Veredicto
Del Tribunal por la Soberanía Alimentaria
Juicio al Banco Mundial (BM) y al Banco Interamericano de
Desarrollo (BID)
Por su deuda social y ecológica en la agricultura con los
pueblos de los países de América Latina
EL TRIBUNAL POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y JUICIO AL BANCO
MUNDIAL Y AL BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO POR SU DEUDA
SOCIAL Y ECOLÓGICA EN LA AGRICULTURA CON LOS PUEBLOS Y PAÍSES DE
AMÉRICA LATINA, convocado por los movimientos sociales,
principalmente indígenas y campesinos, nacionales y del
continente, y por varias redes y organizaciones vinculadas con
la problemática agrícola, la deuda externa y deudas sociales y
ecológicas, se reunió el día 27 de julio del 2004, en Quito,
Ecuador, como parte del I Foro Social de las Américas.
Este Tribunal tuvo lugar con el objetivo de juzgar la
responsabilidad del Banco Mundial y del BID como parte de los
actores fundamentales en la promoción y financiamiento de las
tecnologías agrícolas de la llamada "Revolución Verde" y de la
Agro-Biotecnología, así como del proceso de concentración de
tierras en pocas manos, para favorecer las necesidades
corporativas y de comercio de los países del Norte, generando
graves impactos sociales, ambientales, culturales y económicos
que constituyen una inmensa deuda social y ecológica con los
países y pueblos de América Latina.
Este es un Tribunal ético-político, no una corte judicial, sin
embargo, respeta una argumentación y documentación rigurosas,
apoyado en la diversidad de las tradiciones jurídicas y éticas.
A partir de una Acusación basada en un amplio material
documentado y de testimonios presentados por hombres y mujeres
de pueblos de América Latina, los Jueces, como representantes de
la sociedad de diferentes países, llegaron al siguiente
VEREDICTO:
CONSIDERANDO:
– Que el BM y el BID, desde hace medio siglo, a través de
incidir en las políticas agrícolas y proveer financiamiento,
han venido promoviendo el modelo de agricultura de la
Revolución Verde y en los últimos años de la Agro-
Biotecnología, basado en monocultivos, uso de agrotóxicos e
industrialización de la agricultura, agudizando la pobreza en
el campo y destruyendo los ecosistemas agrícolas y silvestres
de la región.
– Que estas políticas y financiamiento sirven a un proyecto
global, coronado por la Organización Mundial de Comercio y los
tratados de libre comercio regionales y bilaterales, que
responden a intereses de las corporaciones transnacionales de
semillas, agrotóxicos y biotecnología.
– Que este modelo agrícola, impulsado por el BM y el BID,
introduce a pequeños agricultores a modelos industriales y
ésto los lleva al endeudamiento, quiebra y a abandonar sus
tierras.
– Que el modelo agroexportador que estos bancos financian, es
un modelo a gran escala y que ha dado como resultado la
concentración de la tierra, el despojo de las tierras de
pueblos indígenas y comunidades campesinas y la migración
interna y externa.
– Que en varios países, las políticas de ajuste estructural
defendidas por el Banco Mundial y el BID han estimulado la
privatización de tierras públicas y comunitarias, además de la
privatización de las aguas y selvas.
– Que la promoción agresiva de las políticas de ajuste
estructural y de desarrollo rural del BM y el BID favorece la
intensificación agrícola y la producción orientada a la
exportación a costa de la agricultura de menor escala y bajos
insumos externos, siendo esto la principal barrera a la
adopción significativa del manejo integrado de plagas con
bases ecológicas o la adopción de prácticas agroecológicas.
– Que a pesar de que, desde la década de los 80, grupos de la
sociedad civil y comunidades han exigido al BM que suspenda la
financiación de plaguicidas y promueva alternativas
ecológicamente sanas y socialmente justas, sus políticas han
significado el mayor uso de agrotóxicos y por tanto mayor
exposición a los plaguicidas químicos que generan impactos en
la salud, problemas de desequilibrio ambiental y pérdida de
biodiversidad.
– Que entre 1988 y 1995 el Banco financió más de US$ 250
millones en ventas de plaguicidas y que entre 1993 y 1995
todos los contratos firmados fueron directamente cesiones a
las mayores compañías de plaguicidas en Francia, Alemania,
Reino Unido, Estados Unidos y Japón, mientras los agricultores
participantes en estos proyectos vieron afectada su salud y la
estabilidad ecológica de sus sistemas de producción por usar
más plaguicidas; el Banco reconoció que sólo 1% de los
proyectos aplicados tuvo una evaluación ambiental completa.
– Que existe suficiente información publica que acredita que
los plaguicidas usados a través de los proyectos financiados
por estos Bancos, son dañinos para la salud humana, por su
característica toxica, por sus efectos cancerigenos,
teratogénicos sobre el sistema nervioso, neurológico y
reproductivo de ésta y de las futuras generaciones. Estos
plaguicidas ya han sido catalogados por la Agencia de
Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) y el
Instituto de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), así como
por la Unión Europea, como de extremadamente peligrosos. El BM
y el BID son responsables del deterioro de la salud e los
pueblos y de los ecosistemas porque, a pesar de conocer sus
efectos, sigue promoviéndolos y financiando su difusión y
venta.
– Que el Banco Mundial apoya el establecimiento de actividades
dañinas para el ambiente y las comunidades locales en muchas
actividades extractivas en América Latina como por ejemplo el
cultivo de camarón en América Sur y Central que produce
destrucción y contaminación de manglares, lo que torna
inviable la pesca artesanal, poniendo en riesgo la soberanía
alimentaria de los pueblos costeros.
