El Brexit y la Unión Europea: Unipolarismo Global vs Multipolarismo Universal

14/09/2017
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Foto: lesechos.fr
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Introducción

 

El referéndum el 23 de junio de 2016, manifestando la voluntad de la salida –Brexit- del RU (Reino Unido de Gran Bretaña) de la UE (Unión Europea) marca el punto de partida del hecho que inicia un proceso de la mayor importancia estratégica, geopolítica y geoeconómica.

 

Este junio de 2016, nos abrió preguntas acerca de qué intereses y proyectos estratégicos confrontaban en el Brexit, en la manifiesta voluntad de salir de la UE o permanecer. En apariencias el RU era quién tenía la necesidad y decisión de salir de la UE; y que la UE se encontraba frente a un hecho que no busco pero que tampoco le significaba algo negativo en sí mismo aunque implica una amenaza de fragmentación de territorio.

 

Claro está que, una vez que triunfa el Brexit en el RU emergen nuevos datos y elementos que ya estaban presentes. Los intereses financieros globalistas dominantes en la City de Londres no solo muestran por un lado los primeros signos claros de oposición al Brexit sino que frente al hecho ya consumado, inicia una ofensiva contra la UE, su oligarquía continentalista, que asume la forma en lo mediático, en lo político y en actos de desestabilización “terroristas” que en su contracara aparece como fomentando el Euroescepticismo.

 

La política globalista financiera de promover mediáticamente los Exit en cada nación de la UE, fortaleciendo esa posición con acciones de grupos terroristas (isis) y organizando la migración masiva desde el medio oriente (Siria/Irak/etc.) también en guerra contra el ISIS/OTAN sobre la UE; está en su estrategia para debilitar y fragmentar la UE para poder subordinarla y controlarla a partir de sus cities financieras locales (Paris, Milán, Ámsterdam, etc.). Por estas razones tal vez no se observaba en un primer momento, que los intereses globalistas en la city de Londres tenían una confrontación de primer orden en el RU con la Corona Británica. Esto solo empieza a emerger y a observarse cuando Teresa May activa el artículo 50 para iniciar la salida de la UE el 29 de marzo de 2017. En marzo de 2017, no solo los intereses de la corona británica deciden avanzar con los pasos institucionales de salida de la UE, sino que el triunfo de Trump en EE.UU. y su asunción como presidente el 19 de enero de 2017, con posiciones abiertamente enfrentadas al globalismo financiero de la reserva federal, city de New York y Londres, fortalecían la posición de la Corona Británica.

 

El fantasma de los Exit, Euroescepticismo y Unión Europa

 

El impacto inmediato del voto por el SI al Brexit fue seguido por “un fantasma de salidas” que recorrió Europa como “efecto dominó”, a partir del cual distintos intereses de los países miembros aprovecharon y/o fueron parte de las circunstancias para reforzar lo que los grandes medios masivos de comunicación “propios” denominaron el “euroescepticismo”, que ocupó muchos de los primeros posicionamientos de distintos líderes europeos.

 

De esta manera, el fantasma de los “exit” (salida en inglés) llegó a sobrevolar potenciales Frexit (Marine Le Pen en Francia afirmaba que de ganar las elecciones incitaría a un referéndum para seguir los pasos de Gran Bretaña), Brexit, Holanda (Geert Wilders del Partido Liberal holandés enfatizando que quieren hacerse cargo de su moneda, su Banco Central, su política migratoria, sus fronteras), Hungría e Italia (del Movimiento Cinco Estrellas de Italia, que ganó las alcaldías de Roma y Turín)i. Otros actores como el ministro de finanzas de los Países Bajos, dejaban entrever que fueron las propias dificultades del proyecto europeo las que generaron un terreno propicio para el euroescepticismo, dados los problemas de crisis económica y los conflictos con los migrantes. Estas fueron todas claras reacciones inmediatas durante los meses que continuaron al resultado del referéndum de junio de 2016.

 

Hacia mediados del año 2017, ya habiendo pasado las elecciones en dichos países, ya no se discutía seriamente la posibilidad de salida de ninguno de los países miembros de la unión. No obstante es importante hacer el ejercicio de recuperar y reflexionar en torno a la fuerte campaña de euroescepticismo lanzada por aquel entonces, y que perduró hasta las últimas elecciones en Francia, en las que el candidato Emmanuel Macron logró imponerse expresando y acumulando todo el clima euroescéptico generado.

 

En otra sintonía y buscando por ese entonces contrarrestar el duro impacto del Brexit que se orientaba mediáticamente según las movidas euroescépticas, los líderes de Alemania, Italia y Francia afirman, inmediatamente sustanciado el referéndum, que de ninguna manera significaba el fin de la Unión Europea, agregando que se pondrían a trabajar en pos de la defensa, la seguridad, las inversiones, la libre circulación y para combatir la desocupación. De esta manera, Angela Merkel, Matteo Renzi y Francois Hollande trabajaban para dar fuerza a lo que en esos primeros momentos “aparecía” como una Unión Europea debilitada o al menos puesta en cuestión. La defensa de la unidad como respuesta a los embates del euroescepticismo fue la carta elegida por estos para defender la institucionalidad y expresaba además la fuerza que pretendían darle a la UE para avanzar en tiempos de crisis.

 

A su vez, la multiplicación mediática del euroescepticismo que por esos días primo a la hora de recorrer la UE, contribuyó en la construcción de la imagen de un proyecto de UE en situación de desintegración, fragilidad, fragmentación y pérdida de poder, conformando la coyuntura que se vivía a finales del mes de junio de 2016. Una coyuntura que llamativamente se parecía demasiado a la situación que más necesitaban los intereses que habían sido derrotados con el Sí al Brexit, los del globalismo financiero en la City de Londres. Que luego lograran condensarse en la elección de Le Pen vs Macron en la primera vuelta dejando afuera a la gran amenaza de Fillon, y de Macron como presidente en Francia en la segunda vuelta.

 

Más allá de los diferentes posicionamientos no hay dudas respecto que el escenario que surgió a partir del voto Brexit fue generando toda una reconfiguración del bloque europeo y, de los actores y sectores que lo constituyen. Hay quienes afirmaban que el bloque de la UE se hallaba debilitado, planteando su fractura, mientras que otros aguardaban la rápida salida del Reino Unido (RU) para reimpulsar el bloque bajo un nuevo espíritu.

 

De lo que no caben dudas es que la Unión Europea (UE) no sería ya la misma sin el Reino Unido (RU) y con ello el panorama geopolítico tampoco será el mismo a partir del hecho Brexit.

 

Por ende, otro interrogante central que este hecho dispara se vincula con el rol que este bloque comenzara a tener en un mundo que está en crisis estructural, de civilización, de época, de reconfiguración de su orden mundial.

 

La salida institucional del Reino Unido y la UE va a Roma

 

El 29 de marzo de 2017 la primera ministra británica Theresa May enviaba a Bruselas la carta de despedida del Reino Unido de la Unión Europea invocando el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que contiene la posibilidad de la salida voluntaria y el proceso de “desconexión” de un país, luego de 44 años de membresía. En un acto tendiente a avanzar en dirección a la definitiva salida, luego del resultado del referéndum de junio de 2016, comenzaba una segunda etapa en la cual se empiezan a exponer las estrategias de los diferentes actores en juego, a partir de la salida como hecho central. Así, el cumplimiento del Artículo 50 del Tratado tiene diferentes implicancias y, convoca y conmueve a diferentes actores e intereses que históricamente han confluido en el escenario europeo; como el globalismo financiero de la city de Londres1, la Corona Británica, la Oligarquía de la UE con los roles de las respectivas gran burguesías de Alemania y Francia, hoy conformando la oligarquía europea, el obispo de Roma en el vaticano, etc.

 

Unos días antes, el 25 de marzo, los 27 países de la unión se encontraban para celebrar los 60 años del surgimiento del proyecto de Unión Europea, en Roma, en presencia del Papa Francisco. Allí, invocando las palabras del ministro de Luxemburgo Bech en 1957, el obispo del Roma retomó los orígenes del proyecto europeo y su espíritu de solidaridad, unidad y universalismo en claro posicionamiento de confrontación con aquellos que tienen intereses opuestos a la UE, y se encuentran impulsando el euroescepticismo y los ruidos de fragmentación. Así, siguiendo las palabras del ministro de Asuntos Exteriores francés Pineau, afirmó que “los países que se van a unir (…) no tienen intención de aislarse del resto del mundo y erigir a su alrededor barreras infranqueables”2. Como actor de peso en el escenario internacional y con influencia en Europa, el Papa Francisco dejó en claro la necesidad de consolidar la UE, bajo la idea de su “juventud” y bajo la necesidad de apostar a su futuro a partir de la unidad en la diferencia, recuperando los pilares sobre los cuales la Comunidad Económica Europea fue creada: universalismo, humanismo, solidaridad, desarrollo y apertura al mundo. Bajo el lema de que “Europa merece ser construida”, se refirió a la crisis por la cual el bloque está atravesando, como una oportunidad para su consolidación como comunidad que integra pueblos y personas, manifestando la fortaleza del “todo” antes que las partes.

 

En un contexto convulsionado para Europa y marcado por la salida del Reino Unido, podemos observar la decisión en Roma de fortalecer y relanzar el proyecto europeo original. De esta manera resulta ser un dato no menor que los líderes europeos se hayan encontrado en la capital italiana en el aniversario número sesenta de la firma del Tratado de Roma. En palabras del pontífice, “(…) Roma, con su vocación de universalidad, es el símbolo de esa experiencia y por eso fue elegida como el lugar de la firma de los Tratados, porque aquí –recordó el Ministro holandés de Asuntos Exteriores Luns– «se sentaron las bases políticas, jurídicas y sociales de nuestra civilización»”3.

 

Con una Unión Europea de 27 países ya sin el RU, los Jefes de Estado y Gobierno de los países miembros se reunieron en un nuevo aniversario de la firma del Tratado de Roma y la instauración de la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom), redactando una nueva declaración de unidad para seguir avanzando en el proyecto europeo. Como resultado del encuentro los representantes de los países miembros junto con el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker y el presidente de la Eurocámara Antonio Tajani, firmaron una nueva “Declaración de Roma”. En ella dejaron explícitas las intenciones respecto del futuro del proyecto europeo en el nuevo contexto. En este sentido, se enfatizaron los esfuerzos por fortalecer la unión y hacer primar un espíritu fuerte.

 

Como podemos observar todo el sistema institucional político, económico y cultural que conforma la UE, como unidad continental con voluntad y proyecto propio enfrentado a los poderes financieros globales se en encuentran en Roma. Con esta oligarquía continental Europea, expresada en la trama político institucional, es que observamos coincide el universalismo humanista multipolar de Roma, expresado en el obispo de Roma (Papa Francisco). Frente a la parafernalia mediática, a actos en toda Europa reivindicados por el Isis, migraciones forzadas que tensionan y alimentan el discurso euroescéptico y Exits mediáticamente inflados es que se encuentran para confrontarlo tanto la UE como el Humanismo universalista en Roma.

