La política anti inmigratoria de Trump y los avances del Calexit

31/01/2017
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El decreto anti inmigratorio del presidente estadounidense Donald John Trump, con todas sus consecuencias, ha generado un fuerte rechazo no solamente entre los miembros de las comunidades latina y musulmana de ese país sino también entre algunas de los mayores poderes económicos, en particular las empresas de tecnologías de punta, mientras crece alternativas políticas que apuntan a la fragmentación del país como la del Calexit (California afuera) a tratarse el año próximo.

 

Medios periodísticos de diversos países, en particular la agencia francesa AFP, destacaron las declaraciones de directivos claves de las principales empresas del Silicon Valley, de California, como Facebook, Google, Apple y Netflix, amén de la Uber del área del transporte en automóviles, todos contrariando de manera enérgica la política de Trump contra los inmigrantes, algo también rechazado por las autoridades políticas de ese estado.

 

California aporta el 13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos de América y es la novena economía del mundo detrás de China, 21,27 billones de dólares estadounidenses; los propios EUA 18,56; India 8,721; Japón 4,932; Alemania 3,979; Rusia 3,745; Brasil 3,135; Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte 2,788; y Francia 2,737; con 2,41 billones; y delante de Italia 2,221.

Ya los californianos, con una votación favorable del 72,9% de su población, en las pasadas elecciones del 8 de noviembre, en ocasión de ser electo Trump, decidieron que las escuelas deban ofrecer a sus alumnos una educación bilingüe, impulsada por el senador demócrata Víctor Lara, donde los niños y jóvenes inmigrantes o descendientes de ellos, deben también ser enseñados en su lengua original, básicamente el castellano.

 

El peso que ejercen sus 11 millones de inmigrantes que constituyen el 27% de su población hace que el gobernador demócrata Jerry Brown haya remarcado: “Como estado hemos aprobado medidas protectoras como el Trust Act, las licencias, derechos laborales y acceso a educación superior para indocumentados y si tenemos que defender esas leyes lo haremos”, lo que fue avalado por el vicegobernador Gavin Newson, postulante a reemplazarlo el año próximo.

 

En la misma dirección, el pasado 30 de enero, el Senado del estado aprobó una dura declaración en la que condenó la orden ejecutiva de Trump contra inmigrantes latinos y musulmanes que “profana los valores de Estados Unidos”, que constituye una “afrenta contra la libertad religiosa”, al tiempo que el criterio “nativista” que se esgrime ha dado lugar a “algunos de los actos más vergonzosos de la Nación”, por lo que reclamó su anulación.

 

En el marco de las medidas que ya se comenzaron a implementar a partir del primer día de este 2017, además de la educación bilingüe, se pusieron en marcha otras como la que estableció el incremento del salario de u$s 10 la hora a 10,5 con un cronograma que llega a los u$s 15 en 2022, exceptuando para el año en curso a las empresas con menos de 26 asalariados, con la prohibición de diferenciar los emolumentos a pagar a hombres y mujeres.

 

A poco de triunfar Trump, el 21 de noviembre, se puso en marcha la “Yes California Independence Campaigne” (Sí a la campaña por la independencia de California), popularizada como Calexit por su relación con el Brexit que sacará al RU de la Unión Europea y cuya primera etapa, a votarse en 2018, implicará el intento de eliminar la Sección I del Artículo III de la constitución estadual que declara la integración “inseparable” a los EUA.

 

Para que ello se concrete hacen falta 585.407 firmas, el 5% de los que votaron el 8 de noviembre pasado y en caso de que el voto resultase favorable se prevé que el 13 de marzo de 2019 se concrete el plebiscito que sancione el Calexit para lo cual se hace necesario que vote el 50% de los empadronados y que el 55% lo haga positivamente, pero la dificultad mayor es que luego deberá ser aceptado por 38 estados y dos tercios de los congresales nacionales de ambas cámaras.

 

Mientras Brown ya ha adelantado que “California no da un paso atrás, ni ahora ni nunca” y recordó que “Muchos californianos han venido desde México y de otros países y han hecho del estado un vibrante foro de esperanza”, en consonancia con Satya Nadella, de la firma Microsoft de origen indio, quién señaló que “Como inmigrante y como director ejecutivo soy consciente del impacto positivo de la inmigración en nuestra empresa, en el país y en el mundo”.

No casualmente Sergei Brin, cofundador de Google, asistió el sábado a una manifestación pro inmigrantes en San Francisco mientras el diario “La Opinión”, de Los Ángeles, recordó que Steve Jobs, el fundador de Apple, es hijo de sirios, mientras Travis Kalamick, el director  ejecutivo de Uber, planteó la necesidad de tratar el tema cuando este próximo viernes un grupo de representantes de grandes empresas se reúna en Washington con Trump para analizar la situación económica.

 

“Apple no existiría sin inmigración”, dijo Tim Cook, directivo de la empresa, mientras Mark Zuckerberg, de Facebook destacó su preocupación “por las recientes órdenes ejecutivas”, en tanto Red Hastings, de Netflix, destacó que “las medidas de Trump afectan a los trabajadores de todo el mundo” por lo que “es hora de unirnos para proteger los valores estadounidenses de libertad y oportunidades”.

 

En una California donde sólo en San Francisco viven 250.000 musulmanes, el indio Pichai Sundarajan, más conocido como Sundar Pichai, cabeza del grupo Google, destacó que en la empresa hay 187 afectados, por lo que está “muy preocupado por el impacto de ese decreto y de cualquier propuesta que pueda imponer restricciones a los trabajadores de Google y a sus familias o que pueda crear barreras para importar grandes talentos a los Estados Unidos”.

 

A su vez el presidente de la Internet Association, Michael Beckerman, afirmó que “las compañías de Internet prosperan en los Estados Unidos porque los mejores y los más brillantes tienen la posibilidad de venir a crear productos y servicios, mientras un documento de Facebook dice: “Estamos evaluando el impacto en nuestros trabajadores para determinar cuál es la mejor manera de proteger a nuestra gente y a sus familias de cualquier efecto adverso”.

 

También el surafricano Elon Musk, cabeza de la automotriz Tesla, fabricante de coches eléctricos en el Silicon Valley, se ha sumado a la protestas, remarcando que el 50% de lo producido en esa región,  que es la que aún da a los EUA el liderazgo tecnológico en el mundo, proviene de la inmigración, mientras que en otras zonas de California, donde las actividades láctea y avícola son vitales, el 90% de los trabajadores son migrantes, en muchos casos ilegales.

 

Haber prohibido la importación de limones desde la Argentina es apenas un gesto hacia un grupo de productores citrícolas californianos pero el efecto decisivo del Silicon Valley en la economía estadual y el peso político de esas empresas, que ya subrepticiamente en algunos casos venían apoyando el Calexit, constituye una cuestión central a tener en cuenta aunque, a la larga, a la hora de tratar de concretar el mismo jueguen 38 estados y las mayorías parlamentarias nacionales.

 

 

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/183216
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