Telefónica Móviles afianza su estrategia de expansión en Latinoamérica

21/01/2005
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Tras la compra de la filial de Bellsouth en Argentina a mediados de enero, la empresa española de telecomunicaciones completó una operación de dominio en diez países latinoamericanos que arrancó en marzo de 2004. Esta última operación casi se solapa con la realizada en Chile, donde tan sólo unos días antes el Tribunal de Defensa de la Competencia aprobó la fusión de ambos grupos, si bien el fallo del Tribunal contempla una serie de exigencias que no han sido aceptadas por Telefónica, por lo que el sábado 15 de enero interpuso un recurso. Por otro lado, la filial de Endesa en Chile, Smartcom, ha procedido de igual manera contra el fallo de la citada instancia judicial a favor de la fusión entre Bellsouth y Telefónica Móviles. Y en México, la filial de internet de Telefónica, Terra, ha buscado la alianza con la firma Alestra, perteneciente al grupo AT&T, con el objetivo de arrebatar cuota de mercado al gran operador digital mexicano, Telmex, a la vez que se ha enredado también en cuestiones judiciales por un fallo desfavorable de la Comisión Federal de la Competencia, finalmente suspendido al ser admitido un recurso de amparo. Con el desembarco de Telefónica Móviles en diez países del subcontinente americano, la multinacional con sede en Madrid se convierte en la segunda operadora, tras Vodafone, por volumen de clientes con 72 millones de usuarios, según datos del tercer trimestre de 2004. Precisamente, los últimos datos conocidos de beneficios también se sitúan en esa fecha: 1.356,2 millones de euros entre enero y septiembre. Con estos resultados, no se llegaría a la previsión de crecimiento de explotación antes de amortizaciones (ebitda), estimada para el global de 2004 en un 3% frente al 7% calculado inicialmente. La primera materialización del acuerdo entre Telefónica Móviles y las filiales de Bellsouth en Latinoamérica se selló el 14 de octubre con referencia a Ecuador, Guatemala y Panamá. Después, a finales del mismo mes, la compañía telefónica estadounidense anunció la venta de sus activos de telefonía móvil en Colombia, Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela a la firma española por un valor de 2.500 millones de dólares (1.968 millones de euros). Este montante formaba parte de un total de 5.850 millones de dólares (4.453 millones de euros) por los activos de negocio de Bellsouth en diez países de la zona. A la conclusión de 2004 restaban dos: Chile y Argentina. En el primero, el 4 de enero último y tras 10 meses de incertidumbre el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia dio luz verde a la fusión entre Telefónica Móviles y Bellsouth, aunque con nueve restricciones. El pleito arrancó en el mismo momento en que se hizo pública la intención de compra de la empresa de Estados Unidos. El rechazo de las restantes operadoras (Entel, Chilesat y Smartcom) condujo a la interposición de un recurso ante los tribunales. No hay que olvidar que la fusión otorgaba a Telefónica Móviles el 48,5% del mercado de telefónica móvil (17,8% de Bellsouth y un 30,7% de la española). Dentro del mercado argentino, la siguiente por volumen de clientes es Entel (36,7%) y Smartcom (14,8%). Con el campo despejado, el 9 de enero concluyó el acuerdo de compra de la filial chilena de Bellsouth por 532 millones de dólares (404 millones de euros). Por número de usuarios, 4,7 millones. Las restricciones adjuntadas a la sentencia del Tribunal de la Competencia obligan a Telefónica Móviles a desprenderse, en un plazo inferior a 18 meses, de 25 de los 85 megahercios de frecuencias radioeléctricas que acumularán, las cuales serán subastadas entre sus competidores. La negativa a dicha restricción es lo que llevó al grupo español a presentar el 15 de enero un recurso de reclamación alegando discriminación e inconstitucionalidad en algunas de las limitaciones, causa que será vista por la Tercera Sala Constitucional de la Corte, según informa el diario chileno La Tercera. En este nuevo recurso, Telefónica señala que no está de acuerdo con la enajenación de parte del espectro por donde se envían las señales de telefonía móvil. La disposición señala que se tienen que vender 25 megahertz (MHZ) en la banda de 800 MHZ, puesto que, a su juicio, se ha acreditado la existencia de espectro radioeléctrico disponible para el ingreso de nuevos operadores. Según la empresa, el tribunal desconoce el principio de igualdad al permitir que la firma fusionada opere con 55 MHZ, contra 60 MHZ de Entel y los 30 MHZ de Smartcom. Telefónica estima que la venta de 25 MHZ coloca a la empresa fusionada en una desventaja competitiva respecto de Entel, “lo que, aplicando los criterios del tribunal, sería contrario a la libre competencia”, destaca el escrito. Además, considera contraria a la competencia y la igualdad la condición que se le impuso de que -mientras dure la enajenación del espectro- no debe comercializar planes que incluyan precios distintos para las llamadas dentro de su propia red y las llamadas que terminen en otras redes móviles. “Esta instrucción, aparte de discriminatoria, es ilegal, inconstitucional y contraria a la competencia, porque contiene una regulación de precios para lo cual el tribunal carece de facultades”, explica la empresa. Y agrega que, de hacerse efectiva esta exigencia, debiera aplicarse para toda la industria. Respecto de la obligación de inscribirse en la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), Telefónica Móvil acepta esta obligación. Pero estima que debe exigirse a todos los competidores. El recurso legal presentado el sábado está en línea con uno de reposición o aclaración que la compañía presentó el lunes 10 ante el Tribunal de la Libre Competencia, para que el organismo antimonopolio aclarase y reconsiderara las condiciones que