Brzezinski y la próxima guerra contra Irán

17/02/2007
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Estallan las contradicciones: desde Lenin a Brzezinski

En 1914 Lenin consideró que las contradicciones inter-imperialistas llevaban a la guerra mundial. Desde que Cecil Rhodes fundó la Round Table (5 febrero 1891) (1), y sus seguidores en Gran Bretaña y Estados Unidos, lo que hoy es Council of Foreign Relations –Royal Institute of International Affairs (organización gemela aunque con nombres distintos en Nueva York y Londres), los ingleses han visto esto y se fueron preparando para “limar” las contradicciones entre su oligarquía y el sector financiero de Estados Unidos, marginando de estas decisiones en control de las relaciones exteriores y las finanzas, a los sectores socio-económicos aislacionistas de Estados Unidos, que no irían a una Primera Guerra Mundial.

Para la década de 1930 la influencia del CFR estaba bastante afianzada y el gobierno de F. D. Roosevelt se movió bien para provocar a Japón e ingresar a la Segunda Guerra Mundial junto a Gran Bretaña.

A partir de la posguerra, las élites de Estados Unidos y Gran Bretaña se movieron para organizar el Grupo Bilderberg que terminó “limando las diferencias” entre las burguesías anglo-americanas y europeas, con vistas no sólo a enfrentar a la URSS sino también a reorganizar a Europa como hoy la vemos en la Unión Europea, un bloque de poder igual/mayor que Estados Unidos. Un gigante económico pero mucho más chico en lo militar y político.

La guerra de Vietnam demostró la necesidad de incorporar burguesías asiáticas, comenzando por Japón. Con este fin los hermanos Nelson y David Rockefeller le encargaron a Brzezinski la organización de la Trilateral Commission que se inauguró en Tokio en abril de 1974. Con el trabajo de Carla Hills organizando el Grupo Williamsburg (el Bilderberg asiático) se incorporaron las burguesías de Malasia, Singapur, Indonesia, Tailandia, Corea, Australia-nueva Zelanda, Taiwán.

Y así, limando las contradicciones que señalaba Lenin en 1914, cada burguesía dirigiendo su Estado y llevándolo a una guerra mundial, todos ellos en equipo, todos ellos pudieron actuar en conjunto para provocar el colapso de la URSS y Europa Oriental, y así entrar en la globalización. Era un aparato para provocar consenso y discutir repartos sin que “la sangre llegue al río”.

¿Qué falló?

Si bien son muchos los banqueros, políticos y empresarios de origen judío que participaron en esta saga desde 1891, empezando por Lord Rothschild, la “derecha israelí” nunca se sintió representada y de hecho siempre se sintió como relegada en las decisiones que se tomaban a tal nivel y frente a las urgencias y apetencias que tenía en Medio Oriente.

Pero al mismo tiempo esta derecha israelí estaba muy representada en Estados Unidos, fue haciendo crecer su influencia en los medios de comunicación, el partido republicano, la derecha cristiana, los petroleros que no tienen la envergadura de las Exxon-Mobil, el complejo militar-industrial. Y esto no lo denuncio yo sino James Petras (2), a quien nadie puede tildar de neo-nazi pero se enfrenta a Noam Chomsky a quien acusa de apañar al “lobby israelí” y llevar a Estados Unidos al desastre. Las contradicciones estallan hasta entre los “gurúes” de la izquierda de Estados Unidos.

Con la llegada de los neo-conservadores al gobierno, impulsado por “tanques de pensadores” de la línea dura como el Ariel Center for Policy Research de Tel Aviv, o el Advanced Strategic and Political Studies, de Jerusalén, las cosas cambiaron. A este último pertenece bajo Richard Perle al mismo tiempo que al AIPAC (American Israel Proyecto for American Century) y de allí al equipo dentro del Pentágono planificando la guerra, bajo Paul Wolfowitz (ex Banco Mundial), Richard Perle y otros. A partir de ese momento la guerra no se planifica bajo el concepto de Brzezinski (objetivo Eurasia) sino de la “derecha israelí” (objetivo Medio Oriente).

