Mensaje al Presidente Óscar Berger

20/09/2006
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Nosotros, directivos y miembros de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), nos hemos dirigido en varias oportunidades al Sr. Presidente de la República con relación a diversos temas de interés para las comunidades guatemaltecas en el exterior, sin recibir respuestas ni a nuestras cartas, ni a mensajes electrónicos ni a nuestras peticiones de palabra. Por ese motivo, esta comunicación la hacemos públicamente. Pasados casi tres años desde el inicio de su período presidencial, Sr. Berger, nos damos cuenta de que la gran mayoría de las promesas que con todo entusiasmo nos hiciera Ud., recién inaugurado su período, han quedado insatisfechas. Las deportaciones de guatemaltecos que el Presidente Bush le había ofrecido disminuir no solamente han continuado sino que han aumentado; no se ha obtenido nada relativo al estatus de protección temporal (TPS), ni siquiera una respuesta del gobierno estadounidense; el voto en el exterior, de no hacerse nada de manera inmediata, será pospuesto hasta las elecciones de 2011; la representación de los residentes en el extranjero en el Congreso de la República no ha empezado siquiera a debatirse; y el acompañamiento del gobierno a los guatemaltecos y guatemaltecas que se encuentran en los Estados Unidos es poco efectivo, siendo más reactivo que propositivo. Entendemos que la presencia en Nueva York del Sr. Presidente no obedece a una nueva política hacia el fenómeno migratorio sino a los intentos de su gobierno por lograr un escaño en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Como es de su conocimiento, la RPDG se opone a esa elección, no por estar en contra del gobierno o del Estado guatemalteco, como algunas personas han sugerido, sino que para defender la Dignidad Nacional, que en las circunstancias nacionales e internacionales actuales estaría en entredicho. En tanto la política exterior no sea definida en forma verdaderamente democrática, poco podrá hacer el gobierno para resistir las presiones de los países poderosos. El propósito de este mensaje no es solamente criticar las cosas que, a juicio de muchos de los guatemaltecos y guatemaltecas en el exterior, no se han hecho o se han hecho de forma inadecuada por parte de su gobierno, sino que señalarle la forma en que el gobierno aún podría responder de manera positiva a nuestras necesidades, particularmente ahora que el Ministerio de Relaciones Exteriores es dirigido por el Dr. Gert Rosenthal y la Lic. Marta Altolaguirre, personas capaces, con experiencia y gran compromiso. El TPS para los guatemaltecos. Si bien sabíamos que el TPS para los guatemaltecos no se iba a obtener fácilmente, consideramos que el gobierno no desarrolló una política adecuada y suficientemente agresiva para lograrlo sobre la base de los estragos ocasionados por el Huracán Stan en Guatemala. En segundo lugar, el gobierno abandonó la lucha antes de tiempo, al dejarse mediatizar por asesores en el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Lo peor de todo es que no pudo exigir ni un sí ni un no de parte de la Administración Bush. Esperamos que no sea una nueva tragedia en Guatemala la que nos haga retomar la bandera del TPS. Es más, nosotros creemos que una gestión conjunta de El Salvador, Honduras y Guatemala, teniendo en cuenta que el TPS se puede conceder a países que sufran un conflicto interno o un desastre natural, podría reenfocar el pedido sobre la base de que estos países no terminan de recuperarse social y económicamente de tragedias anteriores y que su situación se agrava debido a la existencia de un conflicto interno en los tres países, con cauda de miles de muertos, que es producido actualmente por la delincuencia organizada y las pandillas juveniles. Como argumento adicional de peso estaría el señalamiento de que las economías de los tres países dependen en un alto grado de las remesas de los inmigrantes en los Estados Unidos. Cada deportación es un golpe a la economía familiar, comunitaria y nacional, lo cual aumenta la delincuencia y la violencia. El voto y la representación de los guatemaltecos y guatemaltecas en el exterior. Éste es un tema en el que tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo generaron muchas expectativas en el exterior y en el que se está a punto de producir frustración si el voto y la representación en el extranjero no se hacen efectivos en las elecciones de 2007. De ocurrir esto, podemos asegurar que habrá un voto-castigo, por el incumplimiento de promesas realizadas, y que, adicionalmente, puede presentarse un recurso de inconstitucionalidad al proceso electoral. Esto último lo manifestamos porque no existe limitación ni constitucional ni de la Ley Electoral y de Partidos Políticos para que se vote en el exterior; de hecho, el voto de los guatemaltecos está garantizado por la Constitución, sin excluir a quienes residan en el extranjero. Nuestra propuesta al Presidente de la República con relación a este tema tiene dos aspectos. El primero es promover, con carácter de urgencia nacional, que el Congreso emita un punto resolutivo que le dé el mandato al Tribunal Supremo Electoral de organizar la votación para Presidente y Vicepresidente de la República y lista nacional de diputados en los consulados de Guatemala en el extranjero. Como mínimo, se debe organizar, a título de plan piloto, en los Estados Unidos. Con relación a la representación de los guatemaltecos en el exterior, el Presidente debe lograr el compromiso de todos los partidos políticos en el proceso electoral de 2007 de destinar las casillas 6 y 7 del listado nacional a candidatos que residan en el extranjero. Esto garantizaría que dos personas, independientemente de que partidos representan, tendrán la representación también de los y las