Lima al colapso, sin planeamiento integral

05/07/2016
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Con el “boom inmobiliario” miles de personas han tenido acceso a una vivienda propia, sin embargo este crecimiento ha sido desordenado (sin ninguna planificación) y ha traído como consecuencia: saturación de servicios, deterioro y hacinamiento, destrucción desmedida de casonas e inmuebles históricos, además de la reducción de áreas verdes.

 

Según cifras del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM 2035) Lima cuenta con menos de tres metros cuadrados de áreas verdes por persona, es decir menos de la mitad de los nueve metros que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser considerada una ciudad saludable. De acuerdo al índice de Ciudades Verdes de América Latina, Lima se encuentra muy por debajo del promedio, superado por Santiago de Chile, México DF, Bogotá y Quito.

 

A diferencia de otras ciudades del mundo, nuestra ciudad capital se ha expandido de manera descontrolada, ha crecido horizontalmente. Es decir, se han multiplicado los edificios, generando un problema de tugurización, de colapso de los servicios y de reducción de los espacios públicos. Las autoridades locales han contribuido a esta problemática dando licencias de construcción, además de impulsar obras sin planeamiento.  A ello se suma, el impulso de una política de vivienda promovida desde el gobierno central, que adolece del mismo problema, la falta de vinculación con un crecimiento ordenado y planificado.

 

Lima y El Callao tiene una demanda de 431 mil viviendas, se calcula que aumentará a dos millones de viviendas a futuro

 

Así lo evidencian  obras como la ampliación del tercer carril de la Avenida Félix Dibós, en el distrito de Magdalena, que bajo la gestión del alcalde Francis Allison taló árboles y redujo áreas verdes del distrito, mientras el alcalde de Lima, Luis Castañeda, canceló un proyecto de recuperación de áreas verdes (25 hectáreas) en el río Rímac para la construcción de tres by pass en la Av. 28 de Julio, que se suponía  iban a aligerar el tránsito en Lima, sin embargo, tras su inauguración la congestión vehicular en las vías contiguas se ha intensificado. Para las autoridades el desarrollo de la ciudad se traduce en sembrar cemento, en una ciudad donde la población alcanzará los 10 millones de habitantes en los próximos años.

 

El “boom” inmobiliario

 

Perú tiene más de 31 millones de habitantes, y la proyección al 2021 es que superemos los 33 millones, según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). “Se calcula que Lima y El Callao tendrá una demanda de dos millones de viviendas a futuro”, señala el PLAM 2035. Sin embargo, el problema de la construcción informal es crítico en el país: 70% de viviendas construidas son informales, así lo confirma la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), y la oferta inmobiliaria no llega a cubrir el déficit de 1,8 millones de viviendas.

 

Ana Leyva, especialista de la Plataforma para el Ordenamiento Territorial señala que en nuestro país,  fácilmente se dejan de lado los parámetros urbanísticos y edificatorios. Por ello gran número de construcciones no guarda armonía con su entorno. Además, no se toma en cuenta las normas establecidas para que el edificio sea seguro para sus habitantes.

 

Más allá de cómo está creciendo la ciudad, el “boom” inmobiliario trajo consigo también el surgimiento de empresas inmobiliarias –formales e informales-, según la Central de Información sobre Promotores Inmobiliarios y Empresas Constructoras del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento se han registrado 5.500 empresas inmobiliarias, y de acuerdo a estimación de este sector hay unas 8 mil inmobiliarias y constructoras informales, lo que ha sido una verdadera pesadilla para muchas familias.  Si bien no hay estadísticas de las familias afectadas, a continuación damos a conocer el relato de dos de ellas, las mismas que tuvieron que endeudarse por el sueño de la casa propia y abandonar su vivienda pocos años después de la adquisición.

 

Sueño truncado

 

Visitamos Carabayllo, uno de los más extensos de los 43 distritos que tiene Lima, ubicado al norte de la ciudad. Ingresamos al condominio de la empresa Villa Club S.A. –inmobiliaria que figura en Indecopi como la tercera con mayor sanciones-acompañados de la pareja de esposos Marcela Vicente y Efraín Lozano, quienes compraron una casa en el lugar, la vivienda les fue entregada en febrero de 2014, mes en el que se mudaron junto a sus dos hijos: Nicolás de ocho años y Sofía de cuatro, sin imaginar que su proyecto de vida estaría a punto de cambiar: “Nosotros estábamos ilusionados, felices, cada uno iba a tener su cuarto, había piscina y, de repente a los dos meses, la casa empezó a presentar fisuras y además nos dimos cuenta de que venían cisternas para abastecer de agua a las viviendas”, cuenta Marcela.

