¿Fracaso? OEA no respalda la demanda marítima de Bolivia

05/06/2012
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“Malvinas de la Argentina y mar para Bolivia” fue el pedido clamoroso del Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, antes y durante la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) concluida hace pocas horas en la acogedora población de Tiquipaya (Cochabamba).
La OEA aprobó una resolución que “reafirma la necesidad” de que los gobiernos de Argentina y el Reino Unido reanuden cuanto antes las negociaciones sobre su disputa por las Islas Malvinas "con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia".
 
La resolución –previo lobbie diplomático- fue aprobada a solicitud del canciller argentino, Héctor Timerman, que reclamó que el Reino Unido se niega a dialogar sobre el tema, ignorando 39 resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en ese sentido.
 
Retó a la delegación británica a iniciar el diálogo sobre las Malvinas y sostuvo que si el "colonialismo" se soluciona, "todos los demás problemas van a ser resueltos de forma inmediata".
 
La mayoría de los países miembros de la OEA respaldaron la resolución, salvo Canadá que rechazó la redacción del texto porque cree que "solamente los habitantes de las Islas Malvinas pueden determinar su propio futuro" y Estados Unidos ratificó que "reconoce la administración de las islas de Gran Bretaña, pero no adopta ninguna posición respecto a la soberanía de ninguna de las dos partes".
 
La denominada Guerra de las Malvinas se desarrolló del 2 de abril al 14 de junio de 1982 por la posesión territorial de los ingleses en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
 
Sin embargo, en torno a la demanda marítima boliviana, la OEA recomendó el diálogo bilateral entre los gobiernos de Bolivia y Chile para resolver sus diferencias territoriales.
 
El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, demandó a su homólogo de Chile, Alfredo Moreno, “renegociar” el Tratado de 1904 –calificado como “injusto, ominoso e impuesto”- para que el país ubicado en el corazón del continente latinoamericano obtenga una salida libre y soberana al Océano Pacífico.
En respuesta, el canciller de Chile descartó esa posibilidad y argumentó que los países deben honrar sus compromisos, en este caso el Tratado de 1904, que fijó los límites definitivos entre ambos países remarcando que la reivindicación marítima es un tema absolutamente bilateral entre Chile y Bolivia "y no lo resuelve ni la OEA ni las Naciones Unidas".
 
Hace 33 años (el 31 de octubre de 1979) en la ciudad de La Paz, la totalidad de los Estados miembros de la OEA, con excepción de uno que hizo abandono de la sala, se aprobó la Resolución 426 que declara que “es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa que permita a Bolivia obtener acceso soberano y útil al océano Pacífico, sin compensación territorial”.
 
Contradictoriamente en la 42 Asamblea General de la OEA ya no se menciona “el interés hemisférico” y se solicita a los gobiernos de Bolivia y Chile que solucionen los problemas limítrofes “en forma bilateral y pacífica”.
 
"Quiero explicar y reiterar lo señalado desde el principio: Chile es un país que está establecido en sus límites desde hace muchísimos años; esa realidad de lo que es Chile hoy día no va a cambiar, ¡no va a cambiar!", remarcó el jefe de la diplomacia chilena.
 
En la Guerra del Pacífico de 1879, Chile anexó a su soberanía, 400 kilómetros de litoral y 120.000 kilómetros cuadrados de territorios que pertenecen a Bolivia.
 
El canciller de Perú, Rafael Roncagliolo, manifestó que este asunto “debe resolverse de manera bilateral” y en forma pacífica; su homólogo de Argentina, Héctor Timerman, afirmó que este tema tiene que encontrar una salida mediante un diálogo pacífico y el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, exhortó a Chile y Bolivia a dar “pasos concretos para encontrar una solución”.
 
El 23 de marzo de 2011, el Presidente de Bolivia, anunció que iba a demandar a Chile ante el Tribunal Internacional de La Haya, en la Asamblea General de la OEA confesó que "no había sido sencillo preparar una demanda".
 
Refundación
 
El presidente Evo Morales Ayma, en la inauguración del evento internacional, cuestionó el rol de la OEA por estar –presuntamente- al servicio de Estados Unidos.
 
"Para la OEA hay dos caminos: muere al servicio del imperio o renace para servir a los pueblos de América", afirmó en su discurso en la Asamblea General de la OEA.
 
