Eugenio Trejos: \"Hubo una afrenta a la democracia\"

25/10/2007
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-  El principal vocero del "No" al TLC destaca la conformación de los Comités Patrióticos como un "gran logro" de la campaña.

El rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) Eugenio Trejos, tras el resultado del referendo del 7 de octubre, calificó el comportamiento de los medios de comunicación, el gobierno y la Embajada de Estados Unidos los días previos a la elección como una "afrenta" a la democracia costarricense.

Trejos asumió durante la recién pasada campaña el liderazgo dentro del Movimiento Patriótico NO al TLC, el cual agrupó a diversas organizaciones y a los comités patrióticos opuestos al Tratado.

- ¿Qué balance hace del proceso de campaña?

Me siento satisfecho y esperanzado, pues el pueblo de Costa Rica se mostró heroico, miles trabajaron con entusiasmo y creatividad, con ese corazón del "No" que fracasaron en robarnos.

El gran resultado ha sido la conformación de los comités patrióticos, que en el nivel de resistencia y de conciencia ciudadana han hecho que Costa Rica ya no sea la misma después del referendo. Constituyen una recuperación de la voz del pueblo, que nunca será silenciada ni mediatizada por alguien que quiera aprovecharse.

- ¿Qué errores se cometieron?

La gran pluralidad del movimiento fue su virtud y su defecto. Se aglutinó gente de los más diversos signos políticos e ideológicos y credos religiosos, alrededor de una gran causa, lo cual nos permitió llegar a todo el país y compensar las carencias enormes en recursos financieros y acceso a medios de comunicación masiva.
Sin embargo, ahí también radicó una debilidad. Todos estábamos de acuerdo en los fines, pero no así en los métodos de lucha sobre los cuales siempre hubo diferencias.
El principal defecto de este movimiento radica en la desconfianza que nunca se superó, el recelo entre organizaciones, así como el daño que suelen hacer las agendas ocultas y actitudes dogmáticas.

Un dilema es que el proceso se basó en descentralización y autogestión, pero paradójicamente para encauzar estrategias con escasez de recursos y terrenos muy adversos, se necesita una unidad de mando que no se fraguó con claridad.
No se dio una discusión política que nos pusiera de acuerdo en una visión de más largo plazo y que le diera más coherencia al movimiento.

- ¿Qué opina del comportamiento de los medios de comunicación y todo lo que sucedió los días previos a la elección, en que hasta la Embajada de Estados Unidos se metió?
Eso fue una afrenta a la democracia en Costa Rica, se escribió una página sombría en la historia por la imposición y la violencia institucional mostrada por la administración Arias y por algunos medios de comunicación masiva.

Nunca habíamos asistido a un proceso en el que nuestro pueblo tuviera que enfrentar un ataque tan brutal, infame y violento, orquestado desde Casa Presidencial, la Alianza del Sí y las fracciones legislativas oficialistas, con abierta intervención de los Estados Unidos a través de su embajador.

Lo sufrimos durante toda la campaña, pero con mayor furor en la última semana, incluido el propio día de la votación, cuando la estrategia del miedo preconizada en el Memorando Casas-Sánchez, se convirtió en un verdadero sistema de terror implementado a través de los más poderosos medios de comunicación, que mantuvieron a la población bajo un ataque de mentiras y entrevistas sesgadas a favor de los intereses de las grandes transnacionales.

- Los movimientos del "No" plantearon cuatro requisitos para asistir al referendo, entre ellos la equidad en recursos. ¿Considera que fue un error haber encarado la campaña cuando el TSE no concedió ninguno de esos requisitos?

No. Este referendo nos permitió elevar los niveles de conciencia y organización del pueblo, nos permitió discutir con mayor profundidad el TLC, a pesar de las asimetrías mediáticas. También puso de manifiesto las enormes lagunas que existen en materia electoral, que deben ser corregidas con extrema urgencia.

Al TSE le faltó comprender que la democracia va más allá de la aplicación literal de las normas y el conteo de votos, se quedó corto ante la magnitud de este desafío histórico. Las grandes inequidades a favor del "Sí" nunca fueron motivo de su desvelo, a pesar de que así se lo planteamos. Solicitamos que por lo menos se diera un acceso más equitativo a los medios de comunicación masiva, que el espectro radioeléctrico al ser dominio del Estado podía ser regulado y no solo el SINART, que fue sumamente parcializado.