Luego, respondiendo las preguntas de los senadores, Brzezinski dice: “un escenario plausible para un choque militar con Irán: bastaría que el gobierno iraquí no cumpliera sus metas, a lo que seguirían acusaciones de la responsabilidad iraní en tal fracaso, luego alguna provocación en Irak o un acto terrorista en Estados Unidos del que se culparía a Irán, y esto culminaría con una acción militar norteamericana ‘defensiva’ contra Irán que hundiría a un Estados Unidos solitario en una pesadilla cada vez más grande y profunda… “

Es mucho lo que se ha escrito sobre el 9-11 y su posibilidad de ‘trabajo interno’, ha llevado libros enteros. Pero esta es la primera vez que un connotado miembro del establishment estadounidense sugiere la posibilidad de un auto-atentado en territorio de Estados Unidos para justificar una guerra contra Irán (en lo cual también coincide con el general Ivashov) y la forma en que se lo ha utilizado en un país con tradiciones de atentados que justifican la entrada en una guerra, el hundimiento del Maine en 1898, el hundimiento del Lusitania en 1915, los “puntos oscuros” de Pearl Harbor” en 1941, el Golfo de Tonkin en 1965.

La primer contradicción que le estalla a Brzezinski sería entre un Establishment globalizador y una derecha israelí que se siente postergada y golpea desde adentro de Estados Unidos. Y a partir de este momento empiezan a estallar contradicciones internas en todos los actores estratégicos.

Cuando Lenin escribía en 1914, las contradicciones eran entre Estados imperialistas. Hoy son dentro de los Estados imperialistas.

Ni siquiera podemos decir “Rothschild” a secas, porque, mientras Lord Jacob Rothschild de Londres cree que el poder está en el petróleo, y se pone en línea con Bush y Cheney, su primo francés, el barón David de Rothschild de París sigue opinando que el poder está en el oro, y se hizo cargo del Mercado de Oro en Londres y en consonancia con la “ortodoxia” de Bilderberg.

¿Verano de 1914?

Es posible que estemos como en el verano (norte) de 1914 cuando fue asesinado el archiduque Fernando de Austria. Hacía décadas que los terroristas venían cometiendo magnicidios, pero en ese momento había tantos elementos inflamables acumulados que fue una pequeña chispa que causó el gran incendio.

Como hoy los neo-conservadores que ven lo regional y no lo general, la élite austriaca estaba obsesionada por los Balcanes y descuidaba al resto de Europa. Bastó el atentado al archiduque (como ahora las Torres Gemelas), para que los austriacos culparan a la “Mano Negra” de Serbia (como ahora a al-Qaeda) y se lanzaran contra un pequeño país como Serbia (como ya lo hicieron contra Irak y posiblemente contra Irán).

Rusia se está reponiendo de la década del ’90 en la misma forma en que el zar se reponía de la derrota frente a Japón de 1905. No irá a atacar a Estados Unidos como el zar lo hizo con Austria, pero tampoco se quedará de brazos cruzados como sucedió frente a Irak, porque en una situación de muchísima más debilidad, no lo hicieron cuando Clinton atacó a Serbia.

¿Habrá guerra?

En la primera quincena de junio de 1941, Stalin estaba convencido que un ataque alemán a la URSS sería un error estratégico tan grande, que desechaba todos los informes que les traían sus generales como “provocación inglesa.” Pero la estupidez no tiene límites y no hay informe de inteligencia que pueda anticiparla. Hitler atacó, dando la razón a corto plazo a los generales, y Alemania quedó totalmente destruida, dando la razón a Stalin a largo plazo.

Israel tiene una buena Inteligencia, pero no es el “mito infalible” que pinta la propaganda. Ha tenidos fallas como la Guerra del Yom Kippur de 1973, la falla estratégica a largo plazo de invadir Líbano en 1982, y por ultimo la desastrosa batalla del sur del Líbano en julio-agosto de 2006.

En la Edad Media , un clavo mal puesto, una herradura que perdía el rey en medio de la batalla, podía significar la pérdida de un reino y un rey como Ricardo III gritando: “Mi reino por un caballo.” Hoy, un oficial que evalúe mal la última bazuka rusa y su capacidad de perforación de tanques, puede llevar a una seria derrota.

Ahora es muy posible que, que buscando una ventaja táctica de Israel provoquen una derrota estratégica para Estados Unidos. El general Ivashov está anticipando el ataque a Irán para cuando empiece la primavera (norte) después del 21 de marzo, antes de que Tony Blair se retire. Y si como en la Guerra del Golfo I, el bombardeo comienza con Luna Llena, entonces el ataque comenzaría el martes 17 de abril a las 0200, hora de Teherán.