 

Mi casa ni siquiera cumple con los 80 centímetros mínimos de base; si ocurre un temblor fuerte, esta casa se cae”. Juan Zegarra, vecino de Villa Club

 

Comenta que durante los primeros meses que vivía en su nuevo hogar, tuvo que pedir que le arreglen la vivienda en tres oportunidades, pese a que se la entregaron aparentemente en buenas condiciones. “Es una casa nueva y estaba llena de rajaduras”, enfatiza. La casa ya ha sido reparada, sin embargo sigue presentando rajaduras en las paredes. No solo eso, pues pudimos comprobar que incluso algunos muros parecían estar hechos de cartón porque, al ejercer presión sobre ellos, se movían con facilidad.

 

Igualmente, la casa de Juan Zegarra -otro vecino de Villa Club que se mudó en diciembre de 2012- tiene una infraestructura muy deficiente, así lo demuestra un informe de la Sub-Gerencia de Defensa Civil de la Municipalidad de Carabayllo, donde se indica que la vivienda no cumple con las condiciones de seguridad de Defensa Civil: “Mi casa ni siquiera cumple con los 80 centímetros mínimos de base -establecidos en el Reglamento Nacional de Edificaciones-; si ocurre un temblor fuerte, esta casa se cae”. Y no le falta razón, la casa de Zegarra tiene fisuras profundas que se pueden observar por ambos lados de una pared que, por una parte, colinda con el baño; mientras que por el otro lado, con una habitación.

 

Aunque denunció los hechos ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), y hubo hasta dos resoluciones del ente regulador para que la inmobiliaria repare las rajaduras de la vivienda y se solicitará además la devolución de los importes cancelados en un plazo no mayor a 10 días, la empresa hizo caso omiso.

 

La situación en el condominio empeoró cuando se percataron de que el agua que consumían era de  procedencia desconocida.

 

“Sedapal no provee el agua de esas cisternas, desconocen de dónde viene el agua que nos traen. Eso nos dijeron directamente”, sostiene Marcela Vicente. Su declaración se sustenta con el Informe N° 02-2015-EEC (del 22 de enero de 2015) remitida por Sedapal a los vecinos, que señala: “La conexión temporal (de Sedapal) no cubre la demanda de Villa Club, por lo que la inmobiliaria compra diariamente agua a través de camiones cisternas particulares (…) Se desconoce la procedencia del agua que suministran dichos camiones cisterna”.

 

Incluso, en una carta (N°657-2015-ET-N) dirigida a la Dirección de Investigación Criminal, DIVINCRI, de Carabayllo (26 de mayo de 2015), Sedapal informa que Villa Club 2°, 3°, 4° y 5° etapa no han recepcionado sus redes secundarias y conexiones domiciliarias de agua potable y alcantarillado ante su empresa. “Los servicios básicos que se estuvieran brindando en la zona son de responsabilidad de la empresa inmobiliaria”, se lee en el documento. Además, se indica que Sedapal abastece de agua potable a la empresa mediante una conexión temporal de 90 milímetros durante dos horas diarias.

 

 

Carta N° 657

 

Gran Angular se comunicó con la empresa Villa Club y nos dijeron que el agua que compran es 100% de Sedapal, que la obtienen en dos surtidores autorizados de la empresa pública: surtidor de Zapallal y Pro Industrial. Por parte de Sedapal manifestaron que solo brindan servicio de dos horas diarias, y que no aseguran la calidad del agua que abastece la inmobiliaria, ya que el agua se compra a particulares vía camiones cisternas.

 

El problema se volvió insostenible, cuando a la falta de agua potable y a la deficiente infraestructura, se sumó la contaminación de metales pesados. Los vecinos empezaron a investigar y se dieron con la sorpresa de que en la zona donde viven, hay decenas de mineras artesanales y seis ladrilleras, ubicadas a menos de cinco kilómetros del condominio. No solo eso, sino que hay lugares donde queman baterías al aire libre y pudimos observar las fumarolas desde el techo de una de las viviendas, ya que están a solo metros de distancia. Finalmente, los vecinos notaron que, en el gran terreno donde supuestamente se construiría un gran centro comercial –ubicado detrás de la casa de Marcela y Efraín-, emergía del suelo un líquido extraño, eran silos, ahí se había instalado el “desagüe” de Villa Club. Actualmente, los silos se encuentran tapados, pero aún se pueden observar las manchas oscuras por la humedad que hay en su interior.

 

 

“Lamentamos que hayan diversas empresas que no le den estas garantías a los clientes que con el esfuerzo de toda su vida ingresan a una vivienda que deben pagar en varios años, para luego chocarse con muchas deficiencias en la casa que compran”, sostiene David Vargas, gerente general de la Asociación de Empresas Inmobiliarias.

