Soya transgénica en los Estados Unidos:

Un monstruo fuera de control

25/02/2003
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Actualmente los productores de soya en los EEUU se encuentran en un espiral hacia abajo, un camino "suicida" que pronto podría significar el desastre total para ellos, y para las sociedades y ecologías rurales que los rodean. Investigaciones económicas revelan como la soja transgénica, resistente a Roundup, herbicida de marca registrada de Monsanto, ha cambiado el comportamiento de los agricultores frente al mercado, y como esto ha generado una especie de monstruo fuera de control. El mercado internacional de soya, como todo mercado de materia prima, se caracteriza por fuertes fluctuaciones de precios, y esto siempre ha constituido un problema fundamental para los productores de soya. Sin embargo, en términos históricos, hubo cierta auto-regulación del mercado, porque al caer el precio de soya en el mundo, los productores solían reducir su área de siembra, porque con un precio bajo, no valía la pena sembrar tanta soya. Mas bien sustituían otros cultivos por una parte de su área en soya. Esto tenia el efecto saludable de reducir la cantidad de soya producida en el mundo, lo cual ayudaba a que el precio se recuperara, evitando así las caídas de precio demasiado grandes o prolongadas. En vez de reducir sus áreas de siembra, los mismo agricultores podían haber pensado en sembrar más soya, produciendo una mayor cantidad de soya en total, para compensar por una tasa de ganancia por hectárea menor. Pero esto no lo hacían, antes, por los altos costos de abrir nuevos terrenos para la soya. Sin embargo, con la introducción de la soya resistente a Roundup, se ha vuelto demasiado fácil abrir nuevos terrenos con herbicida, y como consecuencia, los productores han cambiado su comportamiento frente a las fluctuaciones del mercado. Hoy día, en lugar de reducir el área en soya cuando el precio cae, la aumentan, usando herbicida para abrir más terreno, produciendo más soya en total para compensar las ganancias menores por hectárea, precisamente lo que no hacían antes. Esto ha abierto el camino de la espiral hacia abajo: el precio se cae, los productores responden con un área mayor en soya y un aumento de la producción total, lo cual trae consigo otra caída del precio, al cual responden igual, y el ciclo se repite. La consecuencia ha sido terrible en términos económicos. Cuando se introdujo la soya transgénica en los EEUU en 1996, el precio mundial de soya estaba en su punto más alto de los últimos años, unos 307 dólares por tonelada. Desde allí el precio ha caído cada año, continuamente, y ahora esta alrededor de 200, casi sin posibilidad de recuperación. Y todo señala que será peor en el futuro. El mercado mundial esta saturado, los agricultores siguen usando herbicida para aumentar el área sembrado, la sobreproducción aumenta, y los precios siguen cayendo por el suelo. Mientras tanto, la soya se comporta como un monstruo desatado, fuera de control. El área bajo soya aumenta dramáticamente, el monocultivo de soya arrasa con nuestras zonas rurales, consumiendo y desplazando toda otra actividad agropecuaria, reemplazando la diversidad biológica, económica y social con la dependencia exclusiva en un solo mercado, el de la soya, un mercado rumbo al desastre. La soya transgénica de Monsanto está creando un desierto verde y está trayendo un montón de problemas consigo. Cada día hay más especies de malezas resistentes a Roundup, la productividad de la soya transgénica es inferior a la soya convencional, y el Roundup acaba con la biodiversidad de plantas silvestres, dejando una especie de tierra quemada y contaminada. Además, la soya transgénica introduce al sistema alimentario muchos riesgos potenciales para los consumidores, riesgos que no han sido estudiados adecuadamente, así que hacen que los consumidores sean como las ratas de laboratorio en un inmenso experimento. Está cada día más claro que el modelo soyero actual, basado en la soya transgénica, está en bancarrota. Más vale pensar en alternativas, alternativas basadas en producción diversificada, en reducir la dependencia hacía mercados únicos y alternativas productivas, como los enfoque agroecológicos, que son más sanos para las sociedades y ecologías rurales. Esta es la lección de la soya transgénica de Monsanto en mi país. * Dr. Peter Rosset, especialista en políticas de desarrollo agropecuario y co-director de Institute for Food and Development Policy, conocido como "Food First", en Oakland, California, EEUU
http://www.foodfirst.org
https://www.alainet.org/es/articulo/109147
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