Mientras Morales exigió “la refundación” de la OEA, el secretario general de la entidad, José Miguel Insulza, respondió que el organismo hemisférico seguía siendo “indispensable” para la región.
 
"La mayor parte (la OEA) ha servido para intervenir naciones, para encubrir dictaduras militares, hasta para impulsar a las dictaduras, para reprimir y escarmentar a los movimientos sociales que luchan por su liberación, pero fundamentalmente para combatir al socialismo. Por tanto no solamente a los movimientos sociales sino a los partidos políticos de tendencia anticapitalista, antiimperialista, anticolonial", aseveró Morales Ayma.
 
El Jefe del Estado Boliviano dijo que la CIDH debe vigilar también a Estados Unidos y si no lo hace es “mejor que desaparezca”; el secretario de la OEA, pidió a los gobiernos ser “especialmente cuidadosos” en el debate sobre el sistema interamericano de derechos humanos.
 
A su vez, el Presidente del Ecuador, Rafael Correa, que fue el único que participó en la cita de cancilleres, lanzó una artillería de críticas a la OEA, instituciones dependientes, a los medios de comunicación, a las ONGs e incluso a los pueblos indígenas.
"Revolucionarse o desaparecer", amenazó a la OEA adelantando que algunos países miembros podrían tomar otra clase de decisiones porque no tienen que negociar nada con ninguna burocracia.
 
"La crisis de falta de eficacia y representatividad también la pudimos ver en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y particularmente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la cual está totalmente influenciada incluso por países hegemónicos incluido de oenegismo y por los intereses del gran capital, particularmente aquel capital detrás de los negocios dedicados a la comunicación", sostuvo.
 
Ninguno de los cancilleres de 34 países presentes en la Asamblea General de la OEA –de manera oficial- se pronunció respecto a “la refundación” del organismo hemisférico.
 
Resolución
 
Mientras se realizaban las sesiones diplomáticas de la OEA, cerca a 2 mil representantes de diferentes organizaciones del continente protagonizaron la Cumbre Social.
 
Representantes que participaron en la Cumbre Social entregaron en manos del secretario general de la OEA las resoluciones de los movimientos sociales: demandar una mayor corresponsabilidad de los Estados para producir alimentos y mejorar el abastecimiento de los mercados internos, la promoción de la producción de cultivos orgánicos sin contaminación, respaldo a la despenalización de la hoja de coca, la refundación de la OEA, el apoyo de mar para Bolivia y Malvinas para la Argentina, entre otros.
 
La Cumbre Social trabajó en cinco comisiones: soberanía alimentaria, cambio climático, integración de los pueblos, seguridad ciudadana y profundización de la democracia. Todo bajo el lema de “vivir bien”.
 
Los países miembros de la OEA también aprobaron la Carta Social de las Américas para promover el desarrollo con equidad y los derechos colectivos, económicos, sociales y culturales para la consolidación de la democracia. El documento es complementario a la Carta Democrática Interamericana que establece que la democracia es el mecanismo esencial para el desarrollo social de los pueblos del continente.
 
“Los pueblos de América tienen una legítima aspiración a la justicia social y sus gobiernos, la responsabilidad de promoverla…Los pueblos de América tienen derecho al desarrollo en un marco de solidaridad, equidad, paz, libertad y, los Estados, el deber de promoverlo con el fin de erradicar la pobreza, en particular la pobreza extrema y alcanzar niveles de vida dignos”, señala en partes salientes el documento.
 
En la Declaración de Cochabamba se incorporó un acápite que reconoce el acceso al agua como derecho humano, identificó la excesiva volatilidad de los precios de los productos básicos, respeta el derecho al acullicu (pijcheo o mambeo) de la hoja de coca en su estado natural y declaró el 2013 como Año Internacional de la Quinua.
 
Concluyó la 42 Asamblea General de la OEA con varias resoluciones que, más huelen a promesas y surge en el firmamento el reto de analizar si es pertinente o no la “refundación” del organismo internacional para que los gobiernos- especialmente los pueblos- ya no sólo esperen promesas sino que sientan mayores realidades…
 
Alex Contreras Baspineiro
Periodista y escritor boliviano.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/158479
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