Conclusiones

Seminario Taller Comercio Internacional, ALCA y Comercio Justo

05/06/2003
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San Pedro Sula, Honduras, 2 al 6 Junio 2003. INTRODUCCION Reunidos en San Pedro Sula, Honduras, 9 obispos, sacerdotes, religiosas y laicos, en número de 70, delegaciones de organismos de Pastoral Social-Caritas de América, que comprende las Zonas Bolivarianas, Cono Sur, El Caribe, CAMEXPA, y Norte (EEUU y Canadá), en el seminario taller sobre "Comercio Internacional, ALCA, y Comercio Justo", convocados por el Departamento de Pastoral Social del CELAM y la Cáritas Latinoamericana y El Caribe, hemos dado seguimiento a nuestro compromiso asumido en el Sínodo de América y en la programación del CELAM. Este encuentro sobre Comercio Internacional y Comercio Justo se enmarca en los procesos de reflexión, que viene realizando el Departamento de Pastoral Social del CELAM y CARITAS LATINOAMERICANA, DEL CARIBE y del Norte, preocupados por el empobrecimiento de millones de hermanos y hermanas nuestros en el Continente. Encuentro de Bogotá: En marzo del año 2002 se reunieron en Bogotá Colombia los Presidentes y Ejecutivos de la Pastoral Social y Cáritas del Continente para leer los signos de los tiempos a la luz de la fe. Fruto de la oración y la reflexión conjunta de esos días se llegó a diseñar la siguiente misión y visión, para orientar el caminar de nuestras Iglesias en el servicio de todos los hermanos y hermanas, sobre todo de quienes viven en la inhumana pobreza y el sufrimiento, para acompañar el proceso de transformación de la realidad de nuestros pueblos. MISIÓN DE LA PASTORAL SOCIAL-CARITAS: La Pastoral Social/Caritas en América, desde el contexto de cada país, está llamada a: Animar, a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de Iglesia, el proceso de transformación de la realidad de los pueblos de América, con el protagonismo de los pobres y excluidos, para construir, en armonía con la creación, una sociedad justa, fraterna y solidaria, signo del Reino de Dios. VISIÓN DE LA PASTORAL SOCIAL-CARITAS: Como Pastoral Social Caritas: Queremos un continente solidario, justo, democrático y pluralista donde los poderes públicos sean representativos, transparentes, y participativos para que cada hombre y mujer viva de acuerdo a su dignidad, tenga satisfechas sus necesidades básicas y use sosteniblemente los recursos de la creación para el bien común. Y por lo tanto queremos una Iglesia que sea testigo de Jesús en el mundo, pobre, profética, y pascual, en conversión continua, donde los laicos sean protagonistas y que incida en los procesos históricos de transformación para hacer presente el Reino de Dios. Encuentro en Washington: A fines de Enero del año 2002, se reunieron en Washington, D. C. las Presidencias de las Conferencias Episcopales de Canadá, Estados Unidos y del CELAM para junto con ejecutivos de la pastoral social y expertos de las iglesias dialogar con los Presidentes de los organismos multilaterales, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y con Presidentes de algunas de las grandes corporaciones multinacionales. La motivación central que animó este encuentro fue iniciar un diálogo imprescindible en relación al fenómeno de la globalización económica y la necesidad que sentíamos como Iglesias en el Continente de humanizar la economía global para frenar el creciente proceso de empobrecimiento de nuestros pueblos. Consecuencia del diálogo iniciado en Washington, D.C. el DEPAS, CRS y CEAS presentaron a la Presidencia del CELAM el proyecto: "Hacia una economía más humana, cooperativa y solidaria", para dar seguimiento a las conclusiones del mencionado encuentro de la Iglesia con los representantes de los grandes poderes económicos a nivel mundial. Este encuentro internacional que estamos desarrollando en San Pedro Sula, es una de las actividades, que forman parte del proyecto. XV Congreso Continental de Caritas y el II Encuentro Continental de Pastoral Social, México. Otro hito importante de este camino, que quiere hacer la Iglesia en el Continente, fue la celebración del XV Congreso Latinoamericano y del Caribe de Caritas y el II Encuentro Continental de Pastoral Social, realizado en México en marzo de este año, donde también la realidad de empobrecimiento continuo de nuestros países fue trabajada buscando alternativas para mantener y reforzar la esperanza de nuestros pueblos.