El coronel Sam Gardiner, retirado de Fuerza Aérea que enseñó estrategia en la National War College ha estado dirigiendo un juego guerra simulado Irán-Estados Unidos para hacedores de política durante los últimos cinco años. Virtualmente cada vez que él dirige el juego, dice Gardiner, se despliega un guión de la pesadilla similar: el ataque americano, no importa cómo exitoso sea, provoca una variedad de venganzas asimétricas por Teherán.

Primero viene el terrorismo: La reacción inicial de Irán al los golpes aéreos podría ser un ataque de Hezbollah sobre Israel para meter a Israel en la guerra y reunir apoyo público en casa. Luego, Irán podría intentar fomentar tanto daño como posible dentro de las dos naciones en sus flancos, Afganistán e Irak, donde más de 160,000 americanos tienen un sostén tenue en las poblaciones locales. Irán ya tuvo sociedad con “señores de guerra” en Afganistán occidental, donde la autoridad militar de Estados Unidos nunca ha sido fuerte. Sería un paso darle ayuda al Talibán para ganar fuerza en el sur. Entretanto, Teherán tiene eslabones a los grupos principales en Irak que darían la bienvenida a dinero y armas simplemente para fortalecerse contra sus rivales. Los analistas creen que Irán puede en poco tiempo puede orquestar un aumento dramático en número y severidad de ataques a las tropas americanas en Irak. Como Syed Ayad, clérigo Shi’ita miembro del Parlamento iraquí dice: “América posee el cielo de Irak con sus Apaches, pero Irán posee la tierra.”

El Golfo Pérsico, un atasco en días normales, se volvería un estacionamiento. Irán podría plantar las minas y lanzar docenas de barcos armados en el cuello de botella, ahogar las rutas navales en el estrecho de Ormuz y causar una quiebra masiva del tráfico de petróleo. Una operación de minado iraní de baja importancia en 1987 obligó a Estados Unidos a re-embanderar petroleros kuwaitíes y escoltarlos, en filas de lento movimiento de uno y dos, de arriba abajo en el Golfo Pérsico. Una operación más intensa enviaría quizás los precios de petróleo encima de los $100 por barril. – lo que puede explicar por qué la Armada quiere estar segura que su pequeña flota de dragaminas está lista para entrar en acción al momento. Es improbable que Irán cerrara su propio espiche de petróleo o detendría sus exportaciones por tuberías en tierra, pero podría enviar su gente en Irak y Arabia Saudita para atacar tuberías, pozos y embarque en esos países, estrangular el suministro más y levantar los precios.

A su vez estima el general Victor Corpus, ex jefe de Inteligencia de Filipinas:

América es ahora un 75% dependiente del petróleo importado extranjero. Casi 23.5% del suministro de petróleo importado de América viene del Golfo Pérsico. Para cortar este suministro de petróleo, Irán puede simplemente minar el Estrecho de Ormuz y puede usar minas del mar surgentes desde el fondo (bottom-rising sea mines). Vale la pena notar que Irán tiene el cuarto inventario más grande del mundo de minas del mar, después de China, Rusia y Estados Unidos.

Combinado con las minas de mar, Irán también puede bloquear el estrecho con los proyectiles crucero supersónico como Yakhonts, Moskits, Granits y Brahmos en la Isla Abu Musa y todo el litoral escabroso y montañoso de Irán frente al Golfo Pérsico. Esta sola acción puede poner a América de rodillas. No sólo América sino Japón (qué deriva 90% de su suministro de petróleo) y Europa (qué deriva casi 60% de su suministro de petróleo del Golfo Pérsico) serán afectados adversamente.

En caso de un conflicto mayor que involucre la superpotencia América y sus aliados (principalmente Japón y Gran Bretaña) de un lado y China y sus aliados (principalmente Rusia e Irán) en el otro, el papel de Irán se volverá estratégicamente crucial. Irán puede detener totalmente el flujo de petróleo que viene del Golfo Pérsico.

Ese tipo de venganza podría transformar rápidamente una misión americana relativamente limitada a Irán al involucrar un cambio de régimen mucho más complicado. Un Irán determinado a usar todas sus armas disponibles para contraatacar a Estados Unidos y sus aliados presentaría un desafío al prestigio americano que sería probable que ningún Comandante en Jefe tolere por mucho tiempo.

