Populismo o coloniaje

14/05/2006
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La Unión Europea emitió un documento posterior al encuentro UE-MERCOSUR, donde define al populismo como poco serio, antidemocrático, irracional y lesivo, colocando en esa posición a los presidentes Chávez y Morales, diferenciándolos de los presidentes “serios” como Bachelet, Vázquez o Lula, dejando en situación intermedia a Kirchner. No deja de llamar la atención que quienes se consideran a si mismos, “los progresistas de la globalización” emitan una declaración de la dureza y desconocimiento de la realidad de nuestros pueblos hermanos, en forma unánime, con definiciones que demuestran una vez más que existen dificultades en la comprensión “del otro”. Siguen, los europeos, escribiendo la historia desde el que dijo “tierra” desconociendo que en ese mismo instante alguien decía “barco”. Seguramente la prepotencia colonial ejercida sobre Bolivia, con marginación y pobreza de las mayorías populares, en especial la Nación Aymara y la Quechua, asentadas sobre las mayores riquezas gasíferas de Latinoamérica, pese a lo cual menos del 2% de la población tiene acceso al gas natural, es una situación “racional” para Europa. Cuando la lógica la escribe el Imperio la corrupción sólo es moneda de cambio para los negocios de los famosos capitales e inversiones, que concurren generosamente al desarrollo de los pueblos. Así el endeudamiento esclavizante de las últimas décadas sometió a los países de nuestro continente al estrechamiento de sus márgenes de decisión soberana, permitiendo el avasallamiento de sus propios procesos y modelos de desarrollo. Acusar al presidente Chávez de poco democrático es desconocer su perfomance electiva, controlada por organizaciones internacionales por once oportunidades seguidas, con acceso electoral a cuestionamientos a su permanencia tipo plebiscitario por medio de referéndum. Implica asimismo desconocer el golpe de Estado financiado y promovido por la misma embajada del imperio que reconoció un gobierno espúreo en menos de 5 horas, dando por sentado que se había logrado el desplazamiento del Presidente Chávez. Quienes hoy en Latinoamérica se planteen políticas de desarrollo autónomo seguramente recibirán la réplica inmediata del sistema de intereses que no responde a los de los pueblos sino a las grandes corporaciones, que a través de 30 años de neoliberalismo han logrado penetrar hasta la conciencia de grandes capas de población que hoy hablan como ellos, en un cambio cultural enorme que intenta avasallar las identidades nacionales. Sin embargo es necesario reflexionar sobre esta estudiada sobre actuación de los dueños del mundo. ¿Acaso los chilenos privatizaron su mina El Teniente de cobre, principal actividad exportadora durante los años de Pinochet y en democracia? No. ¿Acaso Brasil entregó su compañía petrolera a los carteles internacionales del petróleo o mantuvo Petrobras en mano estatales, siendo la décima potencia mundial? La mantuvo. ¿Dejó el pueblo uruguayo que le privaticen como en nuestro país la Seguridad Social o mediante un plesbiscito decidió que era inviable entregar el ahorro interno genuino a los Bancos internacionales? Dejó el sistema de reparto. ¿Después de tantos años cual fue el eje de la campaña de Bachelet en la última elección? Modificar el sistema de AFJP que después de 25 años no ha dado respuestas previsionales y por el contrario ha achicado a límites vergonzosos las jubilaciones y pensiones chilenas. ¿Cuál fue el sistema de distribución de la renta que funcionó en nuestro continente? Venezuela claramente. Así como Perón en el siglo pasado o los intentos de Haya de la Torre en Perú y de Paz Estensoro en Bolivia, ninguna inversión privada ni europea ni norte americana logró mejorar el nivel de vida de los pueblos. Por lo contrario el resultado de 30 años de neoliberalismo es más pobreza, marginación y miseria en un continente que tiene todo para sostenerse con dignidad y justicia social. Si ser populista es defender los intereses del pueblo, pensando en el pueblo y planificando junto al pueblo, cumpliéndolas promesas electorales, bienvenido sea. Cumplir las promesas electorales