ENCUENTRO SAN PEDRO SULA.
Convocados por el Departamento de Pastoral Social del CELAM, para conocer, analizar, y discernir las problemáticas del "Comercio Internacional, Comercio Justo, ALCA y sus implicaciones para la labor de la Iglesia en América Latina, El Caribe y Norteamérica" hemos analizado las TENDENCIAS que se reflejan a lo largo de nuestro Continente como consecuencia de los Tratados de Libre Comercio, los RETOS y las LINEAS DE ACCION, que ponemos a consideración de nuestras Conferencias Episcopales y las Comisiones de Pastoral Social–Caritas. 1.- CONSTATAMOS LOS SIGUIENTES SIGNOS DE MUERTE, que se reflejan como tendencias en los procesos económicos y sociales: El libre mercado actúa con absoluto libertinaje. Las corporaciones transnacionales se van fortaleciendo y tomando el control sobre la producción, el comercio y los servicios de nuestros países. Esta realidad se refleja en: – El comercio y el flujo de capitales transnacionales especulan y levantan barreras a la esperanza de miles de personas empobrecidas, marginadas y excluidas de trabajo. Las grandes corporaciones transnacionales van concentrando cada vez más el control sobre la producción, el comercio y los servicios en nuestros países. – El individualismo es la práctica del actual sistema de comercio internacional. – Se quiere imponer una falsa integración, con escandalosas desigualdades, gestadas y promovidas por el sistema financiero internacional. Los Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), muchas veces se perciben cercanos a una estrategia política y económica de dominación. – Nuestros países son condicionados a dejar de ser productores y se les empuja a ser consumidores- importadores de bienes y servicios. Se importa tecnología sin que esto cambie la condición de países dependientes. – La falsa integración basada en lo económico, como primer y gran valor, favorece la corrupción. – La concentración de riquezas fomenta el desplazamiento de trabajadores del campo y la ciudad expropiados de sus fuentes de trabajo. Las economías de varios países penden crecientemente de las remesas económicas de los migrantes. Varios de nuestros países se han convertido en exportadores de mano obra barata. – El sistema económico internacional aplasta la cultura y los valores de nuestros pueblos, la pequeña y mediana empresa, la producción y la economía del campesinado. – Las poblaciones son víctimas de la influencia y de la manipulación de los medios de comunicación. Las cúpulas de los gobiernos negocian casi en secreto y de espaldas a la población tratados y acuerdos ajenos a las necesidades e intereses nacionales. – Existen casos de restricción de espacios democráticos de los movimientos sociales, lo que limita la participación y movilización social. – Pérdida de soberanía y autonomía frente a las empresas multinacionales. El sistema financiero y organismos y consorcios transnacionales se constituyen como verdaderos obstáculos contra la auténtica integración, tanto dentro de los países como fuera de ellos. – Se insiste en separar lo económico de lo político. En un gran número de países los partidos políticos y sus dirigentes enfrentan una profunda crisis de credibilidad, producto de su reiterado desinterés, por los desafíos y necesidades de las mayorías nacionales. – 2.- CONSTATAMOS SIGNOS DE VIDA en el mercado justo y solidario, promovido por nuestras comunidades, organizaciones populares, juntas de campesinos e indígenas y asociaciones de mujeres y movimientos sociales: – La búsqueda de alternativas dentro de una verdadera perspectiva de integración y solidaridad cobra mayor fuerza. Se destacan las experiencias de comercio justo, economía solidaria y experiencias de trueque que se realizan en comunidades organizadas. – La búsqueda de información, formación y participación de diversos sectores de la población y de la Iglesia sobre los procesos comerciales, económicos y políticos en aras de la equidad. – La organización de la micro, pequeña y mediana empresa, que buscan tener un espacio real y viable dentro de los Tratados de Libre Comercio. – Los esfuerzos de Conferencias Episcopales y sus departamentos de Pastoral Social–Cáritas a favor de generar alternativas de economía solidaria y de lucha por la defensa de sus recursos: tierra, agua y servicios públicos, tales como: seguridad social, agua, energía, comunicación. 