Foro Social Mundial: desafíos y perspectivas

21/02/2011
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Se realizó la octava versión del evento mundial del Foro Social que se inició en la ciudad de Porto Alegre, Brasil, en enero de 2001. En esta ocasión la sede fue la capital de la República del Senegal, Dakar, en el continente africano. Las deliberaciones se iniciaron el domingo 6 de febrero y se cerraron el día viernes 11 con un acto final, en el que se leyeron las conclusiones de las 12 asambleas sectoriales que se reunieron el día jueves 5 durante todo el día. En la marcha inaugural participaron 70 mil personas la mayor parte de África y del país sede.
 
Cerca de la convulsionada región árabe, que por esos mismos días protagonizó la revuelta contra el régimen antidemocrático de Osni Mubarak, quien finalmente dimitió como resultado del levantamiento popular que rápidamente se ha extendido a Irán, Libia y otras naciones árabes de la región. El clamor y los reclamos se relacionan con la exigencia de reformas democráticas en una región en que predominan las satrapías que niegan elementales libertades democráticas y civiles. Hay que anotar que esos regímenes antidemocráticos han sido respaldados de manera incondicional por los Estados Unidos que ahora mismo libra una guerra en Irak y en Afganistán. En este último país apoya a un régimen seriamente comprometido con el narcotráfico.
 
Hay que destacar como aspectos positivos que la sede del evento mundial haya sido África por los innumerables problemas que acarrea el continente negro en cuanto a ausencia de democracia, debilidad de las estructuras públicas y de los Estados, patrimonialismo, corrupción y ausencia de proyectos democráticos para este continente. Miles y miles de hombre y mujeres tomaron parte en el Foro Social Mundial. Si no se realizara en África nunca podrían participar de este evento. Durante la semana de realización del FSM en Dakar las redes africanas de los movimientos sociales, organizaciones sindicales, colectivos de defensa de los derechos humanos, redes ambientalistas y de mujeres pudieron intercambiar experiencias en un clima de camaradería. También lo hicieron las autoridades locales en las innumerables actividades programadas y realizadas por el Foro de Autoridades Locales, FAL, los salubristas en el Foro sobre la salud pública y los educadores en las actividades programadas dentro del FSM por el Foro Mundial de Educación. Quizás este sea el balance más positivo que al final se pueda presentar. Los aspectos más negativos tuvieron que ver con las deficiencias en la organización del evento por falta de locales, por problemas en las traducciones y por la violación de algunos de los principios que están en la Carta del Foro. Sobre esto el Consejo Internacional evaluó y tomará previsiones para que en el futuro no se vuelvan a presentar dichos problemas. El día sábado, 12 de febrero, en sesión de Consejo Internacional, Samir Amin y otros líderes sociales de Egipto, que ese día celebraban la caída de Mubarak que horas antes había renunciado, hicieron el balance de la revuelta. El clima francamente optimista, pero cauto por el futuro de la revuelta.
 
La vigencia del Foro Social Mundial
 
Cuando en el año 2001 diversas organizaciones sociales brasileras propusieron la realización de un Foro Social Mundial que fuera la otra voz y el otro rostro de la sociedad ante la arrogancia del neoliberalismo que además de entronizar al mercado como el único criterio para la organización de la sociedad y la mundialización capitalista como la vía única para la historia de la humanidad; que en medio de su arrogancia había declarado que el continente africano era inviable, en medio de esta arrogancia el FSM naciente declaró que vendría una crisis económica, ambiental y que en últimas estábamos en presencia de una crisis del modelo de organización de la sociedad que había entronizado como criterio el lucro y la ganancia y no la satisfacción de las necesidades de los seres humanos. A esto lo llamó desde entonces la crisis del modelo de civilización occidental. Llamó a pensar los bienes comunes de la humanidad que deberían ser garantizados y cuidados por el género humano tales como el agua, el aire, las fuentes de energía limpias, los bosques, los recursos públicos y la necesidad de establecer otro tipo de relaciones con la naturaleza y con las necesidades de más de 1.200 millones de seres humanos que viven con menos de un dólar al día y otros 2.800 que viven con menos de dos dólares diarios. Desde entonces como quedó claro en Dakar estos vaticinios y proyecciones se han concretado con el agravante que los efectos de la crisis los está pagando la mayoría de la población pobre del planeta. El FSM de Dakar advierte que estamos lejos de salir de la crisis y que por el contrario las políticas puestas en marcha para hacer frente a la crisis terminarán por agravar la situación de los trabajadores, de los desempleados, de los jóvenes y de las mujeres. Estas políticas buscan salvar a la Banca que ha sido en parte la responsable de la crisis económica más reciente al tiempo que no se vislumbran cambios en las políticas ambientales lo cual seguirá agravando los fenómenos del calentamiento global, el efecto invernadero, y en general el deterioro del medio ambiente.
 