es romper la trampa de la democracia limitada inventada por el Consenso de Washington para superar la etapa de las dictaduras militares de la Doctrina de Seguridad Nacional ante el agotamiento de la misma por el rechazo y la lucha de los pueblos latinoamericanos. ¿Cuál es la seriedad que reclaman desde adentro los colonizados y desde afuera los colonizadores? La de los contratos de las privatizadas argentinas con jurisdicción legal en EEUU y con corrección de tarifas por inflación en EEUU. ¿La de las AFJP que extraen compulsivamente el 30% del capital ahorrado por los trabajadores argentinos en forma directa y sin derecho a volver al sistema de reparto? La seriedad de Repsol-YPF que ganó 2000 millones en el ejercicio 2004 pese a que opera en 24 países el 50 % lo obtuvo de la Argentina, habiendo desatendido la exploración, vaciado los pozos y sin control estatal durante años, donde las comunicaciones de volúmenes exportados las hace la empresa a la Secretaría de Energía. La seriedad de Bolivia subsidiando a la Argentina y a Brasil y a su vez revendiendo a Chile que desde la Guerra del Pacifico le niega la salida al mar desde entonces. Debe ser serio entonces tolerar el sistema de corrupción imperante en Venezuela desde un sistema político alternante asentado en el prebendarismo y el alineamiento automático hasta la llegada de Chávez al poder. Las contradicciones de la hipocresía colonial no tienen límites. Los subsidios agrícolas y el dumping están bien para los países desarrollados y “serios”, pero cuando la defensa de los recursos naturales los plantean los países en desarrollo se levantan las voces de las apelaciones al la racionalidad y loas a la globalización. ¿Será la misma globalización que lleva a que pese al Tratado de Libre Comercio entre México y EEUU que permite obtener mano de obra barata a las grandes corporaciones, penetrar y compartir los mercados, debatir a través de las comunicaciones, lo único que no permita y expulse sea a los seres humanos con leyes represivas y la construcción de un muro fronterizo al mejor estilo soviet de la guerra fría? ¿Los países latinoamericanos acaso no podemos desarrollar fuentes de energía alternativas, sometiéndonos al dictado de políticas energéticas de los países desarrollados? ¿No tenemos derecho a asumir nuestros propios mecanismos de investigación y desarrollo científico – tecnológico en el marco del modelo de desarrollo que apuntalemos como decisión soberana?¿Es que debemos ser invadidos para persuadirnos de que estamos siendo un país ocupado por una lógica ajena a nosotros como historia y como pueblo? ¿Somos acaso impotentes de cambiar los ejes culturales hacia la recuperación de nuestra identidad nacional? ¿Es que los últimos treinta años de derrota no nos han dejado ya la enseñanza de que no hay más camino que las sucesivas crisis, frente a administrar lo que ya existe como marco colonial , en vez de gobernar con decisión y coraje para las futuras generaciones? A esta sucesión de hechos los europeos llaman populismo, ya que impide niveles de acumulación de ganancias a costa de generaciones de compatriotas de la Patria Grande Latinoamericana. La balcanización, la seducción por dinero, el endeudamiento son herramientas de la globalización y el control político. Quien se oponga a ello corre el riesgo de ser lapidado en nombre de la democracia y la libertad, por aquellos que amparan dictadores cuando les responden a sus intereses y acusan a quienes los confrontan. Ningún pueblo debe ser humillado ni subestimado ya que la única posibilidad de la humanidad reside en el humanismo como lucha política en el marco de la paz y la no violencia para no hacer el juego de los poderosos dueños del poder, que justamente ejercen la prepotencia y la violencia imperial. Llevamos menos de doscientos años de historia de luchas por la emancipación, bien merecen los pueblos que sigamos la senda marcada por los Libertadores como San Martín, Bolívar, Artigas, Juárez , Sucre, Azurduy, entre otros que hicieron de Latinoamérica un ejemplo de dignidad soberana. - Dr. Jorge Rachid IBAPE
https://www.alainet.org/es/articulo/115221

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