 

A la hora de proponernos entender los hechos, se vuelve necesario también reconstruir brevemente el contexto y los orígenes de la Unión Europea en relación con las circunstancias en las que fue lanzado y construido.

 

La Unión Europea –UE-: breve reconstrucción histórica

 

La UE es resultado de aquello que se empieza a construir luego de la guerra de 1870 entre Prusia y Francia. Donde en Francia son derrotados los intereses que permanecían más vinculados a los negocios financieros, que a las capacidades industriales de producción. La Prusia (Alemania) que se impone en 1870, emerge como una de las grandes potencias industriales mundiales que van a desafiar a Gran Bretaña-RU, la potencia dominante en declive. Estas tres potencias ascendentes son EE.UU., Alemania y Japón. Pero es Prusia/Alemania quien va e encabezar la confrontación que da forma a la llamada 1ra guerra mundial (1914-18). Una confrontación donde Prusia será derrotada, aunque también podremos afirmar que el RU no solo no sale vencedor sino que queda maltrecho en su posición de poder relativo. Y se inicia su relevo como potencia dominante, lo cual se pondrá de manifiesto e institucionalizara en 1944, en los Acuerdos de Bretton Woods pos segunda guerra mundial (1939-44).

 

El modo de resolverse la primera guerra mundial, donde Prusia no puede imponer su poderío industrial, pero frente a su derrota abre condiciones para que la revolución en Rusia triunfe, le da el tono a ´la resolución de la primera guerra mundial. El modo en que se resuelve/irresuelve la primera guerra interimperialista, la emergencia de la revolución Rusa triunfante, la crisis de Weimar de 1923 en Alemania, por las imposiciones de los vencedores, la crisis financiera de 1929 con centro Wall Street como modo de expresarse la guerra interimperialista irresuelta, dan marco al gran acuerdo de Roosevelt en EE.UU. entre capital y trabajo de 1934, que se conoce como el programa del Estado de Bienestar, para poder avanzar con unidad interna hacia la segunda guerra mundial interimperialista.

 

En el contexto de la segunda posguerra mundial y durante la guerra fría entre el bipolarismo EEUU-URSS, empiezan a cristalizarse los esfuerzos externos por conformar un bloque europeo de cooperación económica y política desde y en relación con EE.UU., en oscilantes pujas entre la articulación y la subordinación donde juega también su juego el RU. Pero antes, entre los diferentes ensayos de la época, Londres y Washington impulsan una posible ciudadanía común angloestadounidense a partir de generar una zona de libre comercio. También hacia 1948, el Reino Unido va a firmar un tratado de cooperación militar con Francia, conformando la Unión de Europa Occidental (UEO). Entre visiones y vaivenes impulsados por británicos y norteamericanos, se crea como nueva estructura de supervisión de la construcción europea el Comité Norteamericano para la Europa Unida (ACUE), en Nueva York, en 1949. Este estuvo integrado por miembros de los servicios secretos norteamericanos4, e inauguró su primer reunión bajo la presencia de Winston Churchill, quien en su momento afirmó que “No puede haber paz duradera mientras que diez capitales de Europa Oriental se encuentren entre las manos del gobierno comunista de los Soviets. Tenemos nuestras relaciones con estas naciones más allá de la cortina de hierro”5. En el mismo año pero en el mes de abril, se firma el Pacto del Atlántico Norte conocido como OTAN, entre Canadá, EE.UU., el Reino Unido y Francia. Ya en 1936, cuando los ruidos de la segunda guerra mundial ya se hacían oir, Churchill había lanzado la idea de incorporar a los miembros de la actual Unión Europea a la Commonwealth, cuya jefa es la Reina Isabel II.

 

La respuesta continentalista tiene también sus raíces históricas. El 25 de julio de 1921 fue firmado el tratado que creaba la Unión económica Belga-luxemburguesa, mediante la cual se quitaba toda barrera económica, y las monedas de los dos países quedaban con una tasa de cambio fija. Este hecho es considerado por muchos como la primicia del futuro tratado del Benelux. No es sino hasta 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo pactan la supresión de los derechos de aduana en sus fronteras comunes, además de fijar tasas comunes para las mercancías provenientes del exterior de la unión. El 5 de septiembre de 1944, se firma el tratado en Londres, en donde los tres gobiernos se encuentran exiliados. La entrada en vigor del tratado fue prevista para el 1 de enero de 1948, con el ánimo de poder tener un tiempo (tres años) para la reconstrucción de cada uno de los países.

 

El tratado del Unión Aduanera del Benelux, tenía además como vocación la libre circulación de personas, de bienes y de servicios. La formación final del Benelux resulta de los estrechos lazos que unieron a Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo después de la segunda guerra mundial y los condujeron a decantarse por las mismas opciones, que fueron más allá de la cooperación económica. Rápidamente, Benelux se fue agregando a las zonas de integración económicas que iban apareciendo, las cuales eran más amplias que el Benelux y a veces tenían más ambiciones que él mismo. Es así como en 1948 entra a formar parte de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), y en 1951 es creada la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) con identidad europea continental propia que en 1957, con la CEE se da un paso decisivo para la formación de lo que será la UE. Se puede decir que el Benelux es el germen de la posición continentalista que hoy representa la UE.

 

La respuesta continentalista, que resuelve la vieja rivalidad surgida desde 1870 y Francia reconoce el estatus de aliado sin igual de Alemania (RFA), y opuesta al commonwhealthii, y unos meses después la Comunidad Europea de Defensa (CED), con “apoyo” norteamericano. Así, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) marca un primer paso de unión con la presencia de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. En 1958, el contexto construido por el plan Marshall de EE.UU. crea condiciones comunes (defensivas) para la constitución de la CEE (Comunidad Económica Europea), el mercado común. El RU en respuesta a la CEE de iniciativa franco-germana, acelera el armado de su propio mercado común (EFTA) en 1959.

 

Esta situación de permanente disputa entre el RU y EE.UU. por quien ordena, coordina y subordina a la CEE/UE va a ser permanente desde Bretton Woods, incluso poniendo de manifiesta esa confrontación entre ambas potencias que en 1944 tiene un momento en el cual EEUU impone el Dólar como moneda subordinando a la Libra Esterlina y lanza el Plan Marshall de reconstrucción de pos-guerra. Poniendo de manifiesto lo que existía antes, cuando EE.UU. demoro su ingreso a la guerra militariii directa, si participo y se aseguró los grandes negocios de la guerra para consolidarse como potencia industrial militar, hasta estar seguro que el agotamiento y destrucción del RU le permitirían una posición dominante sin disputas de la potencia declinante en la resolución de la misma. Esta confrontación permanente entre EE.UU. y el RU en relación al camino que debería seguir la CEE/UE, va a permitir que la oligarquía industrial continentalista, constituida a partir de las grandes corporaciones germano-francesas, pueda avanzar desplegando su propia estrategia.

 

En 1967 es Francia quien solicita a EE.UU. el pago de su deuda convertible en oro, esto ocurre en el momento en que la guerra de Vietnam sume a los EE.UU. en una profunda crisis de legitimidad y poderío militar, y el plan Marshall en su desarrollo ha generado un déficit en la balanza comercial en contra de EE.UU., no de sus corporaciones multinacionales norteamericanas que se han expendido y diversificado con parte de los dineros de ese déficits, que expone la debilidad que el plan expansionista de las corporaciones multinacionales le produce a los EE.UU. Este planteo de Francia cataliza y lleva a la crisis de la convertibilidad del Dólar/Oro entre 1971/73iv, moneda dominante desde Bretton Woods, y el posterior respaldo del Dólar no ya en el Oro sino en los Petrodólares que provienen de Arabia Saudita. Todo esto en medio de la feroz crisis de los precios del petróleo. En ese momento es creado el Sistema Monetario Europeo en 1973, por el alemán Helmut Schmidt y el francés Valery Giscard d’Estaing.

 

En noviembre de 1989, ´cae´ el muro de Berlín, hecho de gran impacto internacional, Helmut Kohl por la Alemania reunificada y François Mitterrand por Francia, conforman los cimientos de la unión económica, política y monetaria que generó el Tratado de Maastricht en 19926. Ahora UE y ya no CEE –Comunidad Económica Europea. Como podemos observar la ´caída´ del muro de Berlín, que en los hechos implica la reunificación de Alemania, no solo nos indica la crisis de la URSS sino también la crisis de EE.UU. y el RU por el hecho que a la reunificación de Alemania le sigue también la consolidación de la UE como unidad europea económica, política, cultural y estratégica.

 

En relación con esta UE punto de llegada, es importante retomar e identificar que, previo a la Primera Guerra Mundial, ya existían los lazos político-económicos entre las elites económicas, industriales y financieras francesas y alemanas. A partir de la industria pesada del carbón y del acero, los capitales de dichos países buscaron conformar una alianza que luego decantó en la integración del bloque de la Unión Europea. Tal como lo afirma Annie Lacroix-Riz7, la colaboración y “reconciliación” entre ambos actores se convirtió en una “tendencia permanente” desde la guerra franco prusiana de 1870. Esto se explica, más allá de los vaivenes entre la 1ra y la 2da Guerra Mundial y la influencia estadounidense, a partir de la cooperación comercial, financiera y político-ideológica que fueron tejiendo al calor de los avances del capitalismo a nivel internacional. Esto implica que, para comprender lo que sucede en la UE, es importante prestar atención a las alianzas claves que fueron originadas tiempo atrás entre ambos, conducidas por sus fracciones de capital desde finales del siglo XIX, durante el siglo XX y en el presente.

 

En este breve recorrido histórico podemos observar cómo el proyecto de unión europea –UE- con sus distintos momentos se hallaba atravesado por las contradicciones que en ese momento se daban: la confrontación con el RU, la confrontación RU/EE.UU., en la bipolaridad de un mundo dividido entre EE.UU. y la URSS, en escenarios siempre de fuerte disputa internacional. De esta manera y al igual que en el presente, nos enfocamos en la UE como un actor de peso histórico, centro de conflictos generados por los avatares de la geopolítica internacional y las dinámicas de coyuntura. Así, no caben dudas que el proyecto inicial o fundacional de UE se ha visto impactado por el proceso que se desata desde la crisis financiera internacional de 2008, y los movimientos y enfrentamientos que esta impulsó desde que estalló. A su vez, los cambios en el escenario internacional que en el presente estamos viviendo contribuyen a modificar el futuro del bloque.

 

60 años de Unión Europea

 

Es muy importante poder recorrer ahora el conjunto de elementos que hacen a la UE, que conforman y dan sustento a este proyecto estratégico con uno de los complejos industriales-científico-tecnológicos más poderosos del mundo.

 

La UE forma parte del continente europeo, que por extensión en superficie es el segundo más pequeño después de Oceanía. Pero cuando consideramos a la UE por su PBI, este es de 14.844.4128 millones de euros y por ello es una de las tres grandes potencias industriales9. Junto con China y EE.UU., la UE es una de las potencias mundiales medido por el PBIv. De los 49 estados independientes que existen en Europa, son 27 los países miembros de la Unión Europea.

