Burundi: Perennes lluvias pasajeras

11/11/2015
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Como suele ser en los países africanos, de los cielos más claros y transparentes, se desgajan lluvias eternas, diluvios bíblicos, que solo alcanzan a durar minutos, pero tiene aspiraciones de eternidades.

 

Una nueva lluvia, un nuevo diluvio, parece estar condensándose en el siempre propicio cielo burundés. Desde abril último tras la decisión del actual presidente Pierre Nkurunziza de presentarse a un nuevo mandato, traicionando la Constitución,  que solo permite dos periodos de cinco años, que Nkurunziza ya ha ejercido, pone al país al borde de un nuevo estallido social.

 

Entre 1993 y 2005 Burundi ya vivió una guerra civil, que dejó 300mil, donde como es de rigor en los países africanos suelen ser enmascaradas por cuestiones étnicas y/o religiosas, para ocultar, como siempre, intereses económicos por lo general de países centrales.

 

Como sus vecinos del norte, Rwanda, la población de Burundi se divide en hutus (85%) y tutsis (14%) el 1% restante le corresponde a la etnia batwa, (pigmeos) que vive absolutamente olvidados no solo del resto del país, sino del mundo.

 

Burundi, cuenta con una población de casi once millones de habitantes, su esperanza de vida (47 y 53 años) se coloca entre las más bajas del mundo. Su ingreso anual per cápita promedio apenas llega a los 260 dólares. Según Transparencia Internacional, Burundi ocupa el lugar 159 en una lista de 175 entre los países con más corrupción en el mundo.

 

Cuándo el Tribunal Constitucional aprobó la candidatura el presidente Pierre Nkurunziza, para que pudiera aspirar un tercer mandato, ignorado de hecho el Artículo 96, de la constitución que específicamente dice: “El presidente de la República es elegido por sufragio universal directo para un mandato de cinco años, renovable una vez”. La nominación de Nkurunziza demolió los acuerdos de paz de Arusha, que pusieron fin a la guerra civil el 28 de agosto de 2000.

 

El 13 de abril, el ex jefe de los servicios secretos, el general Godefroid Nyombare, había anunciado al país el derrocamiento de Nkurunziza.

 

Nkurunziza, que se encontraba en la antigua capital de tanzana, Dar es Salaam, en el marco de la reunión de la Comunidad de África Oriental (EAC) que analizaba justamente el conflicto constitucional de Burundi, y la intención del presidente de postularse a un tercer mandato en las elecciones de junio, tuvo tiempo de desarmar la conjura, de retorno al país pudo controlar la situación, llegar a disputar las elecciones en julio.

 

La campaña estuvo signada por protestas y un boicot de parte de la oposición, pero finalmente Nkurunziza, según la comisión electoral, se impuso por un 69,41% contra su más inmediato competidor Agathon Rwasa, que solo alcanzó 18.99%.

 

La situación no ha dejado de agravarse y el presidente ha iniciado una campaña, apoyado por las fuerzas de seguridad, de represión que no se ha privado de detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos.

 

La actual situación política de Burundi, recuerda peligrosamente el genocidio ruandés de 1994 que dejó en apenas cien días casi un millón de muertos, donde la complacencia y complicidad Francia jugaron un rol fundamental: la misma región, los mismos protagonistas hutus y tutsis, y árbitro francés, un resultado casi puesto.

 

Desde su independencia de Bélgica en 1962, Burundi ya ha vivido dos grandes matanzas: en 1972, 200 mil hutus fueron asesinados por el ejército tutsi y en 1993 tras el asesinato del presidente Melchior Ndadaye y otros de sus funcionarios, precipitó una matanza que dejó más de 350000 de ambas etnias. Ndadaye, (hutu) primer presidente electo del país solo consiguió permanecer 3 meses el poder antes de ser derrocando por militares tutsi.

 

 Ya en abril la oposición había denunciado el entrenamiento paramilitar y la distribución de armas a las juventudes del partido de Pierre Nkurunziza. Se sabe que debido a la larga guerra civil se han acumulado enormes cantidades de armas, que permitirían una nueva guerra civil. En los campos de refugiados en la República Democrática de Congo, miles de huérfanos burundeses que dejo la guerra, podrían ser rápidamente incorporados a cualquier frente de combate.

