Aplican un nuevo orden informativo

Hernán Uribe

30/08/2009

Opinión

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Con lo realizado en materia de información pública el gobierno de Venezuela ha puesto en práctica el “Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación” (NOMIC) que fue propuesto en el siglo pasado por los países del eufemístico Tercer Mundo, impulsado por las naciones No Alineadas (NO-AL) e incluso aprobado por Unesco y luego olvidado ante la emergencia del “capitalismo salvaje”, pontífice Juan Pablo Segundo dixit.

El periodista y escritor cubano Ernesto Vera Méndez tuvo el acierto de editar, en 1999, su texto “NOEI y NOIIC”: ¿Papeles viejos?” que está referido al Nuevo Orden Económico Internacional y al Nuevo Orden Informativo Internacional y en el prólogo apunta: “Durante la década final de este siglo-sobre todo por las consecuencias del derrumbe socialista europeo-se han olvidado las luchas por esos nuevos órdenes, aunque esas reivindicaciones tengan hoy más razones para ser demandadas”. Señalemos nosotros a propósito que los grandes cambios político-sociales en sur y centro América están impulsando ahora, en la primera década del siglo XXI, el renacimiento del NOMIC. (1)

La oposición a Chávez ha armado una alharaca porque se determinó el fin de 34 radioemisoras que actuaban ilegalmente, pero calla lo obvio, cual es que así se produce una democratización del espectro radio eléctrico ocupado hasta ahora por un minúsculo grupúsculo de empresarios. El 15-8-09 divulgaba la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN): “Una de las ventajas de que el Gobierno Nacional haya iniciado un proceso de democratización es que será posible la diversificación de los contenidos que difunden los medios de comunicación en el que participarán las comunidades organizadas y los productores independientes”. Simultáneamente, Helena Salcedo, presidente de Radio Nacional de Venezuela, enfatizaba que “La comunicación como un derecho humano nos pertenece a todos”.

Asistimos, entonces, al renacimiento del NOMIC y también a la ruptura del monocorde ideario neoliberal y a su reemplazo por un discurso que lo refuta, tal como lo dijera Hugo Chávez en junio pasado: “Los latifundios mediáticos han pretendido sacralizar a la propiedad privada e, incluso, han hecho de ella la prueba irrefutable de si existe o no existe libertad. Es propio del capitalismo, desde sus orígenes, privilegiar al tener sobre el ser, subordinar el ser al tener”. (2) Agregaba: “La artillería del pensamiento pasa a primera línea. Más aún cuando el asedio total y permanente de la plataforma mediática transnacional continúa con su sostenido proceso de distorsión y deformación”.

La orquestada propaganda de la prensa comercial-capitalista caracteriza a las acciones en pro de una comunicación democrática y veraz como una “intromisión estatal”. Es otra falsedad. En los años setenta del siglo pasado, Unesco creó la Comisión de de Estudios de la Comunicación (CIC) que emitió un Informe Final aprobado en la Asamblea General de 1980 que fue editado en el libro, “Un solo mundo, Voces múltiples”, título que declara el afán democrático que debe perseguir la comunicación masiva.

Dicho documento enfatiza que “El Estado, por último desempeña un papel creciente en la orientación, el control y la organización de las actividades de la comunicación. Menciona al respecto varis áreas de la responsabilidad estatal, por ejemplo, haciéndose cargo, ellos mismos(los gobiernos), de la propiedad de los medios de comunicación social y de otros instrumentos de comunicación. Las autoridades públicas, puntualiza, asumen una responsabilidad innegable en el campo de la comunicación, en las economías de planificación centralizada al igual que en las de mercado y tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Se trata de una práctica y de una prerrogativa, agrega. Anota también que esa participación es útil para impedir el monopolio de la comunicación. En las Recomendaciones insiste en que “Ha de ser posible dar preferencia, en el fortalecimiento de los sistemas de comunicación, a unas formas no comerciales de comunicación social”.(sic). Remacha: “Con arreglo a esta perspectiva, los medios de comunicación pueden ponerse al servicio no solamente de una minoría sino de todos, no solamente de quienes tienen el poder, sino de toda la sociedad”. (3)

La investigación de la CIC que trabajó durante tres años y cuyos resultados se conocen también como “Informe MacBride” por el nombre de quien la presidió, el abogado y periodista irlandés Sean MacBride, critica sin tapujos “el desequilibrio informativo, el carácter mercantil de la noticia, el propio concepto de noticia, la transnaciolización en la propiedad”. Proclama al efecto: “Hay que introducir el espíritu democrático en el mundo de la comunicación “(4)

Esa valiosa labor de la CIC y sus conclusiones fueron refrendadas por una amplia mayoría de países, pero Estados Unidos y el Reino Unido-que llegaron al extremo de abandonar Unesco- impulsaron una poderosa campaña denigradora, la cual acompañada como señalábamos, del fortalecimiento neoliberal en el ámbito capitalista, hicieron imposible la práctica de los principios del NOMIC.

Sin embargo, la Unesco también sentenció que “La comunicación es inevitablemente un fiel reflejo de la sociedad en la cual actúa”.La validez de esa afirmación se aprecia hoy cuando con ocasión de las variantes en la geografía política latinoamericana, con gobiernos y pueblos críticos del capitalismo, se procede a transformar el carácter de la información masiva en Venezuela.

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(1) Vera, Ernesto: NOEI y NOIIC: ¿Papeles viejos?, La Habana, Pablo de la Torriente, 1999

(2)Latifundio, latifundismo es propiedad de tierras de gran tamaño. Chávez la utiliza aquí por extensión.

(3) Un solo mundo, voces múltiples, Unesco, Paris-México, 1980

(4) Un solo mundo, op.cit.

- Hernán Uribe es periodista/escritor chileno

https://www.alainet.org/es/articulo/136048