Modelo bolivariano para cambiar continente endeudado en potencia pacifica mundial

06/02/2007
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Sudamérica lucha a su manera por avanzar y no quedarse atrás en avances del siglo XXI, etapa que economistas y futurólogos como esposos Toffler han descrito de era revolucionaria en conocimiento, tiempo y espacio. Tres aspectos que se tendría que manejar adecuadamente y con gerencia moderna para producir riqueza en abundancia. Ante este desafío la situación continental se presenta en forma aparente y realmente deprimente. Son doscientos años de historia latinoamericana - desde México a Argentina – donde se ha perdido tiempo y riqueza, en forma ineficiente, con gobiernos oligárquicos al frente de destinos de cada país en particular. No se conoce de verdaderas revoluciones científicas, tecnológicas, industriales o conocimiento promovidos en suelo latinoamericano. Si bien ha habido científicos, genios y descubridores que han alcanzado reconocimiento mundial en casi todas las áreas del conocimiento y literatura, no se conoce de una verdadera revolución integral que haya marcado diferencia en la historia universal.

Aunque parezca increíble a historiadores modernos son culturas nativas y originarias las que se muestran con más gloria y profundidad por sus descubrimientos y alcances ante la historia universal. Domesticación de variedades de papas en Andes centrales, por ejemplo, ha servido para eliminar hambre y miseria extrema en estas civilizaciones americanas, pero también para hacer lo mismo en Europa y otros continentes, una vez que semillas de papa fueron transferidas a ultramar, sin pagar patentes. Lo mismo se puede decir de decenas y centenas de otros productos y animales domesticados que hoy son por suerte patrimonio de la humanidad.

Hace diez mil años comenzó agricultura en Oriente Medio y se crearon ciudades y a consecuencia de ello nacieron Estados, o sea poder de clases ricas en contra de campesinos productores y explotados. Esto Toffler denomina primera ola en la civilización humana. En el siglo XVIII comienza la revolución industrial en Inglaterra, con apoyo de riquezas del llamado Nuevo Mundo y en especial de las fabulosas cantidades de plata de Potosí. Esta es la segunda ola. Y la tercera es el conocimiento revolucionario que caracteriza la era post-capitalista - es decir la etapa actual no basada en fábricas ni en agricultura en forma intensiva - sino en investigación pura y aplicada y tecnologías de punta como genética, biotecnologías, telecomunicaciones, electrónica, mecatrónica, robótica, nuevos materiales, informática, computación, vuelos espaciales, medio ambiente sostenible, reorganización social y estatal y planificación familiar.

Nuestro modelo bolivariano - por tanto - comprende este avance del conocimiento mundial y de investigaciones que cada vez requieren más esfuerzo, investigadores y presupuesto, comercio mundial y endógeno, planificación energética y solidaridad con cooperación mutua entre pueblos y países. Proponiendo solidaridad y cooperación - sin embargo - modelo bolivariano se desvía de concepción capitalista en última instancia de esposos Toffler, e introduce concepto novísimo de construcción consciente de nuevas civilizaciones sociales dignificantes para países, sociedades y seres humanos. Se sintetiza como era de tecnointeligencia y desarrollo integral planificado.

En su reciente libro “Revolución de la Riqueza ” esposos Toffler analizan un mundo rico, competente y altamente tecnificado y especializado, como es EE.UU. principalmente, país de donde son ciudadanos y gurues conocidos desde publicación, hace varias décadas, de otros libros como “ Tercera Ola ”, “ Guerras del Futuro ” y “ Shock del Futuro ”. Pero se olvidan ambos que este mundo no podrá nivelarse entre ricos del norte y pobres del sur, sin la intervención de líderes y pueblos que luchen conscientemente por el objetivo socialista. Y sin que excedentes de la humanidad vayan a parar en forma directa e indirecta a castas imperialistas y guerreras que pugnan por gobernar Norteamérica precisamente, desde hace muchos años.

