De rebeliones por comida a la soberanía alimentaria:

Llamado urgente para reparar el destruido sistema alimentario

21/05/2008
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Hambre en un mundo de abundancia

El desenfrenado aumento del precio de la comida ha resucitado el fantasma de los “motines por comida”. El Banco Mundial informa que el precio de la comida ha subido 83% en los últimos tres años y la FAO indica un aumento de 45% en el índice de precios en los últimos nueve meses.[1]  En el índice comparado, la revista “El Economista” afirma que, es el más elevado desde 1845 cuando se formuló por primera vez.[2]  En marzo de 2008, el precio promedio del trigo a nivel mundial subió 130% en relación con el año anterior, la soja 87%, el arroz 74% y el maíz subió 31%.[3]

Por ello no sorprende que, la gente haga manifestaciones en las calles de México, Italia, Marruecos, Mauritania, Senegal, Indonesia, Burkina Faso, Camerún, Yemen, Egipto y Haití. Más de 100 personas han muerto y muchas más han sido heridas. En Haití, el país más pobre en el hemisferio occidental, con un aumento de 50 a 100%, los pobres han sido obligados a comer galletas hechas con barro y aceite vegetal, los rabiosos manifestantes obligaron al Primer Ministro a renunciar.

La crisis de alimentos será peor antes que empiece a mejorar la situación. Si no hay una ayuda alimentaria masiva e inmediata, 100 millones de personas en el Sur-3er Mundo se unirán al creciente rango de hambrientos.
[4]  Pero las protestas no son locos “motines” de masas hambrientas. Más bien son enfadadas manifestaciones contra los altos precios de la comida en países donde antes hubo sobreproducción de alimentos, donde ni el gobierno ni la industria responden. Ellos reflejan la demanda de soberanía alimentaria: el derecho político y económico de los Pueblos de determinar su propio sistema alimentario.

Parecería que la crisis de alimentos explotó de la noche a la mañana, reforzando el miedo que existe de la sobre población en el mundo. Pero de acuerdo con datos de la FAO, con la cosecha récord en 2007, hay más que suficiente comida en el mundo para alimentar a todos—al menos 1.5 veces la demanda. De hecho, en los últimos 20 años, la producción de alimentos ha aumentado establemente en 2.0% anual, mientras que el aumento de la población ha bajado a 1.14% anual.
[5] Pero no es la gente quien está aprovechando esa reserva.  “Vemos que actualmente hay más gente hambrienta que antes” afirma Josette Sheeran, Director Ejecutivo del Programa Mundial contra el Hambre, “hay comida en los estantes, pero la gente no tiene con qué comprar”. [6]

Las causas inmediatas que han provocado el alza de precios de la comida incluyen: sequía en los principales países productores de trigo durante 2005-06, baja reserve de granos (globalmente se tiene una reserve para 54 días), altos precios del petróleo, se ha duplicado la cantidad de carne consumida por persona en algunos países del 3er Mundo y la desviación para agrocombustibles del 5% de los cereales. Aunque se proyecta un aumento en la producción agrícola para 2008 los expertos coinciden en que los precios de la comida continuarán subiendo. Las sequías, el aumento en consume de carne, bajas reserves y agrocombustibles son solamente las causas próximas de la inflación en los precios. Estos hechos no explican por qué—en un sistema global de alimentación que aumenta su producción—el próximo año un billón de personas estará con hambre. Para resolver el problema del hambre, necesitamos abordar la causa que origina la crisis de alimentos: la monopolización corporativa del sistema mundial alimentario.