 

La UE también a lo largo de los años que van desde 1944 hasta 2010, ha logrado darse todo un andamiaje institucional jurídico político que organiza y rige el bloque. Este está conformado por el Consejo Europeo, el Consejo de Ministros, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia, el Defensor del Pueblo, el Banco Central Europeo, el Tribunal de Cuentas y el Comité de las Regiones.

Fuente: eurostat.

 

Cuando observamos el mapa de áreas industriales de Europa, podemos ver que la estructura central del complejo industrial científico tecnológico de la UE se encuentra en el área que incluye a Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Austria, el centro norte de Italia, el oeste de Polonia y el este de España que se conecta a Francia e Italia. Este mapa nos permite tener una primera aproximación de dónde está radicado el complejo industrial, científico y tecnológico y, qué países recorre y de qué modo. Aún tenemos en cuenta a Inglaterra, RU, porque es parte de la UE mientras se da el proceso de Brexit y porque nos permite visualizar su lugar y peso específico.

 

 

Fuente: http://www.datosmacro.com/paises/zona-euro, 2016.-

 

Cuando abordamos por PBI y países de la UE, podemos apreciar que Alemania tiene el principal PBI de la UE con 3.147 billones de Euros, el RU con 2.366,9 billones, Francia con 2.228,8 billones, Italia 1.672 billones, España con 1.113,8 billones. Luego, viene Holanda con 702,6 Bn y los demás. Un monto de 11Bn de Euros aproximadamente sobre un total de 14,8Bn reúnen estos 6 países, el 76%. Cuando observamos por población Alemania suma a la UE 82.600 millones, RU 65.808 millones, Francia 67 millones, Italia 60,5 millones y Holanda 17 millones (tiene una población baja pero un PBI relativamente significativo). La UE pierde directamente un PBI de 2.366,9 billones con la salida del RU, pero gana en soberanía estratégica para definir posición frente a la oligarquía globalista en la city de Londres. Las alianzas con otros actores internacionales de la oligarquía continentalista germano-francesa forman parte de la UE y fomentan la soberanía política para terminar de conformar e institucionalizar a la oligarquía continentalista de la UE y garantizan la soberanía económica para terminar de subordinar a las burguesías nacionales que restan con poder en cada país.

 

Cada vez más, la industria manufacturera se considera como un sector fundamental, aunque la parte correspondiente a la industria en la economía de la UE vaya disminuyendo en beneficio de los servicios a las empresas (no confundir con servicios financieros) que a la hora de medir deben sumarse entendiendo que son distintos componentes de los industrial. Se necesita un mínimo de base de producción que constituya una masa crítica por los siguientes motivos:

 

Graf-1: Disminución de la industria manufacturera en el PIB de la UE

Fuente: Cálculos propios a partir de datos de Eurostat.

 

La disminución de la parte correspondiente a la industria manufacturera erosiona la base tecnológica y de conocimientos de la economía en su conjunto, base que es crucial para conseguir un desarrollo sostenible. La industria manufacturera tiene importantes repercusiones positivas en el resto de la economía y, especialmente, en la productividad global. Cada euro de demanda final añadida en el sector de la industria manufacturera genera aproximadamente 50 cents de demanda final añadida en otros sectores de la economía.

 

Europa posee ventajas comparativas en aproximadamente dos tercios de los sectores industriales, que representan en torno al 75 % de la producción manufacturera de la UE. Estas ventajas comparativas se concentran en segmentos de productos complejos y de alta calidad. Al aumentar gradualmente la complejidad de sus productos, las industrias manufactureras de la UE han conseguido mantener su posición competitiva durante la crisis de 2008 en adelante. Por ejemplo, la UE es uno de los principales productores de nuevos conocimientos en Tecnologías Facilitadoras Esenciales (TFE), los módulos tecnológicos que se utilizarán para elaborar toda nueva tecnología o producto innovador de alta tecnología en los próximos años. Los productos europeos basados en la biotecnología industrial o en materiales avanzados tienen un mayor contenido tecnológico que los productos competidores de América del Norte o Asia Oriental. El reto al que tiene que hacer frente Europa en este campo es que, aparte de las tecnologías avanzadas de fabricación, los productos europeos basados en las tecnologías facilitadoras esenciales han llegado a un nivel de madurez y tienen que competir en cuanto al precio.

 

En un mundo globalizado, lo que se ha dado en llamar «rendimiento de la cadena de valor» se está convirtiendo en una medida de la competitividad de más relevancia que la importancia que se daba tradicionalmente a las exportaciones de productos acabados.

 

A este respecto, la ventaja tecnológica de la UE se refleja en el hecho de que las exportaciones de productos manufacturados de la UE tienen un menor porcentaje de valor añadido procedente del exterior que las exportaciones de terceros países como China, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, que necesitan adquirir bienes intermedios de alta tecnología en el extranjero en mayor medida que la UE. Y viceversa, la UE tiene una mayor proporción de valor añadido en las exportaciones a estos países. Según las cifras disponibles más recientes, en torno al 86 % del valor de las exportaciones de la UE es de fabricación interna, frente al 74 % de China, el 85 % de Japón, el 61 % de Corea del Sur y el 84 % de los Estados Unidosvi.

 

Avancemos un paso más, observando la composición por sector de la actividad económica del valor agregado (o de qué modo se apropia por sector el valor agregado por el trabajo de la industria en gral.).

 

 

El primer dato significativo es que el sector de servicios financieros es el que mayor proporción del valor agregado social se apropia tomado sector por sector, tanto para la UE28 como el Área Euro, EA16, con una proporción que va el 28/30% del total. Claro que cuando agregamos Industria, comercio, transportes (CTC) y otros servicios a empresas (22% tanto en la EU-27 –unión europea- como en EA-16 –área euro-), queda de manifiesto que la mayor proporción de valor agregado forma parte de las actividades que no son Servicios financieros (60%=20%Industria+20%CTC+20%servicios a empresas no financieras). Pero consideramos central esta contraposición entre servicios financieros vs industria + comercio, transporte y comunicación (CTC) + otros servicios. Observando especialmente las 7 grandes economías de la UE ya consideradas.

 

En un marco donde el PBI industrial cae en proporción a otros sectores (ver Graf-1), incluso porque parte pasa a ser considerado otros servicios, en Alemania (DE) tenemos que la industria participa del 28%, CTC con 18% y otros servicios 22%, mientras servicios financieros lo hace en un 28%. Cuando observamos el Reino Unido (UK) vemos que Industria participa con un 18%, CTC con 15% y otros servicios 20%; y servicios financieros lo hace con más de un 30%. En Francia la industria participa con un 15%, CTC con otro 15% Y S-N-Financieros 22%, y servicios financieros con un 30%. En Italia (IT) industria pesa un 22% y CTC un 22%, y servicios financieros un 27%. El caso paradigmático es el “paraíso fiscal” de Luxemburgo (LU) donde la industria tiene un 10%, CTC un 20% y otros servicios 22%, y servicios financieros un gran 50%. El caso de Luxemburgo solo lo mostramos para observar estructuras donde los “servicios financieros” tienen un peso determinante porque son esencialmente “guaridas financieras globales o paraísos fiscales”.

 

En síntesis es importante observar como en Alemania los sectores asociados a la industria, otros servicios y CTC tienen un peso significativo y los servicios financieros participan en una estructura proporcional equilibrada. No es el caso del RU y Francia donde los sectores de servicios financieros participan en una proporción mayoritaria. Claro que la perdida y desplazamiento servicios financieros que la crisis del Brexit impulsara en la city de Londres debilitara a la oligarquía global en la city y en el RU, y fortalecerá la posición de los sectores asociados del complejo industrial, militar, científico y tecnológico de RU que denominamos la estrategia de la Corona Británica.

 

En el siguiente cuadro observamos la tenencia de deuda púbica por país de la UE, en función de los bancos y sus nacionalidades.

 

Consideramos importante observar la relación de poder e influencia que se pone de manifiesto en el par Acreedor/Deudor. Sabiendo que los bancos acreedores prestan dinero/dan crédito para fortalecer su posición, para potenciar a sus propias empresas en cada país y para desarrollar posiciones de dominio e influencia no solo en la economía sino también en lo institucional político y cultural-mediático.

 

 

Deuda pública por país según nacionalidad de bancos10

 

 

 

 Monto deudor

Monto de acreedor por nacionalidad de bancos (en millones de euros)

Total de la deuda de los bancos analizados

Países (PIIGS)

Bancos franceses

Bancos alemanes

Bancos Ingleses

Bancos Holandeses

 

Grecia

79.000

 

8,8%

 

52%

45.000

 

6,4%

 

30%

15.352

 

3,8%

 

10%

12.200

 

5%

 

8%

151552

 

78%

 

 

Portugal

44.938

 

5%

 

38%

47.377 6,7%

 

40%

25.567

 

6,4%

 

22%

S/D

117882

 

49%

 

 

Irlanda

52.089

 

5,8%

 

11,6%

183.757

 

26,1%

 

41%

172.682

 

43,1%

 

38,4%

40.811

 

17%

 

9%

449339

 

82%

 

 

España

211.172

 

23,6%

 

31,1%

237.983

 

33,8%

 

35%

109.957

 

27,5%

 

16,2%

119.719

 

49,5%

 

17,7%

678831

 

82%

 

 

Italia

507.789

 

56,7%

 

60%

189.675

 

27%

 

22,5%

76.459

 

19%

 

9%

69.065

 

28,6%

 

8,2%

842988

 

83%

 

 

TOTAL

894.988

703.792

400.017

241.795

 2.240.592

%

40%

31,4%

17,8%

10,8%

100%

 

 

Este cuadro se elabora a partir de la crisis de países del sur (países importantes como Italia y España y, de menor peso específico como Grecia, Irlanda y Portugal) de la UE en 2009/2010, una crisis que parte de la acción del Goldman Sachs (la posición continentalista en EE.UU.) y permite a la UE, a Alemania y Francia consolidar las fuerzas a favor de la UE en oposición a las movidas anteriores y posteriores que provenientes de la oligarquía global en la City de Londres tendían a la fragmentación y dispersión.

 

Lo primero y principal que se impone leer (renglón de abajo) es que la gran banca continental de origen Francés y Alemán concentra el 71,4% (40+31,4%) de dinero a crédito otorgado. Que sube al 78/82% en Italia, Portugal y Grecia, es del 66% en España y cae en Irlanda al 52%, donde la presencia importante es de la gran banca alemana (44%) y de la gran banca inglesa con un 38%.