– Que el Banco Mundial y el BID han impuesto todas estas
políticas en muchos casos en connivencia con los Gobiernos
del América Latina. Estos Bancos presionan a los gobiernos a
través de amenazas económicas, relacionadas con el pago de la
deuda financiera, para que éstos no puedan cambiar sus
políticas. Los Gobiernos son entonces cómplices de estas
políticas y deben explicar porqué la siguen aplicando sin
evaluar sus efectos. Además, el BM y el BID sostienen que
realizan procesos de consulta, pero son mecanismos manipulados
con actores que no tienen real representación de la sociedad
civil.
– Que muchas investigaciones independientes indican que los
proyectos del Banco Mundial y del BID no han sido exitosos,
presentando problemas económicos, sociales y ambientales. Sin
embargo, permanecen como parte estratégica de un megaproyecto
que busca garantizar las bases para la expansión del
neoliberalismo.
– Que el Banco Mundial tiene como parte a organizaciones como
la Corporación Financiera Internacional (IFC), de capitales
privados, que invierte en actividades dañinas al ambiente y a
la sociedad en diversos países.
– Que el proyecto del Banco Mundial se contrapone a las
propuestas y luchas históricas de los movimientos sociales
rurales por una reforma agraria amplia, profunda y justa.
– Que el Banco Mundial y el BID no respetan los convenios
internacionales, sobre ambiente, trabajo, derechos humanos y
derechos de los pueblos, en especial, de los pueblos
indígenas.
– Que el Banco Mundial y el BID han desnaturalizado el carácter
multilateral de su organización y responden
unidimensionalmente a los intereses hegemónicos de las grandes
potencias y de las grandes corporaciones multinacionales.
– Que todos los proyectos y créditos del Banco Mundial y del
BID, con sus impactos sociales, ambientales, culturales y
económicos generan una inmensa deuda social y ecológica de las
instituciones financieras internacionales con los países y
pueblos de América Latina.
– Que la deuda ecológica y social incurrida por estos bancos
excede enormemente a la deuda externa atribuida a nuestros
países.
Por todo los CONSIDERANDOS expuestos ante el Tribunal por la
Soberanía Alimentaria, por unanimidad, los Jueces dictan la
siguiente SENTENCIA:
– Declarar al Banco Mundial y al Banco Interamericano de
Desarrollo responsables de los crímenes sociales y ambientales
producto de sus programas y políticas expuestas en la
acusación.
– Ordenar al BM y al BID indemnizar con justicia a las víctimas
de estos programas y créditos
– Obligar al BM y al BID la inmediata restauración de los
ecosistemas afectados por sus proyectos.
– Ordenar el resarcimiento a los pueblos indígenas y campesinos
por la deuda en la agricultura, el mismo que debe ser
aplicado a los proyectos de reforma agraria y transformación
de la agricultura, propuestas desde las organizaciones
sociales, indígenas y campesinas.
– Ordenar que se retiren y paren inmediatamente estos programas
y créditos que incrementan las deudas sociales y ecológicas.
– Obligar al BM y el BID no seguir fomentado ni financiando el
uso de agrotóxicos, ni monocultivos transgénicos que han
demostrado altos impactos sociales y ambientales y que han
puesto en riesgo la soberanía alimentaria de los pueblos.
Los jueces hacen las siguientes exigencias a los Gobiernos de
América Latina:
– Exigir a los gobiernos de América Latina que se declare
prioridad la soberanía alimentaria de los pueblos y la defensa
de sus fuentes de sustento basada en producciones
agroecológicas locales y de mercado interno.
– Exigir a los Gobiernos que se declare a América Latina Libre
de Transgénicos.
– Exigir a los gobiernos de América Latina generar condiciones
dignas para los pueblos indígenas y comunidades campesinas en
base al desarrollo local de fortalecimiento de comunidades
solidarias, basadas en la producción LOCAL, de alimentos
SANOS, LIMPIOS y ACCESIBLES para todos los pueblos.
Finalmente, el Tribunal declara a los pueblos y países de
América Latina ACREEDORES DE LA DEUDA SOCIAL Y ECOLÓGICA y al BM
y al BID DEUDORES.
Y dispone la ejecución de esta sentencia.
Dado en Quito, Ecuador, el 27 de julio, 2004
Por los Jueces:
Adolfo Pérez Esquivel, Argentina
Premio Nóbel de la Paz.
Siguen las firmas de los Jueces en el Veredicto del Tribunal por
la Soberanía Alimentaria y el Juicio al BM y al BID por su deuda
social y ecológica con los pueblos y países de América Latina.
José Augusto Padua, Brasil
Alianza de los Pueblos del Sur Acreedores de Deuda Ecológica.
María Elena Rozas, Chile
Coordinadora de Rapal en América Latina.
Nemesia Achacollo, Bolivia
Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Siza.
Cléa Carpi da Rocha,
Presidenta del Tribunal
Juan Pablo Muñoz
Secretario del Tribunal
Siguen firmas de representantes de organizaciones que se suman
al VEREDICTO TRIBUNAL POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA: JUICIO AL
BM Y AL BID POR SU DEUDA SOCIAL Y ECOLÓGICA EN LA AGRICULTURA
CON LOS PUEBLOS Y PAÍSES DE AMÉRICA LATINA, realizado en Quito,
Ecuador, el 27 de julio del 2004 en el marco del I FORO SOCIAL
DE LAS AMÉRICAS.