Crecimiento del complejo agro-industrial de comida

La crisis de alimentos muestra la debilidad del sistema global de alimentación, el cual es altamente vulnerable al impacto económico y ambiental.
¿Por qué? Gran parte del problema radical en los riesgos y la inequidad que conlleva el complejo agro-alimenticio. Construido durante la última mitad del siglo pasado—principalmente con fondos públicos para subsidiar los granos, ayuda externa, investigación y “desarrollo” internacional—el complejo agro-alimenticio está compuesto por corporaciones multinacionales de comercio, semillas, químicos y fertilizantes, procesadoras y cadenas de supermercados. Hace cuarenta años, la mayoría de los países del 3er Mundo anualmente exportaban $7 billones de sobre producción alimentaria. Después de la primera “Década de Desarrollo” promovida por la Organización de Naciones Unidas la exportación de la sobreproducción se redujo a $1 billón. Hoy, después de cuatro “Décadas de Desarrollo” y la expansión del sistema global de comida industrializada, el déficit de comida en el Sur se ha inflado a $11 billones/año. La FAO predice que el déficit aumentará a $50 billones en 2030.[7] Aunque no es el resultado de una “conspiración” central, el aumento del déficit de comida en el 3er Mundo reflejan el aumento de la sobreproducción de comida en el Norte industrial.  Lo cual lejos de ser el resultado de la “sobre población”, o producto de la “mano invisible” del mercado, el hambre es el resultado de la sistemática destrucción de los sistemas alimentarios de los países del Sur a través de una serie de proyectos de desarrollo impuestos por los países del Norte.

Los Ganadores y los Perdedores de la Revolución Verde
El germoplasma tomado de los campesinos de Asia y Latino América por los científicos de la Revolución Verde aportó US$10.2 billones/ año a EEUU con la producción de maíz y soja en 1970-80..;  Un tercio de la producción de semillas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se lo apropió compañías privadas del Norte entre ellas Pioneer Hy-Brid, and Cargill (Ecologist, 1996). Los agricultores y el ambiente no tuvieron esa ganancia cuando se expandió la Revolución Verde. Centro América es un ejemplo: De 1979-97, el uso de fertilizantes aumentó de 80 a 120/kg-ha y la producción de granos incrementó a 45 millones t/año (CIECA, 2001) (CIMMYT, 1992). Sin embargo, el promedio de las cosechas se redujo en 50% entre 1980-96 (CIECA, 2001). ¿Cómo aumentó la producción de granos aunque bajaran las cosechas? Con la expansión de la “frontera agrícola”. Durante el auge de la Revolución Verde en Centro América, la región perdió la mitad de la selva tropical y casi duplicó la emisión de CO2 (Utting, 1996; Kaimowitz, 1996)


La revolución verde

El primer evento importante en el aumento de los complejos agro-alimentarios fue la expansión del modelo industrial de producción de comida a través de la “Revolución Verde”.  Iniciando en los 1960s, la Revolución Verde comerció con “paquetes tecnológicos” de semillas híbridas, fertilizantes y pesticidas químicos, en los países del 3er Mundo en Asia, África y Latinoamérica.  Un proyecto de las Fundaciones Ford y Rockefeller (que después fue financiado por el sector público de los países), la Revolución Verde aumentó las cosechas por acre utilizando semillas híbridas de arroz, trigo y maíz que podían ser sembradas de manera intensiva, requiriendo irrigación y altas cantidades de fertilizante. En el Occidente, la producción de alimentos per capita aumentó en 11%. Pero la cantidad de población con hambre también aumentó 11%. [8] Esto se debe a que las tecnologías de la Revolución Verde fueron adoptadas más fácilmente por los grandes agricultores quienes ocuparon las tierras ricas bajas, desplazando a los campesinos. Muchos pequeños productos, expulsados de la agricultura, migraron a las áreas marginales de las ciudades, actualmente extensas en los países del 3er Mundo. Otros, estimulados por la “reforma agraria” del gobierno, despalaron la selva tropical o los bosques en las laderas de las montañas para tener nuevas tierras para la agricultura.  Los proyectos de desarrollo que siguieron, ofrecieron crédito barato para que los pequeños productores pudieran comprar los paquetes tecnológicos de la Revolución Verde. Los terrenos que fueron selva y las laderas montañosas, tienen frágiles condiciones, son vulnerables y los paquetes de la Revolución Verde degradaron el suelo rápidamente, requiriendo aplicar cada vez más altas cantidades de fertilizante. Las cosechas bajaron, y la enorme diversidad de variedades locales cultivadas por los campesinos tradicionales se redujo en 90%, destruyendo la agro-biodiversidad construida durante siglos. Para compensar, se sembró cada vez más destruyendo la selva y en las laderas de montañas, lo cual provocó un daño ambiental masivo.  La Revolución Verde, un proyecto que pretendía salvar al mundo del hambre, destruyó la habilidad de los pobres de auto alimentarse al desplazarlos de su tierra y al degradar el sistema agroecológico ellos se convirtieron de productores a dependientes de comida.

