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Jornada del martes: llamado de atención a economía mundial

21/01/2008
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El ruido provocado en la economía mundial el pasado martes constituye una severa advertencia sobre lo que puede suceder a escala mundial si la ola especulativa que generan los capitales migratorios no es puesta bajo control en las principales economías del planeta.

Una burbuja de similares características provocó la catástrofe de 1929 cuando todavía el mundo no había alcanzado el actual nivel de integración, pese a lo cual fueron pocos los países que escaparon a la misma y, entre ellos, el más importante fue China, la disparadora del pasado "martes negro".

El 29 de octubre de 1929 también fue un "martes negro", cuando la burbuja especulativa de Wall Street estalló de una manera que, aunque esperada por algunos, sorprendió a los mercados de los Estados Unidos de América y se trasladó a la periferia, con consecuencias que duraron varios años.

Lo que pasó el martes 29 de octubre de 1929 había sido anticipado por la propia bolsa neoyorquina el jueves anterior, el 24 de octubre, cuando se produjo un colapso que determinó pérdidas por 6.000 millones de dólares estadounidenses de entonces, cuyo poder de compra es incomparable en estos tiempos. Pero el aviso no fue muy tenido en cuenta. "Todo ha pasado", dijeron entonces los "analistas de mercados", a pesar de lo cual la tendencia siguió marcando la debilidad de papeles cuyos valores habían sido inflados especulativamente en los años previos. Y el martes estalló la bomba que provocó una pérdida en poco tiempo de US$ 50.000 millones, unos US$ 850.000 millones de hoy, mientras los accionistas se arrojaban por las ventanas de Wall Street.

Los papeles habían crecido al margen de los activos que representaban en un sistema capitalista que había comenzado a alejarse de los principios liberales de ganancias ligadas a la generación de riqueza, tal como reclamaban los clásicos comenzando por el escocés Adam Smith, para reinstalar criterios mercantilistas donde la especulación y las prácticas monopólicas adquieren preeminencia.

China y un pequeño grupo de, también pequeños países, se salvó de la crisis, aunque luego tuvo la propia por otras razones. Fue el club de las escasas naciones que se habían mantenido fieles al "patrón plata" que, además, poco después, rápidamente vieron mejorar su situación cuando el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, presionado por los estados productores de ese metal en el país, volvió al referido "patrón plata". Un tema muy bien estudiado por el economista monetarista Milton Friedman.

Casi ocho décadas después de aquellos tiempos y tras el caos existente en 1949 cuando llegó al gobierno Mao Ze Dong tras desalojar del poder a su concuñado Jiang Jie Shi (ambos eran yernos de Sun Yi Xian, el fundador de la República en 1911), hoy ese enorme país asiático tiene la segunda economía planetaria medida en poder de compra. EEUU vive en una burbuja financiera que prenuncia una crisis recesiva alertada por algunos economistas como Alan Greenspan, ex titular de la Reserva Federal, o el brasileño Ricardo Amorim, quién se ha especializado en estudiar el endeudamiento de los ciudadanos de ese país y su relación con otra burbuja, la inmobiliaria.

El tema es sencillo: una persona compra una casa a US$ 100.000 y un banco le presta US$ 90.000. La propiedad pasa a costar 120.000 y entonces el propietario va otra vez al banco y pide una hipoteca adicional para, por ejemplo, cambiar de auto. El bien sigue aumentando y llega a US$ 150.000, entonces el deudor va al banco y requiere más para hacer un viaje de placer. En consecuencia termina debiendo el 90% pero de 150.000, bastante más de lo que pagó la casa originalmente.

Ello se financia con bonos del Tesoro estadounidense que compran otros países, en primer lugar China que de ese modo financia sus propias exportaciones a ese mercado. Los chinos le venden a los estadounidenses y con ese dinero compran los bonos merced a los cuales se mantiene el ritmo de alto consumo.

Mientras, la economía china crece a un ritmo vertiginoso en términos reales, pero la volatilidad financiera mundial también creó en el país una burbuja bursátil expresada en Shangai. Sobre ella operó el martes el gobierno de Beijing que, por otra parte, en los últimos meses ha hecho esfuerzos por enfriar el crecimiento, aunque sin poder evitar que éste continúe.

Los bancos chinos, en tanto, otorgan créditos con mucha facilidad, lo que, entre otras cosas, ha hecho que 1,3 millones de personas (el uno por mil de la población) se hayan endeudado con aquellos para dedicarse a realizar inversiones bursátiles provocando una fuerte suba de las acciones. Tal vez la de este martes haya sido algo más, una suerte de jueves 24 de 1929, aunque a más largo plazo para el endeudamiento consumista. De ahí la importancia de una estrategia asentada en los pactos regionales, como el Mercosur, y que en el ámbito mundial se apoye en las grandes economías emergentes de nuestros tiempos como los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), sobre los que ha apostado la cancillería argentina en los últimos tiempos, amén de otros posibles socios relevantes, como con la reciente visita a Suráfrica.

Fernando Del Corro
De la redacción de MERCOSUR Noticias. Periodista, historiador y docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad de Buenos Aires.
https://www.alainet.org/es/articulo/125258
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