Temas como mejor regulación al financiamiento y la apertura de cuentas se podían corregir a través del reglamento.

- Si el reglamento no corrigió esta disparidad, ¿fue buena idea ir al referendo con todas las carencias en las reglas del juego?

Aún con esas falencias, todo el proceso ciudadano vivido valió la pena. A pesar de un resultado numérico producto de toda esa campaña de mentiras y miedos planteada desde Casa Presidencial, los logros del movimiento social son muy elevados. Logramos sustraer una decisión que estaba en manos de 38 diputados  y ponerla en manos del pueblo. 

La gran desazón es que le llegamos a un segmento de la población que vive en la desilusión, el desencanto y la desesperanza. No le llegamos al corazón de ese 40% de la población, y todas las organizaciones tenemos la tarea de evaluar nuestra forma de actuar.

- A lo largo de la campaña diversos sectores plantearon la posibilidad de que usted tuviera aspiraciones políticas. ¿Usted se siente presidenciable?

Ese rumor forma parte de la estrategia de descalificación que se quiso hacer del movimiento. Por un consenso de las organizaciones más representativas que constituimos el Comité Operativo Político Funcional (COPF), se decidió que yo asumiera la vocería; lo lógico era que la estrategia de Sí buscara destruir la cabeza y una forma de descalificarlo era precisamente diciendo que tenía pretensiones político-electorales, el mismo memorando lo decía: sembrar cizaña.

- ¿Le tocó ser la cara de la derrota?

- De las derrotas se forjan los triunfos; hay derrotas que saben a miel y triunfos que saben a hiel. El referendo es una batalla perdida, mas no se ha perdido la guerra, el 7 de octubre subimos a la tarima y dimos la cara en forma colectiva quienes estuvimos involucrados en la conducción del movimiento. Di lo mejor de mí y actué conforme a mis principios y mi estilo. 
 
- La posición que usted asumió demandó mucho trabajo. ¿Implicó eso el descuido de sus obligaciones en la Rectoría del Instituto Tecnológico?

Tras una consulta hecha a todas las escuelas y departamentos, el Consejo Institucional del TEC asumió una posición contra el TLC. Actué con base en un mandato del Consejo, que llamó a toda la comunidad a oponerse y tuve la comprensión y el respaldo de la gran mayoría de la comunidad institucional.

- ¿Cómo se detiene ahora el TLC?

La única forma es con la unidad del movimiento social, con el fortalecimiento de los comités patrióticos y con un trabajo articulado entre las diferentes organizaciones y en particular con los diputados que se oponen.

- ¿Qué tipo de acciones se deben tomar, visualiza organizar manifestaciones, por ejemplo?

La aprobación de leyes de apertura de telecomunicaciones y seguros, así como el Convenio UPOV y la propiedad intelectual, van a generar una fuerte resistencia popular.
Me opondré a la ratificación de todas y cada una de las leyes que comprenden, por los métodos de resistencia activa y pacífica, que, tanto en la Asamblea Legislativa como fuera de ella, estarán vigentes.

- El 7 de octubre fue muy evidente ver el enojo de sectores, indignados por todo lo que había pasado esos días, con el movimiento y usted. ¿Siente que todavía queda margen para tener confianza en las instituciones del país?

Creo en la institucionalidad democrática de Costa Rica; pese a todas las deficiencias, el sistema nos permite el ejercicio de ciertos derechos y deberes cívicos y políticos y creo que debemos transformarlo desde adentro.

Se debe propiciar una profunda reforma del Estado, lo cual sólo se puede hacer con una ciudadanía informada y comprometida. Se deben mantener espacios colectivos de análisis y reflexión. Una responsabilidad de todas las personas que participamos en esto es construir esos espacios y deponer actitudes divisionistas y sectarias.
Sólo el pueblo organizado puede solucionar los problemas que tiene el pueblo desorganizado.

 Fuente. Semanario Universidad, publicado el 26 de enero de 2007

https://www.alainet.org/es/articulo/123957

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