3.- DONDE QUEREMOS LLEGAR: En cuanto a los derechos humanos: – Rescatar, a partir de la DSI, el principio de la dignidad de la persona humana amenazada con el deterioro progresivo de la calidad de la vida y el empobrecimiento creciente de las mayorías. – Promover la participación de los excluidos en los debates, que inciden sobre su propia vida, facilitándoles el acceso a todo tipo de información útil (Tratados, Organismos internacionales, Estrategias de desarrollo…), favoreciendo capacitación en análisis políticos y educación ciudadana, para poder desempeñar su papel de actor económico (economía solidaria, comercio justo…) y su rol de control social. – Superar las desigualdades (culturales, técnicas, económicas…) que constituyen fuentes de conflictos adentro de los países y que obstaculizan relaciones humanas entre países. En el campo de la integración: – Promover una integración con mayor equidad y participación real de todos los sectores. – Apoyar (fortalecer) procesos subregionales hacia nuevos modelos de integración; – Acompañar las iniciativas de redes o de alianzas con los diversos sectores sociales; – Creación de fondos a favor del Comercio justo. En el campo de la Iglesia: – Promover el protagonismo de la acción de la Iglesia en su rol profético; – Necesidad de informar y formar sobre el tema dentro de la Iglesia (Conferencias Episcopales, PS- Caritas, Comunidad cristiana); – Intercambiar experiencias entre los grupos de la Iglesia en el tema de Economía solidaria. A nivel de información y formación nos proponemos: – Denunciar y dar a conocer, como Conferencias Episcopales del Continente Latinoamericano y del Caribe y sus Departamentos de Pastoral Social- Cáritas, que los Tratados de Libre Comercio que se vienen impulsando tienen un enfoque neoliberal. – Analizar cuáles son los perdedores en estos tratados que vienen diseñados desde fuera, que hay que aprobarlos rápidamente y que no proceden de un proyecto de desarrollo sentido y elaborado por nuestros pueblos y gobiernos. – Acelerar la capacitación, la producción y la comercialización de nuevos productos más competitivos a nivel mundial. En cuanto a las Alianzas: – Favorecer y acelerar la Integración de América Latina y El Caribe, como un signo de apoyo entre los pobres y como un bloque significativo, que pueda negociar de igual a igual, tratados comerciales con mejores oportunidades, en las que todas las partes sean ganadoras. – Fortalecer la comunión del CELAM con las Conferencias Episcopales del Estados Unidos y Canadá, con el Pontificio Consejo Justicia y Paz, para que promuevan iniciativas de comercio justo. En cuanto a la reafirmación cultural y ecológica: – Defender el agua y la tierra, en fidelidad a su vinculación con la cosmovisión ancestral de nuestros pueblos, del Destino Universal de los Bienes, de la seguridad alimentaria, de la propia cultura, del arte y de la soberanía de nuestros Estados, que no deben ser afectados por los Tratados de Libre Comercio En cuanto al Comercio Justo: – Lograr que el comercio sea justo, como una condición de la dignidad de la persona humana, la calidad de vida, la solidaridad, el bien común y el respeto a los derechos humanos. – Fortalecer las experiencias de Comercio Justo y Economía Solidaria, analizándolas objetivamente y apoyando alianzas y redes a nivel local, nacional y regional que presenten una fuerza alternativa al comercio despiadado. – Apoyar e incidir desde la Iglesia, y en unión con la sociedad civil, el desarrollo de políticas alternativas para el comercio justo a favor del pequeño productor. – Implementar estrategias de formación a los consumidores para que adquieran productos locales y de calidad, elaborados preferentemente por nuestros productores. Presentamos estas conclusiones, fruto de nuestras reflexiones en torno al mercado internacional y el comercio justo, con la esperanza de que puedan servir como instrumento para el acompañamiento de nuestras comunidades eclesiales e inspiración para las organizaciones sociales y políticas. Si queremos, podemos. Otro mundo es posible. Con el esfuerzo de todos y todas lo construiremos. San Pedro Sula, Honduras, 6 de Junio 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/107643

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