Cierre del Acuerdo con FARC y refrendación

29/08/2016
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El 24 de Agosto del 2016 pasará a la historia colombiana como el día en que el Gobierno colombiano y la insurgencia de las FARC cerraron las conversaciones y el Acuerdo Final quedó listo. No hay duda que estuvo justificado el júbilo que se expresó en muchos ámbitos de la sociedad colombiana, especialmente en el sentimiento nacional; era terminar formalmente más de medio siglo de confrontación armada con esta guerrilla, la más grande militarmente y la más antigua del continente y dar paso a unos nuevos desafíos: la refrendación del Acuerdo, la posterior implementación y la construcción de paz. Adicionalmente y con prioridad, hacer todos los esfuerzos necesarios para que se inicie en el menor tiempo posible, un proceso de conversaciones con la otra insurgencia, el ELN, para que la tarea sea completa.

 

El Acuerdo Final recoge en las 297 páginas, los acuerdos parciales sobre los seis temas de la agenda --desarrollo agrario, participación política, drogas ilícitas, víctimas, fin del conflicto, implementación, verificación y refrendación- y los protocolos complementarios a los mismos. El documento es totalmente público y está disponible para el conocimiento de todos los colombianos y de la comunidad internacional. No hay documentos ocultos, como se especuló por algunos. Esa es la primera invitación respetuosa que hago a mis lectores, conozcamos la integralidad de los acuerdos y así podemos formarnos nuestra propia opinión, informada, razonada y pensando en el futuro de nuestro país.

 

La lectura del Acuerdo contribuye a derrumbar muchos de los mitos que se habían construido y las falacias sobre los mismos. Consideró que razonablemente y comparado con los estándares internacionales de similares terminaciones concertadas de conflictos armados internos, es bastante bueno. Con seguridad no es perfecto; no lo es ninguna obra humana, por supuesto, pero es el que después de cuatro años de serias conversaciones, construyeron las dos delegaciones y por supuesto tiene una unidad de materia. No es un acuerdo 'a la carta' en el que puedo decir tengo estas opciones de entrada, de plato fuerte o de postre. No. Es una totalidad que se acoge o se rechaza en su conjunto. Por ello el ejercicio de refrendación que se acordó entre las dos delegaciones, el del plebiscito, implica asumir una posición frente a la totalidad del mismo.

 

Pero es igualmente importante la consulta interna que están realizando las FARC entre sus miembros, porque también de ese lado implica una aceptación a lo que su delegación en La Habana acordó con los delegados del Gobierno colombiano. Y es importante porque entre más sea aceptado entre ellos se disminuye el riesgo de disidencias -que por lo demás son casi inevitables en este tipo de procesos, así como seguramente no todos los colombianos los van a aprobar-. La décima Conferencia Nacional -como denominan las FARC las reuniones para tomar sus decisiones- será la que defina el fin de las FARC como organización guerrillera y su conversión en movimiento político, previa dejación de las armas. Es por ello que esa consulta interna es de la mayor importancia.

 

A nivel de la sociedad en general debemos prepararnos todos los colombianos para una tarea que es fundamental y previa incluso a la toma de posición de cada ciudadano: la divulgación del contenido del Acuerdo Final, para lo cual habrá que recurrir a elementos pedagógicos y didácticos importantes y creativos, de tal manera que cada colombiano el día del plebiscito disponga de los argumentos suficientes para tomar su decisión. Porque en el plebiscito no se trata de opinar sobre si le gusta o no el gobierno, si le parece bien o mal lo que dice este o aquel dirigente político, si nos cae mal o bien un determinado dirigente político, sino sobre el contenido del Acuerdo y el derrotero que seguirá la sociedad colombiana en las próximas décadas: si vamos a continuar con este fatigante y crónico conflicto armado o si lo cerramos para siempre y abrimos la ventana para comenzar a construir una nueva sociedad, para construir paz.

 

Por supuesto, el tamaño de la paz que podamos construir en nuestro país, está en relación con el tamaño de nuestros sueños y de la capacidad política y social de volverlos realidad. Ese es el trascendental y apasionante desafío que tenemos por delante los colombianos, por ahora; luego vendrán los retos de la implementación del Acuerdo Final.

 

- Alejo Vargas Velásquez es Profesor Universidad Nacional

 

https://www.alainet.org/es/articulo/179780
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