 

Contaminación en Carabayllo

 

Según Samuel Yañez, miembro del equipo de trabajo de la ONG Cidap, que realizó una exhaustivo trabajo en Las Lomas de Carabayllo durante los años 2003 y 2004, existen 31 actividades mineras no metálicas en la zona y seis ladrilleras de chimeneas bajas, que inundan el lugar de humo contaminante: “Nosotros realizamos varios estudios y los entregamos a la Municipalidad para demostrar que en ese lugar hay un riesgo muy fuerte a que las personas tengan enfermedades en la piel y respiratorias, además hay elementos con componentes cancerígenos. No entiendo por qué en vez de remediar el lugar, se ha impulsado la venta de inmobiliarias en la zona”.

 

En Perú, el 70% de viviendas construidas son informales

 

“Las características topográficas de Las Lomas de Carabayllo y el sentido del viento hacen que todos los elementos que contaminan el aire de ese lugar, terminen llegando a Villa Club”, advierte Yañez.

 

Para el médico ambientalista, Fernando Osores, Las Lomas de Carabayllo es una zona altamente contaminada. “En esa zona reciclan baterías de autos y otro tipo de baterías a base de plomo. Las ladrilleras botan humo constantemente, que viene cargado de metales pesados. Aunque muchas de las mineras ya se han retirado del lugar, han dejado pasivos ambientales”, dice.

 

“Cuando nació mi bebé, Valerie, empezaron los rumores sobre la contaminación, así que la lleve al laboratorio Blufstein (en octubre de 2014) para que le realicen  exámenes. Los resultados arrojaron que tenía plomo en la sangre. Cinco meses después fui al laboratorio Medlab; los resultados arrojaron 2.5 ug/dl (microgramos por decilitro) de plomo en la sangre. “Mi hija es una bebé, no puede tener plomo”, enfatiza Juan Zegarra, quien tras estos resultados no dudo en mudarse inmediatamente.

 

El hijo de Marcela y Efraín, llegó a tener 6.7 ug/dl de plomo en la sangre. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a partir de 7 ug/dl, se origina un daño neuronal irreversible en los menores. “Mi hijo ya presentaba problemas de atención e irritabilidad”, dice Marcela.

 

Actualmente, Villa Club sigue ofreciendo viviendas en Carabayllo, mediante su página web y en el centro comercial Plaza Norte. Nos presentamos a un módulo de venta y un vendedor nos trasladó hasta el condominio, donde nos hicieron un recorrido por las casas piloto que aparentemente están en óptimas condiciones y hasta nos ofrecen un 25% de descuento. Todo continúa en normalidad para la inmobiliaria, mientras dos familias han tenido que abandonar sus casas y alojarse en habitaciones alquiladas, con deudas de 20 años con el Banco de Crédito (BCP).

 

“Esto es una estafa, no es posible pagar 80 mil dólares a 20 años para que, prácticamente al año y medio o dos años te tengas que ir y no solamente por el agua y la casa, sino porque toda la zona está contaminada”, relata Zegarra.  Marcela se lamenta “nos hemos endeudado por 20 años para no tener nada, he tenido que alquilar un cuartito, porque hemos salido aterrados”.

 

“La infraestructura parece simpática, atrayente, pero no se les está diciendo la verdad a los compradores: que el entorno está contaminado, que las redes de agua y el desagüe están mal, eso garantiza una pésima calidad, van en contra de la salubridad”, advierte Yañez, añade que la Municipalidad de Carabayllo debería reubicar a las personas que viven en Las Lomas y encargarse de evidenciar el problema para remediar el lugar.

 

Sin planeamiento integral

 

¿Por qué la Municipalidad de Carabayllo otorgó los permisos para que se construyan grandes proyectos inmobiliarios en la zona? si el alcalde Rafael Álvarez -que ocupa el cargo desde el año 2009- ha expresado en diversos medios de comunicación que le preocupa la situación de la contaminación que existe en Las Lomas de Carabayllo.

 

“Es urgente y necesario que Lima planifique y que el alcalde metropolitano conjuntamente con los alcalde distritales sean consciente de lo importante que es planificar para mejorar la calidad de vida en la ciudad. Tomar decisiones concertadas sobre el territorio de la ciudad, que ordene nuestro crecimiento poblacional y lo proyecte al futuro, de lo contrario estaremos incrementando la tugurización, disminuyendo los espacios públicos, contribuyendo al colapso de los servicios públicos y al estrés de las personas”, alerta Ana Leyva.

 

Es cada vez más evidente que Lima es una ciudad que ha colapsado, y que requiere de un planeamiento integral al corto plazo.

 

 


 

Ver video: la pesadilla de la casa propia https://goo.gl/HBZ98H

 

Link del reportaje: http://goo.gl/W32ckw

 

Fuente: Gran Angular

www.elgranangular.com

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/178600
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