 

Esto es indicador de la presencia territorial de estas dos grandes bancas (alemana y francesa) en la mediación y organización de la economía, que en importante grado financia a las empresas transnacionales de su propio origen y es el fundamento de la fuerte presencia de las transnacionales francesas y alemanas en toda la UE. Este dato se suma a que el 67% del comercio era intra UE (que era del 42% en 1992), es intra UE y realizado por las empresas vinculadas y financiadas por las bancas de este origen. Por otro lado, es importante observar que la gran banca financiera de origen anglosajón y angloholandés participa con el 28,6% restante del financiamiento. Dejando claro que en el territorio de la UE continental su lugar es subordinado. Y si hay una confrontación, o competencia, es entre las bancas francesas y alemanas. Históricamente es sabido que la fracción de Francia que es parte del complejo industrial científico tecnológico siempre es parte y fue parte desde 1870, del proyecto franco-germano de la UE enfrentado al proyecto anglosajón y angloholandés de Comunidad Económica Europea (CEE) subordinada a Londres. Claro que existe la Francia financiera especulativa (con asiento en la City de Paris) que siempre jugo y lo seguirá haciendo, en conjunción con Londres o el RU.

 

Las implicancias de ser acreedores de deuda no se vinculan solamente a lo estrictamente monetario, sino que tienen que ver con ser parte de empresas transnacionales y sus redes mayores y más complejas, con lo cual abre la posibilidad de ejercer mayor control sobre el territorio de la UE. Esta capacidad de control puede aumentar en el nuevo escenario post brexit, cuando es claro que la salida del RU, significa también un cambio en los vínculos económicos, comerciales y financieros entre la UE y el Reino Unido, así como con las bancas globales de gran peso en la city financiera de Londres y la UE. A su vez, los nuevos términos en los que se negocie una nueva alianza entre la UE y el RU irán marcando también la distribución del poder en el núcleo de conducción y la nueva situación económico financiera de la UE.

 

La decisión de la salida por parte del RU pone sobre la mesa los movimientos que se dan en términos de las relaciones de fuerza al interior del bloque europeo. Seguir de cerca dichos cambios resulta de vital importancia de cara al futuro de la UE y el horizonte en el que se inserta este en un mundo en crisis. A los fines de comprender las dinámicas actuales y el peso del núcleo de conducción alemán y francés, nos remontaremos a la última década en la que emerge la crisis europea que se desata luego de la crisis financiera global del 2008 con la caída del Lehman Brothers en EE.UU.

 

Durante la crisis económica europea de 2009-2010, los sectores angloamericanos( ??) promovieron las devaluaciones como camino de salida, junto con el mecanismo de reestructuración de sus deudas. Así, esto impactaba directamente en los sectores financieros franco-germanos (aclarar!!). Esta estrategia impulsada por los sectores angloamericanos buscaba erosionar el liderazgo franco-germano y profundizar las diferencias entre ambos. Sin embargo, a pesar de las acciones de los fondos de inversión global, sus agencias calificadoras de riesgo (S&P) y las campañas de los grandes medios de comunicación, estas acciones no pudieron avanzar sobre todo por el apoyo chino-ruso al euro .

 

De esta manera, el escenario europeo actual muestra indicadores de grandes movimientos tectónicosvii que se están sucediendo. En lo que hace al núcleo de conducción continentalista industrial estratégico germano-francés, algunos analistas afirman que el triunfo electoral de Emmanuel Macron puede cambiar los términos de una relación que a partir del Tratado de Lisboa (concluido en noviembre 2009), el núcleo industrial estratégico germano-francés había logrado consolidar y subordinar al eje financiero global Paris-Londres11.

 

Recordemos que la Francia industrial es una potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta es la Francia que fue derrotada por el globalismo y lo fue, en el mismo momento en que las movidas y operaciones del globalismo financiero con Macron lograron excluir y derrotar al Gaullista François Fillon. Nunca Marine Le Pen fue una alternativa real, siempre fue una pieza clave y necesaria para la estrategia del Globalismo en la construcción del contrapunto necesario que organiza en el eje dicotómico (trampa ideológica) Fascismo-Antifascismo y Democracia-antidemocracia (amplificada por operaciones mediáticas, “atentados” de Isis y migraciones programadas por la OTAN y sus transnacionales contratistas desde el medio oriente).

 

Los intereses financieros globales se hacen presentes con el triunfo de Macron, no solo ya en la city de Paris sino también en la presidencia del gobierno de Francia, y como parte de una movida que usa el terrorismo mediático, movidas de las empresas contratistas transnacionales de la desestabilización llamado isis, llevan a la implosión al viejo sistema de partidos políticos franceses (organizado en derredor del bipartidismo entre el PSF y el PRF). Y reemplazado por el partido mediático En-Marche, cuidadosamente construido hace décadasviii.

 

En este marco, adquiere una renovada relevancia la convocatoria a Roma para ratificar los compromisitos fundacionales de UE, donde se hacen presentes los diferentes componentes de la oligarquía continental, recibidos y respaldados por la expresión del universalismo multipolar humanista que expresa el Papa Francisco. En este punto consideramos central también recordar que, como en 2010 frente a la corrida financiera global sobre la UE, el respaldo de los actores del Universalismo Multipolar Brics (China-Rusia) vuelven a estar presentes y a ser importantes también. Y se hacen presentes ahora respaldando a la UE con el tren de la Nueva Ruta de la Seda (con empresas ferroviarias chinas-alemanas-y-rusas) y respaldando al Deustche Bank, al consolidar la tenencia mayoritaria de acciones por un banco estatal chino. En 2010 había sido, respaldando el Euro con un swaps del banco central chino, abriendo el mercado chino a la industria Alemana y comprando Euros para respaldarlo como monedaix.

 

También en este momento es importante incorporar en la mirada del escenario actual el cambio en el rol y la relación con EE.UU. a partir del triunfo de Donald Trump y la derrota del globalismo financiero en el gobierno de EE.UU aunque permanece fuerte en la Reserva Federal y la City de Nueva York. El impulso a las políticas proteccionistas norteamericanas de Trump, con el debilitamiento de los Tratados Globalistas y del Contnentalista Nafta que este promueve, afecta directamente a los intereses y a la economía alemana. Dentro de dicho país, la suba de los precios del petróleo de $43 a $52 entre noviembre de 2016 y enero de 2017 y el proceso inflacionario que implica para un país no productor de petróleo afectan el poder adquisitivo –y por ende, el consumo- de sus habitantes. Así, el rol de liderazgo históricamente ejercido por Alemania en la UE genera que sea uno de los actores a los que más atención se presta. Las industrias alemanas, la tecnología y el superávit comercial de este país hacen que la preocupación por avanzar luego del brexit y dar por terminado el proceso de desestabilización e incertidumbre que se genera esté vinculada a las alianzas a tejer como bloque, ya sin RU, y al fortalecimiento de la nueva UE de los 27. Por esto, a partir de la figura de la canciller Angela Merkel, la postura alemana ha sido desde el inicio acelerar el proceso a partir del cual Gran Bretaña sale definitivamente del bloque para poner fin a la incertidumbre y seguir adelante con lo que denominan proyecto europeo.

 

Desde el Instituto de la Economía Alemana afirman que un factor de preocupación actual tiene que ver con la situación geopolítica general del país, a pesar de que el mercado interno alemán siga fuerte12. Esto se debe a que el Banco Central Europeo (BCE) se sigue con la expansión monetaria (cuantitative easing o QE), permitiendo el superávit fiscal alto. Las compras mensuales de deuda del BCE (QE) desataron una rebaja drástica del coste de financiación de los gobiernos que ha tenido a Alemania entre sus grandes beneficiados. El Estado alemán se ha financiado prácticamente gratis durante la crisis: el rendimiento del bono alemán a 10 años llegó a entrar en terreno negativo el verano pasado.

 

Sin embargo, la suba de precios del petróleo y el proceso inflacionario dentro del propio país muestran que en el mediano plazo no se pueda seguir dinamizando la economía alemana como lo venía haciendo. Aquí es clave el bloque europeo como un gran mercado, más allá de la economía alemana, y aquí radican las intenciones del núcleo de conducción europeo y los intereses de consolidación del bloque desde la integración de las realidades nacionales en este órgano supranacional, y la vinculación con nuevos jugadores estratégicos con nuevos mercados a nivel internacional como China y Rusia –temas que se desarrollarán en otro apartado de este libro-.

 

Desde el gigante asiático, es importante hacer mención de los grandes movimientos que se vienen dando en los últimos años en dirección a la cada vez mayor compra de empresas alemanas13, movida de los China-BRICS que continua la acción de 2010 en defensa del Euro y de la UE. Ya hacia finales del año 2016, China había adquirido 58 empresas alemanas, de acuerdo con datos de la consultora Ernst & Young. Esto significa un aumento de 19 empresas más que en el año anterior, lo cual muestra el importante crecimiento de la inversión China en Alemania, que se traduce en un gasto de 11.600 millones de euros invertidos por emprendedores chinos. Los rubros en los cuales se han realizado estas últimas adquisiciones varían entre tecnología robótica, industria automotriz y aparatos para la calcinación de residuos. En esta situación la posición alemana nos da algunas claves de las estrategias que empiezan a jugarse desde la UE.

 

La Unión Europea en juego

 

A la hora de sentarse a negociar la definitiva salida del RU de la Unión Europea, se transitan distintos caminos que conducen a la generación de nuevos tratados y alianzas comerciales, además del cumplimiento del artículo 50 del Tratado, entre otros asuntos de importancia. El jefe de los negociadores europeos Michel Barnier es quien lleva adelante el proceso en representación de los 27 miembros14. El nudo de la cuestión que ocupa los primeros meses posteriores a marzo de 2017 tienen que ver con la posibilidad de establecer nuevos tratados comerciales, pero antes que eso se requiere ejecutar los acuerdos institucionales preestablecidos para establecer los gastos de la salida, denominado “divorce bill”.

 

. La cuestión institucional

 

Las causas tienen que ver con que el RU fue parte de la aprobación, junto con el resto de los 27 Estados miembros de la UE, del presupuesto de la UE, por un período de siete años que culmina en 2020. A partir de ello, los europeos exigen que RU salde todo el período y sume a ello las deudas respecto de aquellos programas comunes de inversiones –dirigidos en su mayoría a fondos de ayuda para los países más empobrecidos de la unión. A esto también se suma la contribución económica correspondiente al fondo de pensiones para funcionarios cuyos salarios son financiados con recursos de la UE.

 

En términos de números, la Comisión Europea perderá anualmente con la salida del RU entre 10.000 y 11.000 millones de euros netos15, sin contar el costo del cheque británico de compensación por la salida. Sin la contribución británica y siendo este uno de los principales contribuyentes, la UE perderá un 16% de sus ingresos. Si bien hasta el año 2020 se deberán asumir los compromisos financieros aún con Londres como aportante más allá de los resultados del referéndum, a partir de 2021 se tendrán que reestructurar las finanzas del bloque y las relaciones económico-comerciales. Esto conduce indefectiblemente al armado de una estrategia que sortee esta situación, en favor de los intereses europeos, aunque a la hora de las reconfiguraciones no son sólo los actores del núcleo de conducción europeo y sus intereses los que cuentan.

