un lado de la autopista que une el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

La información sobre el hallazgo fue dada a conocer el 5 de octubre ante lo cual el Poder Ejecutivo Nacional ordenó poner la bandera nacional a media asta, se decretó un feriado por duelo durante tres días y se cancelaron todos los actos previstos para el 12 siendo los cuerpos rescatados traídos a la Dársena Norte porteña donde fueron recibidos por el entonces presidente Juan Domingo Perón, otros importantes funcionarios y varios miles de personas que concurrieron a expresar su dolor.

 

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/189556
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