Guardianas de la paz, contra las violencias de los hombres

17/10/2001
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En estos tiempos de expresión de las más estereotipadas manifestaciones de los valores de la cultura machista dominante, como lo son: la guerra para someter a "los otros"; la aplicación de parámetros desiguales, para devaluar a las civilizaciones históricas y vanagloriar a las "modernas"; la razón del más fuerte, legitimada por el sólo hecho de visibilizar su brutalidad, entre otros, las mujeres, conocedoras de las consecuencias graves que estos aspavientos acarrean en sus vidas y sociedades, están activando en diferentes partes del mundo, sendos llamados a la paz y a la cordura. Una síntesis de esos llamados se expresa en la apelación levantada por la Marcha Mundial de las Mujeres, que aglutina a varios cientos de organizaciones de todas partes, quienes con la esperanza de contribuir a la creación de un mundo justo, solidario, igualitario, democrático y pacífico, señalan que son precisamente las injusticias, las violencias, el racismo, las discriminaciones, las exclusiones, las guerras, las reacciones de odio, la fuente de los males que impiden el avance de la humanidad, del cual en estos días se habla tanto. Este conglomerado de mujeres, que desde hace algunos años está generando una movilización permanente contra la pobreza y todas las formas de violencia, enfatizan en la condena de "todos los actos de terrorismo cometidos en el mundo" entre los cuales incluyen aquel del 11 de septiembre. "Los miles de ciudadanos y ciudadanas salvajemente asesinados en esos atentados vienen a sumarse a muchos miles de personas inocentes de la población civil, quienes mucho antes del 11 de septiembre, fueron borradas brutalmente de la faz de la tierra, víctimas, ellas también, de actos de la misma barbarie, de guerras equivocadamente calificadas de 'humanitarias' o de 'baja intensidad'; víctimas de la violencia estatal, de bloqueos económicos, de ocupaciones, de colonización, genocidios, opresiones patriarcales (crímenes de 'honor', violencia doméstica, mutilaciones genitales, tráfico sexual), del hambre, de las miserias cotidianas fruto de las intolerables desigualdades que el sistema económico mundial genera. Todas las víctimas y sus familias tienen toda nuestra compasión", subrayan. A un año de la Marcha Mundial Hace justamente un año, las mujeres de la Marcha Mundial, concurrieron ante la ONU, "para denunciar vigorosamente las múltiples guerras sucias que asolan nuestros pueblos" e identificar los diversos intereses que en recíproca connivencia fortalecen a los grandes poderes, tales como: la industria de armamentos, compañías transnacionales, gobiernos corrompidos, abusadores del poder, y otros. En ese marco, ellas denunciaron las violencias y las injusticias sufridas por millones de mujeres a causa de los conflictos armados, reclamaron el respeto de los derechos humanos, la aplicación de todas los Convenios de la ONU, y el reglamento político negociado de estos conflictos. Bajo esos mismos parámetros, vuelven a levantar sus voces ahora para reclamar la búsqueda de soluciones pacíficas y justas para resolver las consecuencias de los actos violentos que afectan a: Palestina "Ruanda, Angola, Burundi, Sierra Leona, República Democrática del Congo, Liberia, Sudán, Etiopía, Eritrea, Sri Lanka; Argelia; los horrores vividos en el Timor oriental; la situación en México y en Indonesia (Molluken); la suerte de las prisioneras y prisioneros políticos, que agonizan en las cárceles turcas, marroquíes, latinoamericanas y en todas las otras cárceles del mundo; el impacto sobre las poblaciones civiles que tienen los conflictos en los Balcanes, Kurdistán, Georgia, Chechenia y en tantos otros países. Las debilidades y las fallas del proceso de paz en Irlanda del Norte". Las Mujeres de la Marcha Mundial levantan su protesta contra la utilización del atentado del 11 de septiembre para justificar intervenciones armadas en otros países, entre cuyas consecuencias prevén más pobreza y humillación, sobre todo para las mujeres y poblaciones excluidas; el incremento del refugio, el desplazamiento y el recrudecimiento de la discriminación en el marco de la inmigración. Esta guerra señalan: va a reforzar la posición hegemónica de los Estados Unidos como gendarme del mundo y la imposición de su "nuevo orden mundial". Ese país "que se ha opuesto a los instrumentos internacionales en favor de la paz, del desarrollo sustentable y del respeto de los derechos de las mujeres, como son: el Tratado que instaura la Corte Penal Internacional, el Protocolo de Kyoto, la Convención sobre la Discriminación de las Mujeres y la Convención contra las minas personales", conjuntamente con sus aliados internacionales, van a incrementar los presupuestos militares en beneficio de la industria armamentista y en detrimento de programas para la salud, la educación, la seguridad social, la protección del medio ambiente, acotan. Haciendo un llamado a la comunidad internacional a sumarse a sus afanes bélicos, el presidente de los Estados Unidos ha anunciado una guerra de gran alcance y duración, entre cuyas consecuencias previsibles figuran también la amenaza de la supresión de los derechos y las libertades fundamentales y la criminalización de todo movimiento de oposición a la mundialización neoliberal y sexista actual, advierten las mujeres. Por eso, su pedido es a la vez una exigencia para que "la ONU desempeñe un papel más activo y positivo, con miras a impedir toda intervención militar, agresiones u ocupaciones militares que se están llevando a cabo y que asegure el derecho de asilo y el de las personas refugiadas a regresar a su país de origen", a la vez que llaman a la prohibición total de la producción y venta de armas y a que los Estados establezcan políticas de desarme, tanto en el campo del armamento nuclear como biológico. Convencidas de que un mundo con paz es posible, reiteran su "voluntad de vivir en un mundo que se preocupe más de la seguridad de las personas que de la seguridad de las naciones y en el cual cada ser humano goce de los mismos derechos y libertades independientemente de su sexo, origen étnico, nacionalidad, religión u orientación sexual".
https://www.alainet.org/es/articulo/107207
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