Crisis financiera estadounidense: lecciones para Colombia

27/01/2008
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Los actuales vientos de recesión y crisis en la economía norteamericana son la clara consecuencia del estallido de la burbuja financiera que comenzó a inflarse desde 2003, una burbuja financiera es básicamente un crecimiento desmedido de la economía financiera, el cual se transforma en un periodo de extrema bonanza económica (crecimiento del PIB, aumento del consumo de las familias y de las empresas, etc) pero que no tiene relación alguna con el aumento de los productos reales de la economía, ni con el nivel de empleo.

Y eso es lo que esta pasando en los EEUU desde hace varios años: luego del 11 de septiembre, la economía comenzó a experimentar un auge en el consumo, inicialmente del consumo del gobierno, el cual se explicaba por el mayor gasto público que se hacía para “vengar” los ataques de 2001 en sus fallidas expediciones punitivas contra Afganistán primero y contra Irak después. Luego el gasto de los hogares también comenzó a crecer, básicamente por la alta disponibilidad de recursos de crédito en manos del sistema bancario.

Como las tasas de intereses han sido históricamente bajas desde 2003, las familias se endeudaban para consumir principalmente productos importados, o para comprar bienes raíces. El primer fenómeno llevó a que los EEUU vieran crecer el desbalance entre sus importaciones y sus exportaciones a tal punto que hoy el país importa el doble de lo que exporta, en el segundo caso, implicó un aumento sobre los precios de los bienes raíces en medio de una bonanza crediticia, de la cual fueron beneficiándose sectores más amplios de la sociedad, incluso los mas riesgosos y vulnerables.

Estos fenómenos combinados han llevado a los EEUU a una situación muy particular: un país que acumula déficits gigantescos en su balanza comercial, así como en su balanza de capitales (la diferencia entre los flujos de capital que entran y salen del país), con una deuda privada que en octubre pasado alcanzaba el 45% del PIB norteamericano, una cifra nunca antes vista en la historia del país.

A ello hay que sumarle un déficit fiscal que se explica por dos razones: porque la política del gobierno Bush en materia de impuestos ha sido la de disminuir la carga tributaria de las corporaciones aumentando la de los consumidores, y por otro lado por el gigantesco impacto del gasto militar.

Los efectos negativos de esta irracional política se comenzaron a hacer visibles en 2005: la economía crecía sin generar empleo, fenómeno que inmediatamente los economistas calificaron como normal, luego por la acumulación de déficits “trillizos” (fiscal, comercial y de capitales) que requieren de una financiación cada vez más importante por medio de la emisión de dólares por parte del FED.

Cuando se hizo evidente que estos déficits eran insostenibles, el banco de la Reserva Federal decidió aumentar las tasas de interés, para que los capitales que estaban invertidos en otros países volvieran a los EEUU y tratar de cerrar el déficit de capitales, pero cuando lo hizo se encontró con el problema que hizo estallar la actual crisis económica: el sistema financiero (no los bancos pero si los fondos de inversión) había concedido créditos a sectores poblacionales altamente riesgosos, particularmente para la compra de vivienda o de terrenos. Estos créditos se habían titularizado (la deuda se había convertido en títulos para ser nuevamente de los mercados como nuevos instrumentos financieros) hasta dos veces y fueron finalmente comprados por agentes de todo el mundo, el único colateral (garantia de los titulos) eran las deudas iniciales, por ende el valor de los títulos depende de que los créditos se paguen a tiempo.

Pero como esto se hizo cada vez más difícil a medida que las tasas de interés subían, lo que hizo la política del FED fue destapar la profunda vulnerabilidad financiera de la economía norteamericana e impactar las bolsas de todo el mundo.

Hoy dicen que la crisis se ha superado: el FED bajo nuevamente sus tasas de interés, el gobierno anunció un paquete fiscal que implica disminuir impuestos a las corporaciones y aumento del gasto para intervenir directamente a los deudores del sistema, es decir, que se toman las mismas medidas que potenciaron el actual endeudamiento y la critica situación de debilidad estructural de la economía norteamericana.

Y ello ha implicado una alta volatilidad en el precio del dólar: mientras los EEUU mantengan tasas se interés bajas, los inversionistas preferirán invertir sus dólares en países que representen una mejor rentabilidad, el amplio paquete de intervención diseñado por el FED y que ha implicado aumentar la liquidez en la economía por cifras que sobrepasan los 500 mil millones de dólares impactará directamente sobre la inflación internacional.

Para Colombia la situación es muy ambigua: con intereses baratos en EEUU veremos una tasa de cambio muy baja, que perjudicará a los sectores exportadores, pero beneficiará a aquellos que toman o tomaron deuda en dólares, particularmente al gobierno. Por otra parte la preocupación mayor en EEUU de una recesión, y el claro efecto sobre la confianza de los consumidores, ha tenido impactos en industria importantes en Colombia como la textil, que en el último trimestre del año pasado vio como se reducían sus exportaciones a los EEUU hasta en un 30%, lo cual ya ha tenido como efecto el despido de más de 4500 trabajadores de las grandes empresas y un numero aun no estimado de satélites de confección y pequeñas industrias.

Lo fundamental es saber que la crisis no ha sido contenida, simplemente se le está aplicando más combustible a una situación que puede tener consecuencias mucho peores para la economía del mundo.

- Jairo Alonso Bautista es Asesor Cámara de Representantes

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía.
www.vivalaciudadania.org

https://www.alainet.org/es/articulo/125373

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