 

La Comisión Europea avanza y recarga sus presiones pidiéndoles a los británicos que también costeen los gastos de las negociaciones entre ambos, que incluyan viáticos y transportes, así como las reuniones entre líderes que se han suscitado a partir del brexit. Es importante notar que, es muy firme la postura de la líder alemana Angela Merkel, aclarando que no se contemplará la situación británica. Además de la necesidad de acordar sobre este punto, deberán plantearse nuevos términos de intercambio a futuro, servicios financieros e inmigración laboral. Estos dos puntos son los realmente importantes. Los servicios financieros hacen a la puja de poder entre la Oligarquía financiera global en Londres y la oligarquía continental europea de la UE. Respecto de la política globalista de migración forzada desde el medio oriente y África del norte hacia la UE por las guerras, es importante porque hace al libre movimiento de personas de la UE en sus distintos países (Acuerdo de Schengenx) y que es constituyente de la existencia de un espacio común y no solo un mercado común. En este punto golpea el globalismo financiero en Londres con su política de operar mediáticamente: el euroescepticismo, los atentados terroristas y la migración forzada desde los países en guerra en medio oriente o norte de áfrica, donde la responsable es la OTAN-Isisxi.

 

Respecto a la libre circulación de personas, la postura europea lidia por sostener los derechos actuales de pensión y de residencia permanente luego de 5 años de haber vivido en el RU. Para que esto se sostenga a pesar del brexit, el gobierno británico debe aceptar la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia (CEJ). Como contraparte RU propone crear un sistema informal sin jueces, una especie de corte conjunta, algo que no logra convencer a los europeos, que cuentan con sus propias instituciones para ello. Aquí vemos la disparidad a la hora de sentarse a negociar, pues la UE cuenta con herramientas y mecanismos político institucionales de peso histórico que están ya consolidados y pueden ejercer la soberanía en todo el territorio de la UE, si su estrategia triunfa sobre la city de Londres.

 

En este sentido los representantes de Alemania, Italia y Francia en la UE recordaron que previo a cualquier acuerdo sobre los términos de la salida y negociaciones a futuro, resta consensuar algo muy importante para la UE, que es el monto que RU debe pagar como parte de sus compromisos pasados y futuros. Entre los montos se habla de 60 mil millones de euros16, u otro valor que oscila entre 50 mil y 100 mil millones de euros. La llamada factura de divorcio (“divorce bill” 17 ) plantea el pago de un monto acordado que ponga fin a los compromisos financieros contraídos con la UE. Los especialistas que siguen este proceso, indican que hacia marzo de 2019, momento en que se cumplan los dos años del período estipulado en el Artículo 50 del Tratado de la UE, habrán culminado las negociaciones financieras. Esto está sujeto a los acontecimientos que se den entre el año 2017 y el 2018, y los modos en los que finalmente el brexit sea ejecutado. Mientras tanto, los europeos exigen el sometimiento a las leyes de la UE en términos de que RU siga pagando sus contribuciones y permitiendo el ingreso de productos sin el cobro de aranceles mostrando poder gobierno en el territorio de la UE.

 

. La cuestión financiera.

 

Lo que aún no ha sido zanjado/acordado y está en vías de, es cómo será el intercambio de servicios financieros. Según el europeísta Bruegel, en caso de que se apliquen a Londres restricciones de acceso a las plazas bursátiles europeas, más de 3 mil altos puestos y casi 2 billones de euros en activos de bancos de inversión estadounidenses se mudarían de Londres a otros centros financieros como París o Frankfurtxii. El traslado de las filiales de los grandes bancos globales a cualquiera de las ciudades que se mencionan como posibles, entre ellas Frankfurt, París, Dublín y Ámsterdam, implicará definitivamente un impacto de gran trascendencia, en términos financieros, de infraestructura y principalmente de poder. En lo que refiere a mercados por mayor, EE.UU. y los bancos de inversión suizos, alemanes y franceses conformarán un núcleo de nuevos mercados de venta en la UE.

 

Algo que se presenta como desafío es el desarrollo de tecnología financiera, que la city de Londres ya cuenta con ella en el más alto desarrollo y eficiencia práctica cotidiana, y que se necesita poder replicar en la UE. Para esto, los analistas señalan que se presenta como oportunidad para la UE el hecho de poder establecerse con una arquitectura financiera conjunta, y ya no definida por los límites nacionales de los estados miembros dado que observan una clara fragmentación de sus mercados18. Esto viene de la mano con nuevas reglamentaciones y regulaciones para los servicios financieros. La propuesta para la nueva Unión Europea es llamada “arquitectura financiera integrada”, para la cual se prevé en primer lugar reubicar la Autoridad Bancaria Europea (ABE), hoy con sede en Londres. En segundo lugar se propone completar la unión bancaria para garantizar la supervisión en la zona euro. Y en tercer lugar, unir los mercados de capital. Estas son las propuestas de generación de una arquitectura financiera integrada de la UE-27, ya sin el RU y principalmente sin la city de Londres.

 

Sobre este aspecto tan central para la nueva UE nos preguntamos qué significa una arquitectura financiera integrada y qué escenario están construyendo de cara esto. A quién beneficia constituir una estructura económica y financiera estrictamente de la UE y cómo se articula con el rol de la cities financieras y sus nuevos actores que buscan reubicarse dentro de la UE. Mientras la city de Londres era parte de la UE no había condiciones para siquiera plantear este escenario, pero, la coyuntura del brexit abre el juego para que los intereses de la Oligarquía Continentalista de la UE impulsen este escenario. Aquí el Banco Central Europeo jugará un rol clave.

 

La situación en que la histórica city financiera de Londresxiii se encuentre a partir del brexit es, pues, central a la hora de construir la jugada que reconstruya y fortalezca el mercado europeo. A su vez, podemos pensar inmediatamente con qué nuevas alianzas geopolíticas se piensa estructurar esta arquitectura financiera y mercado económico, para lo cual los últimos sucesos ocurridos internacionalmente nos aportan posibles caminos. Sobre este aspecto, durante el mes de julio se reunió en Bruselas la Comisión Europea, con el ánimo de fijar el procedimiento de reubicación de las agencias europeas con sede en Londres, como la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA). A este respecto, los presidentes del Consejo Donald Tusk y Jean- Claude Juncker indicaron los requisitos que debe complementar la ciudad electa, como acceso al mercado laboral, infraestructuras de educación y flexibilidad. Para el mes de noviembre de 2017 se conocerán los destinos a los cuales se trasladarán tanto la sede de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) como la Agencia Europea del Medicamento (AEM)19, luego de que los ministros representantes de los Estados de la UE voten entre las ciudades candidatas.

 

Creada en 2011 con sede en Londres (todo un indicador del poder de Londres para imponer) y con la función de “construir un único marco regulador y de supervisión para todo el sector bancario de la UE”20, la ABE forma parte del marco institucional a partir del cual se controla, administra y conduce la economía y los negocios financieros que se desarrollan en la UE. Si bien es una institución “independiente” de la UE, forma parte del sistema Europeo de Supervisión Financiera y rinde cuentas al Consejo Europeo de la UE, al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea21. Por este motivo, en lo formal son 8 las “ciudades” posibles, pero en realidad son dos: Frankfurt y Paris, que pujan por quedarse con esta institución y con sus 159 empleados.

 

Por su parte, la Agencia Europea del Medicamento (AEM), que desde 1995 también operaba en la ciudad de Londres, también será reubicada; con lo cual, la regulación de la industria farmacéutica y sus 890 profesionales también se vuelven un objetivo sustantivo, que los diferentes actores e intereses dentro de la UE quieren controlar. Son 18 ciudades las que están con aspiraciones por alojar a esta última, según el listado oficial publicado por el Consejo de la UE22.Todos los países de la unión han ofrecido ciudades candidatas. A su vez, los líderes europeos esperan poder hacer valer un reglamento financiero único que garantice que Londres respete sus compromisos con el presupuesto de la UE.

 

Los debates en torno al pasaporte financiero que liga a RU con el bloque de la UE radican en la nueva situación que implica para los agentes financieros la salida del RU, y la posibilidad de no poder seguir operando en el mercado europeo desde la city financiera de Londres. Tal como lo viene afirmando Bruegel, el 35% de las actividades de la banca mayorista que venía funcionando en la city va a migrar a la UE, ya sin RU, lo cual significa además 1,8 billones de euros en materia de activos. Aquí es donde juegan también los grandes bancos de inversión global23, con sus intercambios de divisas, valores y derivados entre clientes como fondos de pensiones, grandes corporaciones, gestores de activos, fondos de pensiones, etc., entre instituciones financieras y servicios bancarios.

 

Por ello es importante tener presente el peso específico de la UE como potencia económica mundial y del núcleo de poder continentalista germano-francés en la UE. Y lo importante del rol de Alemania y los interrogantes que abre el “triunfo” de Macron en Francia. Los intereses que manifiesta y defiende Merkel tienen que ver con la eurozona, bajo la pretensión de recuperar el crecimiento económico; y la generación de una fuerza de seguridad común que proteja las fronteras de la UE –teniendo en cuenta los debates vinculados a la OTAN-.

 

Las pujas en las negociaciones UE vs RU

 

Durante los meses que transcurren en la primera mitad del año 2017 se van produciendo situaciones a partir de las cuales empieza a materializarse cómo será la salida de RU de la UE, lo que conlleva diferentes escenarios y términos de negociación que tienen que ver en gran parte con la situación financiera, económica y comercial en la que queda el bloque sin la city financiera de Londres.

 

En este sentido, los primeros movimientos ponen sobre la mesa a las “candidatas” a suceder a la “histórica” City financiera de Londres. Sobre lo que no caben dudas es que la definitiva salida de Gran Bretaña de la UE y la activación del artículo 50 del Tratado generarán un fuerte cambio en relación a su rol como histórica City financiera y de la oligarquía financiera global en la city de Londres, aunque esta ya hizo sus movidas para desplazar su peso a la City de Paris.

 

La City de Londres será quien perderá peso en este escenario, ya que depende en gran parte del mercado único europeo, de 500 millones de consumidores, con la mayor capacidad de ahorro e inversión a nivel mundial. El 40% de los negocios que la city de Londres realiza es con Europa, a partir del pasaporte financiero que –hasta el voto brexit- tenía con la UE24. Para tener una idea, en el año 2015 el sector financiero londinense obtuvo cerca de 200.000 millones de libras esterlinas en ingresos totales, representando un 11% del PBI de RU. A su vez esto representa el 24% de los servicios financieros de la UE.

 

Esto marca también un punto de inflexión en una histórica relación de desigualdad que atravesaba ya las relaciones entre la city financiera de Londres y la UE, vinculada con el pretendido control de las operaciones financieras de la zona euro. El Banco Central Europeo es la máxima autoridad institucional que regula el territorio y la moneda euro; no obstante, las transacciones con la city financiera de Londres no podían estar reguladas ya que el BCE no poseía las competencias para controlar los sistemas de compensación de valores. El Banco Central del Reino Unido (el Banco de Inglaterra) y el BCE lograron construir un marco que les permitió una supervisión compartida en caso de ser necesario intervenir, nada más. Así, la nueva situación de salida abre un panorama posible de reforzamiento y consolidación de los mercados financieros europeos ya sin la influencia determinante de la city de Londres.

