Destacadas y luchadoras

06/03/2012
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Dos acontecimientos hubo la semana anterior que nos enorgullecen como mujeres y nos enaltecen como sociedad: RosalinaTuyuc, la indígena que emergió de su pueblo en medio del sufrimiento que le ocasionó su tragedia familiar, ha sido acreedora a otro premio.
 
Fundadora de Conavigua, rompió paradigmas al ser electa diputada y además fue tercera vicepresidenta del Congreso; su humildad y consecuencia la colocaron en primera línea del liderazgo nacional, mostrando a nuestra conservadora y racista sociedad, que la población indígena tiene enorme potencial y valores que lucen sin necesidad de lujos u ostentación.
 
Ha sido laureada en varias ocasiones, en Washington por Care Internacional; en Francia, en dos ocasiones con la Legión de Honor que otorga el presidente de este país; en Estados Unidos, por la Universidad de St. Louis, Misuri, que le otorgó el Premio por la Justicia de los Derechos Humanos, y en Illinois, recibió un reconocimiento, según una publicación de Prensa Libre.
 
Hoy, de nuevo, sus méritos son reconocidos por los japoneses, que le otorgan el premio Niwano para la Paz en su 29 edición, el que por primera vez se entregará a una lideresa indígena. Qué gran orgullo y felicidad nos da a quienes la conocemos desde hace tantos años y hemos seguido su trayectoria y divulgado su trabajo que Rosalina agregue este nuevo galardón, por sus méritos.
 
Nuestra galería de valores es muy grande, aunque no la exhibamos muy a menudo. Muchas guatemaltecas merecen ser reconocidas con honores por ser ejemplo de vida, de perseverancia, de talento y de tenacidad, aún en contra de la adversidad, que en nuestro país pasa por la discriminación y la exclusión, como primer obstáculo a vencer.
 
Con el riesgo de ser injusta al no mencionarlas a todas, pero con la convicción de que es indispensable señalar algunos nombres, empiezo por alguien que también hizo historia en el organismo Legislativo, al ocupar la presidencia, Catalina Soberanis, pero también Adelina Caal Maquín, “Mamá Maquín”, ícono de la lucha por los derechos humanos; Ana Bella Morfín, constitucionalista que ha ocupado importantes cargos públicos; doña Otilia Lux de Cotí, integrante de la Comisión del Esclarecimiento Histórico y aguerrida ex diputada —gran pérdida que ya no esté en el Congreso—; Marta Altolaguirre, ex miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
 
Doña Dominga Vásquez, primera alcaldesa indígena de Sololá; por supuesto Nineth Montenegro, fundadora del GAM y con una carrera parlamentaria; María Teresa Zapeta, hoy funcionaria internacional y ex directora de la Demi; Raquel Zelaya, elegida como miembro del Grupo asesor de la Comisión de la Consolidación de la Paz de la ONU; Ana Antonia Reyes, asesora del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; las abogadas feministas María Eugenia Morales, Hilda Morales y María Eugenia Solís, entre otras.
 
Especial mención merecen las miles de mujeres heroínas de luchas diarias por buscar el sustento para ellas y sus familias, y todas las víctimas de la violencia intrafamiliar y de tanta injusticia, a todas una gran corona de laureles.
 
Las fundadoras de Convergencia Cívico Política de Mujeres, Carmen Cáceres, Dora Amalia Taracena, Mercedes Asturias de Castañeda, entre otras, celebraron 18 años de esa institución que promueve la participación activa de las mujeres, fue el otro motivo de alegría.
 
Que no se diga que no hay mujeres extraordinarias. No hemos alcanzado la equidad porque son montañas de obstáculos para lograrlo, pero las derribaremos.
 
-Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, es directora de la Agencia CERIGUA - http://cerigua.info/portal/
 
https://www.alainet.org/es/articulo/156282
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