Las nuevas formas de injerencia de EEUU: caso Venezuela

21/06/2016
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Foto: CELAG venezuela no es amenaza celag
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Un poco de historia

 

 

 

América Latina y el Caribe ha estado en la mira de los intereses de los capitales estadounidenses desde el famoso discurso al Congreso del Presidente para aquella época, James Monroe el 2 de diciembre de 1823, donde establece los primeros postulados que buscan aislar a la región de las dinámicas de poder europeas y posicionarse como el intermediario entre los imperios del viejo continente y las nuevas repúblicas.

 

A partir de la campaña en México donde EEUU anexó los territorios de California y Texas (1847-1848) el expansionismo de EEUU no hizo sino consolidarse dentro de la doctrina de política exterior.

 

Paulatinamente, con los diferentes corolarios aplicados a la Doctrina Monroe  a finales del siglo XIX  por parte de Henry Clay, James K. Polk, William Taft, entre otros, marcaron la transición hacia el imperialismo pues ya no sólo buscaban incorporar los territorios del sur a la administración del Estado norteamericano, sino que a través de un marco jurídico-doctrinario buscaban justificar la expansión monopolista de sus capitales y conformar una Unión Aduanera donde los países de sur y centro américa mantengan una soberanía aparente que este subordinada a los intereses económicos de los EEUU.

 

Durante mediados del siglo XX, en el marco de la Guerra Fría (1945-1989) la lucha anticomunista fue el argumento apologético principal para la intervención e injerencia de los EEUU sobre nuestra región, instaurando gobierno títeres que con manuales basados en la doctrina seguridad nacional, aplastaron todo movimiento popular que se identificaba con ideas de izquierda.

 

El Ministerio de las Colonias

 

Ante la sistemática represión e injerencia de los EEUU, la Organización de Estados Americanos (OEA), heredera del panamericanismo, juega el rol de ente legitimador de toda iniciativa que promueve el Departamento de Estado para satisfacer sus apetencias geopolíticas.

 

Desde el nacimiento del sistema interamericano la intención de su constitución era someter a todos los países bajo la hegemonía de los EEUU. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), signado en el año 1947 quiso comprometer a los Estados americanos a vincularse a cualquier conflicto bélico con fuerzas extracontinentales en el que la potencia americana tenga alguna participación activa, sin que eso signifique que en el caso contrario, de un ataque a un país latinoamericano, éste, cuente con el apoyo de EEUU. Así fue el caso de las Malvinas en 1982 donde EEUU asume una neutralidad que le benefició al Reino Unido en su campaña militar en contra Argentina.

 

Otra muestra concreta de las intenciones poco amigables del sistema interamericnao, fue la resolución emanada de la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en enero de 1962, en Punta del Este (Uruguay) donde se decide expulsar a Cuba por posicionarse dentro del bloque soviético y declararon la doctrina marxista-leninista “incompatible” con el sistema interamericano.

 

En un caso más actual observamos la convocatoria de la sesión extraordinaria del 1 de junio de 2016 por parte del Secretario General Luis Almagro a fin de activar la Carta Democrática a Venezuela por la supuesta la “crisis humanitaria” que padece el país.

 

A saber, este instrumento es promulgado el 11 de septiembre de 2001 paralelamente al nacimiento de la Doctrina Bush y sus “guerras preventivas” y busca amarrar a los Estados miembros de la OEA a los parámetros de la democracia representativa e institucionalizar la noción burguesa de los Derechos Humanos.

 

Venezuela Freedom-2

 

Esta vez, las intenciones de aislar a un país en la región, se enmarca en la estrategia diseñada por el Comando Sur del Ejército de los EEUU, redactada el 25 de febrero de 2016, cuyo objetivo general es atomizar a la región luego de que ésta haya experimentado una nueva articulación bajo principios de complementariedad y solidaridad de los nuevos mecanismos de integración y en particular se busca desaparecer al chavismo y al proyecto bolivariano como opción política.

 

Esta estrategia está dividida en dos fases: en la primera fase, dentro de la operación llamada Venezuela Freedom-2 [1] se utiliza la promulgación de la Orden Ejecutiva conocida cómo el Decreto Obama que califica a nuestro país como una “amenaza insusual y extraordinaria”. El marco jurídico de esta acción está reflejada en la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA, por sus siglas en inglés), la Ley de Emergencia Nacional  (NEA, por sus siglas en inglés).