 

Entre los escenarios posibles que Brueguel viene anunciando, uno contiene la posibilidad de que la UE se convierta en un mercado único de servicios financieros integrados, con opciones de “reforzar el poder de la Autoridad Europea de Mercados y Valores (la agrupación de Comisiones Nacionales de valores), completar la unión bancaria y preparar el terreno para repatriar el negocio de las centrales de compensación y liquidación de valores tras el Brexit”. Esto trae aparejadas ciertas condiciones en términos de conocimientos, logística, regulación, y, sobretodo, la posibilidad de integrar toda la zona bajo el Banco Central Europeo como entidad supranacional de peso, y ya no con supervisores nacionales fragmentadosxiv. Muy particularmente significaría la posibilidad que el poder político de la UE subordine a los poderes financieros globales de las Cities Financieras en la UE, una unidad de medida del aumento en la soberanía sobre su territorio. Esto es lo que esta juego cuando la City de Frankfurt es propuesta por el gobierno de la UE para centralizar la actividad de servicios financieros en la UE.

 

La candidata que mayor peso tiene es la ciudad alemana de Frankfurt, dado el tamaño de la economía de dicho país, su condición de gran potencia industrial, su infraestructura, tecnología y mano de obra, y su sector financiero; además del peso que tiene el poder político de conducción de la UE. En ella están radicados el Banco Central Europeo y la Autoridad Europea de Seguros. No obstante, lejos de ser un proceso armonioso como es toda puja de poder de primer orden, la disputa de intereses entre capitales por absorber y asumir la posición y función que la city de Londres cumplía, para los intereses financieros globalistas, se agudiza a medida que avanzan las negociaciones. Aunque la oligarquía financiera global en Londres pierda la posibilidad de seguir “operando desde Londres” en posición de fortaleza, puede aún desplazarse a la City de Paris, o una combinación de ellas, para darle continuidad a la lucha de poder contra la oligarquía europea en el BCE y la City de Frankfurt, y otros intereses enfrentados. Es decir, podría llegar a conjugarse el fuerte e histórico andamiaje institucional de la UE como bloque, con los intereses europeos industriales-financieros que impulsan un nuevo escenario post brexit, donde la UE salga fortalecida y reconfigurada. Esto es, despejada la city financiera de Londres y su rol histórico a la hora de los negocios financieros globales de la UE, se abre la posibilidad de que la propia conducción de la UE empiece a tomar el control de sus finanzas, e incluso pueda consolidar y tejer nuevas alianzas con otros jugadores en el terreno estratégico internacional.

 

Esta estrategia no está exenta de conflictos que tienden a cristalizarse a partir de sucesos como la victoria de Emmanuel Macron en Francia, dado que París también está en la puja por ser la city financiera europea que reemplace a Londres y exprese el interés estratégico del globalismo financiero. En este sentido, el triunfo del ex ministro de Economía del socialista Hollande y formado en el banco de inversiones de la casa Rothschild & Co, Emmanuel Macron25 ha renovado expectativas en sectores financieros que visualizan qué está en juego en el plano estratégico. En esta carrera la City de Frankfurt es la que cuenta con las mayores competencias para reemplazar y desplazar a Londres si los intereses estratégicos de la UE logran imponerse.

 

A mediados de julio, durante el Paris Europlace Financial Forum, al que asistieron 2500 altos ejecutivos de la industria financiera europea y global, con representación de más de cincuenta países, Edouard Philippe, el primer ministro francés indicaba los “deseos” para que Paris sea efectivamente la principal city financiera. A la estrategia francesa de promoción de París la acompañan determinadas políticas que el nuevo gobierno está impulsando, entre las cuales se pueden mencionar una reforma laboral, un paquete de medidas fiscales tendientes a favorecer empresas y bancos, y la propuesta de eliminación del “gold plating”xv. Jeremy Browne, el representante de la city londinense en la UE, ya había denunciado los intentos de debilitar y degradar a Londres como plaza financiera por parte de las autoridades francesas26.

 

La estrategia de los intereses de la oligarquía continentalista de la UE se expresan en la opción por la city de Frankfurt, porque es parte ya del sistema institucional político e intereses dominantes en el BCE y el Gobierno Político de la UE, que desde Frankfurt también viene avanzando con resultados concretos.

 

Otro gran nudo del debate es la participación del RU en el mercado común europeo, algo que preocupa a ambas partes. Para esto se les demanda a los británicos que establezcan regulaciones en su economía, importando todo un paquete legal de normativas de la UE para luego poder ratificar un nuevo acuerdo. Desde los intereses europeos, el futuro de su sector financiero, que representa el 12% del resultado económico británico, sigue siendo el factor clave y en clave de poder es mucho más que lo cuantitativo. De esta manera, si las negociaciones se prolongan, será el Consejo Europeo en conformidad con los británicos, con la oligarquía de la corona británica enfrentada a la globalista financiera, –en tanto estado miembro afectado- quien defina la prolongación del plazo, de acuerdo con el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

 

En los primeros meses de 2017 varios han sido los movimientos en torno a las negociaciones. Durante el mes de julio, se reunieron en la sede de la Comisión Europea el ministro británico responsable de las negociaciones David Davis, con Michel Barnier, representante europeo en las negociaciones del brexit, quien aceptó las condiciones propuestas por Bruselas. Es decir, acordaron priorizar en primera instancia los términos de la salida para posteriormente iniciar las negociaciones sobre la futura relación comercial y los posibles acuerdos. Dando cuenta como la Corona Británica y la UE avanzan, y como ambas confrontan con la oligarquía financiera global en Londres.

 

Se crearon también tres grupos de trabajo compuestos por “expertos” para negociar la factura que RU deberá pagarle a la UE, para discutir los temas relativos a los derechos de los ciudadanos, y para resolver asuntos de fronteras, en particular aquellos entre Irlanda del Norte e Irlanda. Algunos analistas afirman que esto se debe a la situación de debilidad en la cual quedó la coalición de Theresa May, luego de las sorpresivas elecciones adelantadas con resultado desfavorable para ella. Sin embargo esto es negado por el representante británico. Desviando el eje se sostiene que, el tema de mayor controversia sigue siendo el vinculado a la “factura” que Bruselas pretende cobrarle en aras de los compromisos presupuestarios adquiridos, los derechos de pensión de los funcionarios europeos y los préstamos concedidos bajo el paraguas de la UE27.

 

. Planteo inicial de May: un Brexit “duro”

 

Durante las negociaciones que se van sucediendo, se le endilgaba a Theresa May haber impulsado desde el inicio una postura que buscaba un escenario de “brexit duro”, a partir del cual, el RU seguiría teniendo un lugar importante en el mercado único, pero no aceptaría la libre circulación de personas. Los grandes bancos perderían en este caso el pasaporte de intercambio, generando que la city financiera de Londres tuviese que ser reemplazada por una City de la UE. Esto es así dado que no podrían continuar utilizando el euro para sus negocios en Londres. Una movida de la primera ministra Teresa May en línea con los intereses de la Corona Británica y de los intereses del complejo industrial-militar científico y tecnológico y de los intereses financieros subordinados en la city de Londres.

 

Los debates en torno al tipo de acceso que a futuro el Reino Unido tendrá al mercado único europeo, que incluye el mercado financiero y los mercados de capitales prefiguran las negociaciones que se están dando en estos momentos. El gobierno del RU puede llegar a tener que aceptar el código normativo único europeo (single Rulebook) para mantener el pasaporte financiero europeo que permita operar con una sola licencia en toda la UE. Además de establecer los nuevos términos de las relaciones comerciales y la posibilidad de que RU abandone el mercado único, se negocian también las reglas para comercializar. Por ejemplo, si se llevarán a cabo operaciones en euros con el resto de los socios europeos o no – esto impactaría en la libra esterlina-.

 

Por otra parte, esta situación podría conducir a que los 27 países de la UE aceleren el desarrollo de sus mercados financieros28. Esto implicaría también una reforma en la autoridad europea de mercados y valores en dirección a mayores reglas y supervisión. Sin embargo, el RU no está en condiciones de perder por completo su rol en el sistema financiero europeo que colaboró a construir. Como sea, la UE puede intentar la unión de mercados de capital junto con una integración transfronteriza. En el mediano plazo deberá surgir un centro financiero de operaciones (idealmente Frankfurt) entre algún país miembro de la UE que crezca por sobre Londres.

 

De cualquier manera, lo que por momentos aparece como un debate en torno a cuestiones legales e institucionales con las que una unión histórica como la UE cuenta, sigue siendo una puja entre intereses y fuerzas que chocan ante el hecho brexit. Transitamos por estos días los momentos en los cuales los distintos actores juegan sus estrategias, y la realidad va cambiando constantemente. No son los mismos los recursos con los que se juegan, y el núcleo de conducción europeo con su arquitectura político institucional y legal está aprovechando con ventaja la situación de confrontación y crisis dentro de RU a la hora de discutir los términos de las negociaciones.

 

De lo que se trata es de poder descifrar qué es lo que se está queriendo construir a partir de la salida y cómo ello redefine el proyecto de la UE en términos de la nueva situación y arquitectura financiera, y las alianzas con otros actores de peso internacional a la luz de tantos reacomodamientos geopolíticos. Es claro que el núcleo de conducción europeo, compuesto mayormente por los intereses germano-francés (oligarquía europea), quiere empezar a controlar bajo su territorio las cuestiones financieras, con la city financiera de Londres fuera del bloque. No caben dudas que es una oportunidad para los sectores industrialistas de la UE poder desplegar su poderío desde la posibilidad de ejercer el control sobre sus finanzas y abrir nuevos puentes con jugadores y bloques geopolíticos de cada vez mayor peso internacional como Eurasia y los BRICS29.

 

Se afirma entonces que la ciudad de Frankfurt, sede del Banco Central Europeo (BCE) y principal plaza financiera de la UE, se posiciona cada vez más como la candidata a reemplazar a la city de Londres y establecerse como el núcleo a partir del cual intercambiar servicios con el resto de la UE. Este escenario se vuelve real si efectivamente la city de Londres pierde el pasaporte financiero europeo, asunto que es actualmente discutido en medio de una fuerte puja de intereses que encuentra a diversos actores pujando -la Corona Británica, los sectores del globalismo financiero, el núcleo de la oligarquía europea continental, así como el Universalismo multipolar representado en el Papa Francisco- en tensión.

 

. Elecciones legislativas en RU y las negociaciones con la UE.

 

Un nuevo capítulo en las negociaciones entre la UE y RU tiene que ver con las recientes elecciones en las cuales el Partido Conservador de Theresa May se llevó una desagradable sorpresa, perdiendo 13 escaños y teniendo que incluir a DUP de Irlanda del Norte para formar gobierno. Esto implica en principio la pérdida de la mayoría absoluta en el Parlamento. Los laboristas con Corbin como líder recuperaron escaños, logrando mayor peso en las cámaras del parlamento inglés. Ante el resultado electoral ajustado, los términos de la negociación pueden llegar a cambiar, teniendo en cuenta que fue establecido el 19 de junio como la fecha para el reinicio de las negociaciones con Bruselas.