Razones entonces no le faltan al Foro Social Mundial para reclamar sobre la vigencia de sus diagnósticos y de sus propuestas. La revuelta en los países Árabes es una respuesta a la crisis que además se traduce en crisis política en aquellos lugares del planeta en que existen regímenes antidemocráticos. Los jóvenes a través de las redes sociales se manifiestan en contra de políticas económicas y sociales que los condenarán a vivir peor que sus padres como ya lo expresaron los jóvenes franceses en las recientes huelgas en contra de los recortes sociales y en el aumento de las edades de jubilación. Entre tanto se conceden nuevos créditos a la banca a costa de toda la sociedad como se está haciendo en los Estados Unidos y en Europa que son ahora los epicentros más notorios de la crisis económica. Así pues, el FSM puede reclamar que mantiene un seguimiento y una visión acertada sobre la evolución de la coyuntura mundial. EL FSM es el lugar más importante de encuentro del movimiento altermundialista que propugna por una mundialización para beneficio de las mayorías excluidas y cada vez más empobrecidas.
 
Los retos y los desafíos del Foro Social Mundial
 
Los movimientos y organizaciones sociales que han creado el FSM como espacio de encuentro y de debate así como de construcción de alternativas frente a la globalización neoliberal enfrenta muchos retos. El primero y más trascendental es el de concretar alternativas frente a la crisis tanto en el plano de las propuestas como de la movilización sin la cual no será posible realmente levantar alternativas serias frente a la crisis. El punto es que dichas movilizaciones no saldrán de consensos dentro del FSM que por su misma naturaleza es plural y diverso. Las organizaciones y movimientos sociales que hacen parte del FSM deben encontrar y crear nuevos espacios que permitan superar el inmovilismo. Por ello es de la mayor trascendencia la convocatoria y realización de un Foro Social Mundial Temático ambiental sobre Río+20 que se realizará en Porto Alegre la última semana de enero de 2012. En esta cita deberán profundizarse los acuerdos para la convocatoria de una Asamblea Ciudadana previa o paralela a la reunión de Naciones Unidas que se realizará en Río de Janeiro en el mes de mayo de 2012 en la conferencia mundial sobre medio ambiente que deberá hacer un balance de las conclusiones de la Conferencia de Naciones Unidas que se realizó en 1992 en esta misma ciudad. El punto es que se deben encontrar alternativas por una parte para visibilizar las propuestas y alternativas y por otra parte convocar a la movilización mundial alrededor de las mismas. Esto es lo que está en juego alrededor del tema del medio ambiente y la conferencia de Río+20.
 
Un segundo gran tema se refiere a las relaciones entre los movimientos sociales de los cuáles el FSM es parte y la política. Es absolutamente necesario profundizar el diálogo crítico puesto que la pretensión del FSM no es reemplazar a la sociedad política sino contribuir a su transformación en un sentido democrático. Esto no se logrará sino mediante la creación de espacios de diálogo y controversia alrededor de temas cruciales como la crisis y las políticas que deben ponerse en marcha para afrontar dicha crisis con sentido profundamente democrático.
 
Finalmente el FSM debe preservarse como lugar de encuentro de la pluralidad y de la diversidad, pero, los movimientos que están en su interior deben encontrar alternativas que permitan superar el inmovilismo y la denuncia.
 
- Pedro Santana Rodríguez es Presidente Corporación Viva la Ciudadanía, Miembro del Consejo Internacional del FSM
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 243, Semana del 18 al 24 de febrero de 2011, Corporación Viva la Ciudadanía.
https://www.alainet.org/es/articulo/147733
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