La crisis de la deuda
La diseminación de la Revolución Verde coincide con el estallido de los préstamos del Norte a los países del 3er Mundo (la cual es una razón por qué tanto crédito estaba disponible a los campesinos para adquirir los paquetes tecnológicos…) El 3er Mundo, el Sur, hizo préstamos enormes para financiar el desarrollo económico. Las exportaciones agrícolas se utilizaron para obtener divisas para pagar las deudas. El estallido de la producción, provocó la caída de precios de los productos agrícolas. Los agricultores en el Norte y en el Sur respondieron produciendo más para aumentar el ingreso. La crisis global del petróleo en 1970s produjo un alza en los costos de producción y una recensión que, en el momento, llevó a los bancos del norte a exigir el pago de los préstamos. Las familias agrícolas de EEUU quebraron y los países del Sur, no pudieron pagar sus deudas, provocando la “Crisis de las Deudas”.


Segundo paso: el ajuste estructural

El segundo evento importante en el aumento de los complejos agro-alimentarios fueron los Programas de Ajuste Estructural  (PAEs) de 1980-90s. Los PAEs eran programas de préstamos condicionados respaldados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los países del 3er Mundo, deudores después de veinte años de desarrollo, pagaran sus deudas a los bancos del norte. Para recibir los préstamos del Banco Mundial, los países del 3er Mundo tuvieron que firmar acuerdos con el FMI para suprimir las barreras tributarias a los productos importados, privatizar las compañías y servicios estatales y abrir sus fronteras a los productos importados.
 Esto permitió una amplia “inundación” de productos fuertemente subsidiados de EEUU y Europa, su sobreproducción de granos. Los agricultores del Sur no podían competir con los granos extranjeros vendidos a un precio más bajo que el costo de producción y fueron obligados a abandonar la agricultura. Esta población pobre rural quedó entonces disponible para trabajar por sueldos de hambre en plantaciones produciendo productos de bajo costo para la exportación que incluye bananos, algodón, tabaco, café, azúcar y carne, o productos no tradicionales para la exportación como arbejas y flores. El apoyo para la producción de alimentos para el consumo nacional desapareció. Los países del 3er Mundo perdieron su capacidad de auto alimentarse.

 “Libre” comercio: el clavo en la yaga de la seguridad alimentaria

La difusión de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el fortalecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC) acabó con cualquier aspiración de seguridad alimentaria que los países del 3er Mundo hubieran tenido.   La OMC se formó en 1995 para fortalecer el desarrollo de la economía dirigida por el mercado. Los Acuerdos sobre Agricultura (AoA por sus siglas en inglés) de la OMC restringen el poder del gobierno para establecer políticas agrícolas. Las “disciplinas” de la OMC (áreas reforzadas de desregulación) incluyen apoyo interno, subsidios de exportación, acceso al mercado, tarifas y cuotas—todos los mecanismos necesitados por las naciones para regular su sector agropecuario y garantizar un estable flujo de alimentos. La OMC tiene numerosas reglas oscuras en “cajas” de colores que permiten a EEUU y a la Unión Europea (UE) excluir sus subsidios de las disciplinas de la OMC. Estos sistemas duales privilegian a los granos, semillas y compañías químicas del norte que tratan de dominar los mercados del Sur.

Cálculo Subsidios en el Norte
  • $1 billón/ día
  • EEUU subsidio/vaca ≈ $2 ≈ ingreso diario de 3 billones de  personas pobres
  • 6 veces mayor que la ayuda para el desarrollo
  • Quitar subsidios podría representar 5 veces la ayuda que brindan al desarrollo del 3er Mundo.