 

La Orden Ejecutiva (aplicada anteriormente en Siria, Irak, Sudán, Zimbabue, etc.) igual que la Carta Democrática, son instrumentos que buscan cercar a un Estado y aislarlo de los circuitos comerciales y geopolíticos del sistema internacional para luego asfixiarlo y generar un clima de ingobernabilidad que lleve a una explosión social.

 

Justamente de eso consta la segunda fase del Freedom-2 y es el paso que se está ejecutando actualmente, pues EEUU no prevé aplicar una intervención militar directa, sino que en una estrecha alianza con la MUD se plantea promover focos locales de violencia y desestabilización a lo largo del territorio nacional con el manto mediático que lo pinte como si fuese una especie de “Caracazo” y de esa manera tumbar el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

 

Sin embargo, es muy difícil aislar a Venezuela luego de que éste país ha sido el fundador de mecanismos de integración alternativos como ALBA-TCP, PETROCARIBE, CELAC, UNASUR, cuyos preceptos se distancian de los principios entreguistas del sistema interamericano. Por eso la propuesta de activar la Carta Democrática, la cual requiere la aprobación de las 2/3 de los miembros de la OEA para ser activada, no ha prosperado.

 

Es difícil creer en los instrumentos creados dentro del Sistema Interamericano si se toma en cuenta que son usados por intereses unilaterales, ¿Será que los 40 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, los asesinatos sistemáticos a líderes populares en Honduras como Berta Cáceres, las masacres en Colombia de militantes de Marcha Patriótica, no son hechos válidos para tratarlos en la OEA?

 

El silencio cómodo de este sistema se da cuando los gobiernos aliados a los EEUU se ven manchados, es por eso que Chávez planteó una nueva forma de integración más coherente con los intereses nuestro americano.

 

EEUU ha aprendido de sus errores

 

Las estrategias de contrainsurgencia aplicadas a mediados del siglo XX, basadas en la doctrina de seguridad nacional, solo contemplaba el uso de la violencia contra un “enemigo interno” omnipresente llamado comunismo; en cambio actualmente, el imperialismo estadounidense basa su doctrina militar en el enfoque del Joint Vision 2020 [2].

 

Ésta doctrina se concentra en abordar cada espacio y nivel donde pudiese actuar un potencial enemigo. Todo ámbito geográfico (espacio exterior, superficie terrestre, territorio marítimo, y subterráneo); espacios públicos y privados que son intervenidos por diferentes mecanismos de vigilancia (cámaras, chips espías, sistemas de datos como Google o redes sociales como Facebook que tienen la capacidad de que a través de algoritmos logran perfilar a las personas).

 

Todos los aspectos de la vida cotidiana se convierten en objetivo militar, así como el conocimiento de la cultura y las costumbres de las diferentes sociedades. La diferenciación de los sectores populares con las clases las clases medias y altas, determinan las políticas emanadas del imperio estadounidense.

 

La justificación ahora no es el comunismo que perturba el “orden y progreso”, son las violaciones de “Derechos Humanos” acometidos bien sea por terroristas, narcotraficantes o Estados Fallidos [3] y por ende es necesario accionar desde múltiples frentes en simultáneo tanto en lo económico, como político, psicológico y militar [3] lo que produce la atomización del tejido social logrando imponer el orden que beneficie los capitales transnacionales.

 

Es una estrategia que combina el poder blando (soft power) con el poder duro (hard power). Esta combinación es llamada por algunos autores como el representante del neorrealismo Joseph Nye, como el Poder Inteligente (smart power) y la única manera de contraponerse a esta estrategia es fortalecer la organización y la participación del pueblo y evitar llevar a cabo “diálogos” entre camarillas, pues el secretismo es un arma que siempre beneficia al capital.

 

Notas

 

1.Puede consultar el documento en: http://www.voltairenet.org/article191879.html

 

2. Estrategia de Dominación de Espectro Completo como lo plantea Ana Esther Ceceña en: www.rebelion.org/noticia.php?id=180149

 

3. Para ahondar en esta categoría, puede leer mi artículo “Acercamiento a la historia de la injerencia de EEUU en ALyC: desde la guerra fría hasta el ciclo progresista”, disponible en: http://www.humanidadenred.org.ve/?p=3561

 

Publicado en el mensuario PolitiK N°15 Junio-Julio.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/178262
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