Todo terrorismo es éticamente inaceptable

06/06/2005
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A mediano plazo por los memos, el tipo de acción terrorista utilizado por estados como los Estados Unidos va a debilitar la legitimidad de todos los estados que lo utilizan. He tenido el privilegio de presidir el Tribunal Benito Juárez en México sobre las intervenciones norteamericanas hacia Cuba, hace poco mas de un mes, y hace 15 días, un Tribunal sobre Irak en Barcelona. Esto nos ha mostrado que el problema del concepto del terrorismo no es un hecho puramente académico y que tiene importancia también la lucha semántica. Y por eso voy a tratar dos cosas: primero, algunas precisiones del concepto de terrorismo y después, el concepto global del terrorismo de Estados Unidos. Se trata de un concepto físico, de hecho hay unanimidad en el mundo para estar en contra del terrorismo, y por eso, el concepto es eficaz. También se utiliza el concepto para descalificar a todo adversario, y finalmente la palabra es un arma conceptual. Evidentemente, como todos los conceptos éticos, puede ser una abstracción que reemplaza el análisis, y que absolutiza las posiciones, y que debe, evidentemente, ser combatido, sea cual fuere el contenido del concepto. Así, si tomamos algunos ejemplos, durante la Segunda Guerra Mundial, la resistencia en los países europeos fue calificada de “terrorista”; las luchas de liberación nacional de Angola o de Vietnam, fueron también calificadas de terroristas; las luchas y los luchadores sociales como Evo Morales, Francisco Cortés y tantos otros son calificados de “terroristas”, sin hablar, evidentemente, de los palestinos o iraquíes. Nosotros debemos ser claros en la definición de los conceptos, para que la lucha sea eficaz. Así, podemos preguntarnos, cuál es el contenido de la palabra, del concepto. Se trata de la utilización de una violencia ciega contra un adversario exponiendo la vida de cualquier ciudadano. Este tipo de contenido nos lleva a condenar, de manera radical, este método y este tipo de hechos, y vemos claramente el ejemplo de Cuba que rechazó inmediatamente los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, si el contenido del concepto se refiere a los medios, tenemos también que reflexionar sobre los fines. El fin no justifica los medios, nunca. Sin embargo, un juicio ético no puede evacuar un juicio político. Analizando también los fines, es evidente que hay diferentes actos terroristas: de pueblos agredidos sin esperanza o un terrorismo de gobiernos imperialistas, lo que se llama un terrorismo de Estado. Aún así, todo terrorismo es éticamente inaceptable. Y a esto debemos añadir que el terrorismo es contraproducente, generalmente sirve al adversario. El presidente Bush no habría podido hacer todo lo que ha hecho, hacia fuera las guerras y hacia adentro reduciendo las libertades cívicas, sino habría tenido servido en bandeja de plata, el atentado del 11 de septiembre. He trabajado mucho en Sri Lanka, recuerdo los actos de los tamiles, que luchan por una causa totalmente defendible, que por mucho tiempo utilizaron actos terroristas y un día hicieron estallar una bomba en un tren y mataron a un joven que yo conocía muy bien y que era uno de los luchadores a favor de la causa de los tamiles. Así, atentados ciegos no pueden ser sino contraproducentes, desde el punto de vista político, sin hablar de la ética. A mediano plazo por los memos, el tipo de acción terrorista utilizado por estados como los Estados Unidos va a debilitar rápidamente la legitimidad de todos los estados que lo utilizan. Finalmente, podemos decir que existen también otros conceptos paralelos al concepto de terrorismo, a veces asociados con el mismo, aunque no siempre. Por ejemplo, el concepto de guerra: hay un código internacional de guerra, se puede condenar crímenes de guerra que no son siempre terrorismo; hay la guerra total, muy frecuente ahora, que no hace diferencia entre militares y civiles. Hay las guerras de baja intensidad que no necesariamente utilizan el terrorismo, pero que pueden utilizarlo. Y tenemos matanzas de poblaciones en función de su pertenencia étnica, religiosa o política, y en las que, evidentemente, existe mucha vinculación con el terrorismo. Hay los crímenes contra la humanidad, ahora reconocidos internacionalmente, y con un Tribunal Penal Internacional. Hay también las torturas, el magnicidio, los asesinatos políticos, etc. Y el segundo y último punto es una reflexión general sobre el concepto global del terrorismo de los Estados Unidos. Si hablo de un contexto global, es para mostrar que la utilización del terrorismo o de la lucha contra el terrorismo, en el sentido que los Estados Unidos han dado a la palabra, no es un accidente de la historia, hace parte del papel fundamental que ellos quieren jugar en el mundo. Estamos en lo que se llama la globalización, esta nueva fase de acumulación del capital que quiere también controlar las fuentes de energía, y de materias prima a escala mundial, que necesita también un poder regulador, también a nivel mundial, no solamente de la economía sino también político y militar. Los Estados Unidos son la única superpotencia que puede cumplir con ese papel. Poco a poco, Estados Unidos se presenta al interior del país con esta misión mundial, aún con acentos religiosos, y que permite a la nación norteamericana presentarse por encima de las leyes y de la ética, utilizando todos los medios. El discurso ideológico que acompaña esta misión, que ellos se han autoatribuido, significa dar una importancia central al terrorismo, porque es el pretexto que permite confundir a la opinión pública mundial, apoyándose en hechos como el 11 de septiembre. Y ahora concluir, la primera estrategia de lucha contra el terrorismo es la de la deslegitimidad, mostrando la subversión de los conceptos que utiliza la palabra, es la lucha semántica; después es la denuncia del terrorismo de la superpotencia con claridad conceptual; la tercera es movilizar a la opinión pública, pero sobre una base muy clara. Y finalmente, utilizar los instrumentos jurídicos y preparar nuevos desarrollos del derecho internacional. Se trata de una lucha global, con muchos frentes: semánticos, físicos y jurídicos. - Este texto corresponde a la transcripción de la intervención del sociólogo belga François Houtard, director del Centro Tricontinental de Lovaina, en el Encuentro internacional “Contra el terrorismo, por la verdad y la justicia”, La Habana 2, 3 y 4 de junio de 2005.
https://www.alainet.org/es/articulo/112152
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