Se pone como ejemplo a China y se analiza en el libro mencionado, cómo ésta ha accedido a ingresar a la era del conocimiento con tecnologías top conseguidas mediante acuerdos mixtos con multinacionales de estas áreas, provenientes de EE.UU., Europa, Japón y sudeste asiático. Con esto China de tercera ola estaría arrastrando a las Chinas agrícolas e industriales atrasadas - de segunda y tercera ola respectivamente - hacia delante, es decir hacia el progreso. El partido comunista chino está presentado, en este nuevo mundo moderno, como sobrepasado por esta realidad esplendorosa y única con dinámica inmanente y propia, al margen de voluntades políticas e ideológicas provenientes de líderes, planificadores y masas chinas.

Tecnointeligencia como base del modelo bolivariano, es más que simplemente esto que se describe como olas superpuestas, es todo esto más moral. Marx, Engels, Lenin, Trotsky y Mao solamente habrían teorizado y operado en dimensiones de primera y segunda ola. Es evidente que tercera ola o era de revolución del conocimiento pertenece más a fines del siglo XX y comienzos del XXI, aunque líderes latinoamericanos como Bolívar, Sucre, Abreu de Lima, Mariátegui, Che Guevara, Castro, Quiroga Santa Cruz, entre otros, hablaron de conocimientos pero también de ética y moral, que son valores eternos para avanzar y construir modernidad social.

Tecnointeligencia es suma centrífuga y armoniosa de ideas y factos excelentes que ha producido la humanidad en forma colectiva o individual. Es revolución del conocimiento, pero también moral, tecnopolítica, planificación central y descentralizada, solidaridad, cooperación, cultura popular humana y creación de riqueza estatal, social y privada, en ese orden. Incluye además revolución de inteligencias personales y global de la humanidad, articuladas desde abajo y bases populares protagónicas. Con y para todos. Es decir sin burocracia y con planificación civilizada desde el Estado y desde comunidades, municipios, fábricas, vecindarios y cooperativas.

En suma el modelo bolivariano es flexible, parte con infraestructuras y cambio de relaciones de producción y propiedad, como plantea el marxismo clásico para construir socialismos científicos y no utópicos. Pero también con superestructuras y valores revolucionarios, humanos y éticos, como planteó Bolívar entre otros, para reencontrarse sinérgicamente, donde bases populares luchan libre y dignamente para satisfacer necesidades materiales, culturales y espirituales.

Si esta conjunción de potencialidades sobrepasa lo que se hizo en Rusia y China, se verá adelante, pero también será porque en socialismo siglo XXI se toma en cuenta estas experiencias y otras nuevas de etapas actuales post-capitalistas y socializantes que vive la humanidad toda en cinco continentes. Proyecto bolivariano nace en el tercer mundo pero es universal. Se nutre localmente pero plantea crear nuevas civilizaciones sociales y tecnointeligentes a nivel terráqueo.

Es posible que con estos instrumentos a disposición, el PIB de Venezuela Bolivariana avance de 200 a 500 mil millones de dólares en pocos años. Y Latinoamérica llegue a superar el PIB de EE.UU. de doce trillones ( billones europeos ), dado que además de tener en cuenta revoluciones científica, tecnológica y conocimientos, el método bolivariano extraído de enseñanzas del Libertador, incorpora desde hace doscientos años, conceptos de integración, unidad, antiimperialismo, ética, pacifismo, equidad, justicia, poder popular protagónico y verdadera liberación humana, social y política.

De esta manera, Brasil de Vargas y Lula, Venezuela de Sucre y Chávez, Bolivia de Katari, Villarroel y Evo, Ecuador de Correa, Nicaragua de Sandino y Ortega, Argentina de Perón y Evita, Chile de Allende, Perú de Amaru, Mariátegui y Alvarado, Guatemala de Arbénz, México de Villa, Zapata y Obrador y pueblos todos del continente están convocados para unirse y actuar dignamente.
https://www.alainet.org/es/articulo/119130
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