De la misma forma, los Tratados de Libre Comercio (TLCs) refuerzan los acuerdos de “libre” mercado en bloques regionales de comercio.  Desde su inserción el Tratado de Libre Comercio de Norte América (NAFTA siglas en inglés) y el Tratado de Libre Comercio con Centro América (CAFTA siglas en inglés) han provocado la destrucción de millones de economías de subsistencias en Latinoamérica, obligando anualmente a millones de personas a emigrar a EEUU en busca de trabajo.

Agrocombustibles: Una mala idea, mal implementada y en el peor momento

El componente de combustibles renovables del Presupuesto de Energía de EEUU de 2005 y 2007 ordena el consumo de 4 billones, 7.5 billones y 36 billones de galones anuales de agrocombustibles.
[9] Este comercio obligatorio—endulzado con buenas tarifas y subsidios que han respaldado el precio de venta de la mitad de las ventas de etanol—ha conducido al “estallido de los agrocombustibles”.  Entre 2001 y 2007, la cantidad de maíz en EEUU utilizado por las destilerías de etanol ha aumentado de 18 a 81 millones de toneladas.  En 2007, el salto en la producción de etanol demandó más que el doble del promedio del crecimiento anual de granos mundiales entre 1990 y 2005.[10] A este ritmo, al final de 2008 la mitad de la cosecha de maíz de EEUU será desviada a la producción de etanol. Mientras más maíz se siembre, se produce menos trigo y soja, aumentando su precio en el mercado. Dado que la producción de maíz de EEUU representa el 40% de la producción mundial, la expansión de los agrocombustibles en EEUU impacta el Mercado global de los granos alimenticios y exacerba la inflación de los precios de la comida en todo el mundo.

El estallido de los agrocombustibles hunde el sistema alimentario al mismo tiempo que la economía energética. Desde la Revolución Verde, el petróleo barato ha promovido un sistema industrial intensivo de producción de comida dependiente del petróleo. Al aumentar el costo del petróleo la agricultura industrial es más cara, así mismo aumenta el costo del transporte de la comida que, generalmente es transportada 1200-2000 millas a través del sistema alimentario mundial.  Actualmente, el precio del petróleo ha alcanzado el record de $120 por galón. El costo del transporte ha subido 80% desde 2006 y el precio de los fertilizantes 150%.
[11] Ahora, gracias a los agrocombustibles, el precio de la comida no sólo depende del petróleo, sino también compite con los combustibles.

Además de la competencia: comida-combustibles que se da en el Norte, la proliferación de siembras para producir agrocombustibles en el 3er Mundo-Sur está desplazando más a los pequeños agricultores.  Dado que los pequeños productores constituyen la mitad o dos tercios de la población en los países del Sur (y continúan produciendo casi la mitad de la comida), la explosión de los agrocombustibles no sólo amenaza la seguridad de la subsistencia de este sector, sino también reduce su contribución a la seguridad alimentaria nacional. La producción de combustibles en nada ayudará a aliviar el problema energético en el Sur, dado que los agrocombustibles son principalmente para la exportación a países del Norte.

Cuánto afectan los agrocombustibles el precio de la comida depende de quién esté hablando… El presidente Bush dice que afecta aproximadamente el 15% del aumento del precio. El Departamento de Agricultura de EEUU señala que es el 20%.[12] El Banco Mundial asevera que el 60% del aumento en el precio del maíz 2005-2007, “se debe principalmente al programa de etanol de EEUU, combinado con las fuerzas del mercado”.
[13] Lo que está claro es que directa e indirectamente los efectos de los agrocombustibles en el sistema alimentario son globales, profundos—y altamente destructivos.

