De Charlie Hebdo a la Sala Bataclan

¿A quién le duele el terrorismo en África?

20/11/2015
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Foto: RT soldados ciudad guerra
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A tres cuadras de nuestra embajada  (de Venezuela)  en Bamako, Mali, grupos terroristas atacaron un lujoso hotel donde se concentra el alto mando militar francés y tienen en jaque a casi doscientos rehenes. Nuestra gente está a salvo, según me informa telefónicamente el diplomático Ángel Mujica...pero ¿por qué en Mali?

 

París, ciudad luz, fue oscurecida el pasado viernes trece de noviembre a causa de un ataque terrorista contra vidas inocentes que se divertían escuchando música en un club nocturno mientras otros  veían un partido de futbol en uno de los estadios más prestigiosos de Europa. Es el segundo ataque terrorista de grandes proporciones ocurrido en esta ciudad que ha copado las páginas amarillistas de los grandes periódicos y revistas, así como el impacto visual en los medios audiovisuales y redes sociales. Primero fue la revista humorista irreverente y falta de respeto, denominada Charlie Hebdo, que fue atacada el pasado 7 de enero dejando un saldo de 11 muertos.  Ahora el ataque a la discoteca Bataclan y otros dejaron un saldo de casi 130 personas asesinadas, dentro de ellas el joven venezolano Sven Alejandro Silva Perugini.

 

Todo acto terrorista, venga de donde venga, que cause muertes inocentes que nada tenga que ver con las contiendas de los actores generadores del terrorismo, es una acto negador del principal derecho humano, es decir el Derecho a la Vida. El terrorismo muchas veces es el resultado de un acto de venganza contra quienes han generado terror.

 

El terrorismo francés no puede pasar desapercibido

 

La Francia no está exenta de la historia terrorífica que ejecutó en África del Norte, África subsahariana y Asia. Argelia, Vietnam, Congo y, recientemente, Libia, Mali y República Centroafricana, por solo mencionar algunos países, suman millones de muertes inocentes provocadas por las intervenciones militares e inteligencia francesa. Según fuentes citadas, el recuento hecho por el Frente de Liberación Nacional (FLN), la ex/organización rebelde argelina, después de la guerra que terminó en 1962 es de 1,5 millones de muertos. El número corresponde efectivamente al 15% de los 10 millones de habitantes que contaba el país en ese momento. A ello habría que sumarle las prácticas terroristas francesas de la llamada FRANCIAAFRICA, las cuales, continúan, superando tal vez otros dos millones más de personas asesinadas. La Francia no podía esperar otra respuesta, donde, repito, han estado cayendo víctimas inocentes.

 

¿Quién se acuerda del terrorismo en África Subsahariana?

 

La creación de grupos terrorista, acobijados en una mala praxis del Islam, se ha expandido como pólvora por el mundo Europeo y de África subsahariana. Algunos analistas expresan que estos grupos han sido creados por las potencias occidentales para combatir a los líderes y gobiernos que han estado en contra de sus políticas imperiales. Ahora esa creación terrorista se ha convertido en un boomerang, no solo para Europa sino para espacios territoriales donde las potencias europeas tienen grandes inversiones, como en el caso de Mali, rico en uranio; Nigeria, por las grandes inversiones en petróleo y gas; y Kenia, por su ubicación geopolítica militar. Uno de los ejemplos más resaltantes es la actuación terrorista en Nigeria realizada por la agrupación Boko Haram, que desde su creación, hace menos de quince años, tiene en su haber 4.477 muertes, con lo cual mantiene en jaque a Camerún y Chad (de eso no se habla). Por su parte, el grupo Al-Shabbaab tiene en alerta máxima a Kenia desde el 2013, cuando atacaron el centro comercial de Nakumatt Westgate, dejando cerca de 80 personas muertes y ahora, en el 2015, asesinaron a 152 estudiantes en un ataque sorpresa a la Universidad de Garissa (de eso tampoco se habla).

 

El panyidahismo “Ala Hu Akbar”

 

Hoy nada está aislado, hoy los poderosos se articulan en función de sus intereses propios que, muchas veces, conducen a la locura de la conquista del poder como dé lugar para someter a los otros. Así sucedió cuando los occidentales se organizaron y se articularon para destruir y asesinar a Gadafi, provocando cerca de 30 mil muertes.

 

La destrucción de Libia es un punto de partida para entender la expansión del terrorismo “islámico” contra Occidente. Los grupos terroristas, como dijimos anteriormente, fomentados por Occidente, quieren independizarse totalmente de sus creadores y han establecido un santa alianza denominada el PANYIHADISMO, inspirado en la práctica de la YIHAD, que para la práctica musulmana no violenta significa “obrar bien, hacer el esfuerzo por hacer lo correcto”, mientras que para la praxis musulmana violenta significa la “GUERRA SANTA CONTRA LOS INFIELES, al grito de ‘Ala hu ak Bar’ Dios es el más grande”. Cuando ISIS se levantó, apoyado por USA y Francia, entre Siria e Irak, contra el actual presidente de Siria, inmediatamente Boko Haram saludó esa iniciativa.

 

Recientemente el grupo terrorista de Mali, Ansar Dine, se alió al ISIS. El Panyihadismo es hoy una realidad y estaría constituido por BOKO HARAM, AL SHABBAAB, AL-QUEDA, AQMI ANSAR DINE e ISIS. El pasado mes de septiembre los presidentes de Mali y Niger, Boubakar Keita e Issoufou Mahamadou decretaron el Sahel como el gran laboratorio del terrorismo.

https://www.alainet.org/es/articulo/173740
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