El general Abizaid, ex jefe del Centcom, escogió sus palabras cuidadosamente el pasado de mayo. “Mire, cualquier guerra con un país que es tan grande como Irán, que tiene una capacidad terrorista a lo largo de sus fronteras, que tienen una capacidad de proyectil que es externa a sus propias fronteras y que tiene la capacidad de afectar los mercados de petróleo del mundo, es algo que todos necesitamos contemplar con un gran grado de claridad.”

Y hasta ahí lo puramente militar sin ver lo financiero. Supongamos que China con una reserva estratégica que no llega a un mes, cortado su suministro, decide empezar a vaciar al mercado sus reservas de dólares, u$s 800.000 mills. El impacto se siente y provoca una corrida similar en Japón y Corea que están en situación similar. Esto hace que los demás Bancos Centrales sigan en la misma ruta saliendo de un dólar que cae.

Pero a su vez, las miradas se vuelven a los países que sí siguen entregando petróleo al mercado. Cortado el suministro de Arabia y demás Estados del Golfo, las miradas se vuelven a Rusia que pasa de ser el segundo a primer exportados. Y esta a los europeos no les pide dólares en baja sino euros que se están en suba. Y los europeos aceptan y de paso vacían al mercado sus reservas de dólares. Y a su vez Venezuela que sigue exportando, ahora también comienza a pedir euros. ¿Hasta que punto no se provoca una inflación, o quizás algo cercano a la hiperinflación dentro de Estados Unidos?

Tarde o temprano el euro terminará reemplazando al dólar como este reemplazó a la libra en la década del ‘30. El poder volvería a Europa.

¿Y a los argentinos qué nos importa?

Existe la posibilidad del corte de petróleo más grande desde la guerra del Yom Kippur (octubre 1973), y una debacle financiera mucho peor aún. En aquel momento Perón y Gelbard tenían un plan económico bien armado pero la crisis los sorprendió y el plan de reactivación no pudo funcionar.

Hoy a diferencia de Perón, no tenemos una clase dirigencia con sentido de “grandeza”. El general De Gaulle (3) explicaba como la falta de “grandeur” de la clase política influyo en la estrategia de Francia posterior a 1918, como se atrincheraron en la Línea Maginot “para mirar a Europa central a través de sus troneras”, y sintiéndose seguros se dedicaron a sus mezquinos intereses individuales ignorando los cambios externos y volviéndose cada vez más incapaces de afrontar los desafíos que se levantaban. Los militares siguieron disciplinados a esta clase política y no pudieron evitar la ocupación de 1940.

No tenemos una clase política con “grandeur”, sus visiones a largo plazo no van más allá de las próximas elecciones.

“Yo sigo en mis trece, en las mismas trece de antes. A mi me interesa la Liberación Nacional. No me interesa la lucha política como lucha de segundo plano que se desarrolla como lucha de ratones bajo la gran hegemonía de los capitales y de la diplomacia extranjera”: Scalabrini Ortiz - 1944

Lo que vivimos es “lucha de ratones.” Su discurso no se basa en encarar las dinámicas condiciones cambiantes de la geopolítica, sino en machacar “ideologías” que nada tienen que ver con las realidades mundiales. La “geopolítica” actual no va más allá de apoyar o no a los piqueteros de Gualeguaychú, creando un nefasto conflicto con Uruguay, mientras se descuida totalmente en accionar británico en el Atlántico Sur.

No existe una Inteligencia Estratégica como la de ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia Nacional), tampoco como la que demuestra con hechos, el accionar de Hugo Chávez. Todos los esfuerzos de inteligencia se destinan a “operaciones” para desacreditar periodistas y opositores muchas veces a nivel municipal.

Recemos para que la guerra no estalle, para que la crisis del petróleo e hiperinflación no llegue, porque pagaremos muy caro la falta de “grandeur” de nuestra clase política.


Notas

(1) Tragedy and Hope, Caroll Quigley.

(2) Noam Chomsky y el lobby pro israelí: catorce tesis erróneas.

(3) Memoires de guerre.


Fuente: Bambú Press
http://bambupress.wordpress.com
https://www.alainet.org/es/articulo/119669
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