El balance del complejo agro-industrial de comida

La expansión de la producción agro-industrial de comida arruinó la producción de alimentos en el 3er Mundo y vació el área rural de valiosos recursos humanos. Pero mientras fluyó grano barato, subsidiado, de la industria del Norte, el complejo agro-industrial de comida creció, consolidando el control del sistema mundial de alimentos en las manos de cada vez menos compañías controladoras de los granos, las semillas, los productos químicos y el petróleo.  Hoy tres compañías: Archer Daniels Midland, Cargill, y Bunge controlan el mercado mundial de granos.  El gigante químico Monsanto controla tres-quintos de la producción global de semillas. Por ello no sorprende que, al final de 2007, cuando aparecía la crisis mundial de alimentos, las ganancias de Archer Daniels Midland’s crecieron 20%, de Monsanto 45% y de Cargill 60%. La reciente especulación con mercancías alimenticias ha creado otra “explosión” peligrosa. Después de comprar los granos y las cosechas futuras, los comerciantes están acumulando, escondiendo la existencia e inflando más los precios.

Soberanía alimentaria: a componer el sistema alimentario para resolver la crisis

Los líderes mundiales se agitan para salir de la riña política, ola de protesta que conmueve el planeta.  El presidente de EEUU G. Bush recientemente solicitó al Congreso $770 millones para ayuda alimentaria. Pero la agenda en favor de las corporaciones, oculta tras el llamado del presidente, se evidenció cuando luego llamó “a los otros países a levantar las barreras comerciales a la agricultura y a levantar las prohibiciones a los productos genéticamente modificados”.[14]

La prescripción oficial de los EEUU, el Banco Mundial y CGIAR para resolver la crisis mundial de alimentos promueve más de las mismas políticas que, en primer lugar, provocaron la crisis: por ej.,) más libre comercio y más Revolución Verde (ahora promovida como revolución genética). Esperar que las instituciones que crearon el existente sistema  alimentario resuelvan la crisis alimentaria es como pedir a un piromaniaco que apague un fuego. Más libre comercio y más Revolución Verde son buenas noticias para el complejo agro-industrial alimentario que busca prolongar sus enormes ganancias inesperadas, pero de nada servirá para re-estructurar nuestro vulnerable ambiente y económicamente in equitativo sistema global de alimentación.

Para resolver la crisis alimentaria tenemos que arreglar el sistema alimentario. Esto conlleva regular el mercado, reducir el poder oligopolio de los complejos agro-industriales de comida y reconstruir al campesinado y al pequeño agricultor siendo agroecológicamente resilientes. Necesitamos que la comida sea accesible a través de que sea viable la familia campesina sustentable… Estas tareas no se excluyen mutuamente—no tenemos que esperar a arreglar el sistema alimentario antes de hacer la comida accesible o viable al campesinado. De hecho, las tres tienen que trabajar coordinadamente, complementándose entre sí. Los defensores de los campesinos y la alimentación justa sugieren cuatro pasos esenciales:

1er paso: Reactivar el sector campesino en el 3er mundo-sur

“Se debe dar prioridad total a la producción doméstica de alimentos para disminuir la dependencia del mercado internacional. Los campesinos y los pequeños agricultores deben ser estimulados a través de mejores precios para sus productos y mercados estables para que produzcan para sí y para sus comunidades. Las familias rurales y urbanas sin tierra tienen que tener acceso a tierra, semillas y agua para que produzcan su propia comida. Esto representa aumentar la inversión en la producción de comida producida por campesinos y pequeños agricultores para el mercado doméstico.

Henry Saragih, Coordinador Internacional de La Via Campesina[15]


La agricultura se debe sacar de la OMC y se debe renegociar los Tratados de Libre Comercio en favor de los pequeños agricultores y campesinos, quienes serán un sector importante para disminuir la dependencia de los mercados internacionales.

En términos inmediatos, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) requiere $755 millones para tener los fondos necesarios y hacer accesible la alimentación de emergencia. El PMA debe comprar toda la comida que sea posible a nivel local de los pequeños productores a un precio justo, luego distribuirla o venderla a un precio accesible a la población que es demasiado pobre para adquirirla en el mercado libre. Esto evita saturar con granos baratos del exterior y reduce el costo de la ayuda, permitiendo que más gente coma. Si se acompaña con un sistema de apoyo de producción rural fuerte con crédito, transporte, mercadeo y distribución, esto reconstruirá el sistema local alimentario al mismo tiempo que amplía la ayuda. Dado que los pequeños productores representan el 80% de la población pobre del mundo, esta estrategia ayudará a la mayoría de los hambrientos a alimentarse a sí mismos y a sobre producir para otros.

