¿Iremos hacia un mayor poder popular?

02/06/2017
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Rafael Correa deja un país muy diferente de aquel de hace 10 años. Nadie va a negar que en este decenio se han dado más cambios que en 100 años. La gran novedad es que ya no es la derecha tradicional con sus medios de prensa comercial que hacían y deshacían de acuerdo con sus intereses. Las clases medias y media-altas han tomado el espacio de la dicha oligarquía criolla que gobernó desde la independencia. Queda pendiente todavía un gobierno que nazca de las clases populares y las represente. ¿Ayudará el gobierno de Lenin Moreno a ir en esta dirección?

 

Ese es el gran desafío de las organizaciones sociales, populares e indígenas junto a los llamados grupos de izquierda y a los movimientos que dicen hacer una opción por los pobres, como Alianza País. Este proceso ha comenzada desde muchos años. En este momento su dimensión socialista se encuentra muy debilitada y dispersa tanto por las orientaciones y persecuciones que llevó adelante el gobierno de Rafael Correa como por sus propias debilidades y errores. ¿Se logrará una reconformación de estas fuerzas populares en los años venideros? El camino será largo, pedregoso y cuesta arriba. Los sectores populares parecen más prestos a buscar un consumismo destructor que una verdadera desarrollo humano y un protagonismo constructor de un proyecto popular de gobierno.

 

Las experiencias latinoamericanas nos ofrecen lecciones y caminos recorridos. Seguramente los indígenas zapatistas de México nos dan un ejemplo significativo: durante más de 20 años han construido un gobierno de autogestión y recién entran como partido político para disputar el poder en las próximas elecciones nacionales. Es en Bolivia, sin idealizar demasiado el proceso, que las nacionalidades indígenas han avanzado más en su reconocimiento y su participación en el gobierno de Evo Morales. Se han de encontrar allí propuestas y posibilidades para poner en marcha las demoradas autonomías indígenas en el Ecuador plurinacional.

 

Las actuales luchas populares en Argentina y Brasil contra sus gobiernos neoliberales demuestran un fin de ciclo: el neoliberalismo no da más sino es miseria y destrucción. Brasil es el país donde los movimientos sociales han demostrado más pujanza. En Venezuela, el gobierno apuesta por una Constituyente que institucionalice los avances de los sectores populares y desbarate los planes golpistas de la derecha nacional e internacional. En cuanto a Uruguay, se nos da el ejemplo de un partido de izquierda organizado y pujante que mantiene una línea socialista de gobierno. Estos países nos dan para soñar y actuar. Mucho podemos aprender de ellos para lograr el fortalecimiento de un poder popular ecuatoriano que marque el rumbo de futuros gobiernos. ¿Están decididos las organizaciones populares y los grupos de izquierda a hacer la opción de acompañar a los sectores sociales que han comenzado a poner en marcha un nuevo estilo de vida, de cultura, de economía y de política?

 

Avancemos sin miedo por el Bien Vivir porque, como ayer, Dios nos dice: “No tengas miedo: Estoy contigo”.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185891
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