Rasos, encajes, azufre y escándalos

03/07/2000
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Cipriani, el arzobispo de Lima, autocandidato a cardenal se ha ido a Roma a dar cuenta de lo hecho en el Perú. Lo hace luego de haber propalado por Canal 4 de televisión urbi et orbi un discurso discriminatorio e infamante que incita a la violencia contra uno de los sectores de la población que menos defensas tiene. Un sector que carece de catorce derechos civiles y es sujeto a un sistema de prejuicios. Un sector que ni siquiera ha sido sujeto de consideración en la ley anti-discriminatoria recientemente aprobada en el Perú. Fujimori y sus secuaces lo sacaron del texto. El arzobispo de Lima ha sembrado terror en los/las jóvenes confundidos y pánico entre padres que ven a sus hijos e hijas como frutos del demonio y no de ellos mismos. "Están afuera del Plan de Dios", dijo Monseñor, un activo y prominente miembro del Opus Dei. Es decir, no sujetos de salvación. El azufre huele en el aire del SIN y la Catedral. La modernidad requiere de igualdad, libertad y fraternidad. Bueno, la modernidad peruana ya sabemos por donde camina, por allí por el siglo XV, con demonios paseándose por Canal 4 de televisión a nivel nacional en boca de un arzobispo cubierto de rasos y encajes. Luego salió un comunicado de la Conferencia Episcopal lavándole el cerebro al arzobispo y hablando de problemas endocrinológicos. Este luego salió rectificado. Hasta pecado todo va bien. Los pecados van y vienen como nos lo demuestran Galileo, Copérnico y Pérez Prado. Este último es el mejor de todos porque el maestro del mambo terminó excomulgado por componer música provocativa. Esto pasó en la misma época en que el Papado había simpatizado con el nazismo y callaba la matanza de los judíos. También la de los comunistas y los homosexuales, esos otros muertos por millones de los que no se habla. Hay esa extraordinaria foto de Pío XII saliendo de las oficinas de Hitler en Berlín, con su hermoso traje largo de raso fucsia con una capa con encajes. Es una belleza. Berlín con lluvia y un Mercedes de 1940. Un adonis alemán agarrándole el paraguas y sujetando la puerta. Ahora, hace un par de meses, Roma pidió disculpas a los judíos por estas posturas. Ya era hora.. A los homosexuales no. Comunistas, ni hablar. ¿Quién les pide perdón a los chicos y chicas que creen en Dios, son católicos y son gays y lesbianas y súbitamente son lanzados al infierno y del infierno a las garras de la endocrinología? ¿Con que derecho moral se violenta la dignidad? Los que hablan así, ¿Pueden considerarse discípulos de Cristo? Cristo murió en la cruz por la intolerancia. ¿Hasta cuándo? El siglo XV terminó hace seis siglos. El infierno dantesco es de entonces. El siglo XIX terminó hace un siglo con Oscar Wilde muerto en París en el exilio en el pantano de la infamia, con el nombre cambiado y su familia repudiándolo. Esa era la época en que se hablaba de tercer sexo y de la endocrinología perversa. ¿Hasta cuándo vamos a seguir escuchando discursos discriminatorios y demonizantes de los débiles y oprimidos? ¿Cuándo vamos a considerar que quizás, de pronto, la modernidad corre por la sociedad de iguales?. Este es un tema que atañe a todos los latinoamericanos. Las coordenadas fascistas en el discurso político contemporáneo están sembradas. Se puede cambiar de país y los discursos autoritarios, que ignoran la posición del "otro", comienzan a agarrar pista. Hubo una cumbre andina en Lima que parecía el club de los militares o de regímenes soportados por militares. En el Perú hay enemigos internos y externos al regimen. La internacional socialista ?proxy por comunistas afuera, lideradas por Ivcher, judío?, las ONGs ? proxy por comunistas adentro, lideradas por organizaciones de derechos humanos- y los homosexuales demoníacos ?representándose a sí mismos como en 1905 y 1928 en Francia y Alemania-. Estas son las lacras nacionales en el discurso político al cual ha hecho juego Monseñor. El novel congresista gobiernista Luis Cáceres Velásquez esa misma semana se proclamó, sin pregunta previa, admirador de Hitler, Mussolini y Franco. Se mueve la irracionalidad para fortalecer el poder y se invierte el orden de los problemas. Falta un discurso racista y un enemigo externo frente al cual hay que actuar. Ese sería un gol de media cancha de Montesinos a Fujimori cuando se sienta debilitado. Quemar París está un poco lejos, me parece. Con eso se cerraría el escenario discursivo del fascismo. Además, todo esto distrae de los grandes problemas nacionales pero son parte de él al mismo tiempo. Todo mientras la OEA observa, el ejército ratifica su reconocimiento a Fujimori, los estudiantes se organizan en contra y la marcha de los cuatro suyos se prepara. Lo preocupante es que esto se parece a las tendencias de Le Pen en Francia y del National Front de Inglaterra, de Haider en Austria, recientemente electo y desembarcado por presión de la Unión Europea. Y del discurso del "divino imperio" mencionado en Tokio hace unas semanas por Mori, el Primer Ministro japonés. Es también al mismo tiempo que el alcalde de Roma da permiso a una marcha de neo nazis en simultáneo a la marcha del orgullo gay en dicha ciudad. Estos hombres, disculpen el exceso del término, no están solos en el mundo. Se acompañan y se necesitan. El alcalde de Quito impidió la marcha del orgullo en Quito el 28 de junio... Hay dos discursos globalmente perceptibles. Uno fascista clásico y uno democrático. El discurso político en el Perú es fascista clásico. En otras partes de la región comienza a esbozarse algo con ese olor rancio con vapores de azufre y muerte. ¿La relación Iglesia-Estado autoritario, resucitada con los integrismos musulmanes, también resucitó en el Perú? ¿En América Latina? El arzobispo de Lima se prestó a las cortinas de humo del servicio de inteligencia. ¿Tiene jefes? ¿Habla la verdad "divina"? Que vergüenza por la familia Católica que no tiene la culpa y que vergüenza por todos los peruanos que debamos ver algo tan poco edificante como el escándalo armado por un hombre de Dios quien despliega la violencia de la discriminación y del infierno en el nombre de Cristo y que luego va a Roma a dar cuenta de lo hecho por la Iglesia en el Perú. Tendrá que decir lo que satanizó y su cooperación con un servicio de inteligencia criminal y corrupto. En América Latina, Europa y Asia soplan peligrosos vientos de intolerancia y de nacionalismos reaccionarios en tiempos de cosmopolitización.
https://www.alainet.org/es/articulo/104816
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