2o. paso: Moratoria de los agrocombustibles

El Relator Especial sobre Hambre de Naciones Unidas, Jean Zeigler ha demandado un Moratorio inmediato de 5 años en agrocombustibles.. Tanto en EEUU como en Europa, se desarrollan campañas para retroceder en los estándares de combustibles renovables, los cuales obligan a los consumidores a adquirir agrocombustibles. Joachim von Braun, director general del Instituto Internacional de Investigación sobre Política de Alimentación, el brazo político de CGIAR afirmó, "Nuestros modelos de análisis sugieren que si se establece un moratorio a los agrocombustibles en 2008, podríamos esperar que baje el precio del maíz 20% y el del trigo 10% en 2009 y 2010".
[16]  Sin procedimientos obligatorios, todo el componente de agrocombustibles se desploma. Un moratorio de 5 años limitará la expansión de los agrocombustibles y nos dará el tiempo para investigar alternativas y para que el público informado debata sobre el futuro de nuestros sistemas de alimentación y combustibles.

3er paso: Reconstruir la economía alimentaria nacional

Permitir durante décadas que el mercado global asigne los recursos alimentarios ha arruinado las economías nacionales de alimentación, ha enfrentado a los agricultores del Norte contra los agricultores del Sur en una profunda competencia y ha desatado una “incontrolable especulación” con las mercancías alimentarias.  
Via Campesina considera,

“Los países tienen que determinar mecanismos de intervención con el objeto de estabilizar los precios del mercado. Para alcanzarlo, son indispensables: controlar la importación con impuestos y establecer cuotas, para evitar los precios bajos de las importaciones que destruyen la producción doméstica.  Tienen que construirse topes de abastecimiento nacional administrados por el estado para estabilizar los mercados domésticos: en tiempos de sobre producción, los cereales se retiran del mercado para crear una reserve y cuando escasean, los cereales se liberan”. [17]  


Un paso esencial—tanto nacional como internacionalmente—es reestablecer una reserva de granos. La Coalición de Agricultores Familiares de EEUU (NFFC siglas en ingles) afirma, “Estamos a punto de ver que una medida de maíz cuesta $10 y una de trigo $20, sin tener un plan para afrontar semejante calamidad”. Una carta dirigida al Congreso propuesta por NFFC y firmada por más de 30 agricultores y organizaciones de alimentos, establece, “Los EEUU necesita tener una visión de largo plazo para preservar la seguridad y la soberanía alimentaria – en lugar de estar complaciendo a los agro negocios con mercancías baratas. Una política de reservas prudente que estabilice los precios de las mercancías reduciría los controversiales subsidios a los agricultores, garantizando que los precios no caigan… No es demasiado tarde para que el Congreso establezca esta política que beneficiará tanto a los consumidores como a los agricultores, en lugar de dejar nuestros futuros al capricho y dictado de mercados globales inestables”.
[18]

4o. paso: Priorizar la agroecología

La Evaluación Internacional Ciencia y Tecnología de Agricultura (IAASTD siglas en inglés) recientemente presentó los resultados de una exhaustiva consulta internacional de cuatro años con más de 400 científicos. La IAASTD llama a una revisión de la agricultura dominada por las compañías multinacionales y gobernadas con injustas reglas de comercio. El reporte previene en contra de la dependencia en “arreglos” genéticamente establecidos para la producción de comida y enfatiza en la importancia en la producción local, con un enfoque agroecológico de producción.  La ventaja clave—además del impacto positive en el ambiente—es que al mismo tiempo que se crea un mercado para el sobre producto, provee tanto comida como empleo para la población más pobre del mundo.
[19] En base a la producción de libra-por-acre, estas pequeñas fincas familiares son más productivas que las fincas industriales que producen a gran escala.[20]  Además, se utiliza menos petróleo, especialmente si se comercia la comida local o sub-regionalmente. Estas alternativas, que crecen por todo el mundo, son como pequeñas islas de sosteniblidad en un peligroso y creciente mar económico y ambienta. Mientras la agricultura industrializada y el régimen de libre comercio nos fallan, estos abordajes serán las claves para reconstruir la resiliencia del disfuncional sistema global alimentario.

