Nuestro compromiso con la profundización y ampliación de la democracia

25/08/2017
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Los días 6 y 7 de julio de 2017 en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati investigadores y cientistas sociales provenientes de Argentina, Colombia, Cuba, España, Perú y México comprometidos con prácticas jurídicas y sociales alternativas y emancipadoras, nos reunimos en el workshop Procesos constituyentes en nuestra América. Diálogos, análisis y perspectivas desde la teoría jurídica crítica, convocado por el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos, ILSA.

 

La reunión tomó como puntos iniciales los procesos constituyentes que llevaron a la expedición de las Cartas Políticas de Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009), para entrar al abordaje de la realidad social, jurídica, política y económica de, como las llamó José Martí, “nuestras dolorosas repúblicas americanas”.

 

Los asistentes vemos con preocupación las dificultades que se presentan en la región para la articulación: democracia, constitución y sujeto histórico, con las correspondientes dificultades para la transformación y la emancipación social.  Ello refleja las complejidades presentes en países en los que sectores tradicionalmente excluidos del Estado y del derecho han logrado llegar al gobierno e incluso adelantar procesos constituyentes, legitimantes de los procesos de cambio, pero en los que el poder y la hegemonía siguen en disputa con los sectores económicos dominantes representados en agrupaciones políticas tradicionales de derecha, profundamente ligados al capital nacional y transnacional, así como a gobiernos extranjeros y a medios de comunicación masiva e iglesias evangélicas. Estos dos últimos, cada vez más claramente actores políticos de la realidad regional, cobijados bajo el conveniente manto de los derechos liberales de expresión y de religión.

 

Por otra parte, la derecha continúa su proyecto en Latinoamérica, manteniendo o recuperando el gobierno en diferentes países (México, Colombia, Perú, Brasil y Argentina), lo que ha ido de la mano de la represión y la criminalización de la protesta social, de la estipulación de normas penales que las posibiliten y de la expansión del capitalismo bajo la forma de la profundización de economías extractivas, mercantilizando y ampliando distintos ámbitos y aspectos de la vida que operan bajo la lógica del capital, de lo cual no escapan ni pueden estar al margen el derecho y la jurisprudencia constitucional.

 

No obstante lo anterior, se evidencia en Nuestra América que las clases subalternas han ganado aunque resulte aún claramente insuficiente, en orientación anticapitalista para sus luchas y reivindicaciones.

 

También destacamos que en Nuestra América se han desarrollado elementos interesantes que pueden derivar en ampliación de la democracia o de reafirmación de la opción por la transformación social. Se destacan el final del conflicto armado entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP y las negociaciones de éste con el ELN; los cambios sociojurídicos, la reconstrucción de las estructuras económicas y el proceso de reforma constitucional en Cuba, así como la lucha de los pueblos por resistir las políticas de ajuste y represión, que se están aplicando en parte importante de la región.

 

Rechazamos profundamente la campaña global de estigmatización, el proceder terrorista, el llamado a la intervención extranjera, a las sanciones políticas y económicas, al golpe militar y la guerra económica contra el pueblo de Venezuela y su presidente legítimamente electo Nicolás Maduro. Hemos acompañado la revolución bolivariana, creemos que hay situaciones que ésta debe corregir, pero no estamos ni estaremos nunca de acuerdo con los vientos de guerra y el terrorismo que desde sectores de la llamada ‘oposición’, la derecha regional, el gobierno de los Estados Unidos, medios de comunicación, organismos no gubernamentales, entre otros, se promueven contra el actual mandatario y su gobierno, así como la ofensiva desatada después de la legítima elección de la Asamblea Nacional Constituyente.

 

Justamente, el funcionamiento participativo de la Asamblea podrá avanzar en la consolidación del proceso de cambio cuya propuesta se inició en 1998 en Caracas, pero que influyó en los cambios de otros países de la región.

 

El escenario regional obliga a no ser contemplativos, a tomar y reafirmar posturas y compromisos con la profundización y ampliación de la democracia, con el uso del derecho como herramienta para la praxis emancipatoria, con la configuración de un nuevo sujeto histórico, con los procesos constituyentes y con un constitucionalismo crítico, un constitucionalismo que cuestione la sociedad actual, que se inserte en ella y esté al servicio de la transformación social, de la construcción de alternativas al capitalismo y sus formas jurídico-legales. Desde los diferentes espacios (universidades, centros de estudios, grupos de investigación, revistas) y actividades que adelantamos, ratificamos nuestros compromisos como académicos - investigadores militantes, “intelectuales orgánicos” de los sectores subalternos, al igual que anunciamos nuestra articulación como red de trabajo sobre procesos constituyentes y constitucionalismo crítico, la cual está abierta para todas y todos los que quieran integrarla.

 

14 de agosto de 2017

 

Red de Trabajo sobre Procesos Constituyentes y Constitucionalismo Crítico

 

Para más información sobre la red pueden comunicarse con: ilsa@ilsa.org.co

https://www.alainet.org/es/articulo/187653
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