 

La situación de debilidad en la que la coalición de May queda, implica que no será fácil imponer los términos de la negociación, es decir, construir un “brexit duro” de la manera en la que se venía planteando previo a las elecciones legislativas británicas. Con esto nos referimos a las posturas extremas que May postuló a Juncker inicialmente, en torno a considerar que RU iba a retirarse sin pagar un solo peso a la UE. La líder Ángela Merkel ya afirmaba por ese entonces que no iba a haber tratamiento especial para el RU si ya no era miembro de la UE. El pasado 29 de marzo, con la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, Theresa May pretendía hacer coincidir tanto los términos de la salida de RU como nuevos acuerdos comerciales a futuro. En vista de las dificultades para llevar a cabo el proceso, ya adelantaban las autoridades europeas que durante 24 meses se irían llevando a cabo las complejas negociaciones de salida. Ante la firme postura de brexit duro planteada en ese entonces por May, líderes europeos como Ángela Merkel y François Hollande, se sostenían sobre en el hecho que el mercado europeo es clave para la economía británica en términos de exportaciones. A su vez, la carta del pago de los compromisos económicos que asumió RU siendo estado miembro, es jugada como condicionante en los debates, sumado al pedido de garantía de los derechos de los ciudadanos europeos que viven en RU. Con el resultado electoral de junio, las condiciones para plantear, por ejemplo, uno de los asuntos claves de las negociaciones, vinculado a la salida del mercado único europeo se han debilitado para May. A su vez, deberá lidiar con los sectores más euroescépticos dentro del propio partido conservador, debilitando su rol en relación a las decisiones a tomar respecto de la salida y la nueva relación a construir entre RU y la UE.

 

La postura de la canciller Ángela Merkel sigue siendo querer ser socios comerciales con el RU, a pesar de su salida de la UE. Todo indica que la posición de los líderes de la UE como Merkel es en vías de que la UE pueda salir de la situación crítica que implicó el brexit, y continuar estableciendo lazos con otros actores. Ejemplo de ello es la reciente modernización del Tratado de Libre Comercio entre México y la UE (TLCUEM), en vías de negociación30. De esta manera, la Alemania de Merkel empuja un restablecimiento de relaciones con los sectores industrialistas en el RU y la continuación de su proyecto de UE.

 

Por último, a partir del 19 de junio de 2017, fecha en que se acordó dar un nuevo impulso a las negociaciones para poder dar lugar al divorcio definitivo y a posteriori discutir los términos de acuerdos futuros. Son tres las prioridades que los europeos esbozaron. En primer lugar que se garantice a los más de 3,2 millones de pobladores en el RU provenientes de la UE, la continuidad de sus situaciones laborales y sus vidas en general. Lo mismo en reciprocidad con los 1,2 millones de británicos que viven en la zona de la UE. En segundo lugar el cobro en euros de los compromisos financieros que RU contrajo previo a la decisión de salida del bloque; los cuales pueden llegar a los 100 mil millones de dólares. Por último, el sostenimiento de las fronteras con Irlanda e Irlanda del Norte aparecen como el último asunto que los europeos demandan a la hora de las negociaciones, en términos de la libre circulación en la isla31. Con el correr de las semanas se irán consumando con mayor claridad los términos de las negociaciones.

 

De esta manera, en el transitar por estos momentos de disputa y negociación, no caben dudas de que la zona euro se verá reconfigurada en términos financieros, lo cual también generará un impacto muy importante para analizar y seguir observando. Por un lado, aumentarán los costos para bancos y otros operadores, así como los riesgos de que las crisis financieras tengan aún mayor impacto. Por esto especialistas como Bruegel afirman que en estos momentos la UE podría aprovechar la coyuntura para consolidar e integrar el mercado financiero en tanto bloque. Esto implicaría mayor intervención y regulación de los 27 países para poder costear los efectos del mundo financiero en el bloque. Aquí es cuando se menciona a la autoridad europea de mercados y valores en términos de vigilancia y regulación de los intereses de la unión ante los otros mercados financieros. No obstante, la otra cara de esta situación es la potencial fragmentación de los mercados financieros dentro de la UE, efecto no deseado para el proyecto continental de UE. Además, la contundencia y la dimensión que todos estos cambios toman en términos materiales desde una visión más geoestratégica, que la UE logre reconfigurarse y unificar sus mercados financieros tiene implicancias en términos del poder consolidar un bloque continental como la UE en vinculación con nuevos jugadores internacionales.

 

Otro asunto no menos importante tiene que ver con el terreno comercial, en el cual RU y la UE tienen mucho en juego, siendo la UE un destino clave de las exportaciones británicas. Los acuerdos en torno a las relaciones comerciales obligan a que alguna de las dos partes quiera imponer tarifas a la otra. En un escenario de no acuerdo deberán someterse a las reglas de la OMC. Por ende, entre los tópicos que rondan las negociaciones tenemos el acceso comercial al mercado único europeo, los derechos de los ciudadanos de la UE en el RU y viceversa, y el pago de los compromisos económicos que RU asumió cuando era miembro de la unión, y que pueden llegar a 60 mil millones de euros.

 

Por último, la relación con el Espacio Económico Europeo, que excede a la UE. La cuestión es si la salida del RU conlleva o no su salida de este espacio, ya que para hacerlo debería activarse el artículo 127 del Tratado de Lisboa, en torno al acuerdo del EEE. Aquí también un brexit “duro” avanzaría con esta profundidad, y dependerá de las discusiones y relaciones de fuerza en el parlamento británico; parlamento que por estas horas se está viendo drásticamente modificado a raíz de las elecciones llevadas a cabo el 8 de junio, en las cuales el Partido Laborista le ha ganado escaños al Partido Conservador, en una clara derrota de Theresa May. El sector de May venía impulsando no participar del EEE, y establecer los términos de un acuerdo comercial con la UE que evite el pago de aranceles. Esta búsqueda de construcción de una asociación no podrá llevarse a cabo sin costos, dado que el 45% de las exportaciones británicas tiene como destino la UE. En lo que respecta al EEE, sus instituciones financieras tendrán que pedir licencia para la entrada al RU, y ésta deberá encontrar una vía de acceso al EEE. Como sea, los servicios financieros están siendo una de las prendas de negociación entre ambas partes de mayor importancia y por ende, conflicto. De salirse del EEE, debería de activarse el artículo 127 del EEE, donde se afirma que cualquiera de las partes contratantes puede retirarse si da aviso con dos meses de anticipación al resto. Pero más importante aún, RU debería buscar una nueva manera institucional de tener acceso al espacio europeo, y viceversa.

 

Así, habiendo repasado algunas de las claves más relevantes que atañen a los impactos del brexit en la UE, la construcción del escenario de la salida y el tipo de brexit resultante abre una discusión en torno a cuál va a ser el nuevo vínculo entre ambas partes y cuál será el potencial futuro de la UE, lo cual indica toda una nueva complejidad. Cabe preguntarse entonces y observar con detenimiento con el correr de los hechos cómo es que se reconfigura este vínculo entre dos partes que contienen al menos 3 o 4 grandes intereses de poder, de tanto peso y tanta historia y en qué decanta cada escenario. Por un lado, el bloque -en proceso de reconstrucción- de la Unión Europea, ya sin e RU como miembro; y por otro, el histórico RU de la Gran Bretaña, transitando constantes convulsiones a las que dio inicio el referéndum del pasado 23 de junio de 2016. Todas las dimensiones que se abren siguen dando cuenta del carácter de lo que se juega, en términos de la city financiera, de la UE, y de muchos otros actores de peso que son parte del escenario internacional que está siendo parte.

 

Cambios en las alianzas históricas de la UE.

 

En este marco general de tantos cambios y posibles escenarios a futuro que se desprenden del hecho brexit, las relaciones históricas que la Unión Europea construyó con otros polos de poder a nivel mundial, se hallan al menos en cuestión. A partir de las reuniones de la OTAN y del G7, observamos cómo se dan movimientos en dirección a un rediseño de las alianzas entre bloques de poder históricos. Previo a estas reuniones, durante el mes de marzo de 2017 Angela Merkel visitó al Presidente de los EE.UU. Donald Trump.

 

Son tan vertiginosos los cambios que se están dando en el tablero geopolítico internacional que en la última reunión de los líderes del G7 realizada en Sicilia a principios del mes de junio de 2017, fueron notorias las tensiones en la relación EE.UU-Alemania, personificadas en Donald Trump y Angela Merkel. El punto de conflicto tiene que ver con la OTAN, más precisamente con lo que Alemania destina anualmente; monto insuficiente desde el punto de vista de Trumpxvi. Se trata de 330.000 millones de euros que Trump espera que la UE destine a la OTANxvii en materia de defensa. Por otra parte, la UE afirma que no está garantizada la seguridad32 (la UE destinó 2% de su PBI a la OTAN en el año 2015). Claro está, como ya describimos, que Trump necesita desarticular los Tratados Transpacífico y Transatlántico de la estrategia Globalista; salirse del Acuerdo sobre Cambio Climático; redefinir el TLCAN y que EE.UU. salga de la OTAN para poder retomar el control de su complejo industrial militar y sus FFAA y además, iniciar su programa de reindustrialización. En medio de estos debates, posturas como la de Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, pregonan la conformación de un ejército común europeo antes que destinar ese dinero a los intereses norteamericanos.

 

Otro de los aspectos que tiene en la cuerda floja la relación entre las economías norteamericana y alemana tiene que ver con la relación de intercambio comercial entre ambos países. Según el propio Trump, EE.UU. tiene un déficit comercial “masivo”. A esto se suma la venta de automóviles alemanes a EE.UU., y la posibilidad de que la UE empiece a venderle a China en lugar de EE.UU. Por otra parte, las inversiones alemanas en EE.UU. ascienden los 224mil millones de euros, mientras que 240mil puestos de trabajo norteamericanos dependen de empresas de Alemania33.

 

Otro asunto de relevancia que muestra la intensidad de estas dinámicas de poder internacionales tiene que ver con la reciente reacción de Bruselas y el posicionamiento en defensa primero de la economía del propio bloque, y luego de Rusia ante las sanciones norteamericanas lanzadas por Donald Trump34. Desde el Congreso norteamericano se presentó un proyecto para ser votado por la Cámara de Representantes en el cual se prevén medidas restrictivas contra Rusia, Irán y Corea del Norte. Desde la representación institucional de la UE y mediante la firma del presidente de la Comisión Europea Juncker, la alarma se da porque la aprobación del paquete de sanciones contra Rusia afectaría los intereses europeos. Con el respaldo de las normas de la OMC, la UE intenta cubrirse ante la posibilidad de que estas medidas afecten proyectos vinculados nada menos que con la explotación y modernización de gasoductos rusos a partir de los cuales el gas llega a Ucrania y Alemania. El gasoducto “Nord Steam 2”xviii une directamente Rusia con Alemania sin pasar por Ucrania. Las empresas europeas forman parte junto con otras empresas rusas de actividades financieras, así como del sector ferroviario, la construcción naval y la minería. Los argumentos del documento que emite el congreso de EE.UU. bajo control de los Republicanos (enfrentados a Trump), llama a la administración de Trump a "seguir oponiéndose a la construcción del gasoducto Nord Stream 2 debido a su carácter nocivo para la seguridad energética de la Unión Europea, para el desarrollo del mercado del gas en Europa Central y del Este, y también para las reformas energéticas de Ucrania"35.