- Eric Holt-Giménez y Loren Peabody.  FOOD FIRST Instituto sobre Políticas de Alimentación y Desarrollo



[1] “Los Precios de la Comida Pueden Provocar un Levantamiento ‘Los 7 Años Perdidos’ en la Lucha contra la Pobreza, señala Zoellick.” The World Bank News & Broadcast. 11 de abril, 2008; “Se Requieren Medidas Urgentes para Reducir el Impacto del Elevado Precio de la Comida para los Pobres enfatizan los dirigentes de ONU, remarcando el papel de las Agro-Industrias.” FAO Newsroom. 9 de abril, 2008.

[2] “Barato, no hay más.” The Economist. 8 December, 2007: 81.

[3] “El Costo de la Comida: Hechos y Figuras.” BBC Noticias. 8 de abril, 2008.

[4]La Crisis en los Precios de Comida pone en Peligro a 100 Millones de Personas en Países Pobres, dice Zoellick.” The World Bank News & Broadcast. 14 de abril, 2008.

[6] Geoffrey Lean. “Elevar los Precios Amenaza a Millones con Sufrir Hambre, a Pesar de la Extraordinaria Cosecha. The Independent. 2 de marzo, 2008.

[7] “Fondos para Importación: Cambiando los Patrones de Intercambio en Comercio Internacional”, Estado de Mercancías Agrícolas (SOCO), 2004. http://www.fao.org/docrep/007/y5419e03.htm

[8] Hambre Mundial: Doce Mitos, Frances Moore Lappé, Joseph Collins, and Peter Rosset con Luis Esparza

A Grove Press Book, ISBN: 0-8021-3591-9, 1998

[9]Estándar de Combustibles Renovables.” Renewable Fuels Association. http://www.ethanolrfa.org/resource/standard/

[10] Lester Brown. “Por qué la Producción de Etanol Elevará aún más los Precios de la Comida en 2008.” Earth Policy Institute. 24 January 2008. http://www.earth-policy.org/Updates/2008/Update69.htm

[11] “Precios Altos y la Volatilidad de las Mercancías Agrícolas.” FAO Food Outlook Special Features. Noviembre 2007. “Altos Precios de la Comida—Una Dura Nueva Realidad.” World Bank Data & Research. 29 de febrero, 2008.

[12] “Los Científicos recomiendan frenar los agrocombustibles”, Seth Borenstein, SF Chronicle/AP 30, 2008.

[13] Seth Boronstein. “Los Científicos Dicen Alto a los Biocombustibles para luchar contra el Hambre en el Mundo.” The Associated Press. 29 de abril, 2008.

[14] “Bush Busca Más Ayuda Alimentaria para Países Pobres,” Steven Lee Myers , New York Times,  2 de mayo, 2008 http://www.nytimes.com/2008/05/02/world/02prexy.html?_r=1&th&emc=th&oref=slogin

[15] Henry Saragih. “Se Necesitan Medidas Concretas para Fortalecer la Producción de Alimentos por los Campesinos y los Agricultores Locales.” La Via Campesina. 30 de abril 2008. http://www.viacampesina.org/main_en/index.php?option=com_content&task=vi...

[16] Missy Ryan. “La suspension de los Biocombustibles Aliviará los Precios de los Alimentos—IFPRI.” Reuters News Services. 30 de abril, 2008.

[17] Saragih, 2008.

[19] C. Badgley, J. K. Moghtader, E. Quintero, E. Zakem, M. J. Chappell, K. R. Avilés Vázquez, A. Samulon, and I. Perfecto (2007), "Agricultura Orgánica y el abastecimiento global de comida," Renewable Agriculture and Food Systems, Vol. 22, Issue 2, pp. 86-108.

[20] Rosset Peter, “A Favor de las Fincas Pequeñas,” Food First Backgrounder, February, 1999

https://www.alainet.org/es/articulo/127652
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