 

En lo que va del año más de 220 mil personas se han refugiados en países limítrofes como Rwanda, Tanzania y la República Democrática del Congo, en su mayoría tutsis, por temor a las amenazas de parte de los Imbonerakure (Los que miran lejos) un grupo para militar a las órdenes del presidente Nkurunziza.

 

Si ya las protestas de abril y mayo, tras el intento de golpe, que dejaron entre 120 y 150 muertos entre los opositores al presidente Nkurunziza, tras el frustrado atentado contra el general Primer Niyongabo, comandante de las fuerzas armadas, a mediados de septiembre en la capital Bujumbura, que dejó un saldo de 8 muertos entre hombres de la escolta y atacantes se han incrementado hasta la represión, ha políticos y militantes.

 

Todo el tiempo en cualquier lugar

 

El día 1 de noviembre el Gobierno de Nkurunziza lanzó un ultimátum para que se  entregaran todas las armas de fuego no registradas en manos de la población civil, la orden tendría que cumplirse en una semana ya que después serían tratados como “criminales” quien no obedeciera.

 

El presidente del senado, Révérien Ndikuriyo, advirtió que la policía requisaría las armas donde se encontraran, y que se haría un control casa por casa, en las calles y lugares de trabajo.  Además se solicitó  a los jefes de cada distrito señalar aquellas casas sospechosas. Según la organización International Crisis Group, el lenguaje suena “escalofriantemente similar” al usado en Ruanda antes del genocidio de 1994.

 

Nadie conoce verdaderamente cuántas armas hay en el país y mucho menos quién las controla, por lo que en cualquier momento podrían iniciarse un conflicto de más envergadura.

 

El gobierno en vez de comprimir la situación parece intentar llevar la paciencia de la gente al límite. El primero de noviembre un control policial abrió fuego contra un bus, que al parecer volvía del entierro de un opositor. Si bien las autoridades arguyeron que fueron atacados desde el vehículo nada se puedo confirmar, ni siquiera el número de víctimas para la policía un muerto que estaba armado, para la oposición el número llegaría a 16. De las cincuenta personas que se encontraban en el autobús, incluyendo mujeres y niños ninguna estaba armada, quienes pudieron escapar del trasporte fueron  perseguidos por la policía sin volver a saber de su suerte.

 

Este último sábado 7, un funcionario de la ONU, murió junto a otras 8 personas. En un ataque contra un bar de la capital. Un grupo de hombres armados vestidos con uniformes de la policía, abrió fuego indiscriminadamente contra los parroquianos.

 

En las últimas semanas, se han empezado a encontrar en barrios cercanos a Bujumbura cuerpos de opositores ejecutados sumariamente.

 

El domingo último fue identificado el hijo de una importante figura defensora de los derechos humanos Pierre-Claver Mbonimpa, Welly Nzitonda, había sido arrestado por la policía apenas unas horas antes en el barrio de Mutakura, uno de los más opositores al presidente Nkurunziza.

 

El ejército que representaba la única institución con cierta solidez, está fracturado, y según algunos analistas estaría próxima al quiebre, lo que deslizaría al país a una guerra abierta.

 

El contexto internacional observa distante sin aportar soluciones el presidente estadounidense, Barack Obama, excluyó a Burundi del “African Growth and Opportunity Act”, una organización de asistencia económica al continente. Por otra parte la Unión Africana (UA) y Consejo de Paz y Seguridad (CPS) emitieron un comunicado el 17 de octubre, de compromiso, ya que la situación interna de muchos países de la región los obliga a no definirse. El presidente de Ruanda, Paul Kagame, declaró “La gente está siendo asesinada todos los días, los cuerpos se encuentran en las calles. Los líderes están gastando tiempo matando”.

 

Nuevamente el cielo burundés se carga de nubes que como siempre descargara con violencia como suele ser.

 

- Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

https://www.alainet.org/es/articulo/173566
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