residentes en el exterior. Política nacional con relación a los inmigrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. El Gobierno de Guatemala no ha hecho nada o muy poco con relación a la situación jurídica de los inmigrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. No se han generado iniciativas para darles alguna protección mínima ni se han establecido mecanismos para lograr un flujo migratorio seguro y digno. Ante la amenaza de las leyes anti-inmigrantes en los Estados Unidos, a nivel federal, estatal y local, y peor aún, amenazas de persecución y deportación, no hay ni protestas ni acciones que busquen dar algún cobijo o que defiendan los derechos humanos de los compatriotas. Nosotros planteamos que los inmigrantes guatemaltecos en los Estados Unidos hay que verlos en tres grupos, con necesidades distintas: a) los guatemaltecos y guatemaltecas que ya se encuentran en los Estados Unidos, para quienes hay que buscar todas las maneras posibles de darles protección y apoyo para permanecer en este país; b) quienes se encuentran en camino hacia los Estados Unidos o se estén preparando para emigrar en las condiciones actuales, requiriendo educación y adiestramiento fundamentales, así como constante defensa de sus derechos humanos en su trayecto e ingreso; y c) quienes necesiten venir por presión económica, posteriormente, antes de que se pueda empezar a frenar el fenómeno migratorio en Guatemala, no por las presiones de Estados Unidos, sino para conservar nuestros recursos humanos y tener opción de desarrollo en el país. Con respecto al primer grupo, el Gobierno debe acompañar todos los procesos y movimientos reivindicativos en los Estados Unidos, es decir, la lucha contra la xenofobia y las leyes anti-inmigrantes. Con relación al segundo grupo, el Gobierno debe trabajar en procesos de formación y educación en el país y, en colaboración con la Procuraduría de Derechos Humanos, buscar las maneras de proteger y promover los derechos humanos de los migrantes guatemaltecos a su paso por México y su ingreso a los Estados Unidos. Finalmente, con relación al tercer grupo, el Gobierno debe preocuparse de generar programas de trabajadores temporales -no bajo la fórmula de la Administración Bush sino más en línea con el programa en el Canadá- con el goce de todos los derechos humanos y, específicamente, los derechos laborales. Finalmente, los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras pueden promover una iniciativa ante el Gobierno de los Estados Unidos, para que en lugar de construir muros en la frontera con México se invierta ese dinero en proyectos de desarrollo en la región centroamericana, generando una especie de "Plan Marshall" para Centroamérica. Solamente si existen oportunidades en nuestros países, a base de tierra y trabajo, se frenará el flujo migratorio. Mientras el hambre y la pobreza imperen y proliferen, solamente cosecharemos violencia en el país y migración hacia el norte, que ningún muro, ni físico ni virtual, podrá detener. Nosotros sostenemos que hay que mantener siempre presente la relación entre la migración hacia el norte y la falta de desarrollo nacional. El desarrollo de nuestra política frente al fenómeno migratorio. Es tiempo de abordar con seriedad y profundidad el desarrollo de la política nacional frente al fenómeno migratorio. Para ello, deben realizarse esfuerzos en el país y en el extranjero. Aparte de las acciones de cabildeo directo ante el Gobierno de los Estados Unidos, que se ubican en Washington DC, hay que aprovechar el conocimiento y la experiencia acumulados en las comunidades guatemaltecas en el extranjero. Hemos sugerido en el pasado que se asigne la responsabilidad de coordinar el trabajo con los inmigrantes en los Estados Unidos a una persona con la experiencia y el dinamismo del caso y, luego de varios años de hacer trabajos conjuntos, pensamos que la Sra. Rosa María Mérida de Mora, Cónsul General de Guatemala en Nueva York, reúne las características adecuadas para esa función. Es más, la RPDG sugiere la formación de un equipo de trabajo en Nueva York, en el cual estamos dispuestos a participar, para darle contenido y hacer propuestas concretas sobre todos y cada uno de los aspectos incluidos en este documento y otros más que no hemos presentado por limitaciones de espacio y tiempo. Al gobierno del Presidente Berger le quedan 15 meses para dejar sentadas las bases de la política nacional frente al fenómeno migratorio. Tiene las personas idóneas al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores y recursos humanos en sus Consulados. Lo que falta ahora es tomar decisiones y tener la voluntad política de responder, pronta y adecuadamente, a las necesidades de los guatemaltecos y guatemaltecas que hemos salido de Guatemala, no solamente con medidas de alivio sino también con audaces y agresivas iniciativas, en el marco de una política dirigida a la defensa de los migrantes y una nueva estrategia, elaborada en consulta con las comunidades de guatemaltecos y guatemaltecas en el exterior. La RPDG estará proponiendo estos lineamientos de política migratoria al Gobierno de Guatemala y a todos los partidos políticos que participarán en el próximo proceso electoral guatemalteco. Pero exigiremos de ellos compromisos reales y no espejismos propios de las campañas políticas. Queremos verdadero trabajo político y no simplemente politiquería, de la cual nuestros cuatro pueblos -garífuna, maya, mestizo y xinka- se encuentran hartos. No queremos, sin embargo, esperar a un nuevo gobierno para ver cambios sustanciales. Esperamos del Presidente Berger, hoy, compromisos y no discursos y, a su retorno a Guatemala, hechos concretos. Nueva York, 18 de septiembre de 2006 Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/es/articulo/117188
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