Un día como hoy Ramos Allup a través de Morales Bello gritó... muerte a los golpistas

04/02/2016
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Ironías de la historia: Cuando se da el golpe cívico militar el 4 de febrero de 1992, encabezado por Hugo Chávez, para ese momento era diputado Ramos Allup, quien presentó al diputado de Acción Democrática Morales Bello, quien pidió muerte a los golpistas. Hoy Ramos Allup pide sacar a Maduro de la presidencia vía referéndum, pero se encuentra de nuevo con Aristóbulo Isturiz, como vicepresidente de la Republica, batallando en la defensa del proceso Bolivariano como lo hizo en defensa de Chávez en 1992.”

 

Por ahora…… una derrota táctica

 

Fue un 4 de febrero de 1992, cuando un grupo de militares jóvenes, encabezados por el Comandante Hugo Chávez, el comandante Arias Cárdenas y entre otros el comandante, ya fallecido, Ortiz, planificaron e intentaron realizar un golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, quien se encontraba en Davos, Suiza asistiendo a una reunión con los grandes capitalista del Mundo para seguir entregando a Venezuela al capital extranjero.
El intento del golpe fracasó, precisamente en Caracas. Chávez fue claro en ese momento y lo dijo “fracasamos muchachos, depongan las armas…….por ahora”.

 

Ese por ahora llenó de esperanza a un pueblo que reclamaba cambios radicales en la sociedad venezolana abatida por la corrupción, la quiebra de los bancos, una deuda externa elevadísima así como el calvario de los mandamientos del Fondo Monetario internacional. La renta petrolera se repartía en un sesenta por ciento para las empresas trasnacionales, un 35 por ciento para la petroburguesía y a penas un cinco por ciento para las grandes mayorías que no tenían acceso a la educación, la salud, las pensiones y jubilaciones. En una carta enviada por el presidente Chávez desde su lecho de enfermo al presidente Maduro en el 2013 expresaba “Venezuela había tocado fondo con la rebelión de 1989 (Caracazo) que nos marcó el camino…el caracazo señaló un fin y un comienzo…para rehacer la dignidad popular”.

 

De 1989 hasta 1992, el deterioro social se agudizo. El 4 de febrero de 1992 el entonces diputado Ramos Allup (AD), que hoy es presidente de la Asamblea Nacional, se encargó de presentar el decreto acuerdo contra Chávez expresando que “un grupo de militares se levantaron en armas para intentar asesinar al presidente como un plan para derrocar la democracia”. Su compañero de tolda política Morales Bello en coordinación con Allup pidió muerte a los golpistas. Aristóbulo Isturiz, hoy vicepresidente de la Republica, en su extraordinario discurso expresó que ese golpe fue en legítima defensa de los desamparados de la patria.

 

El último golpe de Chávez: el golpe de timón

 

Después de haber dejado sembrado una profunda huella imborrable en el corazón del pueblo venezolano, ese 4 de febrero de 1992, seis años después Chávez llegaría al poder, cambiaría la constitución, volteó la ecuación del reparto de la renta petrolera favoreciendo a millones de personas en pobreza crítica y absoluta. Se centró en avanzar hacia un equilibrio social e internacional con su solidaridad activa con los países del tercer mundo. Sin embargo, Chávez estaba consciente que algo estaba fallando en la implementación de las políticas sobre todo en el funcionariato y su reproducción de los viejos vicios de la cuarta república.

 

En ese golpe de Timón Chávez expresó: “Creo que en estos años hemos acumulado experiencia, hemos creado entes que no existían. Creo que hemos venido acumulando recursos, inyectando recursos y seguiremos haciéndolo. Creo que tenemos unos nuevos códigos; creo que tenemos una nueva arquitectura legal, jurídica, empezando por la Constitución; tenemos leyes de consejos comunales, leyes de comunas, economía comunal, las leyes de los distritos motores de desarrollo; pero no le hacemos caso a ninguna de esas leyes; nosotros, que somos los primeros responsables de su cumplimiento. Yo espero ver respuestas a estas reflexiones y a esta autocrítica pública que estoy haciendo”.

 

Ese documento fue del 2012, y a la luz de la experiencia, las autocriticas desgarradoras y con ejemplo práctico no aparecieron, evidenciándose en la pérdida del poder legislativo en las pasadas elecciones del 6 de diciembre.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/175238
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