 

Quedan claras las discrepancias en términos de intereses, y las dificultades en lo que parece ser una reconfiguración de la relación entre aliados que proviene de larga data. Algunos analistas afirman que históricamente la relación entre la UE y la OTAN fue desfavorable para la UE, en términos del dinero que se destinaba y los resultados no siempre a la vista. De todas maneras, y en lo que a seguridad refiere, está siendo un asunto pendiente en Europa a la hora de repensarse como bloque sin RU.

 

Durante el mes de mayo de 2017, se realizó en Beijing el primer foro del OBOR (“One Belt, One Road”), conocido como el proyecto de la Ruta de la Seda, que configura a Eurasia como espacio geoestratégico que hace confluir rutas y corredores comerciales entre Europa y Asia. Junto con la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), a la que recientemente se unieron India y Paquistán, se está conformando un gran espacio de poder que nos lleva a repensar los bloques de poder y las reconfiguraciones en el mapa geopolítico internacional que se están dando en este siglo XXI. Recordemos que la OCS fue iniciada entre Rusia, China y las repúblicas de Asia Central, y potencialmente podrían incluirse Turquía e Irán y la Unión Económica Euroasiática entre Rusia, Biolorrusia y otras ex repúblicas soviéticas.

 

De esta manera, podemos afirmar que la salida de RU de la UE, y los cambios que se están sucediendo en el tablero internacional hacen que Estados Unidos, con su actual situación, ya no tenga el peso que tuvo36 desde 1944, además de las nuevas alianzas que se van conformando en relación a la región de Eurasia desarrolladas. De esta manera, entre los realineamientos y cambios de orden geopolítico y geoestratégico a los que asistimos podemos identificar tanto la victoria de Donald Trump en EE.UU. como el voto Brexit en el RU como dos grandes sucesos de impacto internacional, cuyas resultantes tienen un peso específico cuando se trata del proyecto de Unión Europea.

 

Si de negociar términos de salida y acuerdos a futuro se trata, las cartas se están jugando. Los grandes bancos globales tienen en claro el nuevo escenario que se abre en términos financieros a partir de la salida del RU. Si las negociaciones no conducen a establecer algún tipo de pasaporte alternativo al mercado único que permita a Londres vender servicios financieros a toda la UE, o no construye algún tipo de acuerdo de regulación equivalente, la city de Londres acusará recibo de lo que implica quedar sin acceso a la UE. La Oligarquía europea lograra imponer en profundidad sus intereses en la puja de poder, fortaleciendo la posición de la Corona Británica en el RU y lograría que la oligarquía global en la city de Londres quede por fuera del territorio de la UE, con su influencia reducida a un mínimo, y dependiendo de su desplazamiento y rearmado en la City de Paris. Además, este debilitamiento del Globalismo Unipolar Financiero, que se suma al que sufre con Trump en EE.UU., fortalecerá también la posición relativa del Universalismo Multipolar del humanismo en Roma y el de los BRICS.

 

 

 

1 De aquí en más la denominaremos “city financiera de Londres”.

4“(…) Presidente, William J. Donovan (ex director de la OSS y posterior consejero de la CIA); vicepresidente, Allen W. Dulles (ex OSS, presidente del CFR y futuro director de la CIA); director ejecutivo, Thomas W. Braden (ex OSS y futuro director adjunto de la CIA). También formaban parte del mismo David Dubinsky, Arthur Golberg y Jay Lovestone, los tres responsables de las acciones secretas de la AFL-CIO (Fuente: Voltairenet.org http://www.voltairenet.org/article123503.html. ).

5 Op. Cit.

8 Fuente: http://www.datosmacro.com/paises/grupos/union-europea (ver la fuente, de que año es, etc)

9 Para ver más datos de la evolución del PBI en la zona euro ver: http://www.datosmacro.com/paises/zona-euro.

10 Cuadro de elaboración propia. Fuente: diario Ámbito Financiero. Diciembre de 2009. Las cifras totales de deuda crecieron enormemente a partir del estallido de crisis europea, con lo cual las cifras aquí presentadas variaron. Sin embargo, los nuevos montos de deuda no modifican las conclusiones de nuestros análisis.

12 Los pronósticos del director del IW estiman que el PBI alemán de este año aumentará en un 1,5% gracias a la demanda y el consumo internos.

Fuente: http://www.expansion.com/economia/2017/05/08/5910439f468aebed0a8b456b.html

16 Diario Página 12, 30/3/17.

18En relación al traslado de la city financiera de Londres a posibles ciudades europeas firman que “Los beneficios son numerosos: empleos de alta calidad en servicios financieros, la expansión de los servicios auxiliares tales como apoyo legal y asesoría, mejor acceso al financiamiento para las empresas, mayores impuestos los ingresos para el gobierno y el prestigio de la ciudad y el país. Con todo, capturar a algunos de la actividad financiera de Londres podría dar un impulso a la economía (local).”

https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2844253

23Fuente: Batsaikhan, U., Kalcik, R. and Schoenmaker, D. “Brexit and the European financial system: mapping markets, players and jobs”. Bruegel, Policy Contribution, Issue n ̊4, 2017.

24 “Brexit and the European financial system: mapping markets, players and jobs”, por Uuriintuya Batsaikhan, Robert Kalcik and Dirk Schoenmaker. Bruegel, Policy Contribution, Issue n ̊4, 2017.

 

29 No obstante, el rol de la nueva Francia de Macron puede llegar a obturar estos intereses.

35 Op. Cit.

36 “Entre las dos décadas que van desde 1980 en adelante, crisis financiera global de 2008 mediante, se han producido cambios estructurales significativos en el mundo. El Ingreso Nacional Bruto medido en términos constantes se eleva a nivel mundial entre 1990 y 2015 en un 66% de acuerdo con datos del Banco Mundial. En igual período, EUA crece por debajo de la media en un 43%, China crece en un 784% e India un 224%. Pero si hacemos la medición desde 2008, mientras China crece un 70% en términos reales, EUA lo hace en un 5%. El mundo entero crece en ese período un 15%. (…)En efecto, EUA en 1990 explicaba el 20% del PBI mundial, ya en 2015 no llega al 16%. Ponencia presentada en UNAM (03/2017), dierckxsens W., Formento W.

 

i Fox News, 24/06.

ii Mancomunidad de Naciones Commonwealth of NationsMancomunidad de Naciones

Países miembros. Antiguos miembros (Maldivas, Gambia, Irlanda y Zimbabue). Territorios de ultramar y dependencias de la Corona. Países miembros. Antiguos miembros (Maldivas, Gambia, Irlanda y Zimbabue). Territorios de ultramar y dependencias de la Corona. La Mancomunidad de Naciones (en inglés: Commonwealth of Nations), antiguamente Mancomunidad Británica de Naciones (British Commonwealth of Nations), es una organización compuesta por 52 países soberanos independientes y semiindependientes que, con la excepción de Mozambique y Ruanda,​ comparten lazos históricos con el Reino Unido. Su principal objetivo es la cooperación internacional en el ámbito político y económico, y desde 1950 (luego de la derrota en Bretton Woods a manos de los EE.UU. que imponen su moneda, su fuerza y su plan marshall) la pertenencia a ella no implica sumisión alguna a la Corona británica. https://es.wikipedia.org/wiki/Mancomunidad_de_Naciones

iii Hecho que ocurre en diciembre de 1941, con el llamado “ataque a Pearl Harbour” de Japon.

iv Poner referencia al trabajo de la Univ Javeriana…

v Claro que si observamos a la UE como bloque, también debemos hacerlo en relación a EE.UU. Como Nafta y a China como Brics. En ese sentido la UE como bloque es una de las tres potencias pero su PBI es de 12 billones; el del EE.UU./Nafta es segundo en importancia con aproximadamente 18billones y el denominado China/BRICS es el que en términos de PBI es el que reúne el más elevado de los tres con más de 30 billones.

vi Idem, Eurostat.

vii Choques de placas económico-político-estratégicas que se desplazan y chocan entre sí.

viii De la Fondation Saint-Simon a Emmanuel Macron por Thierry Meyssan. http://www.voltairenet.org/article196022.html; «El arte de la guerra» Macron y Libia: la Rothschild Connection por Manlio Dinucci, http://www.voltairenet.org/article197309.html

ix Crisis Financiera Global, Reestructuración del orden global. 2010. Ed. Contrapunto.

x Acuerdo de Schengen: Schengenland es la denominación dada al territorio que comprende a aquellos Estados de la Unión Europea que han acordado la creación de un espacio común cuyos objetivos fundamentales son la supresión de fronteras entre estos países, la seguridad, la inmigración y la libre circulación de personas. En la actualidad forman parte del territorio de Schengen los siguientes países:

Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza. http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/extranjeria/acuerdo-de-schengen

xi Geopolítica de la Crisis Económica Mundial, Globalismo vs Universalismo, Brexit or Not Brexit. Walter Formento y Wim Diercksens. Ed Fabro. 2016.

xii El Brexit y la City de Londres: Unipolarismo vs Multipolarismo. Proyecciones y perspectivas: Frankfurt vs París. Walter Formento, Wim Diercksens, Julián Bilmes. 25/08/2017. https://www.alainet.org/es/articulo/187632

xiii Op cit xii.

xiv Ob. Cit. Batsaikhan, Kalcik and Schoenmaker.

xv El término gold plating hace referencia a una mala práctica que consiste en ampliar la funcionalidad de un producto o servicio sin un motivo claro desde el punto de vista metodológico y de gestión. La persona encargada de crear un producto le añade características que no están incluidas en la documentación aprobada, y lo hace generalmente sin el conocimiento, las indicaciones y el respaldo de la dirección del proyecto. Es un error especialmente lamentable, ya que no tiene una causa externa directa: surge en el seno del proyecto y es generado por el propio equipo. En español, se emplea a veces la traducción bañado en oro. Parece bueno solo en lo superficial pero no es.

xvi (fuente: artículo para Sputnik de Iván Danílov)

xvii Un presidente Trump que también confronta con la actual conducción pro-globalista de la OTAN. Trump camino a las cumbres de la OTAN y del G7, por Manlio Dinucci. http://www.voltairenet.org/article196467.html

xviii Gasoducto Nord Stream, La nueva importancia geopolítica de Lubmin, por F. William Engdahl. http://www.voltairenet.org/article167027.html

https://www.alainet.org/es/articulo/188056
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