fijó para concretar la fusión. Pero el Tribunal rechazó, el jueves 13, la solicitud de Telefónica Móvil de revisar el fallo, destaca la noticia difundida por La Tercera el martes 18 de enero. Y a mediados de este mes finalizó la operación diseñada casi un año antes con la fusión de Movicom, marca de Bellsouth en Argentina, con Unifón, nombre de Telefónica Móviles en dicho país. La cantidad desembolsada fue de 988 millones de dólares (752 millones de euros). Las diez operadoras de telecomunicaciones de Bellsouth en Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Guatemala, Uruguay, Panamá y Nicaragua sumaron, al cierre de ejercicio del tercer trimestre de 2004, unos ingresos de 2.282 millones de dólares (1,737 millones de euros) y un ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones) de 741 millones de dólares (564 millones de euros), con una cartera de 13,1 millones de clientes. En otro orden de cosas, la filial de telefonía móvil brasileña, Vivo, controlada por Telefónica Móviles y Portugal Telecom, cifró en 26 millones sus abonados a finales de 2004, con un crecimiento de un millón en dos meses. Vivo se constituyó a principios de 2003, con una cobertura hoy del 86% del territorio de Brasil y con presencia en 19 estados. El obstáculo de México Pero no todo fueron parabienes en el proceso de expansión de Telefónica Móviles por tierras latinoamericanas. A principios de este mes de enero, su filial en México, TEM.MC, emitió una resolución de total desacuerdo con la decisión de la Comisión Federal de Competencia (CFC) sobre la licitación de espectro para la banda 1900 PCS de telefonía celular. Dicho comunicado estimaba que la postura del CFC pretendía limitar la participación y “no favorecer realmente” la competencia en las principales regiones del país, donde se hallan ubicadas ciudades como Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara y Tijuana. El CFC estableció un límite de 35 MHz por operadora en el espectro radioeléctrico de 1900 MHZ. Telefónica Móviles México afirmó que tal determinación contradecía la valoración de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), que en base a la suma total de bandas fijó un límite de 65MHz por región. El enfado de la filial mexicana, expresada a través de su director de comunicación y relaciones institucionales, Juan Antonio Azcárraga, proviene de que se pueden quedar sin acceso a las frecuencias que les habilitaría reforzar su posición en la zona de la capital de México y sus alrededores, ya que reduce a menos de la mitad las frecuencias que salen a subasta por las que pueden pujar. Mientras, otras operadoras que ya poseen más cuota de mercado tendrían más opciones. En la actualidad, el mercado mexicano tiene como operadores predominantes a Telmex o alguna otra de las compañías propiedad del empresario Carlos Slim. A él pertenece el gran trozo del pastel. De ahí que el pasado 12 de enero se conoció el acuerdo entre los operadores de internet de Telefónica (Terra) y AT&T (Alestra), elevándose al puesto de segundo proveedor de servicios por esta vía en la banda estrecha de México. Terra conserva su portal y suministra a la cartera de clientes resultante del pacto de correo electrónico y servicios de valor añadido; mientras, Alestra intentará captar abonados en función de una mejora de la oferta global. Sin embargo, el viernes 14 de enero, un juez de distrito concedió a Telefónica Móviles México un amparo definitivo contra la decisión de la CFC, según informó días después el periódico digital Finanzas.com, lo que llevó al portavoz de la compañía a afirmar que se había logrado evitar un error que marginaba a la empresa en la subas y adquisición de nuevas frecuencias en la banda de 1.900 MHz. Telefónica con Alierta La compañía española de telecomunicaciones tiene su sede en Madrid. Su actual presidente, César Alierta, que tomó el relevo en 2000 de manos de Juan Villalonga, se fijó como objetivos la expansión en América Latina, el negocio de los móviles y la banda ancha o ADSL. Daba, de este modo, un giro radical a la estrategia de su antecesor, que conoció el paso de Telefónica como empresa pública a su privatización en 1997 y la liberalización del mercado de las telecomunicaciones un año después, ajustándose a directrices marcadas por la Comisión Europea. La gestión de Villalonga tuvo cuatro ramas. Una, las alianzas con empresas internacionales del sector, tales como Unisource, BT, MCI, World-Com, BT. Los resultados no fueron los esperados. Dos, la compra de la productora holandesa Endemol por 4.700 millones de euros y la adquisición del portal estadounidense Lycos por valor de 10.500 millones de euros. Tampoco se obtuvo el beneficio calculado. Lycos se vendió en 2004 por 400 millones de euros. La siguiente línea de expansión es la concerniente a las licencias de telefonía móvil de tercera generación (3G o UMTS) en Alemania, Italia, Suiza y Austria, con un montante en euros de 6.000 millones. Y, la cuarta, el fallido intento de crear un gran grupo de comunicación que le pudiera hacer sombra al grupo PRISA, por entonces azote del Gobierno del Partido Popular, presidido por José María Aznar. Las inversiones en Antena 3 TV, Onda Cero, por ejemplo, no conseguían afianzar ese gran polo mediático y, en cambio, la sangría de pérdidas era constante. Con César Alierta queda finiquitada esta última operación. Hoy, Telefónica tiene como principales accionistas a BBVA (6,09%), La Caixa (5,38%), Chase Maniatan (9,91%), Citibank (4,43%). Su facturación de 2003 fue de 28.400 millones de euros, con un beneficio neto de 2.203 millones y 148.288 empleados. Estas últimas cifras variarán sustancialmente cuando se conozcan los datos de 2004, en gran parte por la compra de la filiales de la compañía estadounidense Bellsouth en América Latina.
https://www.alainet.org/es/articulo/111311
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