Mantener la ilusión, no la rutina

Este 11 de noviembre, Radio YSUCA cumple 24 años de estar al aire, lo que significa producción continua de programas informativos, de opinión y musicales, entre otros.

10/11/2015
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Este 11 de noviembre, Radio YSUCA cumple 24 años de estar al aire, lo que significa producción continua de programas informativos, de opinión y musicales, entre otros. Y vale recordar que esta unidad fue ideada por el padre Ignacio Ellacuría, quien al hablar de los instrumentos fundamentales que requiere la proyección social de la UCA, señalaba la utilización permanente y variada de los medios de comunicación social; entre ellos, la radio. Tampoco está por demás decir que correspondió al padre Michael Czerny, vicerrector de Proyección Social en el año de inauguración de la emisora (1991), concretar el proyecto en lo que a infraestructura, organización y programación respecta. 24 años después, podemos sugerir que la mejor manera de festejar, agradecer y fortalecer el trabajo realizado es mantener y hacer crecer la ilusión —el ideal comunicativo— que se propuso nuestro rector mártir. De esa manera no solo se combate uno de los peligros que conlleva la programación radiofónica, la rutina, sino que se entra en contacto con la fuente que capacita y potencia el tipo de comunicación y comunicador que necesita la formación de la conciencia ciudadana. En este sentido, es bueno citar algunas de las ideas de Ellacuría que bien pueden considerarse “ideas principio”, porque, además de estar en el origen del proyecto, deben permanecer presentes y activas en el día a día de YSUCA.

 

Acercar el pensamiento de la UCA sobre la realidad nacional a la mayor parte de la población. Para Ellacuría, “si estamos pensando soluciones desde, para y con las mayorías populares —a través de los medios propios de la Universidad— es justo que se las comuniquemos lo más directamente posible y en el lenguaje más adecuado que, sin abandonar el rigor esencial, pueda ser realmente asimilado, de modo que entre a formar parte activa de la conciencia popular”. Para ello, explica, es necesario entrar en los medios de comunicación para que la mayor parte de la población pueda aprovecharse de lo que se trabaja en el campus universitario, al que tal vez nunca podrán acceder y que, sin embargo, busca estar a su servicio.

 

Construir una programación radiofónica que unifique lo universitario con lo popular. Para Ellacuría, este propósito estaba fundamentado en una voluntad y una tradición de la UCA: potenciar la labor universitaria en beneficio del pensamiento popular, y dar voz y presencia a los sectores mayoritarios del país de formas muy específicas. Los comentarios difundidos en la YSAX, la Cátedra de Realidad Nacional, las investigaciones científicas sobre los principales problemas del país y las revistas universitarias son antecedentes de esa voluntad y tradición. Ellacuría afirma “que el nivel universitario no está en contradicción con programas populares. Porque lo primero se refiere al fondo de lo tratado y a las técnicas radiofónicas, mientras que lo popular de los programas se refiere a las formas de presentar los contenidos y a la participación directa de las mayorías”. Y cerraba su argumento con una referencia histórica: “Hay un ejemplo claro en lo que era la actuación radiofónica de monseñor Romero, que sabía juntar lo profundo de su pensamiento y de su análisis con el calor humano y la proximidad al pueblo”.

 

Saber escuchar la voz de las mayorías y hacer valer su derecho a la comunicación. Es conocido el llamado del padre a que la expresión del pueblo sea real, superando la inexistencia a la que es sometido por el poder mediático. Su exhortación en este sentido es vehemente: "Que el pueblo haga oír su voz, que el pueblo reflexione [...] Que reflexionen sobre la situación del país, que exijan ser bien informados, que hagan sentir cómo se necesita cuanto antes un desarrollo económico profundo del país, cómo se necesita que se resuelva su problema de injusticia, es decir, que el pueblo salvadoreño haga sentir su voz". Ello parte del presupuesto de que el interlocutor de la acción de la UCA es el pueblo salvadoreño y, más en particular, aquella parte de él que vive injustamente desposeída de sus derechos fundamentales. Pero también parte de una experiencia: “La actuación general [de la Universidad] ha dado voz y presencia a las comunidades de base, a los sindicatos, a los campesinos, a gente que apenas podía leer y que, sin embargo, era escuchada respetuosamente por cerca de mil oyentes universitarios. ECA, Proceso, Carta a las Iglesias constantemente se hacen eco de las voces de los sindicalistas, de las organizaciones populares, de los campesinos, etc. Creo que se ha demostrado durante años cómo hemos ofrecido nuestros mejores canales al pensamiento popular y, por tanto, no hay razón alguna para dudar de que en la radio haremos lo mismo”.

 

Necesidad de propiciar algunos procesos que contribuyan a la superación de la crisis social. Entre el material bibliográfico del padre Ellacuría se encuentra un esquema de 1989 titulado “El periodismo salvadoreño ante la crisis del país”, en el que propone algunas actitudes y procesos fundamentales que se deben impulsar en el periodismo y en los medios de comunicación para que estos cumplan su misión. Lo planteado vale también para YSUCA. Uno de esos procesos tiene que ver con la promoción de ciertos valores tan necesarios como deteriorados en la sociedad salvadoreña: “La búsqueda de la verdad sin la que no se da autenticidad ni libertad; el respeto a la vida humana y a la dignidad de la persona; la solidaridad efectiva con los más necesitados, pero no a modo de limosna y de acciones marginales, sino a modo de una reestructuración justa de la sociedad; la laboriosidad típica del pueblo salvadoreño, hoy más necesaria que nunca para salir de la postración en que estamos; la austeridad de todos como corresponde a la situación del país, en el que la mayor parte bordea la extrema pobreza y en el que las desigualdades impiden la solidaridad requerida; la honestidad en el manejo de los dineros públicos y frente al tráfico de influencias; y la tolerancia con las personas, así como la flexibilización y apertura de las propias posiciones sin arrogarse absolutismos en nombre de nada”.

 

Mantener el ideal comunicativo que concibe a los medios como instrumentos al servicio del pueblo para la transformación de la sociedad. Ellacuría, refiriéndose al derecho de la libertad de expresión y de prensa, afirmaba: “En El Salvador, el Gobierno y los propietarios de los principales medios de difusión masiva suelen hablar de libertad de opinión y de prensa como derechos fundamentales y como condición indispensable de la democracia. Pero si esa liberad de opinión y de prensa solo la pueden ejercitar quienes poseen medios no adquiribles por las mayorías, resulta entonces que libertad de prensa y de opinión así ejercida es un hecho que hace imposible la democracia”.

 

En suma, en estas ideas planteadas por Ellacuría sobre la radio de la UCA en particular y los medios de comunicación en general encontramos algunos criterios fundamentales para evaluar y orientar este trabajo, buscando calidad técnica y ética. Pero, sobre todo, procurando que la comunicación esté al servicio de la persona, haga central la realidad de las mayorías, contribuya a la formación política y cultural de la ciudadanía y cumpla la misión de difundir la verdad para humanizar a las personas y la sociedad. En pocas palabras, para no perder la ilusión de una comunicación realmente humana.

 

- Carlos Ayala Ramírez es director de radio YSUCA, El Salvador.

https://www.alainet.org/es/articulo/173557
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