Unión Europea un referente de paz

24/03/2007
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Es una buena noticia para todos el que llegue a cincuenta años el esfuerzo de integración de los países europeos; no porque su proceso se deba convertir en ‘modelo’ para copiar en otras latitudes, ni tampoco porque sea un contrapeso –por lo menos económico y político- al hegemonismo norteamericano. Fundamentalmente, porque la experiencia de construcción europea es una búsqueda de consolidación de la paz, algo que había estado ausente de Europa por siglos.

El exembajador francés Daniel Parfait en una conferencia en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional decía al respecto: “La idea de una Unión Europea nace verdaderamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Francia y Alemania decidieron hacer todo lo posible para evitar una nueva confrontación entre ellas. En un siglo y medio, habían sido ya cuatro los conflictos que habían opuesto ambas naciones, y dos de ellos se habían vuelto guerras mundiales. Conforme al criterio de Montesquieu y Kant, según los cuales los países que mantienen relaciones comerciales no tienen interés en declararse la guerra, se realizó la unión económica antes de la política, que se creía con razón, mucho más complicada de lograr.”  

Son estos antecedentes los que, a nuestro juicio, explican porque la política de la Unión Europea frente al tratamiento de los conflictos privilegia el manejo político y la negociación antes que la confrontación y no solamente, como lo pregonan los llamados neoconservadores, una debilidad militar, Se trata de la primacía del llamado ‘poder blando’, frente al ‘poder duro’ sustentado básicamente en la capacidad militar.

Al respecto me parece muy ilustrativo recordar los aspectos centrales del documento de Tesalónica sobre  la política exterior y de seguridad común’, que es concordante con la tradición que orienta todo el proceso de construcción europea. Allí al caracterizar las nuevas amenazas contemporáneas y la forma de enfrentarlas, si bien coinciden parcialmente con la lectura de la potencia norteamericana, tienen diferencias que son relevantes. Las amenazas fundamentales son el terrorismo internacional, visto como una amenaza estratégica, la proliferación de armas de destrucción masiva, considerada la mayor amenaza a la paz y la seguridad entre naciones y los Estados en descomposición y la delincuencia organizada. Sin embargo, el documento plantea una mirada a las causas del terrorismo que es fundamental para su comprensión, más allá de una simple satanización: “La más reciente oleada de terrorismo está relacionada con el integrismo religioso violento. Este fenómeno surge de complejas causas entre las que se encuentran la presión de la modernización, las crisis culturales, sociales y políticas y la alineación de los jóvenes que viven en sociedades extranjeras. El fenómeno forma también parte de nuestra sociedad.”  

Como respuesta a las anteriores amenazas la Unión Europea se proponen tres objetivos estratégicos: contribuir de manera especial a la estabilidad y el buen gobierno de los vecinos inmediatos –es importante recordar que en la medida en que se amplía la UE sus fronteras se acercan a zonas de inestabilidad como Balcanes, Oriente Medio, Asia Central-; construir un orden internacional sustentado en un multilateralismo efectivo; afrontar las amenazas, antiguas y nuevas –lo cual conlleva aumentar los recursos para la defensa y crear fuerzas de despliegue  rápido móviles y flexibles, así como una mejora de inteligencia y cooperación policial-.

Lo anterior explica porque la Unión Europea y sus países miembros, así como otros europeos aunque no sean miembros de la unión, tienen como prioridad de su política de cooperación exterior, apoyar a países en vías de desarrollo para resolver conflictos internos violentos, fortalecer el respeto de los derechos humanos de los ciudadanos de estos países y contribuir a su desarrollo económico.

Felicitaciones a la Unión Europea por el trecho recorrido y muchas gracias por su valiosa cooperación en los esfuerzos de construcción de paz de los colombianos.

- Alejo Vargas Velásquez, profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/es/articulo/120244
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